Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

India: surge la esperanza cuando las mujeres derrotan la pobreza

En todo el mundo las mujeres se organizan para combatir la pobreza. En India cientos de grupos de apoyo mutuo son un ejemplo de cómo se pueden organizar para mejorar sus vidas, con apoyo de los sindicatos y de la OIT. Un ejemplo que vale la pena recordar en vísperas de la celebración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza este 17 de octubre.

Artículo | 15 de octubre de 2004

CHENNAI – A unos 75 kilómetros de Chennai, que antes era conocida como Madras, encontramos Kanchipuram, "la ciudad de los mil templos", una de las siete ciudades sagradas de la India, y un importante centro de peregrinación para el hinduismo.

Cerca de uno de los templos una mujer llamada Neela vende recuerdos a los visitantes desde un pequeño puesto. A los 41 años esta sonriente joven mujer se considera una superviviente, pues ha logrado sobrevivir a la pobreza.

Su primer marido, un camionero, ya murió, y también falleció la hija de ambos. De acuerdo con las tradiciones, Neela se casó de nuevo con un hombre que la duplica en edad con el cual tuvo dos hijas y dos hijos. "Si no fuera por este proyecto supongo que habría enviado a mis hijos a trabajar", aseguró.

"El proyecto" ha cambiado la vida de Neela y de otras cientos de mujeres participantes en los "grupos de apoyo mutuo" establecidos con apoyo de la Oficina de Actividades de los Trabajadores (ACTRAV) de la OIT. Ahora estos grupos garantizan la presencia de los sindicatos en las zonas más remotas del sur de la India.

Neela es una pionera. Con la ayuda de su sindicato creó el primer grupo de apoyo mutuo en 1997. Ella y otra veintena de mujeres de Keesavarayampatti decidieron ahorrar 1 rupia por día (1 US$ = 40 rupias), que depositaban en un cofre. Seis meses después, tenían unas 3.600 rupias acumuladas, suficientes para solicitar un préstamo al banco. Después, con la asistencia de la OIT, las mujeres pudieron comprar 15 vacas.

"Antes no teníamos leche suficiente para nuestra aldea, los niños tomaban té. Ahora ellos beben leche fresca e incluso vendemos algunas cantidades a otras aldeas cercanas", contó Neela. Estimulada por el éxito de esta experiencia, Neela buscó organizar a 100 mujeres más. Y en la actualidad la Federación Rural Nacional de Trabajadoras de India (INRFL) tiene más de 300 de estos grupos.

De esa forma se alcanzó la meta de organizar a las mujeres en esa zona rural de Tamil Nadu. El desafío había sido planteado un año antes por la abogada vinculada la OIT Susamma Varghese, quien se convirtió en figura clave del proyecto financiado por el Gobierno de Dinamarca y llevado a la práctica por ACTRAV de la OIT.

El objetivo del proyecto es incorporar a mujeres del sector rural a los sindicatos, lo cual constituye una respuesta a necesidades sociales urgentes. "Las mujeres de las aldeas rurales son uno de los grupos más vulnerables de la sociedad india. Incluso el umbral de la pobreza es una meta lejana para ellas, porque suelen vivir muy por debajo de ese nivel", comentó Susamma.

Para muchas de estas mujeres el primer paso es liberarse de los prestamistas que imponen tasas de interés de hasta 10 por ciento al mes. Con frecuencia las víctimas de esta práctica de usura están en condiciones de servidumbre por deudas, pues tienen que trabajar sin recibir paga hasta que la supuesta deuda quede cancelada. Con frecuencia los padres quedan endeudados de por vida para que sus hijas tengan una dote y una boda de la cual puedan sentirse orgullosos, para mandar a sus hijos a un buen colegio, o para costear los gastos de un funeral decente para un familiar.

La mayor parte de estos trabajadores acorralados por sus deudas pertenecen a las comunidades dalit (intocables) o adivasi (indígenas). Sus deudas rara vez exceden las 10.000 rupias, pero para cancelarlas con frecuencia deben trabajar varios años, y esta obligación incluso puede transmitirse de una generación a otra, sin que estos trabajadores sepan en realidad cuánto terminaron pagando.

Pero las cosas han cambiado desde que los grupos de apoyo mutuo operan en la zona, con apoyo de los sindicatos y con capacitación adecuada para sus miembros. Seis organizaciones sindicales participan en el proyecto de la OIT. Unos 1.200 grupos, cada uno integrado por unas 20 mujeres, realizan reuniones semanales o mensuales en docenas de aldeas indias. Y al parecer hay un efecto multiplicador: desde enero de este año se constituyeron 50 nuevos grupos.

"Antes los bancos no querían saber nada, pero ahora nos buscan y nos ofrecen préstamos en condiciones especiales. Si uno logra ahorrar 2.000 rupias, es posible conseguir un crédito por unas 8.000 con tasas de interés razonables", explica Neela. La mayoría de los grupos han podido iniciar actividades que les permiten generar ingresos, como cría de ganado, tejido u horneado, gracias a la acción colectiva y a la pequeña ayuda de la OIT. Ya liberadas del yugo de los prestamistas, estas mujeres comienzan a llevar dinero a sus casas.

Si bien estos ingresos han permitido estabilizar a los grupos y han logrado que el proyecto sea sostenible, los beneficios reales están en otra parte. Ahora, las mujeres de estas aldeas son escuchadas y pueden defender sus intereses en forma colectiva.

"Uno de los primero objetivos de los sindicatos es informar a estas mujeres sobre sus derechos a obtener beneficios del gobierno o de los fondos de seguridad social", comenta Susamma Varghese. Gracias a esta información unas 45 personas pensionadas vinculadas al trabajo de los grupos ahora cobran unas 9.000 rupias mensuales de jubilación (alrededor de 200 rupias por persona). Otras 16 mujeres reciben pensiones de viudez de 3.600 rupias al mes, y 27 se han beneficiado de los servicios de planificación familiar. Esto también ha servido para que cuatro aldeas hayan sido conectadas a la red eléctrica y para la instalación de 162 baños. Créditos, tarjetas de racionamiento, becas, ayuda para la vivienda, asistencia para los minusválidos ... estos servicios estaban fuera del alcance de muchas de estas mujeres, pero ahora los grupos se encargan de que puedan acceder a sus beneficios.

Con el respaldo de los sindicatos, los grupos también pueden inscribir a sus miembros en fondos de seguridad soci al. Las mujeres trabajadoras ahora participan en fondos con cobertura en el sector de la construcción, la agricultura y la economía informal. Estos sistemas ofrecen protección en casos de maternidad, matrimonio, accidentes laborales o fallecimiento.

"La vinculación con los sindicatos es un aspecto esencial de nuestras actividades", aseguró A. Raam, presidente de la Organización de Trabajadores Rurales que opera en el distrito de Sivagangai, al sur de Trichy, y que tiene unos 400 grupos. En esta organización y en los otros cinco sindicatos cada miembro paga 2 rupias al mes. "Debido a estas condiciones de incorporación, las mujeres también están listas para exigir a sus organizaciones que produzcan resultados, y se sienten más inclinadas a participar en actividades sindicales, así que también funciona como una escuela de democracia", dice Susamma.

En la actualidad los grupos de ayuda mutua forman parte de una red que se extiende en los estados de Tamil Nadu y Madhya Pradesh. Sus actividades son cada vez mejor coordinadas con apoyo del equipo que dirige Varghese. En la actualidad los sindicatos tienen más de 100.000 miembros, además de aquellos que forman parte de los grupos. Este año sus actividades han estado concentradas en los derechos laborales, pero también realizan campañas de alfabetización y vacunación.

"Es un trabajo que coloca a la OIT muy cerca de la gente", comento Luc Demaret, representante de ACTRAV. Varghese admite que por ahora es sólo una gota en el mar, pero asegura que "habrá otra gota, y otra gota, y otra gota...".

Para una versión completa de este artículo en inglés y para ver las fotos por favor visite el website de la OIT en: www.ilo.org/public/english/dialogue/actrav/new/india04.htm