Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Pequeños Estados Insulares en Desarrollo

¿Una mayor integración económica puede generar nuevas oportunidades de trabajo decente en el Caribe?

Un panel de alto nivel que tendrá lugar durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), en Samoa el 1° de septiembre, reunirá a la OIT y a los responsables políticos, los representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores, a fin de discutir la viabilidad y las implicaciones de una mayor integración económica en el Caribe. El Director de la Oficina de la OIT para el Caribe analiza algunas de las medidas propuestas y su incidencia en la creación de empleos decentes.

Opinión | 1 de septiembre de 2014
Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) del Caribe enfrentan una serie de desafíos en materia de desarrollo. Si bien ocupan los niveles medio y alto en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, las desigualdades son cada vez mayores y muchos habitantes tienen un nivel de bajo.

En los últimos años, el crecimiento económico de los PEID del Caribe ha sido débil. La recesión económica mundial, junto a fenómenos atmosféricos extremos, han afectado los niveles del PIB en toda la región.

El estancamiento y la contracción de la economía mundial, así como la falta de dinamismo en el sector del turismo, han causado una desaceleración de la actividad empresarial y de los ingresos fiscales, que han dado lugar a un incremento de los niveles de la deuda.

Como resultado, ha disminuido el margen para la inversión pública que hubiese podido mejorar la infraestructura, proporcionar un mayor apoyo a las personas que viven en la pobreza y crear empleos.

La creación de empleo es un desafío enorme. En cuatro de los cinco países que produjeron estadísticas sobre el desempleo en 2012 y 2013, las tasas de desempleo fluctúan entre 11 y 27 por ciento. Las tasas de desempleo juvenil son significativamente más altas.

Por lo tanto, los esfuerzos para alcanzar las metas del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) relativos a la erradicación de la pobreza han sido gravemente afectados.

En este contexto, algunos organismos regionales y responsables políticos pidieron que se intensificara y renovara el compromiso a favor de una mayor integración económica que vaya mucho más allá de la liberación del comercio interregional y de otros acuerdos adoptados en el pasado.

Algunos sostienen que vincular todo el proceso de producción y distribución de bienes y servicios en todo el Caribe permitiría la creación de empresas regionales que serían más competitivas a nivel internacional y centradas en productos y bienes de mejor calidad.

Según cómo sean distribuidos los beneficios de una aceleración del crecimiento, tanto dentro como entre los países de la región, este proceso puede favorecer la convergencia económica y una mayor igualdad de ingresos.

Pero algunos resultados no están garantizados. Surgen preguntas sobre: ¿Cuáles industrias o sectores de la economía serían aptos para un enfoque regional integrado?, ¿Qué repercusiones tendría sobre la competencia entre las empresas existentes en un mismo sector?, ¿Cuáles serían las implicaciones para las políticas económicas, incluyendo las políticas monetarias, fiscales y de desarrollo económico en la región?

Lograr un sistema de producción y distribución regional integrado precisará de altos niveles de cooperación. Esto se refiere no sólo a las relaciones entre los gobiernos de la región sino también dentro de los países, entre los gobiernos y sus interlocutores sociales.

Es posible promover este proceso a través de políticas de desarrollo industrial de carácter regional, que requerirá de nuevas inversiones en la infraestructura de transporte y comunicaciones. Además, la región deberá establecer asociaciones públic-privadas a fin de ofrecer a las pequeñas y medianas empresas los servicios y la infraestructura que necesitan para crecer.

Los sindicatos, por su parte, se preguntan cómo serán determinados los salarios y las condiciones de trabajo en las empresas regionales. Los empleadores y los sindicatos en el Caribe también desean garantizar que una mayor integración económica produzca una convergencia en todos los países en relación a la implementación de las normas del trabajo.

Es alentador que las organizaciones de empleadores y de trabajadores del Caribe estén comprometidas con el diálogo social a nivel regional. Esta vocación fue confirmada por la Confederación de Empleadores del Caribe (CEC) y por el Congreso Caribeño del Trabajo (CCL) en la reunión del Consejo para el Desarrollo Humano y Social del CARICOM, que tuvo lugar este Mayo en Guyana.

Asimismo, se otorgó prioridad a la reforma de la educación, a través de una nueva estrategia de Enseñanza Técnica y Formación Profesional (ETFP), concebida para garantizar que los jóvenes de la región adquieran las competencias que el mercado laboral necesita.

A este respecto, fue bienvenido el apoyo expresado a favor del pleno empleo y del trabajo decente como una prioridad para la Agenda de Desarrollo post 2015.