Microseguro: El nexo de la financiación social y la protección social

Los microseguros pueden ayudar a los hogares de renta baja a controlar el riesgo y, de este modo, permitirles mantener una sensación de seguridad económica, incluso ante una situación de significativa vulnerabilidad. Una nueva publicación titulada Protecting the poor: A microinsurance compendium (Proteger a los pobres: un compendio sobre el microseguro) sostiene que los microseguros han de constituir una de las armas del arsenal de gobiernos, donantes, agencias de desarrollo y otras entidades en la lucha contra la pobreza y la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Los trabajadores de la economía informal y sus familias residen y trabajan en entornos de riesgo, vulnerables ante numerosos peligros como las enfermedades, el fallecimiento y la discapacidad ocupacionales, la pérdida de propiedades debido a robo o incendio, las pérdidas agrarias y las catástrofes naturales o provocadas por el hombre. Los pobres son más vulnerables a muchos de estos riesgos que el resto de la población y, sin embargo, son los que menos posibilidades tienen de afrontar estas situaciones cuando se produce una crisis.

La pobreza y la vulnerabilidad se refuerzan mutuamente en una creciente espiral a la baja. No sólo la exposición a estos riesgos da lugar a pérdidas económicas sustanciales: los hogares vulnerables también adolecen de una incertidumbre constante sobre cuando y cómo se producirá una pérdida. Debido a esta perpetua angustia, es menos probable que los pobres aprovechen las oportunidades de generación de renta que podrían atenuar su pobreza.

Una vía para que los pobres se protejan es a través de los seguros. En noviembre de 2006, la OIT, la Fundación Munich Re y el Grupo de Trabajo sobre Microseguros del CGAP presentaron un nuevo libro, titulado, Protecting the poor: A microinsurance compendium ( Nota 1) editado por Craig Churchill, del Programa de Financiación Social de la OIT. Basándose en un análisis de más de 40 sistemas de microseguro en todo el mundo, asi como en los conocimientos técnicos especializados de más de 35 autores, en esta obra se sintetizan lecciones esenciales sobre la provisión de seguros a hogares de renta baja.

¿Dónde está la protección?

En muchos países en desarrollo, ni los gobiernos ni las compañías aseguradoras han sido especialmente eficaces a la hora de ampliar la cobertura a la población activa en la economía informal. Cuando los gobiernos tienen sistemas de protección social, su provisión se efectúa a través de los empleadores del sector estructurado quienes, por lo general, contribuyen sobre la base de un reparto de costes. Lógicamente, tales sistemas no comprenden a los trabajadores no sindicados, tanto por cuenta propia como ajena, que desarrollan su actividad en la economía informal.

Aunque algunas compañías aseguradoras comienzan a tener en cuenta el amplio mercado desatendido de los hogares de renta baja, es necesario superar numerosos obstáculos para que puedan ofrecer microseguros. Al igual que los sistemas de protección social, los sistemas de distribución de la mayoría de las aseguradoras no se han diseñado para servir al mercado de bajos ingresos. El sistema de intermediarios, agentes y ventas directas utilizado tradicionalmente por las aseguradoras no alcanza a los pobres. Además, los productos que suelen ofrecer estas empresas no se diseñan para ajustarse a las características específicas del mercado de renta baja. Entre los principales problemas relativos al diseño de productos figuran inadecuados importes de aseguración, complejas exclusiones y el indescifrable lenguaje legal empleado en las pólizas, todo lo cual se combina en contra de la prestación de un servicio eficaz a los desfavorecidos.

Un microseguro rentable requiere la contratación de un gran volumen de pólizas de muy pequeña cuantía. Los costes de transacción asociados a la gestión de estas pólizas menores pueden resultar extremadamente elevados, sobre todo cuando se les considera en proporción a la suma asegurada. Para que el microseguro tenga algún valor para el tomador de la póliza, es necesario aplicar innovaciones significativas con el fin de reducir al mínimo los costes de transacción, tanto para la aseguradora como para el tomador.

Las aseguradoras asumen con frecuencia que el mercado de renta baja no puede permitirse la contratación de seguros. Sin embargo, es interesante señalar que, cuando comenzaron a generalizarse los seguros a finales del siglo XIX, éstos se concebían como un servicio financiero destinado a los pobres. Muchas de las grandes compañías aseguradoras actuales comenzaron en la década de 1800 como mutuas concebidas para la protección de los trabajadores de las fábricas. Los ricos no necesitaban seguros porque, básicamente, podían "autoasegurarse". En el proceso de evolución de estos productos, los seguros ganaron en complejidad y los ricos tomaron conciencia de sus vulnerabilidades, y las percepciones cambiaron.

Un reto fundamental para extender los seguros a los pobres consiste en educar al mercado y superar su tendencia en contra de este tipo de seguro. Muchos se muestran escépticos respecto al pago de primas por un producto intangible con beneficios futuros que puede que nunca reclamen y, a menudo, las aseguradoras no les inspiran demasiada confianza. La sensibilización respecto al valor de los seguros es una tarea que exige tiempo y resulta costosa.

Para ser justo, hay que señalar que las reticencias van en ambas direcciones. Los empleados de las compañías aseguradoras suelen desconocer las necesidades e inquietudes de los desfavorecidos. Del mismo modo, la cultura y los incentivos en estas empresas retribuyen y alientan a los agentes de ventas para que otorguen prioridad a las grandes pólizas y a los clientes más rentables, y disuaden al personal de vender seguros a los pobres.

Las dos caras del microseguro

El microseguro constituye en esencia un conjunto de estrategias concebidas para superar tales obstáculos. El libro identifica dos motivaciones fundamentales para la provisión de microseguros: una atañe a la extensión de la protección social a los pobres en ausencia de sistemas apropiados de la Administración; la otra, a la oferta de un servicio financiero vital para los hogares de renta baja mediante el desarrollo de un modelo empresarial adecuado que permita a los pobres constituir un segmento de mercado rentable (o sostenible) para las aseguradoras comerciales o las cooperativas de seguros.

En cualquier caso, estas dos variedades tienen mucho en común. El libro compara el microseguro con Jano, dios de la antigua Roma de las puertas y verjas, al que se representa con dos caras y un solo cuerpo. Con independencia de que se consideren los microseguros desde la perspectiva de la protección social, o desde un planteamiento basado en el mercado, el cuerpo principal del sistema de seguros, sus operaciones básicas, será básicamente el mismo. De ahí que en un libro sobre operaciones de microseguro deba extraer lecciones y experiencias de ambos enfoques.

Con independencia del rostro de Jano que se utilice para concebir el microseguro, la intención consiste en reducir la vulnerabilidad de los trabajadores desfavorecidos incentivando al sector público (protección social), o privado (nuevos mercados), o a ambos, para que acometan una labor en la que no han sido especialmente eficaces: proporcionar seguros a los pobres. Puesto que estas dos caras pertenecen a la misma cabeza, es razonable explorar áreas de convergencia para crear modelos o sistemas alternativos de protección a los pobres, como asociaciones de entidades públicas y privadas, mutuas y cooperativas, así como incentivos ofrecidos por la Administración para corregir los fallos de mercado.

Aún cuando el libro se refiere a diversos productos de seguro proporcionados por una variedad de instituciones en cuatro continentes, una clara imagen del microseguro -señalando los retos como las soluciones- comienza a emerger. Los resultados del estudio ponen de relieve que los microseguros son indudablemente viables, e incluso rentables bajo ciertas circunstancias.

Con independencia de que el sistema cubra sus costes con la ayuda de donantes y gobiernos, o mediante los ingresos de primas e inversiones, la sostenibilidad asegura un acceso permanente a los servicios. El dilema de la sostenibilidad se reduce a una solución de compromiso entre tres objetivos que compiten entre sí. Los microaseguradores han de encontrar el equilibrio entre 1) cobertura: atender las necesidades de un gran volumen de población de renta baja; 2) costes: tanto de explotación como de transacción para el asegurador; y 3) viabilidad: precio y costes de transacción para los clientes. Los sistemas de microseguro que alcanzan el éxito suelen procurar la intervención de sus miembros o clientes en la elección de las prestaciones y los niveles de cobertura que pueden permitirse.

¿A quién va dirigido este libro?

Los principales destinatarios de Protecting the poor son los profesionales del sector del seguro que trabajan sobre el terreno y ofrecen sus productos a personas de bajos ingresos, o consideran la posibilidad de tal oferta. El libro se elaboró con la esperanza de que estos profesionales pudieran aprender de las experiencias de los que les precedieron en esta tarea, tanto de los que tuvieron éxito, como de los que fracasaron.

Protecting the poor se ha concebido asimismo para aquéllos que asisten a los profesionales, como proveedores de ayuda técnica y donantes. Al adquirir un mejor conocimiento de las dificultades existentes y de las posibles soluciones, estas personas y organizaciones pueden utilizar sus recursos financieros y humanos con mayor eficacia para extender el acceso a los seguros.

Los responsables de la formulación de políticas y las autoridades reguladoras constituyen una tercera categoría de lectores. Como nuevo campo de actividad, el microseguro se ofrece a menudo en entornos que no se diseñaron para este tipo de producto, y que pueden caracterizarse incluso de hostiles. Mediante la comprensión de las diferencias esenciales entre seguro y microseguro, y el reconocimiento del lugar en el que encaja potencialmente este último en el marco general de la protección social, las autoridades reguladoras y los responsables de la formulación de políticas pueden comenzar a perfilar un entorno propicio que alimente y sostenga el crecimiento y el desarrollo del microseguro y promueva los mercados de seguro que favorezcan la inclusión.

En Protecting the poor se abordan diversas cuestiones. Además de definir el microseguro, se ofrecen nuevas perspectivas sobre las necesidades de los hogares de renta baja en cuanto a la gestión del riesgo, y se explica la función fundamental que cumple el microseguro en materia de protección social. Se analizan lecciones primordiales acerca de los seguros de enfermedad, seguros de vida a largo y corto plazo vinculados a productos de ahorro y crédito, así como la adaptación de los productos de seguro para atender las características específicas de mujeres y niños.

Esta obra examina asimismo con detalle las operaciones de microseguro. Se incluyen capítulos sobre diseño de productos, comercialización, cobro de primas, reclamaciones, precios, gestión financiera y gestión de riesgos, gobernanza, desarrollo organizativo y prevención de pérdidas. Se consideran asimismo diversos mecanismos institucionales para la provisión de seguros a los pobres, incluyendo partenariados entre aseguradoras y las "instituciones de microfinanzas" (MFIs), el enfoque de base comunitaria, las compañías de seguros propiedad de redes de cooperativas de ahorro y de crédito y la distribución mediante minoristas.

Además, el libro analiza el papel de las distintas partes interesadas, entre las que figuran donantes, autoridades reguladoras, gobiernos, aseguradoras y reaseguradoras y proveedores de asistencia técnica. Resumen asimismo las estrategias encaminadas a abordar las soluciones de compromiso entre cobertura, costes y precio, y ofrece una visión de conjunto de la evolución futura de los microseguros.

En general, el libro considera al microseguro como campaña de "recuperación de conceptos básicos", concebida para abordar las necesidades de gestión del riesgo de la población vulnerable, y para ayudar a ésta a gestionar tales peligros mediante la solidaridad. Aunque no todos los sistemas de microseguro son fieles a estos valores, el libro concluye que, cuanto más puedan acercarse a ellos, mayores serán las posibilidades de beneficiar a la población que más necesita esta forma de protección.

¿Qué es un microseguro?

¿Cuán pobre ha de ser una persona para que se considere un microseguro para su protección? En general, los microseguros se dirigen a los ignorados por los sistemas de seguros comerciales y sociales establecidos, a aquéllos que carecen de acceso a los productos apropiados. Puesto que resulta más sencillo ofrecer seguros a personas con ingresos predecibles, aunque se trate de una suma pequeña, que brindar cobertura a los trabajadores de la economía informal con flujos de ingreso irregulares, este segundo grupo constituye la "frontera" del microseguro".

El microseguro no alude a la dimensión de la entidad aseguradora, aunque algunos proveedores se caractericen por el tamaño reducido de su empresa e, incluso, por su organización informal. Existen ejemplos de grandes empresas que ofrecen microseguros, como AIG Uganda, Delta Life en Bangladesh y numerosas aseguradoras en India, que disponen de una línea de productos apropiadas para la población de ingresos reducidos.

El microseguro tampoco alude al alcance del riesgo percibido por los clientes. De hecho, los riesgos no son "micro" en absoluto para los hogares que se exponen a ellos. Los microseguros pueden cubrir muy diversos riesgos, incluidos los de enfermedad, fallecimiento y pérdidas materiales; en esencia, todo riesgo que sea asegurable. No obstante, en este libro se otorga prioridad a los seguros de vida y enfermedad, puesto que los estudios sobre la demanda efectuados en numerosos países ponen de relieve que los riesgos de enfermedad y fallecimiento constituyen el principal motivo de preocupación de la mayoría de los hogares de renta baja.

Fundación Munich y CGAP

Basándose en la amplia experiencia de su sociedad matriz y en el conocimiento acumulado por ésta, la reaseguradora Munich Re, la Fundación Munich Re se propone poner tal conocimiento al servicio de la humanidad. Ayuda a las personas a afrontar el riesgo y a mejorar sus condiciones de vida, y presta especial atención a las situaciones de riesgo intensificadas por los retos mundiales del crecimiento de la población, la disminución de los recursos, la contaminación medioambiental y el cambio climático. La Fundación interviene activamente en campos que engloban la educación y la formación, la ciencia y la investigación, la prevención de catástrofes, la protección del medio ambiente y la asistencia sanitaria pública. Para más información, véase www.munichre-foundation.org.

El Grupo Consultivo de Ayuda a la Población Más Pobre (CGAP en su acrónimo inglés) es un consorcio de 33 agencias de desarrollo públicas y privadas que colaboran para extender el acceso de los pobres a los servicios financieros en los países en desarrollo. El Grupo de Trabajo sobre Microseguros del CGAP comprende donantes, aseguradoras y otras partes interesadas en la coordinación de las actividades de donación que atañan al desarrollo y a la difusión de servicios de seguro a los hogares de renta baja. Las actividades principales del Grupo de Trabajo consisten en la formulación de directrices para donantes, el encargo de estudios, la publicación de un boletín trimestral sobre microseguros y la gestión del contenido del sitio web "Microinsurance Focus", en la dirección www.microfinancegateway.org/section/resourcecenters/microinsurance.


Nota 1 - Protecting the poor: A microinsurance compendium, editado por Craig Churchill, copublicado por la Oficina Internacional del Trabajo, la Fundación Munich Re y el CGAP, Ginebra, 2006.