Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

La OIT y la crisis de los refugiados sirios

Los agricultores libaneses pagan un precio alto por la crisis siria

Debajo de la fertilidad de las tierras del norte del Líbano, se esconde una crisis: la guerra civil de Siria, cuya frontera se encuentra a sólo tres kilómetros. El impacto sobre los agricultores de la región ha sido profundo. Lea cómo la OIT está ayudando a los más afectados.

Reportaje | Beirut - Líbano | 25 de mayo de 2015
BEIRUT (OIT Noticias) – Desde el comienzo de la crisis en Siria en 2011, una devastadora guerra civil ha llevado a más de un millón de refugiados a Líbano. En la actualidad, representan una quinta parte de la población de este pequeño país mediterráneo.

Un gran número de refugiados se estableció en el norte del Líbano. En esta región fértil de la costa, la mayoría de la población trabaja tradicionalmente en la agricultura. Los recién llegados necesitan ganarse la vida y esto ha tenido un efecto considerable en los agricultores de las comunidades receptoras.




“Estamos muy cerca de la frontera siria. Esta zona se ha visto muy afectada por la crisis siria”, declaró Elie Keldany de la Agencia de Desarrollo Económico Local del norte de Líbano (LEDA North).

“Las personas más directamente afectadas son lo agricultores de la región, sobre todo los que cultivan papas”, agregó Elie Keldany.

La OIT se asoció con LEDA North para llevar a cabo un ambicioso programa dirigido a apoyar a las comunidades receptoras en la gobernación de Akkar, en el norte del Líbano. El proyecto de la OIT, “Aumentar la resiliencia del empleo y proteger las condiciones de trabajo decente en las comunidades rurales afectadas por la crisis de los refugiados sirios en el norte del Líbano”, investiga el origen de las dificultades de los agricultores e implementa las soluciones necesarias.

“Se ha prestado mucha atención – justificadamente, por supuesto – a los refugiados sirios. Sin embargo, no ha habido mucho interés por la población libanesa, que también necesita ayuda”, declaró Annabella Skof, Asesora técnica principal quien dirige el proyecto en la Oficina Regional de la OIT para los Estados árabes.

El proyecto ha emprendido intervenciones cruciales en la gobernación de Akkar, en el norte del Líbano, para apoyar a los agricultores locales que han sido los más afectados por la crisis siria.

Higher costs, increased competition, fewer markets

En particular, la OIT abordará los problemas que enfrentan los agricultores de papas y de verduras de hoja. Con los socios locales y nacionales, ayudará a los agricultores a enfrentar diversas dificultades: una mayor competencia, el aumento de los costos de producción y la pérdida de mercados.

Algunos de los refugiados que disponen de medios económicos suficientes han comenzado a arrendar tierras de los propietarios libaneses y a cultivar. Este aumento de la demanda ha provocado un incremento en el precio de la tierra y de los costos de producción también para los pequeños agricultores locales.

“El alquiler de la tierra ha subido”, explicó Farouq Mahmoud, un agricultor libanés. “Por ejemplo las personas provenientes de Alepo (Siria) cultivan vegetales. Ellos han comenzado a arrendar la tierra y esto ha provocado un incremento del alquiler de la tierra. Así que en vez de alquilar un lote de terreno por 250.000 libras libanesas (alrededor de 166 dólares) ahora hay que pagar 500.000 libras.

“Antes, estaba satisfecho con mi producción, vivía con desahogo, no tenía problemas”, declaró Mustapha al-Saleh, otro agricultor libanés. “Ahora tengo deudas con más de un intermediario”.

Elie Keldany de LEDA North explicó: “Muchos inversionistas llegaron de Siria y han intentado invertir aquí. Hay una fuerte demanda de tierras y el aumento del precio de la tierra hace subir el costo de producción para los agricultores”.

Además, debido a las recientes restricciones libanesas impuestas en la frontera siria, los agricultores libaneses locales ya no tienen acceso a los trabajadores migrantes sirios, y el costo de la mano de obra ha aumentado desde comienzos de 2015.

“Para contratar a trabajadores, solíamos pagar alrededor de 1.500 liras (alrededor de 1 dólar) por persona y había disponibilidad. Hoy día, pagamos 3.500 liras por hora y no encontramos trabajadores”, manifestó Ali Othman, cultivador de papas libanés.

Los agricultores libaneses en Akkar ya no tienen acceso a los mercados tradicionales debido a las restricciones fronterizas

“Antes recogíamos 100 toneladas al día, ahora sólo 20 ó 30 toneladas. Las papas que no recogemos se pierden. Pedimos a las autoridades libanesas que nos ayuden. No contamos con más trabajadores que los sirios. Permitan que abran las fronteras para que puedan entrar los trabajadores”.

Además de los costos de producción, la crisis siria y las consecuentes restricciones fronterizas nos han dejado fuera de los mercados de exportación tradicionales del mundo árabe.

“Gran parte de las papas libanesas eran exportada por tierra, con la crisis en Siria, las exportaciones cesaron”, agregó Elie Keldany. “Así que las papas se pudren en la tierra, o se venden a un precio demasiado bajo, inferior al costo de producción”.

Upgrading value chains

Los agricultores locales dicen que no pueden enfrentar solos estos desafíos.

“Un agricultor puede levantar su voz, pero no puede hacer nada. Hace falta que alguien responda”, dijo Farouq Mahmoud.

El proyecto de la OIT en el norte del Líbano se esfuerza por optimizar la cadena de valor de los sectores de la papa y de las verduras de hoja al apoyar las cooperativas agrícolas, mejorar los procesos de producción, impulsar las exportaciones y favorecer el acceso a nuevos mercados internacionales.

“En el marco de nuestra investigación constatamos que existe un mercado casi inexplorado, el mercado europeo”, declaró Annabella Skof. “Lo que haremos es trabajar con los exportadores, los cultivadores y los importadores europeos a fin de facilitar la exportación de la próxima cosecha de papas de Akkar”.

La OIT considera que mantener la actividad de los agricultores de Akkar es algo más que una urgencia económica.

Annabella Skof explicó: “Una de la principales cuestiones en juego aquí es la cohesión social. Mientras más se demore la ayuda a la población libanesa, más se sentirá infeliz por esta situación. Esto a su vez incrementará la radicalización, en particular de los jóvenes. Propiciará que los libaneses incriminen a los sirios en la región, y que cada vez sean más hostiles hacía los miles de refugiados a su alrededor”.