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El lugar de trabajo es importante para la lucha contra el cáncer

En el contexto del Día Mundial Contra el Cáncer, es importante recordar que el cáncer de origen laboral, abordado por el Convenio 139, es prevenible con las medidas adecuadas, recuerda el especialista en seguridad y salud en el trabajo de la OIT en América Latina y el Caribe, Renato Bignami*.

Opinión | 3 de febrero de 2021
El Día Mundial Contra el Cáncer, este 4 de febrero, tiene como objetivo aumentar la conciencia de la sociedad sobre esta grave enfermedad que todavía causa la muerte a millones de personas anualmente.

La fecha se originó en 2000, en la primera Cumbre Mundial contra el Cáncer celebrada en París. En esta reunión, los líderes de las agencias gubernamentales y organizaciones contra el cáncer de todo el mundo firmaron la Carta de París, cuyo contenido describe un compromiso global cooperativo para mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y la inversión continua en la investigación, la prevención y el tratamiento del cáncer.

El artículo X de la referida carta declaró formalmente el 4 de febrero como el Día Mundial contra el Cáncer "para que cada año, la Carta de París esté en los corazones y las mentes de las personas de todo el mundo".

Entre los cánceres que afectan a las personas, el cáncer de origen laboral es completamente prevenible siempre que se tomen medidas adecuadas para evitar a la exposición de los trabajadores a los agentes carcinogénicos en el ambiente laboral. Por eso son esenciales las estrategias adecuadas de seguridad y salud en el trabajo (SST).

Los carcinógenos ocupacionales son sustancias químicas, agentes físicos o biológicos y procesos de trabajo que, por su naturaleza y niveles de exposición, aportan riesgo considerable al trabajador. La relación causal entre los carcinógenos ocupacionales y el cáncer de pulmón, vejiga, laringe y piel, la leucemia y el cáncer nasofaríngeo está bien documentada en la literatura médica ocupacional.

A fin de prevenir efectivamente a los cánceres ocupacionales, deben aplicarse medidas adecuadas de seguridad y salud en el ambiente de trabajo para garantizar que las actividades que implican el uso de uno o más carcinógenos no representen un peligro a la salud de los trabajadores o de las personas que viven en las cercanías de la planta.

Además, es fundamental que se dedique la debida atención a todos los posibles modos de contaminación y a las circunstancias bajo las cuales puede ocurrir. Los carcinógenos pueden ingresar al cuerpo por inhalación (vapores, nieblas, polvos), absorción cutánea (salpicaduras, ropa de trabajo sucia) o ingestión (comer con las manos sucias, fumar, etc.). La naturaleza y el alcance de las medidas preventivas varían, por tanto, según la situación.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuenta con diversos mecanismos amplios y específicos de apoyo a la prevención del cáncer ocupacional.

De una forma global y estructuradora, los denominados convenios marco de la OIT en materia de seguridad y salud en el trabajo, como el Convenio núm. 155 sobre seguridad y salud de los trabajadores y su respectivo Protocolo, el Convenio núm. 161 sobre servicios de salud en el trabajo y el Convenio núm. 187 sobre el marco promocional de la seguridad y salud, establecen el enfoque estratégico de la OIT.

Estas normas señalan, entre otras obligaciones, la necesidad de acordar, de manera tripartita, políticas y programas nacionales que permitan una acción preventiva de impacto, con la finalidad de mejorar las condiciones de seguridad y salud y de prevenir los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.

En un abordaje específico, el Convenio sobre el cáncer profesional, 1974 (núm. 139) contiene lineamientos claros y de sentido común que deberían seguirse a fin de prevenir a esta grave enfermedad.

Los países que lo ratifiquen deberán determinar los agentes cancerígenos a los que la exposición en el trabajo estará prohibida o sujeta a control, y procurar que se sustituyan por sustancias no cancerígenas o menos nocivas. Además, deberán describir las medidas que deban tomarse para proteger a los trabajadores contra los riesgos de exposición a agentes cancerígenos, reduciendo al mínimo la duración y los niveles de la exposición.

No podemos olvidar la importancia del Convenio núm. 170 sobre productos químicos, que establece, entre otras, medidas en materia de clasificación y comunicación de los peligros de los productos químicos y de evaluación y seguimiento de la exposición de los trabajadores a productos químicos.

Consciente de que debe ofrecer una respuesta adecuada a los desafíos enfrentados por sus constituyentes, la Oficina Regional de la OIT para la América Latina y el Caribe ha lanzado una Iniciativa Regional que se propone a posicionar la Seguridad y Salud en el Trabajo como eje de las políticas de reactivación productiva y de recuperación económica post-pandemia COVID-19 en la región, dando respuesta oportuna y de calidad a las demandas de los mandantes tripartitos de la Organización (Gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores) en esta materia.

Es importante recordar que la seguridad y salud en el trabajo es un elemento fundamental del trabajo decente, y por tanto,  del desarrollo sostenible y del bienestar de la población.
 
*Renato Bignami es especialista en seguridad y salud en el trabajo de la Oficina  Regional de la OIT para América Latina y el Caribe. Elaboró este artículo con el apoyo técnico de Carmen Bueno y Ariel Pino.