TRABAJO EN LA CAÑA DE ACÚZAR EN BOLIVIA
Las plantaciones de caña de azúcar en Bolivia contratan miles de nativos, provenientes de rincones remotos de la región montañosa de los Andes, para la cosecha anual. Sin embargo, un reciente informe sobre el trabajo forzado de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, afirma que muchos de estos trabajadores son víctimas de una contratación abusiva, que los conduce a un ciclo de servidumbre por deudas. Se trata de una práctica que ha resurgido también en otros lugares del mundo. OIT TV informa.
Sólo puede describirse como un viaje al infierno. Salidos de las montañas de Bolivia, estos hombres se dirigen a la cosecha de la caña de azúcar, distantes tres días de viaje. Llevan consigo a toda su familia, apiñada en camiones con poca comida o agua, y con las pocas pertenencias que les durarán hasta cuando termine la cosecha.
Al final del camino, una cabaña de paja con suelo de tierra pisada, sin agua corriente. Durante los próximos seis meses, éste será el hogar de 60 familias.
Abraham Aramayo
Tenemos que recoger y cargar la caña de azúcar con nuestras propias manos. ¿Quién puede soportar esto durante seis meses? Es un trabajo muy duro.
Es uno de los trabajos más duros del mundo, que evoca imágenes de la esclavitud en las plantaciones. La industria azucarera en América Latina y el Caribe utiliza trabajadores que, a menudo, han sido contratados ilegalmente por un intermediario. Éste los engaña para que pidan dinero prestado y, para pagar la deuda, cortan caña de azúcar por $3 la tonelada. Cuando termina la cosecha, es posible que los trabajadores deban más que cuando comenzaron, y el ciclo empieza de nuevo. Un reciente informe de la OIT dice que este sistema es un ejemplo de trabajo forzado muy diseminado entre las personas pobres de las zonas rurales.
Anne Trebilcock
La gente que vive en zonas rurales tiende a aislarse. No necesariamente tiene acceso a la educación, no conoce sus derechos, no está cerca de sindicatos que puedan ayudarla. Son muy vulnerables.
Para muchas familias, el trabajo forzado es lo único que conocen y no ven la manera de salir de este ciclo de servidumbre por deudas. Edilberto Jiménez ha trabajado en estas plantaciones desde que era niño.
Edilberto Jimenez
Es un trabajo duro, pero estamos acostumbrados a él. Hemos trabajado toda la vida. No tenemos más alternativa que hacer este trabajo, pues no tenemos dinero.
Las emisiones radiofónicas de los sindicatos locales informan a los trabajadores acerca de sus derechos, mientras éstos se preparan para otro día de trabajo en la plantación. Los activistas de los sindicatos los visitan, les llevan ayuda y les dan consejos para organizarse. Es un pequeño paso, pero es un paso decisivo en la lucha para la eliminación del trabajo forzado en estas plantaciones.