Día Mundial del Niño
El trabajo infantil es una afrenta a nuestros valores comunes
La ratificación universal del Convenio de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil constituye un gran avance para la infancia en África, señala Cynthia Samuel-Olonjuwon, Subdirectora General de la OIT y Directora Regional para África.
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Cynthia Samuel-Olonjuwon, Subdirectora General de la OIT y Directora Regional para África |
Pese a que la ratificación universal del Convenio 182 de la OIT contribuirá en gran medida a erradicar el problema mediante el establecimiento de un marco jurídico adecuado, los países aún deben hacer cumplir y garantizar su aplicación de forma eficaz, en particular por medio de inspecciones laborales, con objeto de promover el trabajo decente para adultos y jóvenes en edad de trabajar de forma legal.
El Convenio núm. 182 reviste suma importancia en África. De hecho, el primer país que ratificó oficialmente dicho Convenio fue la República de Seychelles, solo varios meses después de que los 174 Estados miembros de la OIT lo aprobaran por unanimidad en junio de 1999.

No obstante, 72,1 millones de niños siguen realizando trabajo infantil en África, incluidos 31,5 millones de niños que llevan a cabo trabajos peligrosos. Según estimaciones de la OIT sobre trabajo infantil a escala mundial publicadas en 2017, en el África subsahariana se registró un aumento del trabajo infantil de 2012 a 2016, a diferencia de otras regiones, en las que el trabajo infantil registró una disminución paulatina.
A fin de alcanzar la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuyo fin es la supresión de todas las formas de trabajo infantil para 2025, es necesario fomentar medidas encaminadas a erradicar el trabajo infantil en África. Los países de dicho continente deben abordar el problema de la informalidad, ampliar la protección social a toda la población, fortalecer los mecanismos para hacer cumplir la ley, mejorar el acceso a enseñanza gratuita básica y de calidad, y fomentar el diálogo social.
Desafortunadamente, la crisis de COVID-19 ha propiciado un aumento de la inseguridad económica, ha interrumpido las cadenas de suministro y ha repercutido de forma muy adversa en los procesos de producción. Puesto que alrededor del 85% del empleo en África se crea en la economía informal, cabe prever un aumento del trabajo infantil como consecuencia del cierre de escuelas, la pérdida sustancial de ingresos de los padres a lo largo de la pandemia, la falta de protección social fundamental y el aumento de la pobreza.
Hoy más que nunca debemos establecer asociaciones más sólidas y ampliar las medidas encaminadas a luchar contra el trabajo infantil."
Cynthia Samuel-Olonjuwon
Hoy más que nunca debemos establecer asociaciones más sólidas y ampliar las medidas encaminadas a luchar contra el trabajo infantil. A este respecto, la aprobación por varios jefes de Estado de África en febrero de 2020 del Plan de acción continental de la Unión Africana frente al trabajo infantil por un período de diez años constituye una primera etapa de aplicación marcada por un contexto complejo.
Nos complace constatar que, de 22 países, once países de África, a saber, Camerún, Côte d'Ivoire, Etiopía, Ghana, Madagascar, Malawi, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Túnez y Uganda, han llevado a cabo una labor precursora con respecto a la Alianza 8.7.
La Alianza 8.7 es un partenariado global que tiene por objeto facilitar el cumplimiento de la meta 8.7 de los ODS. Ello pone de manifiesto la sólida determinación de los países de África y el firme compromiso de la comunidad internacional de propiciar la adopción de medidas para erradicar el trabajo infantil, el trabajo forzoso, la trata de personas y la esclavitud moderna en el continente.
El proyecto regional de la OIT Fomento de medidas para erradicar el trabajo infantil en las cadenas de suministro en África (Proyecto ACCEL África), financiado por el Gobierno de los Países Bajos, es uno de los ejemplos más destacados de fijación de objetivos conjuntos y de colaboración en África.
Un niño en peligro es un niño que no puede esperar."
Kofi Annan, antiguo Secretario General de la ONU
Si bien aún queda mucho por hacer, la ratificación universal del Convenio núm. 182, en vísperas del Año internacional para la eliminación del trabajo infantil en 2021 es muy oportuna. Debemos proseguir la labor. Es necesario trabajar de consuno para alcanzar los objetivos fijados en beneficio de nuestros niños y forjar un mejor futuro para todos.
Como señaló Kofi Annan, antiguo Secretario General de la ONU, un niño en peligro es un niño que no puede esperar.
El Convenio núm. 182 se aprobó para propiciar acciones a muy corto plazo a fin de hacer frente a las peores formas de trabajo infantil. Los países que lo han ratificado han de facilitar la adopción de medidas eficaces con arreglo a plazos fijados previamente, con objeto de suprimir las peores formas de trabajo infantil a la mayor brevedad posible.
Debemos actuar ahora para velar por que ningún niño se quede atrás.
Por Cynthia Samuel-Olonjuwon, Subdirectora General de la OIT y Directora Regional para África