CIUDAD DE MÉXICO - Durante su jornada laboral Juan Carlos Pérez recorre los sembradíos de piña enfundado en un traje cobertor de color verde, usando una mascarilla. Estar protegido es parte de su trabajo en el campo. La diferencia, en tiempos de COVID-19, está en lo que sucede antes, cuando ingresa a su lugar de trabajo debe poner en práctica “las recomendaciones”.

“Estas son las recomendaciones que nos han dado para no contagiarnos con la pandemia que actualmente estamos sufriendo: manejar la sana distancia, el lavado de manos, usar el gel antibacterial”, relató este trabajador de la empresa agrícola San Pablo, en el estado de Tabasco al sureste de México.

Esas recomendaciones forman parte de una serie de medidas sistematizadas en la forma de una guía difundida por la OIT que ha sido elaborada para ayudar a empresas y trabajadores agrícolas de América Latina en el cuidado de la salud y seguridad laboral, uno de los desafíos más grandes que enfrenta la región ante el impacto devastador de la COVID-19.

La “Guía práctica para la prevención y mitigación del COVID-19 en la agricultura”, elaborada por la OIT y la iniciativa Fondo Visión Cero (VZF) fue elaborada como una manera de responder a este desafío y en una de sus primeras aplicaciones en el campo está siendo entregada en México a los asociados de AHIFORES, la Alianza Hortofrutícola Internacional para el Fomento de la Responsabilidad Social.

El tractorista José Leonardo Daba de la productora Driscolls en la zona de Jalisco, quien ahora debe circular siempre con la mascarilla puesta y manteniendo la distancia de sus colegas, vistiendo un traje de protección de color amarillo, dijo que “además nos han capacitado en caso de alguien sentirse mal, avisar al supervisor para que se tomen medidas”.

Las orientaciones de la guía difundida por OIT y AHIFORES a productores en diversas zonas de México están dirigidas a trabajadores (mujeres, hombres, permanentes, temporales, jornaleros y migrantes), a empleadores y a empresas vinculadas a explotaciones agrícolas grandes, medianas y pequeñas, cooperativas y explotaciones familiares.

La guía destaca medidas de prevención y mitigación orientadas a: control de acceso, higiene personal, procedimiento de limpieza y desinfección de instalaciones, procedimiento de limpieza de superficies potencialmente contaminadas, personal susceptible o vulnerable, transporte y traslado de trabajadores y manejo del estrés.

Como hizo notar el tractorista José Leonardo Daba en Jalisco, la guía también incluye una serie de recomendaciones para reaccionar cuando haya casos sospechosos o confirmados de COVID-19 en una explotación agrícola, comenzando por la de no presentarse en el lugar de trabajo para evitar contagios y proceder con medidas de atención, aislamiento y desinfección.

“Contamos con servicio de enfermería en nuestra área de trabajo, que monitoreo el buen estado de nuestros trabajadores, se han abierto más horarios de comida para evitar aglomeraciones y se han colocado mamparas para evitar la interacción entre compañeros”, contó Rebeca Solorio García, que trabaja en Guanajato en el área de producción de Red Sun Farms, otra de las empresas que participa en esta iniciativa.

Además dijo que “nos proporcionan pláticas de cinco minutos, anuncios en periódicos murales, mensajes de Whatsapp, mensajes de texto y videos sobre prevenciones de coronavirus”.

“Ambas organizaciones hemos trabajado conjuntamente para dotar de herramientas y mejores prácticas a los productores, que les permitan elevar la calidad vida de sus trabajadores y sus familias”, destacó la gerente de AHIFORES, Yunyunei Martínez. Destacó que se ha entregado a los productores dos protocolos y la guía, para que puedan avanzar en la protección de la salud y seguridad en el trabajo.

Los trabajadores consultados por AHIFORES en la primera etapa de aplicación de esta estrategia en México han destacado la sensación de sentirse protegidos, y además de poder cuidar también su entorno personal y familiar. Las recomendaciones incluidas en la guía son aplicables más allá del lugar de trabajo y se extienden en forma genérica a las viviendas y medios de transporte hacia los centros de trabajo.

“Proteger la salud y seguridad de mujeres y hombres que trabajan en el campo es más importante que nunca antes en nuestra historia, dado el impacto devastador que ha tenido la epidemia de la COVID-19 sobre los sectores productivos”, dijo Rodrigo Mogrovejo, Asesor Técnico Principal de VZF para la Oficina de México y Cuba.

El hecho que esta guía, también traducida al inglés y al francés e implementada en Asia y África,haya sido elaborada en particular para mantener bajo control la pandemia en los lugares de trabajo en el sector agrícola, está relacionado también con la importancia para la seguridad alimentaria de los países, como proveedor de insumos a las poblaciones.

La OIT ha destacado que debido la rápida propagación del COVID-19, en las zonas rurales los trabajadores agrícolas corren un alto riesgo de contagiarse del virus, de caer en la pobreza y de tener mayores dificultades para recuperar sus medios de vida. La pandemia también podría ocasionar la quiebra de empresas con la consecuente pérdida de puestos de trabajo.

En América Latina, el sector de Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca provee 13,3% de los empleos totales.