Mujeres marineras: ¿contra viento y marea? Por mar y por tierra: las mujeres engrosan las filas de la gente de mar

La incorporación a la marinería por parte de las mujeres, en tiempos únicamente presentes en los mascarones de proa de los buques transatlánticos del mundo, representa un fenómeno de dimensión menor, aunque al alza. Sin embargo, mientras se abren camino a bordo de las grandes embarcaciones de todas las regiones, la sal y el mar son sólo parte de las dificultades a las que se enfrentan. Como se destaca en un nuevo estudio de referencia de la OIT, la discriminación, el acoso sexual y un arraigado escepticismo respecto a sus virtudes y capacidades pueden constituir escollos igualmente relevantes.

“Mi padre sirvió en la Royal Navy. Me crié en una región costera, así que el mar siempre ha formado parte de mi vida...”

“Mi padre es marinero, como lo es mi tío y lo fueron mis abuelos...”

“No me interesan los empleos en oficinas. No me interesa el trabajo administrativo y todo eso...”

¿Son las meditaciones de un joven aventurero, con la mirada perdida en un horizonte infinito, soñando con buques que le trasladen a lugares remotos? Sí, pero con un ligero matiz. Las respuestas corresponden a mujeres que han seguido el ejemplo de sus antepasados varones en la marinería, cruzando la “brecha de género”, en su momento, más vasta que cualquier océano.

Éstos y otros comentarios se refieren en un nuevo estudio de la OIT, titulado “Women Seafarers: Global employment policies and practices” ( Nota 1), el primero que se ocupa de la situación de la gente de mar contemporánea de sexo femenino a escala mundial.

En esta obra se abordan todos los aspectos de la vida de las marineras, desde los derechos al empleo, a los de maternidad. El estudio pone de manifiesto que, mientras se abren camino en las rutas de la mar, las marineras se enfrentan no sólo a las dificultades habituales de la meteorología, el trabajo duro y las condiciones adversas de navegación, sino también a otros problemas de gravedad como la discriminación, el acoso sexual y la desaprobación de sus padres y, además, con frecuencia, se ven relegadas a ocupar puestos de baja remuneración con escasas oportunidades de ascenso.

“En los últimos 50 años, las mujeres han comenzado a ser contratadas en un número cada vez mayor a bordo de los buques mercantes y las embarcaciones de pasajeros del mundo”, señala Cleopatra Doumbia-Henry, Directora del Departamento de Actividades Sectoriales de la OIT. “Si este estudio ayuda a mejorar las condiciones de trabajo, aunque sea de unas pocas mujeres, resultará un éxito. Obviamente, esperamos que de lugar a una mayor participación y a la disposición de puestos de mejor calidad para las mujeres que trabajan en el mar y en el sector marítimo en su conjunto."

De acuerdo con algunas de las mujeres entrevistadas para el estudio, puede que los días en los que disfruten de unas condiciones de trabajo benignas se demoren aún. Estas mujeres dieron cuenta de comentarios alusivos a que su lugar se encontraba “en la cocina” y no en cubierta o que de que no valían para el mar porque “discuten unas con otras” (como si los hombres no discutieran), les cuentan “chistes machistas” o les asignan las tareas peores y más sucias.

“Los compañeros con los que navegaba pasaron unos cuatro meses ocupándose de esas tareas desagradables, pero después subían al puente para trabajar en un entorno limpio”, comentó una mujer que añadió que la pusieron a prueba para determinar si estaba hecha de la “pasta adecuada” para el puesto. “Nos exigen [a las mujeres] mucho, mucho más.”

En cualquier caso, la discriminación y el acoso de menor escala son sólo una parte de la historia. Muchas mujeres denuncian también casos de acoso sexual o, como mínimo, aluden al temor que les producen sus compañeros varones.

Algunas de las entrevistadas señalaron que habían adoptado medidas drásticas para evitar los acosos, incluida la alteración o “desfemenización” de su apariencia (de hecho, una ingeniera llegó a afeitarse la cabeza). Otra relató cómo tuvo que pegar un puñetazo a un primer oficial para conseguir que saliera de su habitación.

Entonces, ¿por qué llevar una vida turbulenta y potencialmente hostil en el mar? Las mujeres llevan mucho tiempo trabajando en buques de pasajeros y cruceros y, desde 1945, ha aumentado su presencia en embarcaciones de transporte y comerciales de otra índole. En la entrevista que figura a continuación, la Sra. Doumbia-Henry explica quiénes son las marineras, cuántas trabajan y dónde, y cuáles son sus perspectivas para mejorar su vida.

¿Cuántas mujeres trabajan a bordo de buques?

Sólo el 1 o 2% de los 1,25 millones de marineros activos en el mundo son mujeres. No obstante, en el sector de los cruceros, representan del 17 al 18% de la fuerza de trabajo. Un 94% de las mujeres se encuentran empleadas en buques de pasajeros (un 68% en transbordadores y un 26% en cruceros), mientras que el 6% restante trabaja en cargueros (es decir, buques contenedores, petroleros, etc.). En cuanto a los empleos, hay mujeres capitanes e ingenieros jefe, así como otros oficiales. No obstante, en general, las mujeres trabajan como personal de hostelería en embarcaciones de pasajeros. De este último grupo, un 51,2% procede de países de la OCDE, un 23,6% de Europa oriental, un 9,8%, de América Latina y África, un 13,7% del Lejano Oriente, y un 1,7% de Asia Meridional y Oriente Medio.

¿Se las acepta a bordo?

En primer lugar, en lo que concierne al acceso a la formación para hacerse a la mar, no parecen plantearse grandes problemas en general. De hecho, numerosas instituciones dedicadas a la formación marítima promueven activamente la matriculación de mujeres.

Una vez a bordo de los buques, las mujeres suelen experimentar problemas para ser aceptadas inicialmente, y en ocasiones se ven obligadas a “probar su valía”. No obstante, con el tiempo, suelen ser capaces de integrarse en las tripulaciones y de llegar a ser aceptadas y valoradas por sus compañeros.

En lo que respecta a la promoción laboral en las embarcaciones de transporte de mercancías, en el estudio se indica que las mujeres creen que disfrutan de las mismas posibilidades de promoción que los hombres, aunque esta sensación varía de unas compañías a otras; en algunas, consideran que existe cierta reticencia a ascenderlas a puestos de alta responsabilidad, en otras, pueden emprenderse iniciativas especiales destinadas a la promoción de mujeres. Por lo que se refiere a las que trabajan en el sector de la hostelería a bordo de buques de pasajeros, la situación es menos inequívoca. Parece ser que, a menudo, los ascensos tienen más que ver con el origen étnico que con el género.

¿Cómo pueden mejorar las compañías las condiciones de las marineras?

El acoso sexual representa una realidad para numerosas mujeres que trabajan en el mar. Esta forma de abuso puede ir del acoso verbal y los comentarios inapropiados, al asalto físico. En cualquier caso, las empresas del sector de los cruceros que han adoptado políticas rigurosas de lucha contra el acoso sexual parecen haber conseguido reducir el número de incidentes de este tipo, así como animar a las mujeres a que busquen la asistencia de la propia empresa en tales situaciones. En el sector del transporte de mercancías parece prestarse una menor atención a estas cuestiones. Por lo que se refiere a otros aspectos como las prestaciones por maternidad y la disponibilidad de ciertos productos requeridos por las mujeres, aún queda camino por recorrer.

¿Qué ventajas reporta la presencia de mujeres a bordo de buques?

Una gran ventaja es que propicia un entorno social más normal, lo que reviste especial importancia puesto que la naturaleza de la vida de la marinería ha cambiado en los últimos años. Hay menos tiempo para bajar a tierra, y menos personal a bordo. La incorporación de mujeres a las tripulaciones puede atenuar la sensación de aislamiento que padecen numerosos marineros. Por otra parte, recientes estudios laborales del sector marítimo indican la carencia (creciente) que atañe a ciertas categorías de la marinería, en especial de oficiales. Las mujeres constituyen una fuente de talento marítimo infrautilizada, a la que debemos recurrir para compensar tal escasez.

¿Qué medidas pueden adoptarse para mejorar las condiciones de las mujeres en el mar y atraer a éstas al ejercicio de la marinería?

En primer lugar, cabe señalar que la comunidad marítima consta de varios elementos, entre los que figuran empresas, sindicatos, organizaciones de asistencia social a la gente de mar y otras entidades. Cada una de ellas puede contribuir en un sentido. Las empresas, por ejemplo, podrían tratar de destinar a las recién contratadas a embarcaciones con oficiales mujeres. Obviamente, las políticas en materia de acoso sexual revisten importancia. Los sindicatos deben abordar éstas y otras cuestiones, como las prestaciones por maternidad, al negociar los convenios colectivos.

Tampoco podemos olvidar que la mejora de las condiciones de las mujeres en el mar está relacionada igualmente con la optimización de las condiciones de trabajo de toda la gente de mar, de uno u otro género. Por tanto, los esfuerzos dedicados al progreso de tales condiciones beneficiarán asimismo a las mujeres. En este sentido, la OIT ha iniciado un proceso de consolidación de sus numerosos Convenios sobre el trabajo marítimo en una única norma integrada. El objetivo es adoptar una norma de aceptación generalizada (idealmente, universal) que de lugar a la mejora de las condiciones de toda la gente de mar. En el ámbito nacional, y a escala de cada empresa, debe otorgarse una mayor prioridad al perfeccionamiento de las condiciones a bordo de los buques, entendiendo por éstas las que atañen a la remuneración, el alojamiento, la seguridad, la ampliación de los períodos de permiso, etc.

¿Qué animó a la OIT a encargar este estudio?

La OIT considera con sumo rigor las cuestiones de género, y las tiene en cuenta en todas las áreas de nuestra labor. En este sentido, cuando encargamos al SIRC la ejecución de un estudio sobre las condiciones de trabajo de la gente de mar como principal documento para el debate en una reunión de la Comisión Paritaria Marítima (CPM) (órgano bipartito compuesto por representantes de los armadores y la gente de mar a escala mundial) de la OIT en 1991, solicitamos que, en su realización, se considerara una perspectiva de género. La CPM examinó el informe y dio un paso adelante al adoptar una Resolución en la que se solicitaba la efectuación de un estudio específico sobre la gente de mar de sexo femenino.

¿Qué acciones de seguimiento del estudio lleva a cabo la OIT?

En primer lugar, procuramos su divulgación generalizada en el ámbito de la comunidad marítima internacional. Sirviéndonos del estudio como documento de consulta en todas nuestras actividades marítimas, lo utilizaremos para promover políticas sensibles respecto a las cuestiones de género en este sector, y colaboramos además con la Organización Marítima Internacional.

¿Cómo puede obtenerse un ejemplar del estudio?

Puede visitarse el sitio web de la OIT en la dirección www.ilo.org. En el lado derecho aparece el término “publicaciones”. Haciendo clic en ese enlace accederá a la información contenida en este documento. Téngase en cuenta que resulta posible visualizar uno de los capítulos del estudio visitando dicho sitio de Internet.

¿Qué opina de la creencia tradicional de que las mujeres traen mala suerte en el mar?

Un mito interesante, similar al que sostiene que caeremos de la superficie del planeta si nos alejamos demasiado del puerto navegando. Pero estamos en el siglo XXI, sabemos que la tierra es redonda y que las supersticiones no tienen nada que ver con ello. La OIT se ha propuesto cumplir una agenda social moderna, en el que destaca la consideración de las cuestiones de género. Nuestra labor a favor de la gente de mar de sexo femenino constituye un ejemplo de “integración” de tales cuestiones en todos los elementos de una actividad profesional. En este caso, la integración se extiende además a los siete mares.

Un órgano de la OIT actualiza el salario mínimo de la gente del mar

Un Subcomité de la Comisión Paritaria Marítima (CPM) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha ampliado la vigencia del salario mínimo actual, fijado por este organismo para la gente de mar en 465 dólares de Estados Unidos, hasta el 31 de diciembre de 2004. Esta cifra entró en vigor el 1 de enero de 2003. Se convino asimismo la elevación de dicho salario mínimo a 500 dólares de Estados Unidos a partir del 1 de enero de 2005.

Además de tratar esta cuestión, el Grupo de Trabajo Conjunto de la CPM emitió directrices dirigidas a los representantes de los armadores y la marinería, así como de diversas autoridades nacionales, respecto al modo en que debe interpretarse dicho salario teniendo en cuenta jornadas de trabajo, horas extraordinarias, derecho a permisos, días de descanso semanal y festivos.

Un porcentaje sustancial de los más de 1,5 millones de marinos de todo el mundo se ve afectado por los cambios que atañen al salario mínimo recomendado por la OIT para la gente de mar. En esta cifra se incluye el personal de aprovisionamiento y hostelería presente en buques de pasajeros y otras categorías profesionales, entre los que figuran los trabajadores a bordo de embarcaciones costeras. Diez países, a saber, Filipinas, Indonesia, China, Turquía, la Federación Rusa, India, Estados Unidos, Ucrania, Grecia y Japón, concentran casi el 60% de la gente de mar activa en el mundo.

Con un tonelaje bruto superior a dos millones de toneladas, tres nuevos países se incorporaron al grupo de naciones con mayor actividad marítima: España, Camboya y las Islas Caimán. Por otra parte, Australia y Belice ya no forman parte de la lista de los 39 países con mayor actividad en este sector, de acuerdo con el Registro de Estadísticas de la Flota Mundial de Lloyds realizado en 2002.

El mecanismo de determinación del salario mínimo de marinos preferentes se establece en la Recomendación sobre los salarios, las horas de trabajo a bordo y la dotación de los buques, de 1996 (núm. 187). Para la estimación del salario mínimo recomendado por la OIT se emplea una fórmula que refleja las variaciones de los precios al consumo y los tipos de cambio frente al dólar de Estados Unidos en 49 países y territorios marítimos.

La aplicación de la Recomendación (núm. 187) no es obligatoria. No obstante, los gobiernos pueden optar por incorporar el contenido de este instrumento a la legislación nacional. Por otra parte, la Recomendación es utilizada por armadores y sindicatos para establecer las escalas salariales. El mecanismo es el único existente en la OIT para determinar el salario mensual básico en un sector.

Nota 1: Women Seafarers - Global Employment policies and practices, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 2003, ISBN 92-2-113491-1, 25 francos suizos.
El estudio fue encargado por la OIT tras la adopción de la Resolución relativa a la gente de mar de sexo femenino adoptada por la 29° Sesión de la Comisión Paritaria Marítima, celebrada del 22 al 26 de enero de 2001 en Ginebra. La investigación fue conducida por el Seafarers International Research Centre (SIRC) y la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido.