21. El diálogo social y el tripartismo

Desarrollo Sostenible

Trabajo Decente

Economía Social Ambiental Empleo Protección Rerechos Diálogo
Metas de los ODS pertinentes
8.8, 10.4, 16.1, 16.6, 16.7
Resultados en materia de políticas pertinentes
1, 2, 7, 10,

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No pueden lograrse términos equitativos de empleo, condiciones de trabajo decente, seguridad y salud en el trabajo y desarrollo para el beneficio de todos sin la participación activa de trabajadores, empleadores y gobiernos mediante el diálogo social.

La OIT define el diálogo social como todo tipo de negociación, consulta o sencillamente intercambio de información entre representantes del Gobierno, trabajadores y empleadores, sobre asuntos de interés común relativos a políticas económicas y sociales. El diálogo social toma muchas formas diferentes. Puede existir como proceso tripartito, con el Gobierno como parte oficial del diálogo, o puede consistir en relaciones bipartitas entre los representantes de los trabajadores y la gerencia de una empresa (o entre los sindicatos y las organizaciones de empleadores a niveles más elevados). El diálogo social puede ser informal o institucionalizado, y a menudo implica ambas opciones. Puede tener lugar a nivel nacional, regional, internacional, transfronterizo o local. Puede que involucre a los interlocutores sociales en diversos sectores de la economía, dentro de un solo sector o en una sola empresa o un grupo de empresas (61). Todos los instrumentos de la OIT son el resultado de un proceso tripartito. No obstante, entre los convenios de la OIT que son de particular importancia para el diálogo social se incluyen: el Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, 1949 (núm. 98); el Convenio sobre la consulta tripartita (normas internacionales del trabajo), 1976 (núm. 144); y el Convenio sobre la negociación colectiva, 1981 (núm. 154). Los siguientes instrumentos proporcionan orientación adicional: la Recomendación sobre los contratos colectivos, 1951 (núm. 91) y la Recomendación sobre la colaboración en el ámbito de la empresa, 1952 (núm. 94); la Recomendación sobre la consulta (ramas de actividad económica y ámbito nacional), 1960 (núm. 113); la Recomendación sobre las comunicaciones dentro de la empresa, 1967 (núm.129); la Recomendación sobre el examen de reclamaciones, 1967 (núm. 130); la (Recomendación sobre la consulta tripartita (actividades de la OIT), 1976 (núm.152); y la Recomendación sobre la negociación colectiva, 1981 (núm. 163).

Las instituciones para el diálogo social que se basan en los derechos de libertad de asociación, libertad sindical y libertad de negociación colectiva toman en cuenta el contexto cultural, histórico, económico y político de cada país. No hay un modelo único de diálogo social que pueda aplicarse de modo uniforme en diversos países ni exportarse de un país a otro. Lo más importante es que las instituciones y prácticas de diálogo social puedan adaptarse a la situación nacional del país para que la representación en el proceso y sus resultados sean efectivos. En el mundo, hay una amplia diversidad de mecanismos institucionales, marcos jurídicos, y usos y costumbres en materia de diálogo social. La enorme contribución del diálogo social a la paz y la estabilidad fue reconocida por el Comité del Premio Nobel que, en 2015, otorgó el Premio Nobel de la Paz al Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino.

El diálogo social incluye:
  • negociación, consulta e intercambio de información entre los diferentes actores;
  • negociación colectiva entre representantes de los empleadores y los trabajadores;
  • prevención y resolución de conflictos;
  • diálogo social tripartito en materia de política económica y social; y
  • otros instrumentos de diálogo social, entre ellos, convenios marco internacionales.
El diálogo social solo puede funcionar efectivamente si se implementan ciertas condiciones previas, tales como:
  • organizaciones sólidas e independientes de trabajadores y empleadores con lo requerido en las áreas de capacidad técnica y acceso a información;
  • voluntad política y compromiso de todas las partes interesadas de participar en el diálogo social;
  • respeto de los derechos fundamentales de libertad de asociación, libertad sindical y libertad de negociación colectiva; y
  • un marco jurídico e institucional que habilite el proceso (62).
Un buen clima de relaciones laborales, que incluya —por ejemplo— la consulta y cooperación, la negociación colectiva y la fijación de un salario mínimo a través del diálogo social tripartito, ofrece medios para promover mejores salarios y condiciones de trabajo, como así también la paz y la justicia social. Como instrumentos de buena gobernanza, fomentan la cooperación y la participación democrática, lo cual contribuye a crear un entorno favorable para el crecimiento económico y al cumplimiento del objetivo del trabajo decente a todo nivel. Al participar en el diálogo social tripartito, los gobiernos y las organizaciones representantes de trabajadores y empleadores ayudan a construir fuertes instituciones en el mercado de trabajo que contribuyen a la estabilidad y la paz social y económica a largo plazo.

El diálogo social necesita de la participación democrática de socios que tengan la capacidad de participar en el proceso de manera efectiva y responsable, como también la fortaleza y flexibilidad de adaptarse a circunstancias contemporáneas y aprovechar nuevas oportunidades. En algunos países, la calidad del diálogo social se ve perjudicada por la capacidad limitada de las organizaciones de trabajadores y empleadores, que les impide participar de manera efectiva en los procesos de gobernanza y brindar servicios eficientes a sus afiliados. En otros países, los ministerios a cargo de los asuntos laborales a veces quedan marginados de las decisiones clave en materia de política y presupuesto. En otros países, el debilitamiento de las instituciones de diálogo social —a menudo originado en el deseo de reducir los costos de la mano de obra e impulsar la competitividad— no condujo necesariamente al crecimiento económico esperado y, al mismo tiempo, profundizó gravemente las desigualdades, a la vez que se redujo rápidamente de la cobertura de la negociación colectiva (63).

La OIT procura prestar asistencia a los Estados Miembros en la elaboración o el fortalecimiento de marcos, instituciones, mecanismos o procesos jurídicos para lograr un buen clima de relaciones industriales, resolución de conflictos y un diálogo social efectivo. También fomenta el diálogo social entre los Estados Miembros y las agrupaciones regionales o subregionales como medio para construir el consenso, y estimular el desarrollo económico y social y la buena gobernanza. Asimismo, apoya el desarrollo del conocimiento en las relaciones industriales globales, en particular para actores e instituciones que participan en el diálogo social y acuerdos transfronterizos. Actualmente, la OIT está elaborando un Plan de acción para el diálogo social en el trienio 2014-2017, como seguimiento al debate sobre el diálogo social mantenido en la Conferencia Internacional del Trabajo 2013.

Relación entre la Agenda de Trabajo Decente y los ODS

Si bien en la Agenda 2030 no aparecen los términos «diálogo social» y «tripartismo» explícitamente, el llamamiento al pleno reconocimiento y la observancia de los derechos laborales (meta 8.8 de los ODS) —con mención específica de los derechos de libertad de asociación, libertad sindical y libertad de negociación colectiva (meta 8.8.2 de los ODS ) —, del estado de derecho (meta 16.3 de los ODS), de instituciones responsables (meta 16.6 de los ODS), y de un proceso de toma de decisiones que sea sensible, inclusivo, participativo y representativo a todo nivel (meta 16.7 de los ODS) son todas cuestiones que sientan las bases para el diálogo social. El compromiso de la Agenda 2030 de involucrar a actores no estatales en el proceso nacional de desarrollo puede verse como una oportunidad para renovar el diálogo social tripartito. Además, el diálogo social puede contribuir de manera considerable a «mejorar la coherencia entre las políticas para el desarrollo sostenible» (17.14). Por lo tanto, es importante que las organizaciones de trabajadores y empleadores a nivel mundial —la OIE y la CSI— participen activamente en la implementación de la Agenda 2030 [véase, por ejemplo: (64) y (65)].

El diálogo social es un elemento central de la OIT y constituye uno de los cuatro pilares de la Agenda de Trabajo Decente. La Declaración de Filadelfia resume el compromiso de la OIT con el diálogo social al afirmar:

«La guerra contra las carencias se debe desatar con vigor implacable en el seno de cada nación y en un esfuerzo internacional continuado y concertado en el que los representantes de los trabajadores y de los empleadores, cooperando sobre una base de igualdad con los de los gobiernos, participen en discusiones libres y en las decisiones de carácter democrático con el fin de promover el bien común», y para fomentar entre las naciones «el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva, la cooperación de empleadores y de trabajadores para mejorar continuamente la eficiencia en la producción, y la colaboración de trabajadores y empleadores en la preparación y aplicación de medidas sociales y económicas».

Ninguno de los diez resultados en materia de políticas de la OIT puede alcanzarse sin el diálogo social, mientras que 4 de ellos —el RP 1 (más y mejores empleos para el crecimiento inclusivo), el RP 2 (normas del trabajo), el RP 7 (cumplimiento) y el RP 10 (trabajadores y empleadores)— son de particular importancia para el diálogo social.

Ejes de política transversales

El diálogo social constituye un eje de política transversal en el Programa y Presupuesto de la OIT; también contribuye a otro eje de política, el de las normas internacionales del trabajo. El diálogo social es esencial para garantizar la igualdad de género y para combatir toda forma de discriminación; además, es indispensable para garantizar una transición justa y equitativa hacia una economía más ecológica.

Las alianzas

El diálogo social implica alianzas a través de procesos tripartitos y bipartitos. Las organizaciones de trabajadores y empleadores de todo el mundo, a nivel tanto nacional como regional y mundial, pueden considerarse «aliados» de la OIT, además de ser mandantes de la organización. En muchos casos, la Oficina puede formalizar alianzas temáticas con organizaciones de trabajadores y empleadores a fin de fomentar de manera conjunta los elementos de la Agenda de Trabajo Decente; por ejemplo, la Confederación Sindical Internacional (CSI) cumple un papel importante en la promoción de las prioridades del trabajo decente en los foros mundiales para el desarrollo, mientras que la OIE ha establecido un grupo de trabajo sobre políticas de desarrollo sostenible. La OIT ha formalizado un acuerdo de cooperación con la Asociación Internacional de Consejos Económicos y Sociales e Instituciones Similares (AICESIS), que es una asociación de instituciones nacionales que participan en el diálogo social.

Capacidad de la OIT

La labor de la OIT en materia de diálogo social tripartito es coordinada por la Unidad de Diálogo Social y Tripartismo (DIALOGUE), que depende del Departamento de Gobernanza. En el ámbito de las relaciones laborales (industriales) y la negociación colectiva, la labor está coordinada por el Servicio de Mercados de Laborales Inclusivos, Relaciones Laborales y Condiciones de Trabajo (INWORK), que forma parte del Departamento WORKQUALITY. En las oficinas exteriores, casi todos los equipos técnicos de trabajo decente incluyen especialistas en diálogo social o relaciones industriales; muchos de estos cubren cuestiones adicionales, como salarios, administración laboral y normas del trabajo. La lista actualizada de especialistas en diálogo social puede consultarse aquis.

Debido a la naturaleza del diálogo social y el carácter central del diálogo social tripartito, además de las relaciones laborales y la negociación colectiva armoniosas, otras unidades del Departamento de Gobernanza (LABOURLAW), los especialistas (en la sede o en las oficinas exteriores) de la Oficina de Actividades para los Empleadores (ACT/EMP) y Actividades para los Trabajadores (ACTRAV), y muchas otras unidades técnicas contribuyen a forjar un diálogo social más efectivo e inclusivo. El Departamento de Políticas Sectoriales (SECTOR) de la OIT promueve el diálogo social en sectores económicos específicos.

Recursos

La página de Temas de la OIT sobre tripartismo y sobre relaciones laborales y negociación colectiva brinda acceso a una gran recopilación de publicaciones, informes y bases de datos relacionados con el diálogo social. Entre el material disponible, puede consultarse también: Asimismo, para más información —por ejemplo, sobre oportunidades de formación—, puede consultarse la página sobre diálogo social del Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín.


61. Organización Internacional del Trabajo (OIT) Diálogo social: En busca de una voz común. Ginebra: OIT, n.d.

62. —. Tripartismo y diálogo social. OIT - Temas. [En línea] 21 noviembre 2016. /global/topics/workers-and-employers-organizations-tripartism-and-social-dialogue/lang--es/index.htm.

63. Vaughan-Whitehead, Daniel (Ed.). Desigualdades y el mundo del trabajo: Comprender y reducir las desigualdades en Europa. Ginebra: 2016.

64. OIE. Resumen de la Organización Internacional de Empleadores sobre la implementación de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Ginebra: OIE, 2016.

65. Simmonds, Matt. La Cumbre Mundial sobre los ODS y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. ITUC-CSI. [En línea:] 18 septiembre 2015. https://www.ituc-csi.org/la-cumbre-de-los-ods-y-la-agenda.