Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Nueva esperanza para los 86 millones de trabajadores migrantes del mundo

La Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT adoptó, en su 92.ª reunión, un nuevo plan destinado a ofrecer un compromiso equitativo a los 86 millones de trabajadores migrantes del mundo. Este plan incluye una serie de medidas para gestionar la migración, proteger los derechos de los migrantes y prevenir su tráfico.

Artículo | 24 de junio de 2004

GINEBRA - Millones de personas se desplazan en el mundo entero para realizar trabajos que van desde labores menores, como la recogida de la fruta, hasta la programación informática.

Si todas estas personas se reunieran en un solo país, éste sería el quinto más poblado del planeta. En realidad, esta población se desplaza en el interior de los países y entre ellos, así como de un continente a otro, en busca de la puerta de salida de la pobreza.

Se estima que trabajan 86 millones de migrantes, cifra esta que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) debería aumentar. Es más, casi la mitad de los migrantes del mundo son mujeres. A menudo vulnerables y viajeras solitarias, como Milly, se ven a veces obligadas a cruzar las fronteras ilegalmente.

«Me desplazo con un permiso temporal porque moverse en la ilegalidad es peligroso. Te quitan tus pertenencias y, si llevas dinero, se lo tienes que dar para que te dejen cruzar. En cambio, si no lo llevas te devuelven a la frontera.»

Los riesgos que afronta Milly no terminan en la frontera entre Nicaragua y Costa Rica. Una vez en el país receptor, los migrantes sin documentación trabajan y viven al margen de la sociedad. Los empleadores, los burócratas corruptos y las bandas criminales que abusan de ellos y los explotan con frecuencia no son penalizados por ello.

Según Manolo Abella, experto de la OIT, de lo que se trata es de evitar la marginación. En efecto, «los países dotados de políticas que coadyuvan a la integración social tienen más facilidad para conseguir una participación plena y productiva en el mercado de trabajo».

Otros muchos, como Milly, consiguen sortear los controles fronterizos. Para tutelar los derechos de los migrantes y maximizar los efectos positivos de la migración, no hay que imponer políticas más estrictas sino mejores.

¿Qué hace la OIT para ofrecer un compromiso más equitativo a los migrantes?

Los delegados de la OIT han adoptado un nuevo plan que comprenderá un marco multilateral y no vinculante destinado a gestionar la migración y a prevenir la migración irregular y la explotación de los trabajadores migrantes. Dicho plan tiene por objeto garantizar que los trabajadores migrantes estén cubiertos a un tiempo por las normas internacionales del trabajo y por la legislación laboral y social aplicable en cada país.

Según, el Sr. Juan Somavia, Director General de la OIT, «la migración es una de las cuestiones más polémicas que se plantean hoy en el mundo. Este plan de actuación protege los derechos de uno de los colectivos más vulnerables... es una gran hazaña y un hito histórico para el futuro».

Los delegados pidieron a la OIT que en la reunión del Consejo de Administración de la Organización prevista para noviembre de 2005 presente un marco normativo para encauzar la migración. La OIT convocará reuniones de expertos y pedirá a los Estados Miembros que sugieran prácticas recomendadas con miras a su inclusión en directrices que se difundirán mediante todas las actividades de cooperación técnica de la OIT, especialmente aquellas encaminadas a fomentar el potencial de los nuevos países de acogida de migrantes.

Según el Sr. Abella: «nuestros agentes tripartitos de todo el mundo han alcanzado un consenso histórico. Nunca hasta ahora tantos países se habían reunido para convenir en la manera de tratar estas cuestiones. ¿Por qué ello reviste tanta importancia? Sencillamente porque además de haber más trabajadores migrantes que nunca, éstos envían cada año a sus países de origen un volumen de remesas que alcanza proporciones astronómicas (se estima en 80.000 millones de dólares de los Estados Unidos). Este dinero sirve para elevar niveles de vida, combatir la pobreza, alimentar a familias, ofrecer enseñanza y escolaridad. Por ello debemos estar presentes, para garantizar que estos migrantes se beneficien de un compromiso equitativo».