Pensiones de la CCSS están lejos del colapso
Es necesario el que la sociedad costarricense siga reconociendo al seguro social administrado por la CCSS como uno de sus activos sociales más importantes.
Por Helmut Schwarzer y Sergio Velasco - Especialistas en Seguridad Social de la OIT
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es internacionalmente reconocida en el campo actuarial de la seguridad social y, como parte de sus compromisos, ha dado seguimiento a países que tienen sistemas de pensiones solidarias, como es el caso del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) que administra la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
La CCSS realiza periódicamente un estudio llamado Valuación Actuarial del IVM, con el fin de monitorear la situación del equilibrio financiero de corto, mediano y largo plazo del este régimen y recomendar medidas para asegurar su sostenibilidad en el tiempo.
La valuación actuarial es un complejo instrumento de planificación estratégica, cuyo objetivo no es hacer pronósticos sino proporcionar tendencias a efecto de auxiliar la toma de decisiones. Los momentos relevantes que resultan de una valuación (como el año en que se comienza a utilizar la reserva y el año en que se agota) son referencias teóricas proyectadas bajo ciertas condiciones y que solamente se cumplirán si continuamos exactamente como estamos: misma normativa, mismo ambiente económico-político, mismas prácticas, etc.
Pero dado que el entorno es cambiante, que las poblaciones envejecen y que suceden situaciones no previstas, es necesario actualizar estos estudios periódicamente, como lo hace la CCSS, para identificar a tiempo problemas potenciales y tomar las decisiones correctas.
Estabilidad. Tras la solicitud de la CCSS, la OIT realizó un estudio en el 2010 (con información del 2008) para certificar su valuación actuarial. Esto implicaba, por un lado, la revisión del modelo actuarial Prodefi, utilizado en la CCSS y, por otro, el examen de las trayectorias demográficas y financieras generadas por el modelo actuarial de la CCSS.
La OIT concluyó que el modelo de la CCSS es consistente con los principios y buenas prácticas actuariales, emplea fórmulas congruentes y las reproduce correctamente. Además, comparado con el modelo actuarial de la OIT, los resultados son bastante cercanos y arrojan un periodo de estabilidad financiera aproximado a los 25 años, considerando los ajustes realizados en el IVM en el 2005.
Hemos seguido, también, con atención las valuaciones actuariales de la CCSS de los años 2010, 2011 y 2012. Debe notarse que el momento en que se comienza a usar la reserva se mantiene en el año 2038, lo que es consistente con los resultados obtenidos por la OIT, y solo hubo una antelación de dos años entre el momento en que teóricamente se agota la reserva del Régimen IVM, del 2044 al 2042, comparando el último estudio (datos del 2012) con el estudio de la OIT (datos del 2008). Esta diferencia es mínima y no altera el escenario de estabilidad de 25 años.
La evolución del entorno del 2008 al 2012 no fue favorable para los regímenes de seguros sociales en el mundo y Costa Rica no es la excepción. Esto debido a los impactos de una grave crisis económica-financiera global: salarios reales y empleos formales han crecido menos, se ha incrementado el incumplimiento en la afiliación y cotización y las tasas de interés reales han bajado. Consecuentemente, las reservas de los regímenes se han constituido más lentamente. En Costa Rica hubo, además, una evolución un poco más acelerada de pensiones por vejez, quizás porque algunas personas podrían haber anticipado su jubilación frente a la crisis.
En las mencionadas valuaciones actuariales también apreciamos que la CCSS viene controlando bien la concesión de pensiones por invalidez (un problema en muchos países). También destaca el elevado nivel de cobertura logrado por el IVM, con un alza que va del 45% de la población económicamente activa, en el 2005, al 63% en el 2012. Especialmente, ha adelantado la incorporación de trabajadores independientes, tema que ha sido todo un desafío para los regímenes de seguros sociales en Latinoamérica.
Recomendaciones. Ante un horizonte cambiante, recomendamos no solamente que la CCSS siga su monitoreo actuarial, identificando alertas y medidas correctivas, sino que también la sociedad debata sobre cómo extender la sostenibilidad de largo plazo del IVM, en adición a los incrementos ya programados de las cuotas hacia el 2035.
Este debe ser un proceso normal en todos los países frente a los cambios económicos, sociales, culturales y demográficos, muchos de ellos frutos positivos del desarrollo (por ejemplo, el aumento de la expectativa de vida). La OIT defiende que este debate ocurra con tranquilidad, basado en informaciones consistentes y por medio del diálogo social.
Hemos previsto un horizonte de más de 25 años con ingresos netos positivos para el IVM/CCSS. Esto no quiere decir que podamos cruzarnos de brazos: hay que estudiar los cambios que afectan al régimen y tomar medidas oportunas. La OIT con su experiencia técnica siempre estará en posición de brindar el apoyo técnico de que se requiera.
Es necesario el que la sociedad costarricense siga reconociendo al seguro social administrado por la CCSS como uno de sus activos sociales más importantes. Sólido y lejos del colapso, su régimen de pensiones representa un papel clave para la cohesión social.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es internacionalmente reconocida en el campo actuarial de la seguridad social y, como parte de sus compromisos, ha dado seguimiento a países que tienen sistemas de pensiones solidarias, como es el caso del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) que administra la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
La CCSS realiza periódicamente un estudio llamado Valuación Actuarial del IVM, con el fin de monitorear la situación del equilibrio financiero de corto, mediano y largo plazo del este régimen y recomendar medidas para asegurar su sostenibilidad en el tiempo.
La valuación actuarial es un complejo instrumento de planificación estratégica, cuyo objetivo no es hacer pronósticos sino proporcionar tendencias a efecto de auxiliar la toma de decisiones. Los momentos relevantes que resultan de una valuación (como el año en que se comienza a utilizar la reserva y el año en que se agota) son referencias teóricas proyectadas bajo ciertas condiciones y que solamente se cumplirán si continuamos exactamente como estamos: misma normativa, mismo ambiente económico-político, mismas prácticas, etc.
Pero dado que el entorno es cambiante, que las poblaciones envejecen y que suceden situaciones no previstas, es necesario actualizar estos estudios periódicamente, como lo hace la CCSS, para identificar a tiempo problemas potenciales y tomar las decisiones correctas.
Estabilidad. Tras la solicitud de la CCSS, la OIT realizó un estudio en el 2010 (con información del 2008) para certificar su valuación actuarial. Esto implicaba, por un lado, la revisión del modelo actuarial Prodefi, utilizado en la CCSS y, por otro, el examen de las trayectorias demográficas y financieras generadas por el modelo actuarial de la CCSS.
La OIT concluyó que el modelo de la CCSS es consistente con los principios y buenas prácticas actuariales, emplea fórmulas congruentes y las reproduce correctamente. Además, comparado con el modelo actuarial de la OIT, los resultados son bastante cercanos y arrojan un periodo de estabilidad financiera aproximado a los 25 años, considerando los ajustes realizados en el IVM en el 2005.
Hemos seguido, también, con atención las valuaciones actuariales de la CCSS de los años 2010, 2011 y 2012. Debe notarse que el momento en que se comienza a usar la reserva se mantiene en el año 2038, lo que es consistente con los resultados obtenidos por la OIT, y solo hubo una antelación de dos años entre el momento en que teóricamente se agota la reserva del Régimen IVM, del 2044 al 2042, comparando el último estudio (datos del 2012) con el estudio de la OIT (datos del 2008). Esta diferencia es mínima y no altera el escenario de estabilidad de 25 años.
La evolución del entorno del 2008 al 2012 no fue favorable para los regímenes de seguros sociales en el mundo y Costa Rica no es la excepción. Esto debido a los impactos de una grave crisis económica-financiera global: salarios reales y empleos formales han crecido menos, se ha incrementado el incumplimiento en la afiliación y cotización y las tasas de interés reales han bajado. Consecuentemente, las reservas de los regímenes se han constituido más lentamente. En Costa Rica hubo, además, una evolución un poco más acelerada de pensiones por vejez, quizás porque algunas personas podrían haber anticipado su jubilación frente a la crisis.
En las mencionadas valuaciones actuariales también apreciamos que la CCSS viene controlando bien la concesión de pensiones por invalidez (un problema en muchos países). También destaca el elevado nivel de cobertura logrado por el IVM, con un alza que va del 45% de la población económicamente activa, en el 2005, al 63% en el 2012. Especialmente, ha adelantado la incorporación de trabajadores independientes, tema que ha sido todo un desafío para los regímenes de seguros sociales en Latinoamérica.
Recomendaciones. Ante un horizonte cambiante, recomendamos no solamente que la CCSS siga su monitoreo actuarial, identificando alertas y medidas correctivas, sino que también la sociedad debata sobre cómo extender la sostenibilidad de largo plazo del IVM, en adición a los incrementos ya programados de las cuotas hacia el 2035.
Este debe ser un proceso normal en todos los países frente a los cambios económicos, sociales, culturales y demográficos, muchos de ellos frutos positivos del desarrollo (por ejemplo, el aumento de la expectativa de vida). La OIT defiende que este debate ocurra con tranquilidad, basado en informaciones consistentes y por medio del diálogo social.
Hemos previsto un horizonte de más de 25 años con ingresos netos positivos para el IVM/CCSS. Esto no quiere decir que podamos cruzarnos de brazos: hay que estudiar los cambios que afectan al régimen y tomar medidas oportunas. La OIT con su experiencia técnica siempre estará en posición de brindar el apoyo técnico de que se requiera.
Es necesario el que la sociedad costarricense siga reconociendo al seguro social administrado por la CCSS como uno de sus activos sociales más importantes. Sólido y lejos del colapso, su régimen de pensiones representa un papel clave para la cohesión social.