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Argentina: el trabajo decente como meta del desarrollo

En Argentina hay signos de recuperación del empleo, pero aún queda mucho por hacer, coincidieron delegados tripartitos de ese país y la OIT al firmar un memorándum de entendimiento en el cual expresan su apoyo al lanzamiento de un Programa Nacional de Trabajo Decente.

Artículo | 16 de junio de 2004

GINEBRA - La búsqueda de una mayor articulación entre políticas económicas, laborales y las sociales para lograr la creación de empleos decentes en Argentina, es una de las metas prioritarias de un acuerdo tripartito suscrito por representantes del gobierno, los trabajadores y los empleadores durante la 92ª Conferencia anual de la OIT.

"La meta de un trabajo formal con cobertura de seguridad social es una aspiración mayoritaria de los argentinos", dice el memorándum de entendimiento en el cual los actores sociales tripartitos declaran su decisión de ejecutar un Programa Nacional de Trabajo Decente, que contará con la cooperación técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El memorándum fue firmado en el marco de un evento especial de la Conferencia Internacional del Trabajo por el ministro del Trabajo, Empleo y Seguridad Social argentino, Carlos Tomada, el representante de los trabajadores, Rodolfo Daer, el representante de los empleadores, Daniel Funes de Rioja, y el Director General de la OIT, Juan Somavia.

"Estamos superando la emergencia, aunque no los grandes problemas que tenemos", dijo el ministro del Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Argentina, Carlos Tomada, durante el acto de presentación del memorándum. "El dilema y el desafío del futuro es cómo mejorar la productividad y el empleo de manera simultánea", agregó.

El Director General de la OIT comentó que "veo el futuro con optimismo", aunque recordó que "aún hay problemas a vencer... hay una gran tarea por delante". Somavia destacó el hecho de que en Argentina el concepto de trabajo decente se transforma en "política de Estado", y consideró que este país se coloca a la vanguardia de un consenso internacional para hacer de este concepto "un objetivo global".

Este acuerdo representa una nueva fase en la lucha por mejorar los indicadores sociales y económicos de Argentina, impactados por el estallido de la crisis a fines de 2001. Desde 2002, la OIT respaldó con programas de cooperación técnica los esfuerzos para el desarrollo de políticas que permitieran mejorar las condiciones de vida.

A través de su Programa de respuesta a las crisis y reconstrucción, la OIT llevó a cabo un Plan de acciones inmediatas, el proyecto "Enfrentando los retos al trabajo decente en la crisis", y desde este año se puso en marcha un Programa de apoyo para la reactivación del empleo en Argentina (AREA), con una importante colaboración del Gobierno italiano a través de Italia Lavoro.

La crisis en Argentina, de acuerdo una serie datos difundidos durante este evento, llevó el desempleo, que en 1991 era de 6,5 por ciento, más allá de la línea de 20 por ciento. La pobreza pasó de 25 por ciento en 1991 hasta 52 por ciento en 2001, y la diferencia entre los ingresos de ricos y pobres, que era de 20 veces, creció hasta 49 veces.

Esos indicadores han mejorado en los últimos meses, en particular el del desempleo que según los datos disponibles habría pasado de 20,4 por ciento a 14,5 por ciento.

El representante de los empleadores argentinos, Daniel Funes de Rioja, quien también es vicepresidente del Consejo de Administración de la OIT, el único organismo de Naciones Unidas de carácter tripartito, consideró que el país "no puede permitirse el lujo de tener 50 por ciento de la población en la pobreza", y destacó la necesidad de "restablecer la cultura del trabajo".

Rodolfo Daer, representante de los trabajadores, destacó que si bien hay indicios de recuperación del empleo, ese camino "no lo viven los más perjudicados, los pobres, los que no pueden contar con trabajo digno". El dirigente sindical argentino consideró que en un escenario de crisis "el trabajo decente es un ordenador social".

El memorándum reconoce que "la crisis en Argentina ha provocado niveles de desempleo y una incidencia de pobreza e indigencia anteriormente desconocidos". Y plantea dos ejes para la acción en el marco de un Programa Nacional de Trabajo Decente.

El primero, sobre la integración de políticas. Según el documento el objetivo de generar puestos de trabajo pasa por la coordinación con políticas económicas (monetarias, fiscales, cambiarias, industriales y comerciales) y sociales (educación, protección social, salud).

El segundo eje tiene que ver con la integración de políticas del ministerio y la aplicación de estrategias de manera descentralizada, incluyendo políticas de empleo y formación, de regularización del trabajo no registrado, de erradicación del trabajo infantil, de mejora de los ingresos en el trabajo y de extensión en la cobertura de seguridad social.

En Argentina el trabajo decente es una prioridad establecida en la le de Ordenación del Régimen Laboral aprobada en marzo, según la cual el concepto debe incluirse en políticas nacionales, provinciales y municipales.