Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Hacia un Haití más verde

Décadas de degradación medioambiental han dejado Haití al extremo, planteando una seria amenaza a las vidas de las personas y a su sustento. Los programas de formación ayudan a los habitantes a avanzar hacía una economía más verde y sostenible.

Reportaje | 31 de agosto de 2012
PUERTO PRÍNCIPE, Haití (Noticias de la OIT) – Jean Claude Bellevue, 54 años, mira con preocupación sus redes de pesca vacías.

“Usamos redes más ceñidas para atrapar los peces más pequeños, pero hasta estos peces han desaparecido. ¿Cómo alimentaremos a nuestras familias cuando todos los peces se agoten?”, preguntó.

Paradójicamente, es la deforestación lo que pone en peligro su modo de vida como pescador.

Por cada 100 árboles que una vez crecían en Haití, sólo queda uno.

Debido a que no queda casi ningún árbol para formar una barrera protectora, la escasez de árboles ha dejado este país, que ya está expuesto al impacto de los huracanes, aún más vulnerable al impacto del mal tiempo.

Y como no hay raíces que protejan la capa vegetal de ser arrastrada hacia el mar – donde daña los arrecifes de coral – tanto la agricultura como la pesca han sido devastadas, ocasionando un éxodo de las áreas rurales y una superpoblación en la capital.

El resultado es un círculo vicioso de pobreza e inseguridad alimentaria.

Y, mientras la población sigue creciendo, la combinación de degradación medio ambiental, superpoblación urbana e inseguridad alimentaria se ha convertido en una bomba de relojería.

“La protección del medio ambiente en última instancia contribuye a apoyar a la población local en la transición desde modos de vida que destruyen el medio ambiente hacia empleos verdes. Para lograrlo son necesarios el desarrollo de calificaciones y los programas de formación que ofrecen soluciones viables a los desafíos ambientales existentes”, señaló la especialista en desarrollo de calificaciones de la OIT, Olga Strietska-Ilina.

Formar a los haitianos para ser más verdes


Un número cada vez mayor de proyectos está ayudando a los haitianos a asumir la formidable tarea de abordar la degradación del medio ambiente, ya sea plantando árboles y pequeños huertos, utilizando la energía solar o reciclando los desperdicios, y en el caso de un proyecto que comenzará a finales de este año, a transformar los residuos en energía.

Los proyectos de reconstrucción lanzados tras el terremoto de 2010 que devastó el país empobrecido tienen un fuerte componente ambiental.

Un proyecto se ha concentrado en enseñar a los haitianos a utilizar los escombros del terremoto para construir o reparar viviendas, pavimentar aceras y edificar estructuras protectoras para prevenir las inundaciones en el país expuesto a los huracanes.

La reforestación urbana es un componente importante de otro proyecto, en el célebre barrio Cite Soleil de Puerto Príncipe, donde cientos de viejos neumáticos pintados con colores brillantes sirven como lechos elevados para cultivar vegetales y pequeños árboles.

El programa forma a 250 haitianos como especialistas en cultivos específicos de manera que puedan ayudar a sus vecinos a replicar el programa de huerto urbano. El vivero suministra retoños a los miembros de la comunidad para plantarlos y, con el tiempo, venderlos a las comunidades cercanas.

Las agencias de las Naciones Unidas, incluyendo la OIT, están considerando enseñar a los haitianos a construir huertos en los techos como parte de un proyecto de reconstrucción en curso.

La OIT además está analizando la posibilidad de enseñar a los vendedores ambulantes los beneficios del ticandaie, un combustible alternativo producido con residuos orgánicos: carbón vegetal, arcilla, papel y almidón. El ticandaie contribuye a reducir la presión sobre los pocos árboles que quedan en Haití, produce menos humo y dura más que el carbón.



Amy Rhoades
Journalist and skills specialist