Tanzanía: política de igualdad de género y trabajo decente para toda la vida

El Gobierno de Tanzania, en asociación con la OIT, trata de reducir la pobreza mediante la educación y la formación de mujeres y niños desfavorecidos, además de promover la igualdad de género. Este artículo explica cómo los proyectos de la OIT han contribuido a cambiar las vidas de las mujeres pobres y sus familias en el país.

TANGA, Tanzania - Salma Harub Abdala sobrevivió con sus seis hijos durante años con menos de un dólar al día. Su marido la abandonó a principios de la década de 1980 y, con un único ingreso, Salma no podía permitirse una vivienda digna o pagar la educación de sus hijos.

La situación empeoró cuando su marido regresó al hogar, inválido y paralizado, porque sus parientes se negaban a cuidarlo. De modo que Salma tuvo que asumir esta tarea hasta el fallecimiento de su cónyuge en 1992.

Las cosas cambiaron cuando Salma comenzó a recibir créditos del proyecto de la OIT "Promoción de la igualdad de género y el trabajo decente en todas las etapas de la vida en Tanzania". "Gracias al aumento de las ventas y de los beneficios, puedo pagar los gastos de educación de mis hijos menores, he mejorado la condición de mi vivienda y podemos consumir comida de calidad", comenta, para añadir que "dos de mis hijas se han beneficiado directamente del proyecto".

La hija mayor de Salma se incorporó a un Grupo de Mujeres de Tanga que concede préstamos a sus miembros, al mismo tiempo que el proyecto hizo posible que su hija menor, de 16 años de edad, asistiera a un curso de formación. El proyecto, al facilitar la transición de las aulas al empleo productivo a través de la educación, la formación y la oferta de alternativas a la juventud que se enfrenta a un futuro incierto, ha permitido que un número creciente de jóvenes rompan el ciclo de la pobreza.

No son los únicos beneficiados. Cientos de mujeres desfavorecidas en Tanzania refieren historias de éxito similares al beneficiarse de los créditos, la microfinanciación, la educación y la formación de alfabetización, empresarial y para el liderazgo que brinda el proyecto. Las mujeres que carecían anteriormente de acceso a los créditos han aprendido de manera efectiva a solicitarlos, a beneficiarse de ellos y a proceder a su reembolso.

Asha Rajabu, miembro del Grupo de Mujeres de Dar es Salaam, recuerda: "nunca quise obtener un crédito. Temía no poder reembolsarlo. Mis amigos me animaron a solicitar un pequeño préstamo a modo de prueba." El crédito dio lugar en última instancia a la creación de un negocio rentable, así como a la posibilidad de matricular a sus tres hijos en la escuela, sin el apoyo de un marido.

"El proyecto ha sido un gran alivio para mí", prosigue Asha. "Insto a todas las mujeres pobres a unirse al proyecto. Al principio sientes cierto temor porque nunca has solicitado un crédito ni has acudido a un banco, pero una vez que te pones en marcha, te parece como si hubieras perdido antes mucho tiempo que podría haber cambiado tu vida."

Las historias de Asha y Salma ilustran las dificultades específicas que afrontan las mujeres en el ámbito del trabajo. El proyecto de la OIT es consciente de que las trabajadoras realizan una enorme contribución a sus familias y sociedades. Sin embargo, la discriminación de género en el acceso a los recursos y las oportunidades educativas y económicas sigue minando los esfuerzos de las mujeres por participar de manera efectiva en el desarrollo socioeconómico.

De las mujeres, y en especial de las solteras, se espera que cumplan múltiples funciones como trabajadoras y cuidadoras, lo que les imposibilita para el desempeño de un puesto de trabajo a tiempo completo en el sector formal de la economía. Para estas mujeres, y para las que no han tenido la oportunidad de completar la formación necesaria para encontrar un trabajo decente, el sector informal constituye a menudo la única opción.

No obstante, las trabajadoras en dicho sector no regulado carecen de protección social y de prestaciones, perciben una remuneración deficiente y tienen más probabilidades de ejercer empleos peligrosos, como los que se desempeñan en la industria del sexo. Ya sea en el sector informal, o en el formal, en el que realizan en la mayoría de las ocasiones trabajos a tiempo parcial u ocasionales, las mujeres desfavorecidas obtienen empleos calificables, en el mejor de los casos, de precarios. Esta concentración en puestos de trabajo inseguros y de escasa remuneración, así como un acoso sexual continuado, dejan a las mujeres en condiciones de impotencia e indefensión.

En cualquier caso, el proyecto no sólo aborda la erradicación de la discriminación de las mujeres en el empleo y la ocupación. Sus actividades de escolarización y formación dirigidas a niñas y mujeres jóvenes cubren asimismo otro importante elemento de preocupación de la OIT, a saber, la eliminación de las peores formas de trabajo infantil. Tanzania es uno de los tres primeros países que se han comprometido con el Programa de duración determinada para la erradicación de las peores formas de trabajo infantil.

Superar la pobreza mediante el trabajo

En el informe del Director General a la Conferencia Internacional del Trabajo de 2003 titulado Superar la pobreza mediante el trabajo se señala que "la identificación de las fases de la vida durante las cuales la gente es vulnerable a la pobreza será el punto de partida para comprender la dinámica de la vida y el trabajo de las comunidades pobres... si, en comparación con los niños, las niñas se enfrentan con actitudes y prácticas culturales negativas y son objeto de discriminaciones desde que nacen, acabarán siendo mujeres con más trabas y pocas oportunidades y posibilidades de elección. A su vez, no podrán influir positivamente en la vida de sus hijos, y las generaciones sucesivas no saldrán probablemente de la pobreza."

El proyecto de la OIT en Tanzania ha tenido en cuenta la feminización de la pobreza, así como su transmisión de una generación a la siguiente. Su labor no sólo se encaminará a mejorar las vidas de las mujeres que se beneficien directamente de su acción, sino también a propiciar cambios continuos en sus vidas y en la de sus hijos en el futuro. En este sentido, el proyecto representa un paso adelante importante en el marco de la Estrategia general de reducción de la pobreza de Tanzania.

De conformidad con los principios del proyecto, sólo puede existir trabajo decente y reducción de la pobreza si niñas y niños disfrutan de idénticas oportunidades docentes y no se ven obligados por la pobreza a asumir formas de trabajo peligrosas. Niñas y mujeres pueden elegir, expresar su opinión, combinar trabajo y familia y acometer transiciones exentas de dificultades de una fase de la vida a otra.

El proyecto fomenta el conocimiento que ayudará a las mujeres a garantizar que la discriminación a la que se enfrenten en una determinada etapa de su vida no se perpetúe en fases posteriores, y que los avances logrados en un período no se pierdan a medida que envejezcan. Las principales estrategias de intervención comprenden el acceso a la educación regulada y no regulada, la creación de empleo y la promoción de la igualdad de género.

Mediante este planteamiento de actuación permanente a lo largo de la vida, la OIT confía en crear un programa sostenible que contribuirá a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas de erradicación de la pobreza extrema y el hambre, consecución de la enseñanza primaria universal, y promoción de la igualdad de género y de la capacitación de las mujeres, y que mantendrá su actividad después de la terminación del proyecto. Se han logrado ya mejoras sustanciales en todas las áreas.

"En un principio, teníamos miedo de pedir un préstamo. No pensábamos que, como mujeres pobres, podríamos solicitar un crédito y afrontar su reembolso… Sólo después de la formación adquirimos la confianza para realizar estas operaciones y, sin ella, no habríamos podido invertir los préstamos de manera productiva… Nuestra vida ha mejorado enormemente", afirma una miembro del Grupo de Mujeres de Tanga.

Promoción del liderazgo

El reconocimiento de la inmensa contribución de las trabajadoras a sus familias y sociedades potenciará la repercusión del proyecto. Éste capacitará asimismo a las mujeres para avanzar en la defensa de sus derechos, dando lugar a la solidez de futuras generaciones. La constitución de grupos de mujeres constituye quizá el cambio más claramente eficaz propiciado de este modo.

Otro miembro del Grupo de Mujeres de Tanga señala: "al principio, las mujeres se mostraban reacias a unirse al grupo. Ahora, muchas de nuestras amigas desean incorporarse después de comprobar los beneficios. Las mujeres están motivadas y, poco a poco, van formando grupos. La demanda para participar en el proyecto es muy elevada en nuestra área."

Mujeres adultas y jóvenes reciben una formación que les permitirá hacer oír su voz en el conjunto de la comunidad. Salma confiesa: "ahora, sé qué hacer cuando asisto y presido las reuniones. Antes, sinceramente, no sabía cómo conducirlas, ni alcanzar decisiones efectivas y democráticas. Gracias a la confianza que he adquirido en el proyecto, opté a un puesto en el Comité Ejecutivo Regional y lo conseguí… Además, presido el Comité de Seguimiento del Proyecto en el Municipio de Tanga".

Los planes de futuro para facilitar adicionalmente la mejora económica de las mujeres y los niños pobres y extender la repercusión del proyecto comprenden la continuidad de la asistencia, la formación y el refuerzo de capacidades para que mujeres adultas y jóvenes formalicen sus grupos y asociaciones constituyendo Sociedades Cooperativas de Ahorro y Crédito (SACCOS). Se ha previsto la celebración de un seminario nacional de alto nivel destinado a extender el ámbito del proyecto a políticas y programas de escala nacional. Otros elementos de esta iniciativa consistirán en una valoración de las necesidades de los jóvenes que participan en el proyecto, y en la expansión de programas favorables a las familias, como el establecimiento de centros de asistencia de día atendidos por plantillas profesionales.