Textiles; vestido; cuero; calzado

El sector de los textiles, el vestido, el cuero y el calzado se caracteriza por una producción geográficamente dispersa y por cambios rápidos impulsados por el mercado, y proporciona oportunidades de empleo a millones de trabajadores en todo el mundo, en particular las mujeres jóvenes. Debido al elevado número y al perfil de los trabajadores empleados, el sector ofrece un enorme potencial para impulsar el desarrollo económico y social.

La tendencia del sector hacia una producción más rápida y flexible y hacia unos precios más bajos se ha acelerado con la supresión progresiva del Acuerdo Multifibras, en 2005. En la actualidad, este sector se caracteriza por su gran volatilidad, su baja predictibilidad y, en general, sus bajos márgenes de beneficios. La producción suele subcontratarse a proveedores en diferentes países, lo que da lugar a una competencia acérrima que se traduce en la reducción los precios. Además, el sector sigue siendo uno de los que tienen mayor densidad de mano de obra, a pesar de los avances tecnológicos y de los progresos realizados en las prácticas laborales.

El colapso del Rana Plaza en Bangladesh en 2013 y el incendio de una fábrica en el Pakistán en 2012 fueron un punto de inflexión en el mundo del trabajo. Como consecuencia de estos trágicos accidentes, el mundo se vio obligado a centrarse en las condiciones de trabajo de los trabajadores de la industria del vestido en general. Desde entonces, el refuerzo de la cooperación entre los mandantes tripartitos y otros agentes ha conducido a la negociación de nuevas iniciativas en los planos mundial y nacional.

La OIT promueve el trabajo decente en el sector de los textiles, el vestido, el cuero y el calzado:
  • preconizando el diálogo social sobre los principales desafíos y oportunidades en el sector, y la búsqueda de consenso entre los mandantes tripartitos sobre medidas para encararlos;
  • aumentar y difundir los conocimientos sobre las tendencias y cambios recientes;
  • apoyar la aplicación de las normas internacionales del trabajo y su cumplimiento en el lugar de trabajo;
  • desarrollar la capacidad de los mandantes sectoriales en lo que respecta a diferentes cuestiones (SST, calificaciones, salario mínimo, etc.), y
  • fortalecer las asociaciones y la coherencia de las políticas entre los diferentes agentes a nivel mundial, regional y nacional.