Discurso

Declaración del Director General de la OIT sobre la situación en Egipto

Declaración | Ginebra | 2 de febrero de 2011

GINEBRA – El mundo ha seguido con gran respeto las masivas y valientes expresiones de la voluntad del pueblo de Egipto durante los eventos de los últimos días. En los difíciles momentos que se avecinan, será de importancia fundamental que el gobierno y todos los actores involucrados se comprometan con un proceso pacífico que abra el camino hacia una nueva era de justicia social en la gloriosa historia de Egipto. Es motivo de tristeza y pesar que la pérdida de vidas humanas haya sido tan alta. Este número no debe aumentar.

Me uno al Secretario General de Naciones Unidas en insistir que los líderes de Egipto “escuchen las voces del pueblo con atención y sinceridad “, y en “su responsabilidad de, ante todo, ofrecer empleo decente y buenas oportunidades para mantener una vida decente”.

La OIT ha venido señalando durante muchos años la gravedad del déficit de trabajo decente en Egipto y en varios países en la región, donde el desempleo, el subempleo y el trabajo informal han permanecido entre los más altos del mundo. El fracaso en abordar esta situación de manera eficaz, con todas las consecuencias que acarrea en términos de pobreza y desequilibrios en el desarrollo, junto con las restricciones de las libertades fundamentales, han desencadenado esta manifestación histórica de demanda popular.

Para la OIT ha sido motivo de especial preocupación desde hace muchos años la legislación restrictiva que existe en Egipto, que permite el funcionamiento de una única federación sindical y obstaculiza la organización de los trabajadores en sindicatos de su libre elección. Hace poco, en junio 2010, la Conferencia de la OIT lamentó que el Gobierno no hubiese realizado ningún progreso concreto en estos puntos fundamentales, y lo exhortó a dar pasos tangibles en el futuro próximo para garantizar que todos los trabajadores puedan formar organizaciones o afiliarse a la de su preferencia sin ninguna interferencia por parte del Gobierno.

Las movilizaciones a nivel nacional de los últimos días han llevado al establecimiento de la Federación Independiente de Sindicatos de Egipto, que ha hecho un llamado pidiendo empleos, salarios mínimos, protección social, y libertad sindical.

Celebro este nuevo avance en el ejercicio de los derechos de los trabajadores de Egipto. Sus voces deben figurar entre las primeras en ser escuchadas. A este respecto, una preocupación fundamental de la OIT es que ninguna persona sea víctima de discriminación o represalia de ningún tipo por haber practicado sus derechos básicos. En la tensa situación que se vive en este momento, hago un llamado particular a las autoridades egipcias para que garanticen la prevención de este tipo de acciones y ofrezcan toda la protección necesaria a quienes la necesiten.

Estoy convencido de que los egipcios encontrarán la manera de unirse con el fin de garantizar que los jóvenes de su país tengan un futuro de dignidad y trabajo decente. La OIT está dispuesta a ofrecer toda la asistencia que pueda ser útil para este fin.

Juan Somavia