Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Nuestro impacto, sus historias

De la escoba a los libros, Ranjita regresa a la escuela

Migrar es una decisión que muchos toman para escapar de la pobreza. El Programa de la OIT “Work in Freedom” reduce la vulnerabilidad de mujeres y niñas de poder ser víctimas de trata al favorecer la migración informada, la contratación equitativa y el trabajo decente.

Reportaje | 1 de febrero de 2017
Ranjita Kerketta
CHHATTISGARH, India (OIT Noticias) – Ranjita Kerketta, de 14 años, está feliz. El sentimiento lo manifestó expresando “Me encanta ir a la escuela” mientras sus ojos brillaban de alegría. Ella se reinscribió en la escuela media pública que se encuentra cerca de su aldea Sarguja, en Chhattisgarh, India.


Ranjira es una muchacha muy inteligente que quiere seguir sus estudios pero fue obligada a abandonar la escuela cuando tenía 12 años y cursaba sexto grado. Ella vivía con su hermano y su cuñada en un poblado tribal aislado, donde la subsistencia de la mayor parte de las familias depende de los productos forestales. Para completar los escasos ingresos familiares, su hermano la mandó a Ambikapur, una ciudad a cientos de kilómetros de distancia de su hogar, a trabajar como empleada doméstica. Ranjita ganaba 1.400 rupias al mes, alrededor de 20,75 dólares.

“Odiaba trabajar como doméstica. Mi empleador me maltrataba y me obligaba a trabajar todo el día sin ninguna pausa”, explicó Ranjita.

Ella recuerda el comportamiento abusivo de su empleador y cómo le imponía tareas que no sabía hacer, por ejemplo, cocinar. Pasaba todo el día limpiando la casa, lavando platos y haciendo mandatos. Su empleador apenas le daba suficiente alimentación, aun siendo ella la que cocinaba. Además, él le tenía prohibido salir de la casa, encontrarse o hablar con alguien. Así, Ranjira estaba completamente aislada y cada vez que cometía un pequeño error, la regañaban y maltrataban.

“No había ni un solo día en que no llorase”, agregó Ranjita.

Hoy en día, Ranjita cuenta una historia muy distinta. Ella rebosa de alegría con la idea de ir a la escuela, sin tener que pensar en su pasado, cuando su vida estaba hecha de trabajo arduo y abusos constantes.

Los trabajadores sociales de Samarthan, un socio ejecutivo del programa Work in Freedom (Trabajar en libertad) de la OIT y del Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID), descubrieron la historia. Fue la cuñada de Rajita, Asha Kerketta, quien se acercó con discreción a Samarthan para pedir ayuda. El programa Work in Freedom tiene por objetivo reducir la vulnerabilidad de las personas como Ranjita que con frecuencia son víctimas del trabajo forzoso y de la trata de personas.

La migración debería ser una opción

Ranjita está ahora en la escuela
El programa opera tanto en los países de origen como de destino de Bangladesh, India, Nepal, Jordania y Líbano en estrecha colaboración con el gobierno nacional y las autoridades locales de estos países, con los sindicatos y los socios de la sociedad civil.

Ayuda a las mujeres a elegir libremente la migración, promueve la contratación ética para acceder a empleos decentes y defiende la dignidad y el trabajo decente en los países de destino, en particular en sectores como el trabajo doméstico y la industria textil. Se estima que el programa debería tener un impacto positivo sobre alrededor de 200.000 mujeres y niñas para 2018. Samarthan – en el marco del programa Work in Freedom – llevó a cabo una evaluación rural participativa en la comunidad de la aldea. La encuesta de Samarthan tenía por objetivo determinar si los habitantes de la aldea migraban para trabajar, cuáles razones los motivaban a migrar, su fuente de ingresos y otras cuestiones. Se organizaron discusiones sobre cómo los hombres y las mujeres emprenden esta travesía y como con frecuencia terminan atrapados en empleos mal remunerados y con malas condiciones de trabajo.

Asha explicó al equipo de Samarthan que su esposo, quien viajaba todas las semanas a Ambikapur para ver a Ranjita y recoger su salario, encontraba a Ranjita muy afligida. Durante cada visita, Ranjita le suplicaba a su hermano que la llevara de regreso a casa.

Le aconsejaron que hablara con firmeza con su esposo sobre su determinación de hacer regresar a Ranjita. No fue fácil convencerlo, pero finalmente Ranjita regresó a casa. Durante los dos, tres primeros meses después de su regreso, ella no era la misma. La que era una muchacha alegre y vivaz, estaba distante, deprimida. Con frecuencia, lloraba sin parar. Asha no soportaba verla así.

Ranjita y su cuñada, Asha Kerketta
“El trabajo que hacía en la ciudad parece haber afectado emocionalmente a mi cuñada. No habla con nadie, y con frecuencia se siente sin esperanzas”, explicó Asha.

Samarthan intervino de nuevo y siguió su caso. Después de diversas sesiones de orientación, Ranjita comenzó a recuperar su espíritu jovial. Poco a poco se abrió a los miembros de su familia.

Samarthan organiza con regularidad sesiones de formación previa a la partida dirigidas a potenciales mujeres migrantes para ayudarlas a tomar decisiones informadas. Ranjita fue invitada a compartir su experiencia en estas sesiones.

Cuando el responsable de la formación le preguntó a Ranjita qué le gustaría verdaderamente hacer, ella respondió inmediatamente: “Regresar a la escuela”.

Con el apoyo de los maestros, Ranjita asiste regularmente a las lecciones de la escuela pública vecina. Le encanta estudiar y compartir con sus compañeros de clase. No sólo Ranjita pudo superar las circunstancias traumáticas de su infancia, ella además es una fuente de inspiración para muchas muchachas de su comunidad.