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Reunión de la OIT analiza las perspectivas de la fuerza de trabajo de las industrias del hierro y el acero

Delegaciones gubernamentales de 18 países, que tomados en conjunto producen tres cuartas partes del acero mundial, se reunirán la próxima semana en Ginebra con representantes de sindicatos y de organizaciones de empleadores al objeto de examinar las transformaciones del sector, tanto recientes como futuras, y las repercusiones que tal mutación tiene para los siete millones de trabajadores que forman su fuerza de trabajo en la actualidad.

Comunicado de prensa | 23 de octubre de 1997

GINEBRA (Noticias de la OIT) ­ Delegaciones gubernamentales de 18 países (Nota 1) , que tomados en conjunto producen tres cuartas partes del acero mundial, se reunirán la próxima semana en Ginebra con representantes de sindicatos y de organizaciones de empleadores al objeto de examinar las transformaciones del sector, tanto recientes como futuras, y las repercusiones que tal mutación tiene para los siete millones de trabajadores que forman su fuerza de trabajo en la actualidad.

La "Reunión tripartita sobre la mano de obra de las industrias del hierro y el acero del siglo XXI" tendrá lugar en la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del 27 al 31de octubre del año en curso.

Al cabo de 20 años de estancamiento del consumo, cierre de acerías y despidos masivos, la industria del acero sigue actuando como motor económico e indicador del crecimiento en prácticamente todo el mundo. Sin embargo, un informe (Nota 2) preparado por la OIT anticipa que la dimensión mundial de los mercados actuales y la rapidez de la evolución tecnológica impondrán nuevos ajustes en lo que se refiere al volumen y las competencias profesionales de la fuerza de trabajo del sector.

El consumo de acero por habitante, principalmente en forma de materiales de construcción y de bienes duraderos, depende estrechamente del nivel y del ritmo de desarrollo económico de los países. En la actualidad, los valores promedio de dicho consumo se sitúan entre 17 kilos al año en África y 625 kilos en el Japón. Según el informe de la OIT, el consumo en los países industrializados debería permanecer estable o tal vez disminuir moderadamente en el próximo decenio. "No obstante, se espera un elevado crecimiento en Asia (40 por ciento durante el período), y especialmente en China (150 por ciento) y, en menor medida, en América Latina (18 por ciento)".

Cerca de un centenar de países producen acero, indica el informe. "En los 15 años transcurridos entre 1981 y 1996, el porcentaje de la producción mundial de acero que corresponde a los países industrializados de economía de mercado se ha reducido ligeramente, pasando del 54,5 por ciento al 51,2 por ciento. No obstante, la producción en la CEI y en Europa oriental se ha reducido a la mitad, pasando del 29 por ciento del total al 14,3 por ciento, mientras que en China y en otros países asiáticos (excluido Japón) casi se ha multiplicado por tres, pasando del 9,6 por ciento al 25, 5 por ciento".

Con cerca de 3,2 millones de trabajadores, China tiene sobradamente la mayor fuerza de trabajo de la rama. "Juntas, China, la CEI y la India representan cerca del 70 por ciento de la fuerza laboral total del sector, pero tan sólo un 30 por ciento de la producción de acero". Otros países que ocupan un gran número de trabajadores en el acero son los Estados Unidos, Japón, Rumania, Brasil, Polonia y Alemania.

Las mayores pérdidas de puestos de trabajo en el sector del acero se han registrado en Europa. "En la Unión Europea, el número total de empleos siderúrgicos cayó entre 1975 y 1995 en más del 65 por ciento (pasando de 991.000 a 326.000 empleos). El empleo siderúrgico cayó un 75 por ciento en Francia y un 80 por ciento en el Reino Unido, mientras que la producción descendió un 16 y un 14 por ciento, respectivamente. En los Estados Unidos y en Japón, se perdieron respectivamente el 51 por ciento y el 48 por ciento de los empleos siderúrgicos, mientras que la producción cayó un 10 por ciento y un 1 por ciento, respectivamente".

Las reducciones de la fuerza de trabajo han afectado también, aunque en un grado menos drástico, a los países que integraban la ex Unión Soviética. En la Federación de Rusia, se han eliminado cerca del 10 por ciento de los puestos de trabajo en la industria siderúrgica en los cinco años pasados. Con todo, la OIT advierte que "puede tratarse tan sólo de un comienzo". Según informa el Ministerio de Industria de la Federación, para mantener la competitividad de la siderurgia del país habrá que destruir hasta 310.000 puestos de trabajo en los cinco años venideros. Tal cantidad representa más de 40 por ciento del total de 705.000 empleos que existían en el sector del acero de la Federación de Rusia en 1996.

"Los enormes costos sociales por el aumento de la competitividad que ha tenido que soportar Europa occidental todavía tienen que ser cuantificados y financiados" en lo que atañe a la mayoría de los países de Europa oriental y a los países de la ex Unión Soviética, se indica en el informe.

Dos factores principales impulsan esta tendencia, el primero de los cuales es la transformación radical del sector siderúrgico inducida por las innovaciones tecnológicas.

La siderurgia es hoy en día "una industria de alta tecnología que se encuentra a la vanguardia de la fabricación integrada mediante computadora". Los establecimientos tradicionales, basados en la utilización de hornos Martin-Siemens, de grandes dimensiones y con alto coeficiente de mano de obra, "están siendo desplazados por los hornos básicos de soplado de oxígeno (BOF) y los hornos de arco eléctrico (EAF), que son más eficaces y más respetuosos con el medio ambiente." La producción más eficaz de nuevos aceros más ligeros implica que se necesita menos acero en bruto para fabricar la misma cantidad de producto acabado y, por consiguiente, menos mano de obra.

Los nuevos procedimientos de producción "están atrayendo nuevos capitales hacia las plantas con alto grado de eficiencia y situadas estratégicamente", que suelen ser más pequeñas que las gigantescas plantas integradas habituales en otra época. Gracias a su cercanía de los mercados y a que ocupan a menos trabajadores, las denominadas "minifactorías" han resultado muy competitivas. "La TRICO, una minifactoría de la British Steel en los Estados Unidos, tiene una fuerza de trabajo de menos de 600 trabajadores, que producen 2 millones de toneladas de acero al año, mientras que en el Reino Unido 4.000 trabajadores directamente implicados en la fabricación del acero producen de 3 a 4 millones de toneladas" en un tiempo idéntico.

El segundo factor lo constituyen el abandono por el Estado del papel preponderante que durante largo tiempo desempeñó como propietario o socio mayoritario de las empresas siderúrgicas y la consiguiente privatización de sus compañías. En los países occidentales, este proceso está prácticamente terminado, mientras que se acelera en otros países: "menos del 20 por ciento de la producción de acero sigue en manos estatales; tan sólo en Europa era del 40 por ciento en 1994". El exceso de personal característico de las acerías estatales ha cedido el paso a la racionalización y a la pérdida masiva de empleos en las empresas privatizadas.

Otras consecuencias de la privatización han sido la internacionalización de la industria y el proceso de fusiones y adquisiciones transfronterizas que ésta desencadenó. "Las compañías siderúrgicas japonesas fueron pioneras en las adquisiciones internacionales de empresas siderúrgicas, al hacerse con el 50 por ciento de las acciones de National Steel, que era entonces la quinta mayor compañía siderúrgica de los Estados Unidos. En 1990, NKK había incrementado su participación al 70 por ciento [...] los demás productores de acero japoneses disponen en la actualidad de empresas conjuntas con compañías siderúrgicas estadounidenses".

Las cuantiosas inversiones hechas por las empresas siderúrgicas de los países industrializados se han centrado por lo general en proyectos de modernización, mientras que en los países en desarrollo, sobre todo de Asia y América Latina, los recursos se han orientado fundamentalmente a incrementar la capacidad de producción destinada a los mercados en rápido crecimiento.

Por lo que se refiere a las prácticas de trabajo, las transformaciones en curso en el sector han entrañado una verdadera revolución cultural. Se está terminando con la rígida estructura profesional de antaño, que se sustituye por una intensa flexibilidad funcional. El empleo de computadoras ha vuelto superfluas algunas especialidades profesionales. Las promociones basadas en la antigüedad han sido sustituidas por estructuras de personal estrictamente basadas en las competencias de los trabajadores. El informe de la OIT señala que "los rápidos cambios tecnológicos significan que la experiencia ha dejado de ser el mejor criterio para seleccionar a los supervisores en el lugar de trabajo; la formación, las calificaciones y la adaptación suelen ser más importantes".

"La dimensión humana es la pieza clave del futuro", afirma la OIT. "Los progresos técnicos son pasajeros, y los nuevos [métodos de producción] se desarrollan a un ritmo cada vez más rápido. (...) El éxito de las plantas siderúrgicas del siglo XXI dependerá más que nunca de una asociación genuina, pero sensible y flexible, entre la empresa y su fuerza laboral".

Otra cuestión de importancia vital es la gestión medioambiental. La industria siderúrgica ocupa el segundo mayor volumen y peso de materiales procesados, por debajo de la industria del cemento. En todo el mundo, los 750 millones de toneladas de acero que se producen cada año generan unos 30 millones de toneladas de desechos sólidos. A este respecto, el informe señala que "los efectos de la fabricación del hierro y del acero sobre el medio ambiente se han reducido mucho en los últimos 20 años; ahora sólo se genera la mitad de los residuos por tonelada de acero que se generaban en el decenio de 1970", gracias al empleo de nuevas tecnologías y también a la aplicación de una legislación medioambiental más estricta. Hoy, es habitual que el acero se recicle: "más de 300 millones de toneladas de chatarra de acero (40 por ciento de la producción) se aprovechan para la elaboración de nuevos productos de acero".

En cuanto a la ordenación del medio ambiente, las medidas que mayores repercusiones pudieran tener para los productores de acero serán las que se tomen en relación con el efecto invernadero de los contaminantes atmosféricos. Según la OIT, "los acuerdos internacionales que se adopten en el futuro para reducir las emisiones de gases con efecto de invernadero tendrán inevitablemente consecuencias sobre los procedimientos de producción".

Entre sus conclusiones, el informe de la OIT postula que "quienes ganarán en el próximo milenio serán los fabricantes de acero que centren sus esfuerzos en la calidad de la producción y en la gestión del medio ambiente, que cumplan con los plazos de los clientes" y que formen y alienten a sus trabajadores a considerar que los esfuerzos por obtener productos de calidad y por preservar el medio ambiente son un medio para obtener seguridad en el empleo y progresar profesionalmente en una empresa con visión del porvenir.

La reunión tripartita de la semana próxima, prevista en el marco del programa de actividades sectoriales de la OIT, servirá para orientar la acción de la OIT con respecto a esta rama de la actividad económica.

Empleo en la industria del hierro y del acero, 1975-1996

País
1975 1996
Alemania

Australia

Bélgica

Brasil

España

Estados Unidos

Francia

Hungría

India

Italia

Japón

Polonia

Reino-Unido

Rusia, Federación de

Súdafrica

226.700

35.000

61.400

123.900

90.900

470.400

157.000

64.000

200.000

96.000

324.400

156.000

190.700

837.600 3/

108.700

85.900

12.300

23.100

80.000 1/

23.800

237.500

38.500

14.200

280.000 2/

39.200

155.000

91.600

37.000

705.200

60.400

1/ Brasil: 1995

2/ India: 1995

3/ Federación de Rusia: 1985

Nota 1. Alemania, Brasil, Canadá, República Checa, China, República de Corea, Estados Unidos, Francia, India, Japón, México, Polonia, Reino Unido, Rumania, Sudáfrica, Suecia, Venezuela y Zimbabwe.

Nota 2. La mano de obra de las industrias del hierro y el acero del siglo XXI. Informe para el debate de la Reunión tripartita sobre la mano de obra de las industrias del hierro y el acero del siglo XXI: cuáles serán sus características y sus métodos de trabajo. Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra. ISBN 92-2-310507-2.