Trabajo infantil y educación

Educación: La clave del futuro…

La educación es un elemento decisivo de toda actividad eficaz para erradicar el trabajo infantil. Existen muchas explicaciones del trabajo infantil que guardan relación entre sí. Ningún factor aislado explica plenamente la persistencia del fenómeno ni por qué en algunos casos aumenta. En última instancia, la forma en que diferentes causas interactúan en diferentes niveles entre sí determina si un niño trabajará o no.

La participación de los niños en la fuerza de trabajo es infinitamente variada y cambiante, y responde a los cambios sociales y del mercado; a ello se agrega la flexibilidad de la enorme y desprotegida potencial fuerza de trabajo infantil. La pobreza y la exclusión social, la movilidad de la mano de obra, la discriminación y la falta de suficiente protección social y de oportunidades de educarse inciden en la situación del trabajo infantil.

La experiencia ha demostrado que la combinación de crecimiento económico, respeto de las normas del trabajo, educación universal y protección social, junto con una mejor comprensión de las necesidades y derechos de los niños, puede reducir de forma significativa el trabajo infantil, un problema persistente que, incluso si se supera en ciertos lugares o sectores, tenderá a reaparecer en modalidades nuevas y a menudo imprevisibles. La respuesta al problema debe ser tan versátil y adaptable como el propio trabajo infantil. No existen las fórmulas sencillas y rápidas para solucionarlo ni un programa de acción de aplicación universal.

En el último decenio, el criterio del IPEC respecto de la eliminación del trabajo infantil ha evolucionado gracias a la experiencia que ha adquirido y a las necesidades cambiantes de sus asociados en la asistencia. El programa incorpora una amplia gama de áreas de trabajo contra el trabajo infantil, entre los que cabe citar la investigación y las estadísticas, la cooperación técnica, una unidad de vigilancia y evaluación, servicios de asesoramiento y promoción, y una unidad educativa.

Al recurrir a la educación como arma de lucha contra el trabajo infantil tanto en entornos formales como no formales el IPEC ha demostrado ser un programa innovador y experimentado. Se ha constatado que este recurso es de suma utilidad en la prevención del fenómeno y la rehabilitación de los niños que solían trabajar. La educación no formal o de transición ha sido provechosa en la rehabilitación de los niños rescatados del trabajo. La educación y la formación profesionales han facilitado las calificaciones necesarias de cara el empleo remunerado, lo cual a su vez contribuye al desarrollo local y nacional. Por otra parte, el IPEC presta asesoramiento técnico y en materia política a los gobiernos, velando por que en las políticas educativas se conceda especial atención a los niños expuestos al riesgo de trabajar.