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La Conferencia de Oslo busca una estrategia global para combatir el trabajo infantil

La adopción de una estrategia global para combatir y, en última instancia, erradicar el trabajo infantil dominará el temario de la conferencia ministerial de 40 países que ha sido convocada por el Gobierno de Noruega (en colaboración con la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)) y que se celebrará del 27 al 30 de octubre en Oslo.

Comunicado de prensa | 27 de octubre de 1997

OSLO (OIT/UNICEF) ­ La adopción de una estrategia global para combatir y, en última instancia, erradicar el trabajo infantil dominará el temario de la conferencia ministerial de 40 países que ha sido convocada por el Gobierno de Noruega (en colaboración con la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)) y que se celebrará del 27 al 30 de octubre en Oslo.

La Conferencia es la última de una serie de reuniones convocadas ante la creciente preocupación que despierta la situación de unos 250 millones de niños que trabajan con frecuencia en condiciones de explotación y peligro y que deben hacer frente a lesiones, enfermedades e incluso la muerte.

Los ministros de cooperación para el desarrollo, trabajo, educación, asuntos sociales y justicia, así como los dirigentes de los sindicatos y las organizaciones de empleadores, las organizaciones no gubernamentales, las Naciones Unidas y otros organismos multilaterales, junto con los principales expertos en trabajo infantil, colaborarán con el fin de establecer una nueva estrategia global para combatir está práctica, recurriendo a la cooperación para el desarrollo como elemento clave.

A escala mundial, el trabajo infantil abunda sobre todo en las regiones menos desarrolladas. En términos absolutos, el mayor número de niños trabajadores se encuentra en Asia (aproximadamente, un 61% del total mundial), a la que siguen Africa (32%) y América latina (7%).

La Conferencia se inaugurará el lunes 27 de octubre en el hotel Radisson SAS Scandinavia de Oslo, con una sesión técnica de dos días de duración en la que se debatirá el modo de prevenir y erradicar el trabajo infantil mediante la adopción de acciones prácticas en los ámbitos de la legislación, la educación y la movilización social. Por primera vez, se prestará especial atención al papel desempeñado por la cooperación para el desarrollo.

Tras el debate técnico, el miércoles 29 de octubre comenzará una sesión política inaugurada por el Sr. Kjell Magne Bondevik, nuevo Primer Ministro de Noruega. La Sra. Carol Bellamy, Directora Ejecutiva de UNICEF, y el Sr. Michel Hansenne, Director General de la OIT, pronunciarán sendos discursos de apertura. A continuación, los ministros estudiarán una "Agenda para la Acción" en la que figuren las opciones y los principios elegidos para la erradicación global del trabajo infantil.

"La guerra contra el trabajo infantil se está ganando, y puede ganarse en todos los países en los próximos 15 años", señala el Sr. Michel Hansenne, Director General de la OIT. "¿Cómo? Adoptando una campaña global de cuatro puntos que comprenda la movilización de la voluntad política, el apoyo a la misma mediante un programa de acción con plazo fijo en el que se prevea la erradicación inmediata de todas las formas extremas de trabajo infantil, la adopción de un nuevo convenio internacional contra estas formas extremas de explotación de la infancia, y la plasmación del poder que representa el interés mundial por este tema en programas internacionales de política social y económica."

Para Carol Bellamy, "los niños tienen los mismos derechos que los adultos, no sólo civiles y políticos, sino también sociales, culturales y económicos. El trabajo infantil les priva de estos derechos fundamentales, incluido el de la educación, y ésta constituye el instrumento más eficaz que disponemos para erradicar el trabajo infantil".

"El trabajo infantil es tanto un efecto como una causa de la pobreza", declara la Sra. Hilde Frafjord Johnson, Ministra de Desarrollo Internacional y Derechos Humanos, de Noruega, quien presidirá la Conferencia. "De ahí que me complazca sobremanera que se haya logrado reunir a un número tan elevado de representantes de los diversos agentes interesados por el problema del trabajo infantil."

Un problema internacional acuciante

De acuerdo con un reciente estudio de la OIT (Nota 1) , unos 250 millones de niños con edades comprendidas entre 5 y 14 años trabajan. Casi la mitad, unos 120 millones, lo hacen a tiempo completo, mientras que el resto se esfuerzan por combinar el trabajo con su educación u otras actividades no económicas. Entre los resultados del estudio, cabe destacar los siguientes:

La cifra de 250 millones de niños trabajadores se considera inferior a la real. No se incluyen los que llevan a cabo regularmente actividades no económicas como la prestación de servicio doméstico en los hogares de sus padres o tutores. El número de estos niños es relativamente elevado (entre el 15 y el 20% de la población total del mismo grupo de edad).

Aunque los datos disponibles indican que el número de niños que trabajan supera al de niñas en una proporción de tres a dos, en los estudios estadísticos suele subestimarse el número de estas últimas, al no contemplarse la actividad económica no remunerada realizada en las casas y en torno a las mismas, incluidas las empresas de tareas domésticas.

En cifras absolutas, hay más niños que trabajan en el medio rural que en el urbano, y la probabilidad de que aquéllos trabajen es dos veces superior a la de éstos. La gran mayoría de los niños que trabajan en el campo se dedican a la agricultura o actividades similares. Por el contrario, los niños de las ciudades suelen trabajar en los sectores del comercio, el servicio doméstico o la industria.

Muchos niños trabajan un gran número de horas a cambio de una remuneración exigua. En algunos países, hasta un 80% de los niños trabajadores tienen períodos de trabajo semanales de siete días. La mayoría de los niños incluidos en la fuerza laboral por cuenta ajena obtienen una retribución muy inferior a la de los adultos y, cuantos más pequeños son, menor es su salario. La remuneración media de las niñas es inferior a la de los niños, aunque suelen trabajar más horas en el mismo tipo de puestos. En general, a los niños que trabajan no se les pagan horas extraordinarias ni se les conceden prestaciones de la seguridad social u otras de carácter similar.

¿Es peligroso el trabajo infantil?

Los últimos estudios ofrecen datos cada vez más abundantes sobre los peligros potenciales del trabajo infantil:

En algunos países, más de dos tercios de los niños que trabajan corren riesgos graves, como los derivados de cortes, fracturas, mutilaciones corporales, lesiones por aplastamiento, quemaduras, enfermedades de la piel, pérdida de visión y audición y dolencias respiratorias.

La mayoría de las lesiones y enfermedades se producen en las áreas rurales. En general, los niños las sufren en mayor proporción que las niñas, sencillamente porque suelen desempeñar tareas más peligrosas. No obstante, es posible en ocasiones que la incidencia de estos problemas entre las niñas sea más alto, en términos relativos, sobre todo en las áreas rurales.

La minería y la construcción son, con gran diferencia, los sectores más peligrosos para los niños trabajadores.

Acción práctica contra el trabajo infantil

La OIT, su Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), UNICEF y otras organizaciones han iniciado una campaña mundial contra el trabajo infantil en general y contra sus formas más intolerables en particular. Las principales áreas de acción son la obtención de datos fiables, la determinación de prioridades nacionales, la aplicación de la legislación vigente, la prestación de educación, la promoción de programas de acción integrados y el fomento de la movilización social y otras alternativas. A continuación se indican algunos ejemplos de estas áreas de acción:

La legislación constituye la respuesta más importante de las administraciones públicas al trabajo infantil. Por ejemplo, en Pakistán, se contrató a un equipo de expertos en cuestiones jurídicas para ayudar a la administración a aplicar la Ley sobre el empleo de niños y la Ley (de abolición) del sistema de trabajo vinculado. Se tradujeron las normas federales a las lenguas y los dialectos locales y se establecieron Comités de Vigilancia en las provincias para velar por su aplicación. En el sudeste asiático, un programa fundamental para la formación especializada de inspectores de trabajo en Tailandia, Indonesia y Filipinas dio lugar a la adopción de acciones concretas. Asimismo, se trabaja en la reforma de las disposiciones nacionales y en su adecuación a la utilización de instrumentos internacionales como el Convenio sobre los Derechos del Niño y el Convenio de la OIT núm. 138.

Dentro de su campaña de erradicación del trabajo infantil, la OIT propone la adopción de nuevos instrumentos jurídicos internacionales en forma de convenios y recomendaciones que permitan luchar contra las peores manifestaciones de esta práctica: la explotación persistente de niños en condiciones similares a la esclavitud y de servidumbre, los trabajos peligrosos y extenuantes, la prostitución, la pornografía y otras situaciones intolerables. En una reciente encuesta realizada entre más de 200 órganos de la administración pública y organizaciones de trabajadores y empleadores, se puso de manifiesto un apoyo decidido a la adopción de un nuevo convenio y una nueva recomendación. De acuerdo con las previsiones, el primero se debatirá en la Conferencia Internacional del Trabajo en 1998 y se adoptará en 1999.

La educación es un derecho fundamental de los niños y actualmente se considera como una de las soluciones esenciales para erradicar el trabajo infantil. No obstante, aunque muchos países han promulgado leyes al respecto, son pocas las que incluyen disposiciones en las que se definan las responsabilidades de los padres o los tutores legales. La ausencia o la deficiencia de oportunidades educativas son algunas de las razones que explican la existencia del trabajo infantil; por tanto, una educación de buena calidad impartida a un coste razonable, adecuada a las necesidades de los niños y de sus familiares, constituye una alternativa atractiva incluso para las familias más desfavorecidas. El atractivo de esta opción es aún mayor si puede vincularse a la mejora de las perspectivas de empleo y a la obtención de una mayor remuneración.

En Bangladesh, el Gobierno, ayudado por UNICEF, comienza a prestar apoyo a 35 ONG locales que participan en diversos programas alternativos destinados a los niños que trabajan, permitiéndolas aprovechar sus experiencias en un programa educativo para más de 350.000 de estos niños. En Perú, la Asociación del Movimiento de Educación Popular Integral Fe y Alegría imparte enseñanza a 56.000 niños y presta especial atención a las cualificaciones prácticas para la vida y el trabajo y a la educación medioambiental.

La información fiable constituye un instrumento importante para la formulación de políticas, programas y recomendaciones en relación con el problema del trabajo infantil. La OIT ha llevado a cabo varios estudios al respecto en Bangladesh, Camboya, Filipinas, Ghana, India, Indonesia, Nepal, Pakistán, Senegal, Turquía y Tailandia, y otros 20 países han manifestado su interés.

La movilización social y el desarrollo de marcos de política nacional para la acción constituyen otro medio de luchar contra el trabajo infantil. Por ejemplo, la creación en Brasil del Foro Nacional para la Prevención y la Erradicación del Trabajo Infantil supuso un paso adelante importante en esta dirección. El Foro, coordinado por el Ministerio de Trabajo, está compuesto por 36 instituciones que representan a la Administración federal, a las organizaciones de empleadores y trabajadores y a las ONG. Teniendo en cuenta los diez años de investigación y acción directa cumplidos, se considera con optimismo la posibilidad de que el problema del trabajo infantil se resuelva en los próximos decenios.

Proyectos asociativos globales contra el trabajo infantil

La OIT y UNICEF han establecido nuevos proyectos asociativos para combatir el trabajo infantil. En ellos participan las entidades siguientes:

Administraciones públicas: la voluntad política de las administraciones públicas de atender las necesidades de los niños y respetar sus derechos es decisiva para su protección y la promoción de su bienestar. Cada vez se dispone de más datos que demuestran la generalización de esta voluntad política. Además, el trabajo infantil ha dejado de considerarse como una competencia exclusiva de los ministros de trabajo y asuntos sociales. Otros órganos competentes, como los departamentos de educación, juventud, familia, información, sanidad y planificación, han asumido su función al respecto.

Las organizaciones de empleadores han conseguido desempeñar un papel fundamental en las campañas contra el trabajo infantil, haciendo hincapié en la responsabilidad social de las empresas. Por ejemplo, la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Prendas de Vestir de Bangladesh (BGMEA), la OIT y UNICEF alcanzaron un acuerdo para que la totalidad de los menores de 14 años empleados en más de 2.000 talleres textiles dejaran de trabajar. En Pakistán, la Cámara de Comercio de Sialkot (SCCI), la OIT y UNICEF han aunado sus esfuerzos para conseguir que los niños dedicados a la producción de balones de fútbol no siguieran trabajando.

Organizaciones de trabajadores. Los trabajadores han emprendido actividades como la mejora de la sensibilización respecto al problema y la promoción de una educación alternativa para los niños que trabajan. Los sindicatos de muchos países han acometido proyectos piloto en puertos, plantaciones de azúcar o fábricas de prendas de confección, así como en los sectores agrario y pesquero. Por ejemplo, la Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (FITCM) ha puesto recientemente en marcha un proyecto en la India encaminado a combatir el trabajo infantil en los hornos de ladrillos. La Unión Internacional Sindical de Trabajadores del Textil, Vestido y Cuero desarrolla un proyecto de ayuda a los niños trabajadores del sector textil en varios países de Asia.

Las organizaciones no gubernamentales han desempeñado un papel esencial en la detección y la denuncia de los abusos cometidos contra los niños que trabajan, ejerciendo presiones y defendiendo la reforma de las políticas, y proponiendo o prestando servicios directos a los mismos. Asimismo, la OIT y UNICEF colaboran con otras instituciones, como los medios de comunicación y las universidades, y otros colectivos, como los diputados, los profesionales de la asistencia sanitaria y los abogados.

Han sido invitados a la Conferencia de Oslo los siguientes países:

  • Africa: Angola, Benin, Egipto, Etiopía, Malí, Mozambique, Senegal, Sudáfrica y Tanzania;
  • Asia y el Pacífico: Australia, Bangladesh, Filipinas, India, Indonesia, Japón, Nepal, Pakistán, Tailandia y Viet Nam;
  • Américas: Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Estados Unidos, Guatemala, Jamaica y Nicaragua;
  • Europa: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Italia, Paises Bajos, Reino Unido, Suecia, Suiza y Unión Europea.

Nota 1.
Statistics on Working Children and Hazardous Child Labour in Brief. Oficina de Estadística, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, octubre de 1997.