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PERSISTE LA CRISIS MUNDIAL DEL EMPLEO Y AUMENTAN LAS DESIGUALDADES EN LAS REMUNERACIONES, DICE LA OIT HAY QUE RENOVAR EL COMPROMISO INTERNACIONAL DE OBRAR POR EL PLENO EMPLEO

En todo el mundo, unos 1.000 millones de personas, o aproximadamente 30 por ciento de la fuerza de trabajo total, están desempleadas o subempleadas, tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo, dice la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en un nuevo informe.

Comunicado de prensa | 26 de noviembre de 1996

GINEBRA (Noticias de la OIT) - En todo el mundo, unos 1.000 millones de personas, o aproximadamente 30 por ciento de la fuerza de trabajo total, están desempleadas o subempleadas, tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo, dice la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en un nuevo informe (Nota) .

En El empleo en el mundo 1996/97, la OIT califica la situación de "sombría", y advierte que existe el riesgo de que el gran aumento numérico de los denominados "trabajadores pobres" vaya a agravar los problemas sociales y económicos provocados por las altas tasas de desempleo.

Hay por lo menos 34 millones de desempleados en los países más ricos del mundo, es decir, los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En la Unión Europea, el desempleo aumentó el año pasado hasta alcanzar una media de 11,3 por ciento de la fuerza de trabajo; en particular, registraron incrementos notables Alemania, Francia, Italia y Suecia. Por otra parte, en los Estados Unidos se intensificó la creación de puestos de trabajo, y el desempleo disminuyó para situarse por debajo de 5 por ciento. La tasa de desempleo se redujo también en el Reino Unido. Sin embargo, en ambos países se hicieron más marcadas las desigualdades en los ingresos.

En las economías en transición de Europa central y oriental, el desempleo se redujo moderadamente, pero se mantuvo en niveles superiores al 10 por ciento. En Rusia y en otros países de la ex Unión Soviética, persistió la tendencia de aumento.

Por lo que se refiere a América Latina y el Caribe, el desempleo en Colombia pasó de 8 a más de 10 por ciento. También aumentó el número de desempleados en las zonas urbanas de Argentina, Bolivia, Ecuador, Jamaica, México, Uruguay y Venezuela. Si bien se dispone de pocos datos sobre el desempleo directo en África subsahariana y en muchas partes de Asia, no cabe duda de que el problema del subempleo masivo y de la pauperización siguen agravándose en las regiones de bajos ingresos.

La OIT considera que sólo un compromiso internacional renovado de obrar por el pleno empleo permitirá terminar con la pobreza, el desempleo y el subempleo tan extendidos en todo el planeta.

Para el Director General de la OIT, Michel Hansenne, "además de despiadado, es pernicioso dar por sentado que nada se puede hacer para reducir el desempleo, que el llamado "crecimiento sin empleo" (o sea, el aumento del producto interior bruto, o PIB, sin llevar aparejado un aumento sensible del empleo) es lo mejor que se puede desear en un contexto económico de creciente competencia, o que las actuales tasas de desocupación son de alguna manera la consecuencia natural e inevitable de las

fuerzas del mercado". Además, piensa que "los actuales niveles de desempleo carecen de sentido económico y no son ni política ni socialmente viables".

El informe de la OIT atribuye el deterioro de las condiciones del mercado de trabajo a los siguientes factores:

Las bajas tasas de crecimiento de la economía de los países industrializados a contar de 1973, y la incapacidad de la mayoría de los países en desarrollo para recuperarse plenamente de la crisis económica de comienzos de los años ochenta.

La lentitud del ajuste de los salarios a la baja de la productividad de la mano de obra y la aparición de la inflación salarial, que se mantuvo hasta mediados del decenio de 1980.

La exclusión progresiva del mundo de trabajo que afecta a los desempleados de larga duración, y el creciente trasvase de millones de trabajadores a formas precarias de empleo en las actividades del sector informal (no estructurado) de la economía.

El informe llega a la conclusión de que aun cuando no existe una receta única válida a la vez para los países en desarrollo, los países industrializados y las economías en transición, la "condición prioritaria para revertir el prolongado deterioro de las condiciones de empleo es volver a tasas de crecimiento económico elevadas y sostenidas".

El pleno empleo es un objetivo factible y extremadamente necesario

En lo que constituye una crítica directa de los argumentos tan en boga según los cuales estamos entrando en una era de "crecimiento sin empleo", la OIT insiste en que casi no hay pruebas empíricas que corroboren la idea de que la mundialización, los cambios tecnológicos o las reducciones de personal en las empresas anuncian el advenimiento de un período de crecimiento sin creación de empleo, o el fin del trabajo, con las características que se le conocen hasta ahora.

El informe atribuye el auge de estas publicitadas teorías acerca del "fin del trabajo" y del "crecimiento sin empleo" a "extrapolaciones infundadas basadas en algunos casos espectaculares de reducción del tamaño de empresas, que ignoran la creación compensatoria de empleo en otras empresas u otros sectores de la economía". Los temores que impregnan estas teorías son comprensibles habida cuenta del "deterioro prácticamente universal de las condiciones de trabajo", de las proporciones que alcanzan las reducciones de personal y de "la concentración de la destrucción de empleos en determinados sectores económicos y comunidades".

"En verdad, a pesar del aumento del desempleo, no se ha registrado una reducción generalizada de la densidad de la mano de obra con relación al crecimiento económico [...] De igual manera, aun cuando se ha observado un cierto incremento del empleo por cuenta propia, el trabajo a tiempo parcial y otras formas menos usuales de empleo, ello no ha implicado la desaparición de los tipos de empleo tradicionales. Los datos acerca de la permanencia en el empleo no permiten deducir ninguna reducción generalizada, sea con respecto al período que las personas ocupadas han trabajado para su empleador actual, sea con respecto a las perspectivas de permanencia en un empleo futuro. Tampoco parece haber datos que confirmen el aumento en los mercados laborales de la tasa de movilidad en el empleo".

La OIT sostiene que "el concepto de pleno empleo, convenientemente actualizado, debería seguir siendo un objetivo central de las políticas económicas y sociales".

Michel Hansenne llamó la atención sobre los riesgos que supondría el abandono del ideal del pleno empleo, que había orientado las políticas sociales, tanto a nivel nacional como internacional, desde el fin de la segunda guerra mundial: "Descartar el objetivo del pleno empleo implica reducir las aspiraciones sociales en un momento en que la economía mundial se integra cada vez más gracias a las corrientes comerciales y de inversión", dijo. Añadió que "estas fuerzas tienen el potencial de estimular el crecimiento económico y la creación de empleo, y, por consiguiente, de elevar los niveles de bienestar y justicia social". Sin perjuicio de que es necesario regularlas con una dosis correctamente equilibrada de políticas sociales y económicas.

Comercio, tecnología y mundialización

La OIT defiende la tesis de que, contrariamente a lo que afirman algunos lugares comunes muy corrientes, las dificultades que existen en todo el mundo con respecto al empleo no se derivan del rápido avance tecnológico ni de la liberalización del comercio, procesos que son necesarios para estimular el crecimiento y la productividad. Los intercambios comerciales entre los países industrializados y las economías en desarrollo constituyen un pequeño factor, que por sí solo no explica "el aumento del desempleo entre los trabajadores poco calificados y la agravación de las desigualdades salariales en los países industrializados". El informe señala que la experiencia de las dinámicas economías de Asia demuestra que "la aplicación de políticas nacionales acertadas y la intensificación del comercio mundial y de las corrientes de inversión crean abundantes posibilidades para aumentar las tasas de crecimiento y la creación de empleo".

Por potente que sea el proceso de mundialización, la OIT señala que no se trata de "una fuerza supra-nacional abrumadora", y que "las políticas nacionales en las esferas macroeconómica, estructural y del mercado de trabajo ejercen todavía una influencia predominante en los resultados económicos y la evolución del mercado de trabajo de todos los países". Incluso en una época proclive a reducir a un mínimo la intervención del Estado, "las políticas nacionales pueden y deben dar prioridad a la atenuación de los efectos sociales negativos de la mundialización". También es posible intensificar la cooperación internacional, "especialmente en lo que atañe a mantener el progreso hacia una mayor libertad del comercio y de las corrientes de inversión, reducir los riesgos de inestabilidad del sistema financiero y prevenir el debilitamiento de las normas del trabajo básicas".

Impulsar el crecimiento no inflacionista

Para vencer el pesimismo con respecto al pleno empleo, es primordial "invertir la tendencia de reducción de las tasas de crecimiento predominante en los últimos 20 años" en los países industrializados. Aunque en muchas obras especializadas se sostiene que los esfuerzos encaminados a elevar las tasas de crecimiento terminarán forzosamente por estrellarse contra el escollo de la inflación o de la contracción de la oferta, el informe de la OIT insiste en que la debilidad de la demanda bien pudiera haber provocado el prolongado período de bajo ritmo de crecimiento de la economía mundial, y en que la inflación salarial puede contenerse si las prácticas en materia de relaciones laborales y las reglamentaciones del mercado de trabajo se definen en concordancia con tal objetivo.

Según el informe de la OIT, si se quiere que los países empiecen a crear empleos y reducir las desigualdades de las remuneraciones, es preciso aumentar las tasas de crecimiento económico y, al mismo tiempo, fortalecer los mecanismos institucionales que permitan moderar la inflación salarial y mejorar la preparación y la aplicación de políticas del mercado de trabajo, prestando una atención especial a las personas desempleadas durante largos períodos. "Es posible lograr un crecimiento más elevado a condición de que durante un período prolongado se apliquen políticas de expansión, respaldadas por otras medidas destinadas a evitar que se desaten nuevamente los aumentos salariales inflacionistas y a colmar las lagunas que aparecerán en la oferta de mano de obra calificada".

Los mecanismos destinados a contener la inflación salarial forman el segundo requisito previo para evitar que las iniciativas de expansión económica sean neutralizadas por la reacción de los mercados financieros. El informe reconoce que no existen soluciones fáciles; en todo caso, vale la pena explorar algunas vías, incluida la del "fortalecimiento de la coordinación de las negociaciones salariales, mediante la sincronización de los períodos de negociación y la preparación de pronósticos consensuales sobre las posibilidades económicas futuras". Entres otras opciones figuran la celebración de pactos sociales entre los empleadores, los trabajadores y los gobiernos, la promoción de la participación en los beneficios y la aplicación de políticas de ingresos basadas en la tributación.

El tercer requisito para invertir la tendencia de aumento del desempleo es "mejorar la concepción y la aplicación de las políticas relativas al mercado de trabajo". Para los países industrializados, esto supone reformar los sistemas de prestaciones de desempleo. A este respecto, pueden ser útiles medidas tales como los subsidios y la disminución de la carga tributaria sobre la planilla de sueldos y salarios, encaminadas a estimular la reintegración a la actividad laboral de los desempleados de larga duración. Sin embargo, habría que examinar detenidamente las posibles repercusiones negativas de su aplicación. Entre otras medidas figuran "la rectificación de las deficiencias del mercado laboral ocasionadas por una insuficiente formación profesional", así como "programas de capacitación destinados a los grupos más desfavorecidos en el mercado de trabajo".

En su informe, la OIT afirma que no hay pruebas que corroboren la pertinencia de la solución más invocada cuando se trata de buscar una salida a la crisis del desempleo, a saber, la desreglamentación del mercado de trabajo. Aun cuando reconoce que en todos los países puede haber algunos aspectos de la reglamentación laboral que necesitan ser reformados, sostiene que "es infundado partir del supuesto universal de que estas reglamentaciones son siempre fuente de rigidez, y que la desreglamentación es automáticamente la solución óptima". Cierto es que, en muchos casos la desreglamentación del mercado de trabajo ha influido positivamente al estimular el aumento de la productividad y al redundar en una mejor protección de los trabajadores más vulnerables.

Economías en transición

El problema del desempleo que experimentan las economías en transición se deriva de que aún subsiste la "acumulación de mano de obra en las empresas estatales" heredada del sistema económico anterior. Según el informe, a pesar de que las empresas de Europa central y oriental y de los países que integraban la ex Unión Soviética han emprendido ya reestructuraciones de fondo - cuyo costo ha sido a menudo el aumento del desempleo y la pobreza -, todavía les queda por resolver "el formidable problema que constituye la reestructuración de las empresas no competitivas", así como, en general, el ajuste de la estructura empresarial con el fin de "aumentar la productividad de la mano de obra".

Considerando probable el riesgo de que estas políticas generen fuertes e intolerables tensiones sociales, la OIT subraya cuán importante es para estos países dotarse de "las políticas económicas y las instituciones del mercado de trabajo que parezcan más aptas para reducir el desempleo". Hay que minimizar los obstáculos que entorpecen la creación de nuevas empresas y apartar las barreras a las inversiones extranjeras (como la incertidumbre que impera en cuanto a los procedimientos legales y las deficiencias de la infraestructura mercantil). Otros problemas prácticos que reclaman solución son la insuficiente flexibilidad del mercado de la vivienda y las dificultades que supone garantizar una protección social aceptable para los trabajadores afectados por la reestructuración. Además de las acciones estratégicas, pudiera ser necesario aplicar medidas transitorias destinadas a poner freno al aumento del desempleo.

Economías en desarrollo

La mayoría de los trabajadores de los países en desarrollo "desempeñan labores de baja productividad que, siendo con frecuencia físicamente pesadas, sólo les aportan remuneraciones mínimas". La OIT reconoce que, si bien para la mayoría de los países en desarrollo el pleno empleo es un objetivo a largo plazo, su planteamiento en lo inmediato "ofrece un provechoso marco para la formulación de las políticas de empleo". Entre los objetivos que deberían perseguir las autoridades figuran el logro de "una tasa de crecimiento del empleo productivo en los sectores modernos superior a la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo", así como "la disminución de la magnitud del subempleo en los ámbitos tanto rural como urbano del sector no estructurado de la economía".

El informe atribuye el deterioro de las condiciones de empleo que se está produciendo en muchas regiones del mundo en desarrollo (con excepción de las dinámicas economías asiáticas) a "la incapacidad para recuperarse plenamente de la crisis económica de principios del decenio de 1980". Las bajas tasas de crecimiento - y, en algunos casos, las tasas de crecimiento negativas -, han bloqueado la creación de empleo en el sector moderno y entrañado un exceso de oferta de mano de obra en actividades de baja productividad.

La OIT preconiza que, cuando proceda, se introduzcan reformas económicas, a fin de lograr una estabilidad macroeconómica y sentar las bases para "un entorno propicio a un auge del ahorro y las inversiones, así como a la eficiente asignación de los recursos". Ello debería permitir que los países en desarrollo "aprovechen plenamente los beneficios de la expansión del comercio y de las corrientes de inversión en la economía mundializada". Suele ocurrir que "las meras reformas del mercado tengan que complementarse con inversiones estatales y otras medidas destinadas a reforzar la capacidad de respuesta de la oferta de los productores ante los nuevos incentivos económicos".

TASAS OFICIALES DEL DESEMPLEO 1994-1996, EN UNA SELECCION DE PAÍSES


País

Período/1994

%

Período/1995

%

Período/1996

%

Alemania

Septiembre

10.0

Septiembre

10.2

Septiembre

11.2

Australia

Septiembre

9.3

Septiembre

8.4

Septiembre

8.7

Austria

Agosto

5.3

Agosto

5.4

Agosto

5.7

Barbados

2º trimestre Quarter Quarter Quarter

21.4

2º trimestre

20.5

2º trimestre

16.2

Bélgica

Septiembre

14.6

Septiembre

14.8

Septiembre

14.2

Brasil

Diciembre

3.4

Diciembre

4.4

-

-

Canadá

Julio

10.0

Julio

9.8

Julio

9.8

Chile

2º trimestre

6.1

2º trimestre

5.8

2º trimestre

6.6

Colombia

Junio

9.8

Junio

9.2

Junio

11.7

Corea, República de Repúblicapublique de

Septiembre

2.1

Septiembre

1.9

Septiembre

1.8

Dinamarca

Septiembre

11.3

Septiembre

9.5

Septiembre

7.9

Eslovaquia

2º trimestre

14.4

2º trimestre

13.3

2º trimestre

12.1

España

2º trimestre

24.3

2º trimestre

22.7

2º trimestre

22.3

Estados Unidos

Octubre

5.4

Octubre

5.2

Octubre

4.9

Filipinas

4º trimestre

8.4

4º trimestre

8.4

-

-

Finlandia

Septiembre

17.7

Septiembre

16.4

Septiembre

15.1

Francia

Mayo

10.8

Mayo

11.8

-

-

Hong Kong

2º trimestre

1.6

2º trimestre

2.9

2º trimestre

2.9

Hungría

Octubre

10.9

Octubre

10.3

-

-

Irlanda

Noviembre

14.6

Noviembre

12.9

-

-

Islandia

Septiembre

3.3

Septiembre

3.6

Septiembre

3.3

Israel

2º trimestre

7.4

2º trimestre

6.3

2º trimestre

6.0

Italia

Noviembre

12.1

Noviembre

11.5

-

-

Japón

Septiembre

3.0

Septiembre

3.2

Septiembre

3.3

Letonia

Agosto

6.3

Agosto

6.1

Agosto

7.1

Luxemburgo

Septiembre

2.8

Septiembre

3.0

Septiembre

3.3

Noruega

Septiembre

4.8

Septiembre

4.5

Septiembre

3.9

Nueva Zelandia

2º trimestre

8.2

2º trimestre

6.0

2º trimestre

5.9

Países Bajos

Abril

7.5

Abril

7.2

Abril

6.9

Polonia

Septiembre

16.5

Septiembre

15.0

Septiembre

13.5

Portugal

3 er trimestre

6.8

3 er trimestre

6.9

3 er trimestre

7.1

Puerto Rico

Mayo

13.7

Mayo

13.4

Mayo

14.5

Reino Unido

Agosto

9.4

Agosto

8.4

Agosto

7.8

República Checa

Julio

3.2

Julio

2.9

Julio

3.0

Rumania

Agosto

10.5

Agosto

9.4

Agosto

6.4

Sudáfrica

Mayo

3.9

Mayo

4.3

Mayo

5.4

Suecia

Septiembre

8.1

Septiembre

7.9

Septiembre

8.3

Suiza

Octubre

4.4

Octubre

4.0

Octubre

4.8

Fuentes : Estadísticas nacionales y Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra.

Nota:
El empleo en el mundo 1996/97 - Las políticas nacionales en la era de la mundialización. Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra. ISBN 92-2-310326-6.