Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Flexiguridad y trabajo decente: Un enfoque en base a políticas del mercado laboral

La búsqueda de una mejor combinación entre flexibilidad y seguridad relativa a empleo, ingreso y protección social, es uno de los principales desafíos dentro de la Unión Europea. Dinamarca está a la vanguardia en la aplicación de un sistema de “flexiguridad” para su mercado del trabajo. En la actualidad, tiene la segunda tasa de desempleo más baja entre los países OCDE, altos niveles de competitividad y movilidad laboral, y una fuerza de trabajo calificada. La experiencia danesa demuestra que este equilibrio relacionado al trabajo decente no debe ser buscado por las empresas o el sector público de manera individual, sino a través del diálogo social. Mientras se lleva a cabo la Conferencia Internacional de la OIT, una mesa redonda aborda el tema “Flexiguridad y Trabajo Decente: políticas del mercado laboral”, en el cual participarán expertos de la OIT y representantes tripartitos provenientes de Dinamarca. Anne Mette Skipper se reunió con uno de ellos, el Ministro del Trabajo, Claus Hjort Frederiksen. Entrevista.

Noticia | 5 de junio de 2008

Flexiguridad o Cómo la fuerza de trabajo, empleadores y el gobierno de un pequeño país se unen para adaptarse a las exigencias del mercado en un mundo globalizado, Entrevista con el Ministro del Trabajo de Dinamarca, Claus Hjort Frederiksen – Por Anne Mette Skipper

La economía es tan saludable en Dinamarca que se podría pensar que los daneses encontraron una fórmula secreta. ¿Tiene la flexiguridad algo que ver?

El Ministro del Trabajo, Claus Hjort Frederiks, es en este momento un ejemplo, al ser flexible con su programa para concedernos la entrevista. Muy atento a las preguntas, dijo: “no hay fórmulas secretas. Estamos felices de compartir nuestras experiencias con el resto del mundo, quizás puedan servir inspiración”.

El Ministro recibe a la periodista de manera informal en su oficina en Copenhagen con vista a Christianborg, el edificio del parlamento danés, y sus respuestas son claras y precisas.

“En un mundo globalizado, los gobiernos pueden tratar de proteger los empleos, y muchos países lo hacen. Pero a largo plazo, la realidad es que no es posible garantizar ningún puesto de trabajo”.

En Dinamarca asumimos una posición según la cual los empleos no pueden ser protegidos, a lo sumo podemos garantizar un cierto nivel de ingresos y formación suplementaria de manera que un hombre o una mujer que ha perdido su trabajo pueda obtener las calificaciones para encontrar otro. Tenemos un sistema que ofrece un subsidio relativamente alto de desempleo, hasta por cuatro años, y en los niveles más bajos con una cifra que llega hasta el 90 por ciento de su último salario”.

Es un modelo costoso. ¿Qué asegura que las personas buscarán otro trabajo bajo estas condiciones tan favorables?

“Claro, no son los salarios más altos los que reciben el 90 por ciento de su sueldo en indemnizaciones de desempleo. La experiencia demuestra que en Dinamarca existe una impresionante capacidad de adaptación a las nuevas condiciones, y que las personas no quieren aferrarse a su empleo a cualquier precio. Es normal, y hasta deseable, que las personas cambien trabajo y tengan experiencias diversas. En la actualidad es percibido como una calificación adicional. Dicho esto, gastamos mucho dinero en la activación del empleo y en cursos de formación, de manera que las personas puedan adquirir nuevas competencias y sean aptos para nuevos trabajos”.

¿Entonces la flexiguridad es una fórmula que puede funcionar sólo bajo determinadas condiciones?

“Sí. Las personas deben estar listas para aceptar un empleo. Para asegurar que así sea, estructuras como las dedicadas al cuidado de los niños, deben estar garantizadas. También es importante que no exista el temor de perder los derechos de jubilación al cambiar trabajo. Las contribuciones para la pensión son pagadas a un fondo y serán de la persona sin importar dónde trabaje. Por lo tanto, las pensiones no están vinculadas a trabajar en la misma empresa durante toda una vida. De esta manera, en Dinamarca no hay incertidumbre por la seguridad de la pensión”.

¿Cuáles son los beneficios para los sindicatos de los trabajadores y las organizaciones de empleadores de modo que acepten este sistema?

“En términos sencillos: Es más fácil para las compañías contratar personas porque también pueden despedirlas con facilidad.

“Para los trabajadores, flexiguridad significa que pueden actualizar sus capacidades profesionales para satisfacer las demandas del mercado laboral. Dicho de otra manera: Para que la flexiguridad funcione necesita de un alto grado de organización entre empleadores y empleados. En Dinamarca lo tenemos. Segundo: para que el sistema funcione, es necesaria la buena voluntad de todos los involucrados y ajustes constantes. A finales de los '80 e inicios de los '90, en Dinamarca teníamos más de 10 por ciento de desempleo, así que las partes – empleadores y sindicatos de trabajadores – decidieron trabajar juntos para mejorar la situación.

“Además, en Dinamarca todos hemos aceptado que el ajuste a los mercados internacionales es una necesidad. No podemos competir con los bajos salarios de otros países. Dinamarca es una sociedad del bienestar con un alto nivel de calidad de vida, por lo tanto debemos competir siendo más eficaces, innovadores y creativos”.

¿Pero es muy costoso formar personas constantemente?

“Sí, y no podemos seguir adelante aumentado los impuestos. Deben disminuir. También está cambiando la política de inmigración del país. Durante años hemos aceptado personas que no tienen un nivel de educación que les permita encontrar un trabajo en una sociedad de alta tecnología.

Introduciremos una especie de sistema de “green card” como en Canadá para atraer sólo trabajadores altamente calificados del exterior. En Dinamarca todavía hay personas provenientes de países pobres que llegaron hace algunas décadas y sólo el 50 por ciento trabaja. Hay cerca de 50.000 personas de estos países en Dinamarca que tienen dificultades para hablar el danés y por lo tanto para encontrar trabajo. Nos esforzamos por introducirlos en el mercado del trabajo. El Estado ha sido durante años muy generoso con los inmigrantes sin trabajo. Esto está cambiando.

“Como en otros países de Europa, en el futuro tendremos un problema demográfico con muchas más personas en edad de jubilación y una generación menos numerosa de jóvenes.

Hubiésemos podido tener un mayor crecimiento el año pasado si hubiésemos tenido 60.000 trabajadores calificados adicionales. Con las nuevas normas de apertura que facilitan la llegada de más personas desde los nuevos países de la Unión Europea para trabajar en Dinamarca, esperamos atraer personas calificadas. Ya hay miles de personas de Suecia, Alemania y Polonia que trabajan en Dinamarca”.

¿Es cierto que Dinamarca vacila en aceptar las calificaciones de los extranjeros y que la presión para encontrar trabajo es tan fuerte que hay personas con títulos universitarios conduciendo taxis?

“No es un fenómeno tan extendido. Sin embargo, reconocemos que algunas veces no hemos sido capaces de reconocer las calificaciones de los extranjeros, de manera que introduciremos un test para medir las competencias reales”.

¿Cómo es posible evitar que los trabajadores exijan mayores salarios cuando hay una escasez de trabajadores calificados?

“Dinamarca es un país pequeño con un alto grado de transparencia. Los empleados están conscientes de que si quieren un trabajo es necesario que la empresa obtenga ganancias. Por eso, al contrario de muchos países, en Dinamarca no tenemos un salario mínimo establecido por ley. Las partes, empleadores y empleados, tienen un acuerdo acerca de un nivel mínimo de cerca de 110 coronas danesas por hora. Pero también hay una elasticidad para trabajar horas extraordinarias. Si las cosas no van bien, hasta es posible disminuir los salarios.

“Una de las características del mercado del trabajo de Dinamarca es que tenemos muchas empresas pequeñas, 70 por ciento de las empresas tienen menos de 20 empleados.

“Esto significa que pueden ser competitivas incluso suministrando pequeñas cantidades, por lo general tienen una buena logística, y tienen la reputación de respetar los términos de entrega.

“Aún con todas las posibilidades de cambiar de lugar de trabajo hay, en la mayor parte de los casos, una relación estrecha entre empleadores y empleados”.