Soluciones para el cuidado de los hijos en el lugar de trabajo

Muchos padres no pueden contar con redes de apoyo familiar para el cuidado de sus hijos mientras trabajan. La asistencia prestada por personas ajenas a la familia adopta numerosas formas, desde niñeras internas, a centros locales de atención a la infancia. Puesto que la mayoría de estas soluciones conlleva un pago, los padres que trabajan, o a los que les gustaría trabajar, tanto en los países en desarrollo, como en los industrializados, se afanan por encontrar servicios de atención asequibles, prácticos y de calidad fiable.

GINEBRA – Un nuevo libro de la OIT se centra en las maneras de ayudar a los padres a acceder a una atención no prestada por familiares mediante programas en el lugar de trabajo. Revisando los marcos nacionales para el cuidado de la infancia y presentando ejemplos, Workplace solutions for childcare 1 permite avanzar en el conocimiento de por qué y cómo diversas partes interesadas se han unido para desarrollar soluciones encaminadas a ayudar a los trabajadores que tengan la necesidad de cuidar a sus hijos.

La primera parte del libro ofrece una visión general de los programas en el lugar de trabajo, éstos se sitúan en sus distintos contextos de políticas nacionales, y se considera la diversidad de iniciativas que se han adoptado, yendo más allá de la guardería tradicional instalada en los emplazamientos de trabajo para examinar otras opciones, no sólo para niños de preescolar, sino también para los que se encuentran en edad escolar. La asociación es una cuestión primordial, ya que es fundamentalmente a través de la combinación de recursos y capacidades, y de la colaboración entre interlocutores como empleadores, sindicatos, administraciones nacionales, ayuntamientos y proveedores de atención a la infancia de diversa índole, la manera de que surjan programas eficaces de apoyo al cuidado de los hijos en los lugares de trabajo.

La segunda parte del libro presenta estudios de caso de diez países elegidos para reflejar diversos contextos nacionales: cuatro países industrializados (Francia, Hungría, Reino Unido y Estados Unidos) y seis países en desarrollo (Brasil, Chile, India, Kenya, Sudáfrica y Tailandia). Respecto a cada uno de ellos, se ofrece una visión general nacional de las políticas y los recursos en materia de atención a la infancia, así como de las consecuencias para los padres que trabajan, seguidas de estudios de caso de lugares de trabajo específicos. Tales estudios proporcionan datos pormenorizados de las razones por las que se pusieron en marcha medidas de apoyo al cuidado de los hijos, del modo en que se financia y se gestiona, de la manera en que participan diversos interlocutores, y de las perspectivas de trabajadores y empleadores sobre el apoyo prestado.

Grado de apoyo del gobierno

Los programas para el cuidado de los hijos en el lugar de trabajo se sitúan en contextos nacionales y locales, y se adaptan a éstos. Los planteamientos de los gobiernos respecto a la atención a la infancia difieren enormemente. Algunos países como Francia y Hungría, perciben el cuidado de los hijos como un derecho público y una responsabilidad del gobierno. Por el contrario, muchos gobiernos dejan que los padres costeen la atención no prestada por familiares, sino por proveedores privados como niñeras o centros locales de atención a la infancia. Ya que tales servicios resultan costosos, algunos gobiernos disponen de sistemas para ayudar a los padres de rentas muy bajas.

Los datos indican que, a menudo, las instalaciones disponibles para niños de diversas edades no están a la altura de las necesidades de los trabajadores. En la mayoría de los países, para los padres con hijos menores de 3 años de edad existe una grave carencia de servicios de atención a la infancia asequibles y de calidad. La enseñanza preprimaria (de 3 a 5 años de edad) es cada vez más común en muchos países, pero los horarios diarios suelen ser limitados, y la cobertura dista de ser completa. En cuanto a los niños en edad escolar, la atención fuera de los centros docentes no se encuentra bien desarrollada, o no es asequible, salvo en el caso de los pocos países en los que el cuidado de los niños se percibe como una responsabilidad pública. Las ayudas del gobierno, tanto en los países en desarrollo, como en los desarrollados, se ha centrado fundamentalmente en la enseñanza preescolar, para los niños a punto de empezar la escolarización, pero ha tendido a pasar por alto las necesidades de los padres que trabajan.

Partes interesadas en el lugar de trabajo: empleadores, sindicatos y ONGs

Aunque el papel del empleador suele ser importante, otros interlocutores como los sindicatos, las ONGs y organizaciones especializadas en la atención a la infancia, así como diversos departamentos gubernamentales y los ayuntamientos participan cada vez más en los programas relacionados con el lugar de trabajo. Los gobiernos han tratado de promover programas en los lugares de trabajo en algunos países mientras que en otros, sin incentivos públicos específicos, también se han emprendido iniciativas en los centros de trabajo, pero en menor medida.

Los partenariados constituyen un componente clave de numerosos programas de atención a la infancia en los lugares de trabajo. Los empleadores que cuentan con programas para el cuidado de los hijos refieren varias ventajas, entre las que se cuenta un elevado nivel de retención de empleados y una reducción de la rotación de personal; un incremento de la productividad; y bajos niveles de estrés entre los miembros de las plantillas.

Soluciones en el lugar de trabajo para necesidades diferentes

Existen cuatro tipos principales de programas de cuidado de los hijos vinculados al lugar de trabajo de los padres:

  • centros de atención de la empresa dentro o fuera de las instalaciones de la misma;
  • instalaciones en la comunidad vinculadas al lugar de trabajo;
  • alguna modalidad de ayuda económica (vales, fondos o subvenciones para el cuidado de los hijos); y
  • servicios de asesoramiento y orientación para facilitar la búsqueda de instalaciones y ayudas.

El cuidado de los hijos de corta edad hasta el inicio de la escolarización reglada constituye probablemente la necesidad más obvia, y la asistencia en el lugar de trabajo para este grupo de edad es la más común. Sin embargo, el cuidado de los niños en edad escolar antes y después de las horas en el colegio y durante las vacaciones puede representar un problema significativo para los padres; las ayudas en el lugar de trabajo para este grupo de edad no existen y suelen ser altamente valoradas.

Mientras que, en el pasado, las ayudas para el cuidado de los hijos se concentraban principalmente en facilitar a los padres el acceso a una atención fiable de carácter regular, cada vez resulta más habitual, y en particular en los países industrializados, ayudar a los padres a acceder a servicios de atención urgentes "de respaldo", que pueden utilizarse cuando el sistema de atención regular deje de funcionar por alguna circunstancia. Cada situación en los lugares de trabajo requiere una evaluación pormenorizada de las necesidades de los trabajadores y las posibilidades locales para determinar qué tipo de soluciones resultarán apropiadas.

Garantizar la viabilidad de una atención a la infancia de calidad

En todos los estudios de casos, un aspecto común en las reacciones de los padres respecto a los programas de atención a la infancia es la preocupación de éstos por la calidad de los cuidados que reciben sus hijos. Puesto que la calidad depende en gran medida de los trabajadores que prestan estos servicios, una cuestión fundamental a este respecto es el modo de garantizar que, al tratar de procurar que la atención a la infancia sea asequible, los ingresos de estos trabajadores no se resientan. Garantizar el mantenimiento de ciertos estándares, y mantener el carácter asequible de la prestación para los padres resulta difícil, y al menos en el caso de los de rentas bajas, es necesaria alguna forma de ayuda económica pública.

Las ayudas para el cuidado de los hijos en el lugar de trabajo en grandes organizaciones como bancos, empresas de TI, o instituciones académicas, en las que existe preocupación por conservar a empleados de elevada cualificación, son más habituales que en otras entidades en las que la mayoría de los trabajadores desempeña tareas menos remuneradas y cualificadas. Sin embargo, los ejemplos de programas dirigidos a los trabajadores de rentas bajas en este libro indican que las ventajas para el empleador pueden ser considerables.

Al mostrar la manera en que las ayudas para la atención a la infancia se han organizado y financiado en distintos lugares de trabajo, así como la diversidad de alianzas que se han desarrollado tanto en los países en desarrollo, como en los industrializados, además de las limitaciones y los retos que encaran todos ellos, esta obra resultará de utilidad para los responsables de la formulación de políticas y los distintos interlocutores en los lugares de trabajo a los que interesa la consecución de soluciones prácticas para ayudar a los padres que trabajan a atender sus necesidades de cuidar a los hijos.

1 Workplace solutions for childcare, de Catherine Hein y Naomi Cassirer, Ginebra, OIT (de próxima aparición en 2009).