La industria del vino en Chile: oportunidad de crecimiento con trabajo decente

Nuevo informe de OIT destaca que si bien Chile ha sido uno de los países más dinámicos en el comercio internacional de vino, siendo el cuarto exportador más importante del mundo, el desarrollo de esta cadena mundial de suministro enfrenta importantes desafíos.

Noticia | 31 de enero de 2023
Santiago de Chile.- Una sólida integración en los mercados internacionales, el adelanto sustancial en sus procesos y una trayectoria de mejora de los productos en las empresas líderes son algunas de las características que sustentan el potencial que tiene la industria del vino chilena para participar en cadenas mundiales de suministro, mejorar su posicionamiento, y ser fuente generadora de más trabajo decente.

Así lo indica el nuevo informe técnico de OIT: “La industria vitivinícola en Chile: el enfoque de las cadenas mundiales de suministro para el análisis y la mejora del cumplimiento normativo en el mundo del trabajo”, el cual analiza la industria local en términos de producción y empleo incorporando los resultados de un proyecto piloto que se implementó en 2021 en este sector.

El informe destaca que si bien Chile ha sido uno de los países más dinámicos en el comercio internacional de vino -siendo el cuarto exportador más importante del mundo, con el 7,8% del volumen y 4,9% del valor total de las exportaciones globales de vino en 2021- el desarrollo de esta cadena mundial de suministro enfrenta en este momento dos importantes desafíos.

En primer lugar, si bien los volúmenes y valores de exportación chilenos han experimentado un fuerte aumento, el precio promedio del vino exportado ha bajado desde el inicio del boom exportador con relación al precio promedio en los mercados internacionales, y se ha mantenido debajo del promedio internacional durante las últimas décadas. En segundo lugar, no se ha logrado un desarrollo integrado de la cadena en su conjunto. El desarrollo dinámico de las grandes viñas ha coincidido con un estancamiento en los eslabones más débiles de la cadena, especialmente los pequeños productores de uva que apenas superan los costos de producción al vender a las grandes viñas.

Estas brechas, indica el informe, también se manifiestan en el empleo. Por un lado, se observan brechas entre un grupo estable de trabajadores en las grandes viñas y otro grupo de trabajadores más precarios que pertenecen a empresas productoras de uva de menor tamaño. Los segmentos de la cadena más tecnificados y con mayor valor añadido generan más empleo de buena calidad, salarios medios más altos, una mayor formalización y proporción más alta de trabajo calificado. Sin embargo, la demanda de empleo en estos segmentos ha perdido dinamismo a causa de la mecanización.

En los segmentos menos tecnificados, con productores de insumos de uva a menor escala, las formas precarias de trabajo persisten.

En términos de género, las mujeres representan un poco más de un cuarto del empleo del sector, con remuneraciones promedio de alrededor del 82% de las remuneraciones de los varones, observándose también una fuerte brecha de las remuneraciones entre las empresas grandes y las de menor tamaño.

Avances hacia una industria con más trabajo decente

Con el objetivo de analizar en terreno las particularidades de este sector, la Dirección del Trabajo con el apoyo de la OIT emprendieron un proyecto piloto en 2021 orientado a comprender el fenómeno de las cadenas globales de suministro, los componentes de la agenda de trabajo decente, y cómo identificar vulneraciones a los principios y derechos fundamentales en el trabajo en dichas cadenas, específicamente en la producción vitivinícola.

Se realizaron visitas de inspección a las empresas participantes, y allí se analizaron sus cadenas de suministro, contratos comerciales con proveedores y distribuidores, políticas de ética y códigos de conducta, en caso de existir, contratos laborales y documentación laboral, y además se realizaron entrevistas en terreno a los trabajadores. A partir de esta información, se elaboraron informes de fiscalización sobre brechas en el cumplimiento, promoción y protección de los derechos laborales fundamentales en sus cadenas de suministro, para luego realizar capacitaciones a las mismas empresas y sus sindicatos.

Gracias a esta iniciativa, se observó que las empresas que no contaban con códigos de ética o conducta para sus proveedores y distribuidores los adoptaron, e incluyeron la promoción de los derechos fundamentales en el trabajo y la no tolerancia al trabajo infantil o forzoso, tanto dentro de las viñas como en sus empresas proveedoras.

Las viñas también se comprometieron a revisar sus contratos comerciales para incluir la protección de los derechos fundamentales. En una segunda fase de este programa, prevista para 2023, se buscará incluir más viñas, incorporar el trabajo de temporada durante la cosecha, y contemplar acciones para ampliar el impacto más allá de las viñas participantes.

El informe concluye señalando que, entre las estrategias de la industria para avanzar en los segmentos premium, resulta clave no solo centrarse en la calidad de la uva, sino que también poner una especial atención a la calidad del empleo tanto en las grandes empresas como en las de menor tamaño.

Más información:

Informe completo: La industria vitivinícola en Chile: el enfoque de las cadenas mundiales de suministro para el análisis y la mejora del cumplimiento normativo en el mundo del trabajo”
Cadenas Mundiales de Suministro: Estudios y recursos técnicos para América Latina y el Caribe