Combatiendo el trabajo infantil en Pakistán

Un maestro como Baji

La historia de Rubina fue narrada por los delegados del Departamento de Alfabetización de Punjab, Pakistán, presentes en la Conferencia de Trabajo de Asia Meridional, que se llevó a cabo hace poco en Lahore. La conferencia tenía como objetivo destacar los vínculos estrechos entre alfabetismo, educación, competencias, empleo e ingresos.

Feature | 28 April 2014
ISLAMABAD (Oit Noticias) – Rubina, 10 años, está encantada con la posibilidad de enseñar en su clase aún cuando sabe poco más que el alfabeto. Como muchos niños de familias que trabajan en las fábricas de ladrillos, ella nunca tuvo la oportunidad de aprender. Hasta ahora.

“A, B, C...” Rubina señala las letras escritas con tiza en la pizarra y lee en voz alta. La clase – un grupo heterogéneo de niños desnutridos, despeinados, pero vivaces – la sigue con un coro de voces chillonas.

Rubina, quien vive y trabaja en un horno de ladrillos en Gujranwala, se levanta al amanecer para ayudar a su padre a preparar la mezcla de barro para los ladrillos. Después va a la escuela no formal en una fábrica de ladrillos en Gujranwala.

“Somos tres hermanas y cuatro hermanos”, contó Rubina. “Muy temprano en la mañana vamos a trabajar en el horno, cuando mi padre prepara la mezcla de arcilla para los ladrillos. Nuestro trabajo comienza con el canto de los pájaros, en la madrugada. Mientras que mi padre prepara el barro, nosotros lo ayudamos haciendo las porciones y poniéndolas en los moldes. Trabajamos durante gran parte del día y después vamos a casa. Esto es lo que tenemos que hacer. No podemos tener empleos normales como el de Baji [el maestro], tenemos que hacer nuestro deber”.

Si los niños estudian, serán capaces de progresar, ... y tendrán la posibilidad de encontrar un trabajo decente."
La historia de Rubina fue narrada por los delegados del Departamento de Alfabetización de Punjab presentes en la Conferencia de Trabajo de Asia Meridional que se llevó a cabo hace poco en Lahore. Su participación tenía el objetivo de destacar los vínculos estrechos entre alfabetismo, educación, competencias, empleo e ingresos.

Puesto que la educación y el alfabetismo son requisitos previos para la implementación del programa de trabajo decente, la OIT trabaja con el Departamento de Alfabetización de Punjab a fin de ofrecer la oportunidad de recibir educación y alfabetización a los trabajadores de las fábricas de ladrillos y a sus hijos. La OIT ayudó a elaborar un plan de estudios dirigido a adultos y niños que les permita entender sus derechos laborales, los problemas relacionados con el trabajo infantil y los componentes del trabajo decente. El Departamento de Alfabetización de Punjab, al establecer 1.000 escuelas básicas no formales en 11 distritos de la provincia, espera abarcar a tantas como 30.000 personas, sobre todo niños en las fábricas de ladrillos.

En Pakistán, millones de niños y adultos trabajan en condiciones de esclavitud por deudas en las fábricas de ladrillos. Son una fuerza de trabajo especializada, por lo general pero no siempre, provenientes de la minoría cristiana, que se han convertido en expertos en la fabricación de ladrillos, aunque sólo sea porque no han podido liberarse de esa situación.

“Si los niños estudian, serán capaces de progresar”, dijo el padre de Rubina, Mohammad Bhutta. “Serán maestros o aprenderán a hacer otras cosas, mejores oficios, como trabajar con las computadoras, y tendrán la posibilidad de encontrar un trabajo decente. Este trabajo – fabricar ladrillos – es agotador y sólo recibes un sueldo miserable”.

Les digo que si tienen formación no serán explotados."
Las familias de los fabricantes de ladrillos viven y trabajan en condiciones duras, sus servicios comprados por “anticipado” por parte de los dueños de las fábricas, una deuda que durante toda la vida se esfuerzan por retribuir mientras los “obliga” a trabajar en los hornos. La deuda sigue acumulándose debido a su origen pobre. A pesar de haber ratificado los Convenios de la OIT sobre trabajo forzoso (núm. 29 y núm. 105), sobre trabajo infantil ( núm. 138 y 182), y sobre derechos la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación (núm. 87 y 89), los trabajadores de las fábricas de ladrillos de Pakistán siguen viviendo en condiciones crueles cercanas a la esclavitud, atados a un oficio del cual no pueden escapar.

“Yo les digo que tienen estudiar aún cuando trabajan”, afirmó Tehmina, una maestra de Rubina. “Les digo que si tienen formación no serán explotados. Que tendrán la capacitada de negociar y de administrar sus ganancias. No tendrán pérdidas, solo beneficios”.

El plan de estudios elaborado la OIT para la educación no formal instruye a los niños y a los adultos sobre temas como trabajo infantil, necesidades educativas, ambiente escolar, comportamiento del docente, derechos laborales básicos y deberes de los trabajadores así como alfabetización de los adultos. También proporciona orientación sobre asistencia sanitaria materno infantil, enfermedades transmitidas por el agua y enfermedades contagiosas y sobre la promoción de los derechos de las personas con discapacidades. El plan de estudio proporciona una preparación sobre el papel de las comunidades y las partes interesadas para abordar las cuestiones relacionadas con el trabajo infantil además de información sobre el ambiente de trabajo, los derechos fundamentales, el empleo y la negociación de las deudas. Ha ayudado al Departamento de Alfabetización de Punjab a capacitar a un grupo de 100 formadores expertos y 400 maestros (200 maestros para la alfabetización de adultos y 200 maestros no formales). Ellos, a su vez, instruirán a los maestros de 3.000 escuelas de educación básica no formal y a 6.000 de escuelas de educación formal sobre el nuevo plan de estudios.

“En total, se espera que esta iniciativa beneficie a un millón de personas”, afirmó Pervez Ahmed Khan, Secretario del Departamento de Alfabetización y educación no formal de Punjab,

Cuando termina la lección, Rubina corre para unirse a su familia y ayuda a su padre a hacer ladrillos. Los otros niños hacen lo mismo, muchos de ellos tienen sólo cinco años. Los niños nacidos en familias que trabajan en los hornos de ladrillos en condición de servidumbre por deudas crecen en una situación en la cual pueden quedar atrapados, como ha sucedido a otras generaciones.

“Sólo quienes concluyen sus estudios como hizo Baji no tienen que trabajar en el horno”, dijo Rubina. “Cuando sea grande quiero ser una maestra como Baji”.