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APESO 2020

Pérdida de 81 millones de empleos a raíz de los efectos adversos de la COVID-19 en Asia y el Pacífico

La pandemia da lugar a una enorme disminución de la cantidad de horas de trabajo, revierte el aumento del empleo y provoca la pobreza laboral de millones de personas.

Comunicado de prensa | 15 de diciembre de 2020
© ILO
BANGKOK (OIT Noticias) – La disminución generalizada de la cantidad de horas de trabajo como consecuencia de la crisis de la COVID-19 ha tenido un efecto devastador en el empleo y los ingresos en Asia y el Pacífico, según se desprende de un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En el informe Asia–Pacific Employment and Social Outlook 2020: Navigating the crisis towards a human-centred future of work (Perspectivas sociales y del empleo para Asia y el Pacífico 2020: Superación de la crisis en aras de un futuro del trabajo centrado en el ser humano) se estima que los efectos adversos de la pandemia de COVID-19 en el plano económico provocaron una pérdida de alrededor de 81 millones de empleos en 2020. En casi todas las economías sobre las que se dispone de datos trimestrales para 2020 el nivel de empleo disminuyó con respecto al registrado en 2019.

La crisis ha tenido consecuencias de gran alcance, y el subempleo ha aumentado en gran medida a raíz de los millones de trabajadores a los que se ha pedido que reduzcan sus horas de trabajo o dejen de trabajar. La cantidad de horas de trabajo en Asia y el Pacífico disminuyó en un 15,2% en el segundo trimestre, y en un 10,7% en el tercer trimestre de 2020 con respecto a la situación que existía antes de la crisis.



La pérdida de horas de trabajo se ha visto influida asimismo por el hecho de que millones de personas hayan dejado de formar parte de la fuerza de trabajo, o se hayan quedado sin trabajo por interrumpirse la creación de empleo en la región. Con arreglo a los datos trimestrales disponibles, en el informe se prevé que la tasa de desempleo del 4,4% registrada en la región en 2019 aumente en 2020 hasta un valor comprendido entre el 5,2% y el 5,7%.

"La COVID-19 ha tenido unos efectos muy adversos en los mercados de trabajo de la región, para los que pocos gobiernos de la misma estaban preparados. El bajo nivel de cobertura de seguridad social y la insuficiente capacidad institucional de muchos países han dificultado las ayudas a las empresas y a los trabajadores para fomentar su recuperación, situación que se ha visto agravada en los casos en los que muchos de esos trabajadores se encontraban en la economía informal. Esas deficiencias, que ya existían antes de la crisis, abocaron a muchas personas a una situación de inseguridad económica al surgir la pandemia, habida cuenta de los efectos adversos de la misma en materia de horas de trabajo y nivel de empleo", señaló la Sra. Chihoko Asada Miyakawa, Subdirectora General de la OIT y Directora Regional para Asia y el Pacífico.

Las mujeres y los jóvenes están desproporcionadamente afectados

Según el informe, en la mayoría de los países de la región se registró una mayor disminución de las horas de trabajo y del nivel de empleo en el caso de las mujeres que en el de los hombres. Por otro lado, las mujeres fueron más susceptibles que los hombres a pasar a una situación de inactividad. Los jóvenes también se han visto particularmente afectados por la disminución de horas de trabajo y la pérdida de empleo. La proporción de jóvenes con respecto a la cantidad total de personas que perdieron su empleo fue de 3 a 18 veces mayor que la proporción de jóvenes con respecto a la cantidad total de personas con empleo.

"El informe pone claramente de manifiesto que los jóvenes y las mujeres se han visto más perjudicados que los demás trabajadores en lo que respecta a la pérdida de empleo", afirmó la Sra. Sara Elder, Economista Superior de la Oficina Regional de la OIT para Asia y el Pacífico y autora principal del informe. "El aumento del desempleo merma la capacidad de los trabajadores jóvenes para competir en la búsqueda de un nuevo empleo”. Al encontrar trabajo, es probable que éste no se ajuste a sus expectativas. Millones de mujeres también se han visto muy perjudicadas, y las que han dejado de formar parte de la fuerza de trabajo podrían necesitar varios años para volver a encontrarse en situación de pleno empleo".

Los ingresos laborales, otra víctima de la crisis

La disminución de la cantidad de horas de trabajo remunerado ha provocado una reducción del valor promedio de los ingresos. Se estima que los ingresos provenientes del trabajo en la región de Asia y el Pacífico han disminuido en un 10% en los tres primeros trimestres de 2020, lo que es equiparable a una pérdida del 3% del producto interior bruto. Ello ha provocado asimismo un aumento del nivel de pobreza laboral. En cifras absolutas, en el informe se prevé que de 22 a 25 millones de personas más podrían verse abocadas a una situación de pobreza laboral, lo que elevaría la cantidad total de trabajadores en situación de pobreza (los que viven con menos de 1,90 dólares al día) en la región de Asia y el Pacífico a un valor comprendido entre 94 y 98 millones de personas en 2020.

En el informe también se señala que, habida cuenta del alcance de los efectos adversos en los mercados laborales, las medidas de respuesta adoptadas en el plano fiscal a escala regional han sido insuficientes, en particular en las economías en desarrollo de la región. Las deficiencias en materia de gasto fiscal podrían hacer que la crisis acentúe la desigualdad entre los países de la región de Asia y el Pacífico.

La Sra. Elder afirmó asimismo que "en el informe se destaca, como aspecto favorable, que los esfuerzos desplegados por los gobiernos para ayudar a las empresas a mantener a sus trabajadores en plantilla, aun con arreglo a un horario de trabajo reducido, han permitido evitar una pérdida de empleo aún mayor. Se ha demostrado fehacientemente que las políticas de protección social y empleo contribuyen a mantener el empleo y los ingresos, y en consecuencia, cabe esperar que la crisis permita aumentar el valor y la duración de las inversiones en esferas que promuevan la resiliencia y fomenten un futuro laboral que haga más hincapié en el ser humano”.