Empleo juvenil

En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El Objetivo 8 de los ODS se refiere, entre otras cosas, a la movilización mundial para proporcionar a todas las personas trabajo decente. En este contexto, la OIT ha elaborado un Plan de Acción para el Empleo Juvenil de ámbito internacional, que tiene por objeto movilizar todas las energías para que los jóvenes, niñas y niños, construyan un futuro profesional que corresponda a sus aspiraciones.

La crisis desencadenada tras la pandemia de la COVID-19 generó profundas consecuencias económicas y sociales. Según la CEPAL en su "Panorama social de América Latina 2020", América Latina y el Caribe fueron una de las regiones más afectadas, en particular en términos de pérdida de empleos y caída en los ingresos de las personas. Si bien durante la fase de recuperación los y las jóvenes regresaron al empleo de manera más rápida que las personas adultas (Maurizio 2022; OIT 2022), los déficits estructurales del empleo juvenil persisten. Las personas jóvenes de la región presentan consistentemente (y desde hace décadas) mayores tasas de informalidad y menores tasas de ocupación y participación, acentuadas por las persistentes desigualdades de género, socioeconómicas, territoriales y étnico-raciales (OIT 2020b).

  1. BID, Portal de Estadísticas del Centro de Información para la Mejora de los Aprendizajes (CIMA).
  2. CIMA/BID, cálculos basados en Encuestas de Hogares Armonizadas, metodología disponible en el Manual de indicadores armonizados. Nota: América Latina y el Caribe (ALC), promedio simple calculado teniendo en cuenta el último dato disponible para cada país desde 2006. Base de datos consultada el 17 de septiembre de 2021. Disponible en aquí