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GB.271/13
271.a reunión
Ginebra, marzo de 1998


DECIMOTERCER PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

Informe de la Comisión de Empleo y Política Social

1. La Comisión de Empleo y Política Social se reunió los días 16 y 17 de marzo de 1998 y estuvo presidida por la Sra. Sarmiento (Gobierno, Filipinas). Los Vicepresidentes empleador y trabajador fueron el Sr. Katz y el Sr. Ito, respectivamente.

2. El orden del día de la Comisión fue el siguiente:

1. El trabajo en el mundo 1997-98: Relaciones laborales, democracia y cohesión social:

2. Informe sobre la marcha de los preparativos del segundo Foro Empresarial de la OIT.

3. Preparativos de la Consulta Internacional sobre el seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social que se celebrará en 1999:

4. Participación de la OIT en importantes conferencias internacionales sobre cuestiones de empleo.

El trabajo en el mundo 1997-98: Relaciones laborales,
democracia y cohesión social

3. El representante del Director General (Sr. Servais, jefe del Grupo Especial sobre relaciones laborales) presentó el documento de la Oficina. Hizo una breve reseña de los principales comentarios formulados durante las presentaciones que se hicieron en distintas partes del mundo. En conjunto, se consideró que en el informe se pasaba revista a los problemas que enfrentan las relaciones laborales en el mundo. Esto era particularmente cierto, por ejemplo, en el caso de: los esfuerzos para sindicar a los trabajadores temporales y con empleos precarios, el papel de los sindicatos y de las organizaciones de empleadores en la promoción de la integración social, las diferencias en los niveles de negociación colectiva, el impacto de la mundialización, y las causas de la disminución de las tasas de sindicación y las nuevas prácticas en materia de desarrollo de los recursos humanos. El anexo estadístico suscitó mucho interés y controversias, pero se pasó por alto un error tipográfico en la cifra correspondiente al Reino Unido en el cuadro relativo al índice de cobertura de las negociaciones colectivas (debería decir 36,5, en lugar de 25,6). Por lo que se refiere al sector no estructurado, los comentarios se centraron en el seguimiento que se había de dar al informe. Recordó que había que sacar varias conclusiones para las actividades futuras de la OIT en general y para el Departamento de Relaciones Laborales y Administración del Trabajo, en particular.

4. El Vicepresidente trabajador observó que no había un modelo universal de relaciones laborales: éstas eran más bien el producto de la cultura y la tradición específicas de cada país. Por esta razón, era aún más importante que se observaran los Convenios núms. 87 y 98 para garantizar una distribución equitativa de los beneficios derivados de la actividad económica, en particular en los países en desarrollo. Elogió la calidad del documento de la Oficina. Sin embargo, lamentó que los autores del mismo no tuvieran experiencia práctica en materia de negociación colectiva ni en relaciones laborales. No se incluía ningún tipo de recomendación concreta. Era importante que el contenido teórico del informe se plasmara en actividades concretas en el Programa y Presupuesto para 2000-2001: en vista de que no se cuestionaba la necesidad de contar con sistemas de relaciones laborales, la OIT debería concentrar sus esfuerzos en promover sistemas eficientes de relaciones laborales compatibles con las normas de la OIT. En particular, esos sistemas deberían respetar la libertad sindical y promover la negociación colectiva. Deberían preparar a los sindicatos, sobre la base del contenido del informe, para que aborden los riesgos que conlleva el proceso de mundialización, para que definan los medios que permitan superar las dificultades actuales de los sindicatos, y para que promuevan la negociación colectiva transnacional en las empresas multinacionales. Propuso que la Oficina celebrara una reunión tripartita para investigar los obstáculos institucionales a la negociación transnacional. La Oficina también debería ayudar a las empresas multinacionales interesadas en experimentar mecanismos de negociación transnacional. Además, la OIT debería considerar la posibilidad de fomentar la introducción de consejos de trabajo similares a los que se están introduciendo en los Estados Unidos, a escala global. Debería reforzarse el Departamento de Relaciones Laborales y Administración del Trabajo. A este departamento también habría que darle una participación activa en la promoción del diálogo social en los planos nacional, regional e internacional. La necesidad y la importancia del diálogo social quedó demostrada recientemente durante la crisis asiática, que hubiera podido atenuarse gracias a mecanismos permanentes de diálogo social. Sin embargo, la OIT debería llevar a cabo actividades más concretas, en lugar de investigaciones teóricas. Subrayó la importancia de que se estableciera una base de datos sobre las relaciones laborales, la necesidad de un estudio sobre las prácticas antisindicales, y de que se emprendieran actividades para promover las normas existentes sobre libertad sindical y negociación colectiva. Para concluir, respaldó las propuestas que formuló la Oficina para que la prevención de conflictos y el mantenimiento de la paz laboral se convirtieran en aspectos importantes de sus programas, y para que prosiguieran los esfuerzos iniciados para sindicar a los trabajadores del sector no estructurado.

5. El Vicepresidente empleador estimó que El trabajo en el mundo contenía muchas informaciones, era un tanto provocador y constituía una buena lectura. Era más fáctico y realista que algunos otros informes presentados a la Comisión, pero era difícil hacer comentarios sobre el mismo porque carecía de un concepto unificador. La base conceptual del informe consistía en asimilar las relaciones laborales con los trabajadores: había una diferencia, ya que en muchos países los sindicatos representaban tan sólo una pequeña parte de los trabajadores. Según el informe, los sindicatos desempeñaban un papel no sólo económico, sino también en la promoción de la democracia y en la integración social en el sentido de que garantizaban un empleo a todo aquel que lo estuviera buscando. Ni el informe ni los acontecimientos recientes aportaban pruebas en este sentido. En cuanto a la democracia, los sindicatos no siempre representaban las opiniones de los trabajadores. No se podía decir que los sindicatos no promovían el empleo ya que eran las instituciones que más obstaculizaban las reformas del mercado del trabajo que podrían promover el empleo. En el informe no se evaluaban los efectos que tenían sobre el empleo y los ingresos las cuestiones que planteaba. En la Comisión había que centrarse en la creación de empleos y el informe no decía nada al respecto. En el informe se señalaba que había una desigualdad creciente de los ingresos. Sin embargo, se trataba de un factor de eficacia para la distribución de la mano de obra y posiblemente para la creación de empleos. En los Estados Unidos este fenómeno iba acompañado de un aumento del empleo y de los ingresos, en particular en el segmento de las familias con ingresos más bajos. Si el aumento reciente y actual del crecimiento económico de algunos países de la OCDE no resultaba en un aumento importante del empleo era porque los sindicatos se oponían a la adopción de las reformas estructurales necesarias. La disminución del número de miembros de los sindicatos y de la representatividad de éstos no reducía necesariamente la influencia política de los sindicatos, y en este sentido citó los casos de Francia y los Estados Unidos. El Sr. Ito parecía considerar que la mundialización y la movilidad del capital de las empresas transnacionales debilitaba a los sindicatos, y esperaba una nueva discusión sobre los códigos de conducta y de supervisión. El efecto de esos códigos ha sido mínimo y la movilidad del capital no era la razón principal por la que a los sindicatos les resultaba difícil organizarse. Había nuevas formas de trabajo y tecnologías que podían practicarse con o sin los sindicatos. La afirmación del Sr. Ito de que los sindicatos servían de freno a las multinacionales era inexacta. El único verdadero mecanismo eficaz para ello era el mercado. En la actualidad el trabajador con conocimientos imponía su precio en el mercado. En el informe había cierta nostalgia por el antiguo sistema de relaciones laborales, aunque en él se observaban nuevas tendencias. La gestión de los recursos humanos constituía en la actualidad un elemento importante de la nueva relación de trabajo. Esto no era negativo: era el camino hacia el futuro. En el documento de la Oficina se hacían recomendaciones que procuraban ayudar a los sindicatos a recuperar su papel tradicional. Sin embargo, había nuevas formas de trabajo y toda una variedad de sistemas de relaciones laborales y la OIT debería ocuparse más en analizarlas.

6. La Sra. Sasso-Mazzuferri (miembro empleador) señaló que el informe fue presentado en Italia por el Sr. Servais con ocasión de la Mesa redonda tripartita de alto nivel en la que tuvo una buena acogida. A los empleadores les agradó sobre todo el profundo análisis de los diferentes sistemas de relaciones laborales descritos y de su evolución frente a la mundialización. También señalaron el lugar que se dio en el informe a las empresas pequeñas y medianas y a las propuestas que formularon las organizaciones de trabajadores y de empleadores para contrarrestar las tasas cada vez más bajas de sindicación de los trabajadores. Acerca de esta cuestión, subrayó que, si bien la crisis de la representatividad era menos importante en su país, había que señalar aun así que había despertado el interés de los empleadores, lo cual hacía destacar el problema que planteaban los trabajadores ilegales, que eran una forma de «enfermedad» generada en reacción contra la falta de flexibilidad del sistema socioeconómico. Los cambios impuestos por la mundialización no sólo eran responsabilidad del gobierno, y las organizaciones de empleadores y de trabajadores también debían tener participación en el momento de elegir opciones. En este sentido, subrayó que los interlocutores de Italia estaban a favor de la acción de la OIT para promover el diálogo social en todos los niveles con vistas a conseguir que se acepte el principio de diálogo permanente entre los sindicatos, las asociaciones de empleadores y los gobiernos. Por último, los gobiernos deberían respetar los papeles atribuidos a los distintos interlocutores de cada sistema de relaciones laborales, y los empleadores italianos se oponían firmemente a la intervención del Estado en cuestiones tales como la reducción del horario de trabajo, que eran claramente responsabilidad de las negociaciones colectivas bipartitas.

7. El representante del Gobierno de Finlandia felicitó a la Oficina por su detallado análisis de un tema difícil. En él se exponían claramente los problemas con que tropiezan los sindicatos en una economía mundializada. La OIT se enfrentaba con los mismos problemas en la medida en que el tripartismo constituía la base de la Organización. Si se consideraba que los sindicatos eran obstáculos para la libre competencia, con ello se estaban cuestionando los principios fundamentales de la OIT. Era decepcionante que en el informe no se dieran soluciones más claras a estos problemas. Se señalaban con acierto los problemas de la exclusión, el empobrecimiento y la marginación, pero sus causas merecían tratarse más a fondo. El problema no radicaba en las políticas sindicales, sino en la liberalización del comercio y los mercados de capital. Del mismo modo, la solución no radicaba únicamente en mejorar la representación sindical en los nuevos modelos de negociación, hacían falta nuevos contratos sociales para garantizar que el trabajo y los beneficios del trabajo estén al alcance de todos. Para lograrlo era indispensable contar con interlocutores sociales y una cooperación tripartita eficientes. Su Gobierno apoyaba la idea de que se hicieran otros análisis, como se sugirió en el párrafo 61 del documento, y estimaba que ya era el momento de formular una declaración sobre los derechos laborales fundamentales.

8. El Sr. Mansfield (miembro trabajador) reiteró lo dicho por el Vicepresidente trabajador en el sentido de que el informe carecía de conclusiones sustanciales en cuanto a las repercusiones que tendrían para la OIT los acontecimientos recientes. El futuro del sindicalismo estaba en manos de los trabajadores y las trabajadoras, pero también hacía falta un cierto grado de aceptación por parte de los gobiernos y de los empleadores. Rechazó la declaración del Vicepresidente empleador: la existencia de sindicatos activos garantizaba la representación de los trabajadores en la negociación nacional, sectorial y en las empresas, de modo que hubiera una distribución de los beneficios del crecimiento de la economía. La existencia de sindicatos débiles significaba explotación de los trabajadores, desigualdades de los ingresos y denegación de los derechos. La OIT tenía un importante papel que desempeñar para facilitar el proceso de adaptación y de cambio de los sindicatos y las organizaciones de empleadores. Debería hacer actividades prácticas en lugar de limitarse a llevar a cabo investigaciones sobre temas de los que ya se disponía de información adecuada. Tal vez sería necesario reforzar el Departamento de Relaciones Laborales y Administración del Trabajo para hacer frente a esta tarea, y dar una participación plena a ACTRAV. El número de trabajadores sindicados en Australia y Nueva Zelandia había disminuido en los últimos años, y las mujeres y los trabajadores en régimen de tiempo parcial representaban una proporción más grande. Indonesia y Papua Nueva Guinea tenían bajos niveles de presencia sindical. Las razones de ello eran distintas en cada caso, pero también tenían puntos en común, tales como los cambios tecnológicos y la estructura de la población activa, así como nuevos estilos de gestión. El reto consistía en influir en el proceso de cambio continuo de manera positiva. El fomento de la libertad sindical debía ser un elemento fundamental de las actividades de la OIT. Los limitados recursos de la OIT deberían utilizarse de manera práctica y las propuestas de investigación formuladas en el informe deberían examinarse cuidadosamente. Brindar información sobre la evolución de la situación era un servicio útil que se podía prestar a países tales como Australia, mientras que en el caso de otros países tales como Indonesia hacía falta proporcionar asistencia más directa para cuestiones tales como la capacitación en materia de sindicación y de negociación. También debía darse prioridad al diálogo social y al tripartismo. La OIT debía explorar el potencial de las negociaciones bipartitas transnacionales. Debía considerarse la posibilidad de celebrar una conferencia tripartita sobre negociación colectiva a nivel internacional.

9. El representante del Gobierno de Austria consideraba que las nuevas tecnologías y formas de trabajo que actualmente eran de carácter mundial y el proceso de modernización y de adaptación sólo podían prosperar si las empresas y los trabajadores compartían los beneficios de las mismas. Era indispensable contar con la participación de los trabajadores en la toma de decisión en los planos nacional e internacional. Había que encontrar un equilibrio entre flexibilidad y seguridad. Anteriormente había oposición entre la protección social y la competitividad, pero en la actualidad la Unión Europea estaba buscando maneras de fomentar la competitividad mediante normas sociales más estrictas. Austria estaba planeando celebrar una conferencia de alto nivel sobre diálogo social. Las nuevas medidas tales como la reducción de la semana laboral debían abordarse por medio de la negociación colectiva.

10. La Sra. O'Donovan (miembro trabajador) consideraba útil el informe en la medida en que obligaba a sus lectores a reflexionar sobre los cambios que se estaban dando en las relaciones laborales. A su juicio, las observaciones del Vicepresidente empleador acerca de los sindicatos distaban de ser constructivas. Los sindicatos en Irlanda eran vectores de cambio que promovían salarios y condiciones de trabajo justos, seguridad en el empleo y desarrollo profesional. En Irlanda el aumento del empleo no estaba basado en empleos a régimen de tiempo parcial o temporal, sino en buenos empleos con salarios y condiciones de trabajo decentes. Consideraba útil la propuesta de que se emprendiera un estudio sobre las prácticas antisindicales, mencionado en el párrafo 49 del documento, y opinaba que no sólo debían considerarse las prácticas flagrantes, sino también las más sutiles con que las empresas multinacionales desalentaban la negociación colectiva en los países en desarrollo.

11. El representante del Gobierno de la India felicitó a la Oficina por el informe y por el documento presentado a la Comisión. La investigación era una importante herramienta para la formulación de políticas y el informe era oportuno en vista de los cambios que se estaban dando a raíz de la mundialización. En el informe se señalaban las limitaciones de la política nacional en una economía mundializada. El deterioro de la situación del empleo en todo el mundo se había atribuido a la mundialización, y las relaciones de trabajo estaban cambiando, pero las legislaciones laborales seguían siendo las mismas. Habida cuenta de que las normas internacionales del trabajo eran los principios directores para la elaboración de las legislaciones nacionales del trabajo, la OIT debería tomar la iniciativa de formular nuevas normas aplicables a las relaciones laborales en plena mutación. La negociación colectiva y el diálogo social eran fundamentales en cada país. Los factores internacionales estaban cobrando más importancia y era necesario que la OIT elaborara un nuevo instrumento de política acerca de la negociación colectiva internacional. En los países en desarrollo tales como la India, el sector no estructurado desempeñaba un importante papel, y la OIT debería incrementar su labor sobre las relaciones de trabajo en este sector.

12. La representante del Gobierno del Canadá felicitó a la Oficina por el informe, en el cual se reveló un profundo cambio en las relaciones laborales a raíz de la mundialización. Su Gobierno estimaba que la mundialización ofrecía los medios para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, pero el crecimiento económico tenía que ir de la mano con la protección de los valores sociales y los derechos de los trabajadores. El informe ofrecía interesantes propuestas para investigaciones adicionales, y hacían falta actividades de seguimiento. Sin embargo, varios gobiernos, incluido el del Canadá, deseaban que la Oficina formulara una estrategia global de investigaciones antes de aprobar las propuestas individuales de investigaciones como las propuestas ante la Comisión. El papel de los gobiernos en las relaciones laborales se estaba modificando, pues dejaban de ser los proveedores o los directores para convertirse en los facilitadores, y el informe podía haber presentado una visión más global de las estrategias que adoptan los gobiernos en respuesta a la nueva realidad social.

13. El representante del Gobierno de Bangladesh estimaba que el informe se basaba principalmente en la experiencia de países altamente industrializados y no reflejaba la situación en los planos macroeconómico o empresarial de los países en desarrollo. Era necesario proceder con cautela al relacionar las conclusiones del informe con países en desarrollo como Bangladesh.

14. El representante del Gobierno de Francia felicitó a la Oficina por el informe, que era insuperable. No obstante, hubo ciertos problemas de distribución que había que subsanar ya que la prensa había tenido acceso al informe antes que los mandantes, lo cual les dificultó la formulación de comentarios. Los medios de comunicación se concentraron en la disminución del número de miembros de los sindicatos y esto causó un daño considerable que los mandantes no han podido reparar. El Gobierno organizó un seminario y publicó información adicional en un intento por situar esos titulares poco felices en su contexto. En el informe se exponían los principales cambios que se están dando de resultas de la mundialización. Entre las cuestiones fundamentales estaba la necesidad de que los sindicatos se adaptaran a la creciente individualización de las relaciones de trabajo, la necesidad de que las organizaciones de empleadores abarquen una variedad cada vez mayor de empresas, la necesidad de que se reconociera que los derechos comerciales estaban cobrando mayor prioridad que los derechos sociales y laborales; la importancia de la negociación colectiva y del diálogo social, incluido a nivel transnacional y el refuerzo de esos principios por parte de la OIT a fin de garantizar la democracia y la cohesión social.

15. El representante del Gobierno de los Estados Unidos también manifestó su agradecimiento por el informe. Estaba de acuerdo en que un nivel de desempleo alto y persistente era la causa de muchos de los problemas sociales y laborales. Era indispensable contar con políticas apropiadas para adaptarse a la mundialización, y su Gobierno apoyaba los esfuerzos de la OIT para ayudar a los gobiernos y a los interlocutores sociales a formular políticas eficaces. Había pruebas concretas de que las políticas orientadas hacia el exterior y hacia el mercado habían tenido un impacto favorable en el comercio y el crecimiento. Una economía con un alto nivel de empleo aportaba beneficios económicos y sociales. La tasa de desempleo en los Estados Unidos se había mantenido por debajo del 6 por ciento durante tres años con la tasa actual del crecimiento del empleo, que era de aproximadamente 300.000 empleos por mes. La inflación era baja y el déficit del presupuesto federal se estaba reduciendo. La lección que había que extraer de la experiencia de los Estados Unidos era que los mercados abiertos, los déficit presupuestarios limitados y las inversiones en tecnología y en los recursos humanos generaban amplios beneficios. Refiriéndose a las repercusiones del informe para las actividades de la OIT, recalcó la necesidad de contar con información actualizada, de promover el derecho de sindicación, el estudio de prácticas de gestión de los recursos humanos y los problemas relacionados con las nuevas formas de empleo.

16. El representante del Gobierno de Hungría felicitó a la Oficina por su informe, que era único en su género y contenía algunos importantes mensajes, aunque las directrices que impartía para la acción futura eran limitadas. La parte IV del informe era muy valiosa para los interlocutores sociales. El éxito económico en los planos macroeconómico y de las empresas requería relaciones laborales equilibradas. El crecimiento económico, la democracia, las relaciones laborales y el diálogo social estaban estrechamente relacionados. Hungría había logrado llevar a cabo un radical proceso de ajuste pacíficamente gracias a su estructura de negociación tripartita. Las inversiones extranjeras directas eran muy importantes en Hungría, y generalmente en las empresas multinacionales había buenas relaciones laborales colectivas. Había problemas principalmente con las pequeñas empresas familiares. Los sindicatos eran importantes cuando la transformación económica hacía vulnerables a los trabajadores. La reglamentación gubernamental y la inspección laboral eran más eficaces cuando había sindicatos que supervisaran su observancia. En estas tareas se requería el asesoramiento y la ayuda de la OIT.

17. El representante del Gobierno de China consideraba que el informe era valioso por su análisis de los cambios en las relaciones laborales. Era indispensable contar con relaciones laborales sanas para garantizar la eficacia de las empresas, el desarrollo económico, la estabilidad social y los derechos de los trabajadores. Sin embargo, las relaciones laborales tenían que evolucionar y adaptarse a las características sociales y económicas de cada país, y las soluciones no debían basarse en un solo modelo. No podía atribuirse a las relaciones laborales la responsabilidad de la creciente desigualdad de los ingresos, del desempleo y de la explosión social, que eran el resultado de fuerzas de la economía que las relaciones laborales no podían determinar. La OIT debía seguir estudiando estos hechos y ayudando a los gobiernos a fortalecer su capacidad para ocuparse de las cuestiones de las relaciones laborales.

18. El Vicepresidente empleador manifestó su descontento por el retraso con que recibió el documento de la Oficina. Las recomendaciones del mismo miraban hacia el pasado, cuando la OIT debía mirar hacia el futuro. Pocos sindicatos --  y los australianos eran una excepción en este sentido -- habían contribuido al crecimiento del empleo porque obstaculizaban reformas que promovían la flexibilidad del mercado laboral. En cuanto a la disminución del número de miembros de los sindicatos, reiteró que las empresas multinacionales no eran responsables de este hecho. Las multinacionales, las inversiones y el comercio transfronterizos crecían con rapidez. Obviamente, esto le hacía la vida difícil a las organizaciones nacionales. Por esta razón evidente, sería difícil considerar la realización de negociaciones colectivas multinacionales. Sin embargo, los sindicatos aún tenían una considerable influencia política y deberían usarla para actualizar el movimiento sindical.

19. El representante del Gobierno del Reino Unido deseaba que se llevaran a cabo más debates sobre las nuevas formas de trabajo que estaban surgiendo y cómo abordarlas. Sería necesario que los sindicatos y las organizaciones de empleadores prepararan a sus miembros para adaptarse a las nuevas normas de tecnología y de producción, sobre todo gracias a una formación continua durante toda la vida. Los gobiernos deberían ocuparse de las rigideces estructurales que impedían que los mercados del trabajo se ajustaran a los cambios tecnológicos o a la competencia externa.

20. El Vicepresidente trabajador respondió que la tarea principal del movimiento sindical no era ayudar a las empresas a aumentar su competitividad o sus beneficios. Tampoco lo era la creación de empleo. Los sindicatos existían para negociar con los empleadores y garantizar buenos empleos y condiciones de trabajo dignas. Los sindicatos y los empleadores representaban intereses que con frecuencia eran diferentes, y por ende, contrarios. Sin embargo, el proceso de negociación permitía construir una relación de acuerdo y de confianza. Los sistemas de relaciones industriales diferían de un país a otro, pero los Convenios núms. 87 y 98 eran universales y debían ser respetados en todas partes. No debía condenarse a las empresas multinacionales de manera absoluta. En los casos en que contribuían al desarrollo social, eran bienvenidas pero en los que limitaban los derechos sindicales, debían ser condenadas.

21. El Sr. Taqi (Subdirector General), refiriéndose a la cuestión de la formación continua durante toda la vida, que mencionó el orador anterior, señaló que el próximo número de El trabajo en el mundo trataría sobre la formación. Dio la gracias a los Miembros por sus contribuciones positivas y señaló que para muchos el informe era un documento sustancial y valioso, cuyas deficiencias radicaban en errores de omisión más que de comisión. A juicio de varios Miembros, el documento era provocador: esto era un halago si significaba que en el informe se habían seleccionado cuestiones pertinentes que se habían examinado con franqueza. Deseaba que los investigadores de la Oficina tuvieran la impresión de que podían ser francos, a fin de producir documentación estimulante y de mayor valor para los mandantes. Estaba de acuerdo con el representante del Gobierno de Francia en que podía mejorarse el sistema de distribución de informes de la OIT. Las reacciones a este informe y en particular a la segunda parte del documento contribuirían a formular las propuestas de Programa y Presupuesto para el próximo bienio como parte de la estrategia de investigaciones que mencionó la representante del Gobierno del Canadá.

Informe sobre la marcha de los preparativos
del segundo Foro Empresarial de la OIT

22. El Sr. Hultin (Subdirector General) declaró que después de noviembre de 1997 el Grupo de Trabajo tripartito se había reunido varias veces con representantes de trabajadores y de los empleadores y sus secretarías. En el documento de la Oficina se recogían las discusiones pertinentes. La labor del Grupo de Trabajo tripartito se basó por completo en las discusiones de la Comisión de noviembre de 1997. Se consideraba el nuevo Foro como una oportunidad para intercambiar conocimientos prácticos. Se haría todo lo posible para atender las inquietudes de las empresas en el Foro.

23. La primera reunión del Foro serviría en realidad para sentar las bases de la segunda, la tercera y la cuarta, que se llevarían a cabo simultáneamente y que tratarían sobre una sucesión de temas seleccionados para atender los intereses de los participantes. La primera reunión se ocuparía no sólo de la manera en que el mundo veía a las empresas, sino también de cómo las propias empresas se dirigen al mundo y abordan los problemas de la mundialización. El tema de los cambios del mercado se desarrollaría en otras tres reuniones sobre estrategias competitivas basadas en los recursos humanos, la ciudadanía de empresa y las iniciativas sociales y la explotación de las posibilidades de empleo de las pequeñas empresas, que se concentraría sobre todo en las necesidades de los jóvenes y de las mujeres y en el fomento de un entorno favorable para crear empleos de calidad en las empresas. Estaba previsto que el Foro se llevaría a cabo en noviembre de 1999, con arreglo a la decisión del Grupo de Trabajo tripartito.

24. A juicio del Vicepresidente empleador aún hacía falta realizar otras labores. El documento de la Oficina era, obviamente, el producto del enfoque de una comisión. Se preguntaba si esos temas resultarían atractivos para los empresarios. Por lo que se refiere a la reunión preparatoria, el tema de los avances tecnológicos y los cambios globales era obsoleto para muchos empleadores, y probablemente también para los representantes de los trabajadores. El tema de la evolución del mercado al parecer se planteaba en todas las reuniones. Quizás la respuesta a esta situación consistiría en contar con un solo orador principal para abordar este tema. Si había algo que sólo la OIT podía ofrecer a los empresarios, era en lo relacionado con «el trabajo con los trabajadores». El tema que probablemente resultaría atractivo para los empresarios sería el relacionado con las estrategias competitivas basadas en los recursos humanos. En este contexto, habría que suprimir la palabra «ferozmente» al hacer referencia al menoscabo de la seguridad del empleo. La idea de ciudadanía de empresa prevista para la reunión 3 debería constituir un segmento distinto del Foro. Esta cuestión tenía que constituir uno de los temas del Foro para satisfacer a los trabajadores, y en el contexto de la misma debían abordarse todas las cuestiones de etiquetado social y de responsabilidad social.

25. En cuanto a la cuestión de las posibilidades de empleo de las pequeñas empresas, se planteó la pregunta de por qué la reunión debía limitarse únicamente a las pequeñas empresas. El problema solía consistir en crear condiciones que permitieran prosperar a las empresas, independientemente del tamaño de las mismas. Era necesario contar con un contexto reglamentario y legislativo que permitiera que las empresas de todas las dimensiones respondieran rápidamente a la necesidad de reducciones y a otros cambios estructurales. Por esta razón, se preguntaba si la idea de celebrar reuniones simultáneas era la mejor. Entendía por qué la celebración simultánea de tres reuniones ofrecía ciertos atractivos, pero muchos participantes deseaban participar activamente en la discusión de todos los temas propuestos. Una solución consistiría en reducir drásticamente el número de expertos a menos de diez, incluso a menos de seis, y en concentrarse en un pequeño número de expertos del más alto nivel. Para algunos miembros de su Grupo cabía considerar la celebración de discusiones regionales preparatorias, que podían basarse en la labor de los equipos multidisciplinarios. El Instituto Internacional de Estudios Laborales llevó a cabo varios cursillos sobre temas muy similares. Preguntó si no sería posible poder contar con las conclusiones de esos cursillos en el Foro.

26. El Vicepresidente trabajador dijo que habría otras oportunidades para discutir sobre esas cuestiones a medida que se extendieran las invitaciones, pero que ya convenía discutir sobre el contexto temático y las fechas. Le complacía observar que se habían celebrado cuatro reuniones del Grupo de Trabajo tripartito, en parte como resultado de las opiniones que expresó el Grupo de los Trabajadores después del primer Foro Empresarial. Elogió a los responsables, incluidos los representantes de los trabajadores y de los empleadores que participaron en la consulta.

27. El Grupo de los Trabajadores estaba de acuerdo en gran medida con el contenido del documento. El tercer tema, que trataba sobre los códigos de conducta y el etiquetado social, daría lugar a un debate sustantivo que con seguridad permitiría hacer progresos concretos. El cuarto, relacionado con las posibilidades de empleo de las pequeñas empresas, debía basarse en gran medida en la recomendación sobre las condiciones generales para fomentar la creación de empleos en las pequeñas empresas y medianas empresas que se prevé adoptar en la reunión de junio de 1998 de la Conferencia Internacional del Trabajo. Se preveía que las discusiones del Grupo de Trabajo que se celebren durante la misma se concentrarán en empleos de calidad y en la protección de los trabajadores de las pequeñas y medianas empresas. Era importante, en relación con el segundo tema, que se evitaran discusiones que pudieran conducir a la formulación de conclusiones lesivas para los intereses de los trabajadores. Había que concentrarse en trabajar con los sindicatos para mejorar la capacitación y la productividad de los trabajadores, en lugar de utilizar técnicas de gestión de los recursos humanos que socavan los sindicatos. Las fechas propuestas del Foro eran aceptables para el Grupo de los Trabajadores. Sin embargo, no tenían objeción para que se hicieran cambios adicionales si ello era necesario para garantizar la máxima participación. Esperaba que la Oficina facilitara la participación de trabajadores en el Foro. Un obstáculo para ello era el alto costo que suponía la asistencia al mismo: una posible solución para facilitar la participación de los trabajadores sería hacer coincidir el Foro con otras reuniones y eventos de la OIT.

28. El representante del Gobierno de Finlandia dijo que la propuesta de celebrar un segundo Foro era una buena idea. Había tomado nota con satisfacción de la declaración preliminar de los temas propuestos. Sin embargo, debía hacerse mayor hincapié en temas cada vez más importantes como la formación continua durante toda la vida y las estrategias basadas en equipos. En una sociedad de la información era importante buscar todos los medios posibles para promover el concepto de valor agregado intelectual de la producción. Cabía hacer más ajustes con el transcurso del tiempo, sobre todo en los campos que mencionó el Sr. Katz, e hizo votos por el éxito de esta empresa.

29. El Sr. Anand (miembro empleador) dijo que los equipos multidisciplinarios podían desempeñar un importante papel en los preparativos del segundo Foro. Ahora se reconocía en todo el mundo que las empresas eran el centro de crecimiento económico del desarrollo. En un momento en que crecía rápidamente el desempleo, se reconocía el valor de las empresas para el desarrollo de la sociedad. Por esta razón, hacía falta un insumo práctico basado en la experiencia regional real y no en meras teorías académicas. La gente necesitaba ver de qué manera el refuerzo exitoso de las empresas en el terreno era un factor fundamental de estabilidad social, crecimiento económico y desarrollo. La idea de utilizar los equipos multidisciplinarios debía hacerse inicialmente a título experimental utilizando los recursos ordinarios de que éstos disponían.

30. El Sr. Mansfield (miembro trabajador) respaldó las observaciones que formuló el Vicepresidente trabajador. La estructura del Foro propuesto ya había sido objeto de considerables discusiones. Ello había dado como resultado un programa equilibrado y atractivo en el que se abordaban los cuatro temas ya mencionados: la evolución del mercado, las estrategias competitivas basadas en los recursos humanos, la ciudadanía de empresa y las iniciativas sociales y la explotación de las posibilidades de empleo de las pequeñas empresas. Estos temas parecían mucho más equilibrados que los del primer Foro. Estaba claro que la actividad del Grupo de Trabajo tripartito había sido valiosa y que sin duda era posible hacer otras modificaciones a la luz de las presentes discusiones. El primer Foro había contado con una nutrida concurrencia, aun cuando el programa no era tan atractivo como el del segundo. Refiriéndose a la propuesta de los cursillos regionales, temía que pudieran crear demasiado trabajo con demasiada rapidez. En vista de que la planificación para el Foro era en sí una tarea ingente, advirtió contra toda posible dilución de los esfuerzos que ello requeriría. Dio todo su respaldo a los comentarios del representante del Gobierno de Finlandia. Debería hacerse más hincapié en el desarrollo de la capacitación, la formación profesional y la innovación. Estos debían ser elementos clave, y sin duda surgirían otras valiosas ideas durante la planificación del Foro.

31. El representante del Gobierno de los Estados Unidos dijo que el primer Foro había sido muy valioso, porque se habían aportado ideas y modos de pensar del exterior. Los cambios se estaban dando con muchísima rapidez en todo el mundo y era mucho lo que se podía aprender de conferenciantes eminentes. Recordó la contribución que hizo un alto representante de la administración de Lufthansa, quien presentó conceptos provocadores desde una perspectiva mundial. Esperaba que los representantes de los trabajadores estarían en posición de ofrecer perspectivas igualmente globales con ocasión del próximo Foro. Los grupos especiales debían ser mucho más reducidos -- mucho menos de 11 miembros -- y habría que buscar expertos y contribuyentes de alto nivel.

32. El Vicepresidente trabajador se refirió nuevamente al documento que formuló el Grupo de Trabajo tripartito. La presente discusión podría continuar en una reunión de la Mesa de la Comisión para ver qué repercusiones podrían tener para la organización del Foro. A partir de ese momento sería posible examinarlo con más detenimiento en la reunión de noviembre de 1998 del Consejo de Administración.

33. El Sr. Hultin, en respuesta a la discusión, dijo que se habían presentado muchas ideas útiles. Estas se examinarían con detenimiento y se propondrían conclusiones apropiadas. El Grupo de Trabajo seguiría reuniéndose con regularidad. Si bien noviembre de 1999 parecía una fecha lejana, el tiempo pasaba muy rápidamente y era importante que no disminuyera el ímpetu de las útiles discusiones del Grupo de Trabajo tripartito. El representante del Gobierno de los Estados Unidos subrayó la importancia de contar con ideas frescas del exterior. Eso significaba que todas las posibilidades promocionales para el Foro fuera de los propios mandantes de la OIT tenían un inmenso valor para garantizar la amplitud, la gama y la calidad de los temas discutidos en el Foro. Era importante suscitar el mayor interés posible dentro de los variados círculos en que se movía la Comisión. El Grupo de Trabajo tripartito seguiría reuniéndose y presentaría un informe completo sobre la marcha de los trabajos en la reunión de noviembre de 1998 del Consejo de Administración.

Preparativos de la Consulta Internacional sobre el seguimiento
de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social
que se celebrará en 1999

a) Nueva discusión de las recomendaciones acerca de
las principales acciones futuras en el plano nacional
que figuran en el
Informe de síntesis del Grupo de Trabajo
del CAC sobre el pleno empleo y los modos de vida sostenibles

b) Informe sobre la marcha de la realización de evaluaciones
de la política de empleo en el plano nacional

c) Orden del día de la Consulta Internacional
y participación en la misma

34. El Director del Departamento de Empleo y Formación (Sr. Sengenberger) introdujo este punto del orden del día, que constaba de tres elementos relacionados entre sí y se centró en las actividades y en los esfuerzos de la OIT para el seguimiento del compromiso 3 de la Declaración de Copenhague y del Programa de Acción. El tema central de ese compromiso era la promoción del objetivo del pleno empleo. En cuanto al primer elemento, señaló que la Comisión pidió otra discusión del párrafo 22 del documento presentado en noviembre de 1997 en el que se resumían las principales cuestiones y conclusiones del Informe de síntesis del Grupo de Trabajo del CAC sobre el pleno empleo y los modos de vida sostenibles(1) . El Grupo de los Empleadores estaba de acuerdo en términos generales con las conclusiones y consideraba que eran similares a otras discutidas en foros anteriores de la OIT. Sin embargo, el Grupo expresó su escepticismo por el hecho de que se basaran las conclusiones en la muestra de países examinados, estaba en desacuerdo con su orden de prioridad y recalcó la necesidad de presentar un paquete estimulante de medidas de política a los gobiernos y a los interlocutores sociales. El Grupo de los Trabajadores había apoyado casi en su totalidad el marco general de política y las directrices del párrafo 22, pero había expresado reservas acerca de las conclusiones relativas al ajuste estructural y la liberalización, que, según expresaron, diferían de las conclusiones del texto principal. El Grupo de los Trabajadores también había señalado las pobres condiciones de trabajo que podrían resultar de la desreglamentación y había recalcado la necesidad del desarrollo de los recursos humanos para elevar la calidad del empleo. Los miembros gubernamentales, si bien expresaron que estaban de acuerdo con la totalidad de las conclusiones, las encontraron un tanto generales. Señaló que el párrafo 22 era un resumen del Informe de síntesis y que, precisamente, era general. Había un examen más completo de las medidas en los mismos informes por país que, en el caso de los exámenes emprendidos por la OIT, habían contado con el pleno apoyo de los mandantes tripartitos de cada país. La Oficina estaría en mejor condiciones de elaborar conclusiones sobre las políticas cuando se hubieran examinado las políticas de empleo de más países.

35. El documento de la Oficina sobre el segundo elemento(2)  proporcionaba un resumen de los exámenes de la política de empleo que la Oficina estaba llevando a cabo en la actualidad. Estas evaluaciones estaban en distintas etapas, y la de Brasil estaba relativamente adelantada. Se habían iniciado los exámenes en Ucrania, Kenya y Barbados. Côte d'Ivoire había dado su aprobación formal para emprenderla. En la actual serie de exámenes se incluían cuatro países industrializados -- Austria, Irlanda, los Países Bajos y Dinamarca. Se hacía referencia frecuentemente a estos últimos por sus políticas del empleo y del mercado laboral y por sus sistemas de consulta tripartita innovadores. El documento de la Oficina sobre el tercer elemento(3)  contenía un posible orden del día y una lista de participantes de la Consulta Internacional sobre el seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. La lista de participantes propuesta en el documento era provisional. Respondiendo a una pregunta del Vicepresidente trabajador acerca de la relación entre la Consulta Internacional y la propuesta para que se celebrara una conferencia sobre el empleo en el año 2000, que figuraba en el párrafo 69 del documento del Consejo de Administración relativo a la consulta preliminar sobre las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001(4)  dijo que la Consulta Internacional, según lo previsto en el Programa y Presupuesto para 1998-1999, podía considerarse como uno de los preparativos para la conferencia, que probablemente tendría un mayor alcance y participación de los previstos. El Consejo de Administración debía decidir si aceptaba una o las dos propuestas.

36. El Vicepresidente trabajador propuso que se formulara una serie de conclusiones en materia de política con vistas al alcance del pleno empleo y que la Comisión las adoptara para guiar la preparación del informe para la Consulta Internacional propuesta. El Grupo de los Trabajadores tenía algunas reservas en relación con el párrafo 22 del documento GB.270/ESP/1/1. Propondrían algunas modificaciones a los puntos relacionados con las políticas de ajuste macroeconómico y estructural y lamentaron que ninguna de esas cuestiones se centrara en las ZFI y que no se diera suficiente atención a las reducciones de los programas de educación y formación profesional causadas por las limitaciones fiscales. El énfasis que se daba en el texto al control de la inflación estaba fuera de lugar, ya que en general la misma estaba bajo control; en la actualidad el peligro era la deflación. Se habían aplicado políticas de ajuste estructural y de liberalización durante más de una década sin que generaran muchos beneficios en materia de empleo. En el octavo compromiso de la Declaración de Copenhague se sostenía que los objetivos de desarrollo social deberían basarse en programas de ajuste estructural y en políticas sociales acertadas, elaborados mediante el diálogo social. Era necesario enmendar algunas partes del párrafo 22. En cuanto al tercer elemento, señaló las limitaciones de los exámenes de la política del empleo que se llevaban a cabo en el marco interorganismos y pidió a la Oficina que siguiera las modalidades previstas en el documento de la Oficina de marzo de 1996. En términos generales, el Grupo de los Trabajadores acogió con agrado la lista de países seleccionados, pero estimaba que la región asiática no estaba representada de manera adecuada, sobre todo los países que atravesaban grandes crisis financieras. Acogió con agrado la propuesta sobre la Consulta Internacional y respaldaba plenamente los puntos propuestos para el orden del día. Preguntó si la Consulta Internacional podía programarse para una fecha cercana a la del segundo Foro Empresarial a fin de economizar recursos y permitir una mayor participación de los trabajadores.

37. El Vicepresidente empleador estaba de acuerdo en que había un riesgo de deflación. El Japón en particular podía hacer más para estimular el crecimiento con efectos benéficos tanto dentro como fuera del país. El párrafo 22 del documento GB.270/ESP/1/1 no era del todo satisfactorio; en materia de política macroeconómica era anodino y carecía de una declaración significativa sobre los obstáculos reales para la creación de empleos. El párrafo carecía de firmeza para recomendar una acción eficaz a fin de reformar los mercados del trabajo nacionales. Las conclusiones del Presidente de la reunión del G-8 de Londres mencionaban la necesidad de introducir reformas estructurales para suprimir los obstáculos a la creación de empleos y garantizar el funcionamiento eficaz de todos los mercados, en particular los mercados del trabajo, de capitales y de productos, para que pudieran crearse y ampliarse las pequeñas y medianas empresas. Incluso los documentos de la OIT escritos antes de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social habían sido más sencillos y más directos al tratar los temas del mercado laboral. En cuanto al segundo elemento, los exámenes de las políticas del empleo nacionales eran interesantes, pero lamentaba que sólo se hubiera dado a la Comisión un resumen preparado por la Oficina. Los exámenes de las políticas de empleo podrían ser más eficaces si la propia Comisión llevara a cabo los exámenes por país. El examen de los países de la OCDE debería indicar el papel que desempeñaban el trabajo temporal y el trabajo en régimen de tiempo parcial en sus exitosos exámenes del rendimiento del empleo. El examen de Ucrania, en donde seguía habiendo tensiones entre los reformistas y los antirreformistas, debería ser franco al mostrar la necesidad de una reforma económica. En el orden del día propuesto para la Consulta Internacional (en el tercer elemento) tampoco se reconocía que el principal obstáculo para la creación de empleos era de carácter estructural, y no el crecimiento de la demanda, y no se hacía mención de la flexibilidad en el mercado laboral. La experiencia de Europa occidental mostraba que los niveles de desempleo aumentaban en cada ciclo. En el párrafo 4 del documento sobre la Consulta Internacional, se hacía demasiado hincapié en la calidad del empleo: el desempleado no podía nunca, por ejemplo, participar en la toma de decisiones. Demostraba no comprender hasta qué punto constituía un factor disuasivo para los empresarios el hecho de contratar mano de obra en lugar de sustituir el capital por mano de obra.

38. El representante del Gobierno de la India señaló que, si bien en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social se estableció el objetivo de alcanzar un empleo pleno, productivo y libremente elegido para todos y que la mayoría de los gobiernos suscribieron su Declaración, la experiencia reciente demostraba que tal vez no sería posible alcanzar este objetivo en un futuro cercano. La situación había tomado el peor cariz posible, sobre todo en lo relacionado con el empleo y las cuestiones sociales, como se indicó en El trabajo en el mundo. Dudaba que las recetas con que se contaba actualmente fueran adecuadas para hacer frente a ese reto. Si bien la India había adoptado varias medidas de reforma económica, programas de ajuste estructural y de liberalización del comercio, el impacto de los mismos todavía no se podía medir de manera adecuada. Su Gobierno deseaba esperar antes de pedir a la OIT que hiciera un examen de las políticas de empleo. Sin embargo, le gustaría asistir a la Consulta de 1999.

39. El representante del Gobierno de China manifestó el pleno apoyo de su país a la Consulta Internacional que, habida cuenta del mandato ampliado que le confió a la OIT la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, constituiría una importante empresa. La Oficina debía informar fielmente sobre los progresos alcanzados hasta el momento en materia de empleo y las limitaciones encontradas. La Consulta Internacional también debería presentar medidas específicas y prácticas para la creación de empleos. Habida cuenta de las dimensiones y de la población de Asia, la participación de los países asiáticos, tal como estaba prevista en la actualidad, parecía inadecuada.

40. El Sr. Mansfield (miembro trabajador), refiriéndose al párrafo 22 del documento GB.270/ESP/1/1 preguntó si podía haber un acuerdo tripartito sobre un texto revisado. En dicho texto debería recomendarse un marco nacional general que promoviera un alto crecimiento económico y del empleo. Los trabajadores tenían objeciones en cuanto a la forma y al fondo del texto del párrafo 22, que, a su juicio, debía ser revisado. Esperaba que pudiera utilizarse un texto revisado tanto en 1999 para la Consulta Internacional y durante el año siguiente para la posible conferencia sobre el empleo. Sin embargo, la labor de la Comisión era lenta en relación con la dimensión tan importante del problema del desempleo, que tenía graves efectos sobre los trabajadores jóvenes y los mayores. En respuesta al Vicepresidente empleador, consideraba que el orden del día propuesto para la Consulta Internacional era compatible con los términos utilizados en las conclusiones de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. En respuesta a los comentarios del Vicepresidente empleador acerca del desempleo estructural, señaló que las reformas estructurales no habían reducido el desempleo en Australia y que los criterios para la unión monetaria constituían un freno que los propios europeos habían impuesto a su crecimiento. Era conveniente que la Consulta Internacional examinara los progresos de la OIT en el fomento de las normas fundamentales del trabajo. Por último, preguntó si la Consulta Internacional podía programarse inmediatamente antes del Foro Empresarial.

41. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia dio todo su apoyo a la Consulta Internacional y al orden del día propuesto por la Oficina, y declaró que su Gobierno deseaba participar en la misma. La Oficina debería incluir a la Federación de Rusia en los exámenes sobre las políticas de empleo, ya que el nuevo equipo multidisciplinario de Moscú podría ser útil en este sentido.

42. El representante del Gobierno de Francia señaló que tanto la calidad como la cantidad del empleo eran importantes. En términos de experiencia internacional, Francia no abandonaría nunca su protección social. Dio su respaldo a las dos reuniones que propuso la Oficina. Sin embargo, por muy decepcionante que haya sido la evolución del empleo desde la reunión de Copenhague, no debería cambiarse el rumbo de la OIT, como se indica en El trabajo en el mundo, ni deberían hacerse menos estrictos los compromisos formulados en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. La OIT debería declarar que el pleno empleo era posible. Los gobiernos deberían pedir a la OIT que continuara sus acciones y políticas derivadas directamente de los compromisos de Copenhague.

43. El representante del Gobierno del Japón, apoyando la Consulta Internacional, dijo que su país estaba interesado en participar en la misma.

44. El Vicepresidente trabajador dio todo su respaldo a las opiniones del representante del Gobierno de Francia, sobre todo en relación con el compromiso con el pleno empleo. Reiteró su petición para que la Consulta Internacional y el segundo Foro Empresarial se celebraran en fechas más cercanas.

45. El Vicepresidente empleador tenía dudas de que un aumento del crecimiento en Europa occidental pudiera reportar beneficios importantes al empleo, ya que el componente estructural del desempleo era muy alto. Si bien el modelo de crecimiento del empleo de los Estados Unidos no era necesariamente aplicable a los países con sistemas y tradiciones diferentes, este argumento no se podía utilizar de ningún modo como excusa para no reformar los mercados laborales. La mayoría de los dos millones de empleos creados en los últimos seis meses eran de alta calidad, e incluso los empleos con bajos salarios daban a los desempleados una valiosa experiencia laboral y les permitían ascender en la escala de sueldos. Sin embargo, el orden del día propuesto para la Consulta Internacional no abordaba el tema de las reformas microeconómicas. El Grupo G-8 podía hacer declaraciones claras; ¿por qué no la OIT? Por último, acogió con agrado la idea de proceder a un examen de la política del empleo en el caso de la Federación de Rusia.

46. El Sr. Anand (miembro empleador) señaló la necesidad de contar con un informe de los gobiernos acerca de los esfuerzos y recursos que dedican para cumplir los compromisos de Copenhague. La India debería participar en la Consulta Internacional.

47. El Sr. Taqi (Subdirector General) aclaró que el párrafo 22 del documento GB.270/ESP/1/1 era un resumen de los puntos de un informe de síntesis. Ese ejercicio había sido útil, pero ya se había terminado. Esos puntos no se utilizarían palabra por palabra en el informe para la Consulta Internacional. Refiriéndose a los exámenes de la política de empleo, dudaba que la Oficina pudiera ocuparse de un número más grande. Nueva Zelandia no deseaba participar en ellos por el volumen de trabajo problemático que planteaba la reestructuración de su administración interna. El Pakistán había dado indicaciones favorables de que estaba preparado para proceder a uno de estos exámenes, y el Sr. Taqi esperaba que se adoptara una decisión definitiva en breve. Una vez completados, la Comisión no sólo recibiría una síntesis de los exámenes, sino también los informes individuales por países. En cuanto a la Consulta Internacional, se haría una propuesta formal al Consejo de Administración en marzo de 1999, acerca de su orden del día, fecha y número de participantes. Los puntos del orden del día parecían aceptables para la Comisión, aun cuando las anotaciones habían sido objeto de ciertas críticas. El informe presentado a la reunión se centraría principalmente en la cantidad de empleos, pero también abarcaría algunos aspectos cualitativos. Incorporaría además de las evaluaciones de la política de empleo en el plano nacional, varias investigaciones llevadas a cabo en 1998-1999. Intentaría dar un análisis honesto, y no evitaría abordar varias cuestiones problemáticas tales como la flexibilidad del mercado laboral. Sin duda, muchos gobiernos desearían participar en la consulta, pero ello no sería difícil. Las propuestas de la Oficina se formularían tras la celebración de consultas con los grupos regionales. Señaló que la idea de convocar una conferencia mundial sobre el empleo en el año 2000 había recibido un apoyo considerable en la Comisión.

48. El Sr. Sengenberger (Director, Departamento de Empleo y Formación) reiteró que la base empírica del párrafo 22 del documento GB.270/ESP/1/1 era magra y que se ampliaría con el creciente número de exámenes por país y con otras actividades de 1998-1999. Una de esas actividades eran los programas de acción sobre las dimensiones sociales del ajuste estructural. El tema de la deflación no se había abordado, pues incumbía a los países de la OCDE, que apenas estaban empezando a hacerlo. Era necesario encontrar un equilibrio regional para los exámenes por país y para la labor de la OIT en general. Uno de los países asiáticos afectados por la actual crisis financiera podría ser un buen candidato para uno de los exámenes de las políticas de empleo. Su Departamento estaba trabajando junto con los EMD para estudiar las acciones nacionales adoptadas como medidas de seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social.

Participación de la OIT en importantes conferencias
internacionales sobre cuestiones de empleo

49. El Sr. Oechslin (miembro empleador) relató su participación en las conferencias de Kobe y del G-8 de Londres sobre el empleo. Loó la iniciativa de invitar a los Grupos de los Trabajadores y de los Empleadores para que formularan declaraciones ante dichas conferencias, y esperaba que ello conduciría al establecimiento de un diálogo real entre los gobiernos y las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Expresó su agradecimiento por el hecho de que se hubiera invitado a la OIT y a la OCDE. En cuanto a la sustancia, señaló la gran importancia que se atribuyó, tanto en Kobe como en Londres, al papel fundamental que desempeñan las empresas en la creación de empleos e instó para que este elemento se incorporara en la labor de la OIT.

50. El Vicepresidente trabajador también dio las gracias por el hecho de que tanto la OIT como la OCDE hubieran sido invitadas, desde la Conferencia de Lille de 1996, a las conferencias del G-8 sobre el empleo, y por el hecho de que, ulteriormente, también se invitó a la CIOSL y a la OIE. En vista de la creciente mundialización de la economía, éste fue un paso significativo para fomentar el diálogo social en el plano internacional, que debía alentarse aún más. Elogió al Director General por su presentación en la Conferencia de Londres, sobre todo su examen sobre la manera en que los efectos sociales adversos de la crisis económica asiática podrían reducirse en gran medida fomentando el diálogo social. Señaló que el Director General hizo hincapié en el papel capital de las normas fundamentales del trabajo de la OIT, y en los preparativos de la Oficina para formular una declaración sobre principios y derechos fundamentales. Acogió con agrado el resultado de varias cuestiones que se examinaron en Londres y en Kobe, sobre todo en relación con el desarrollo de normas laborales fundamentales; el tripartismo y la negociación colectiva; empleos de buena calidad y la seguridad en el empleo; la distribución justa de la creciente riqueza; y el papel capital de la formación continua durante toda la vida. Sin embargo, esas conclusiones no significaban nada si no se aplicaban adecuadamente.

51. El representante del Gobierno del Reino Unido aseguró a la Comisión que las discusiones de Kobe y de Londres habían permitido un intercambio útil de opiniones sobre qué cuestiones planteaban o no problemas en las esferas previstas en las conclusiones. Las declaraciones de la OIE, la CIOSL, la OIT y la OCDE habían tenido una buena acogida. El Gobierno del Reino Unido estaba buscando una tercera vía para lograr la justicia social, entre el «individualismo desbocado» y la intervención gubernamental a la antigua. Estimaba que el empleo era el sendero para salir de la exclusión social y que un empleo más productivo permitiría un crecimiento más rápido. La reforma del Estado de bienestar de los países era plenamente coherente con los principios de justicia social y solidaridad. La prioridad en los gastos sociales iba encauzada hacia las políticas del mercado laboral a fin de ofrecer oportunidades, pero también obligaciones, a los jóvenes y a los desempleados de larga data, no a encerrar a las personas en un sistema de dependencia. Ateniéndose a normas dignas de equidad, la mejor manera en que los gobiernos podían proporcionar seguridad en el empleo era a través de la educación y de un servicio del empleo que ayudara a las personas a encontrar nuevos empleos y a readaptarse profesionalmente. El Gobierno del Reino Unido acogió con agrado el papel que desempeñaron los sindicatos al apoyar el aprendizaje en el trabajo y deseaba trabajar con los interlocutores sociales para hacer realidad el concepto de formación continua.

52. El Vicepresidente empleador señaló que los sistemas económico, social y de bienestar de todos los países estaban en constante evolución. Todos los países experimentaban nuevos enfoques. Rechazaba enérgicamente la frase «individualismo desbocado» si con ello se quería hacer referencia a las prácticas de los Estados Unidos en donde había varios frenos para la conducta desbocada.

* * *

Otras cuestiones

53. El representante del Gobierno de Alemania señaló a la atención de la Comisión la Exhibición Mundial de Hannover que se ha de celebrar en el año 2000 y que se conoce como Expo 2000. Si bien la OIT estaría representada en el pabellón de las Naciones Unidas, también habría exhibiciones temáticas, incluida una sobre «El futuro del trabajo». Sin duda la OIT desearía participar en ella de alguna manera, pero en vista del poco tiempo que faltaba, esperaba que su declaración condujera a una decisión sobre la participación de la OIT.

Ginebra, 20 de marzo de 1998.


1.  Documento GB.270/ESP/1/1.

2.  Documento GB.271/ESP/3/2.

3.  Documento GB.271/ESP/3/3.

4.  Documento GB.271/5.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.