69ª Sesión de la Asamblea General de la ONU

Declaración del Sr. Guy Ryder, Director General de la OIT, a la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas

Declaración | 23 de septiembre de 2014
Es un honor para la Organización Internacional del Trabajo participar en esta histórica y primera Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas. Hace veinticinco años, se adoptó el Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989 (núm. 169), que confirió una importante responsabilidad a la OIT, tanto en materia de asistencia técnica como en lo que respecta al control periódico del cumplimiento.

No obstante, el Convenio núm. 169 no es de propiedad exclusiva de la OIT. En la actualidad, junto con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, el Convenio constituye un pilar del marco internacional para los derechos de los pueblos indígenas y, como tal, es propiedad de toda la comunidad internacional. Acogemos con agrado el llamamiento de la Conferencia Mundial a favor de un mayor número de ratificaciones del Convenio núm. 169 y estamos dispuestos a prestar nuestra ayuda para tal fin.

A nivel nacional, la puesta en marcha mecanismos eficaces de consulta y participación para los pueblos indígenas será determinante para poder avanzar en la aplicación de sus derechos. Aunque se han alcanzado importantes logros en ese sentido, todavía queda mucho por hacer. Asimismo, es evidente que el empoderamiento político es indisociable del empoderamiento económico y social. Esta idea se recoge perfectamente en el documento final de la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas.

Las mujeres y los hombres indígenas forman parte de la fuerza de trabajo, en su mayoría como trabajadores por cuenta propia o bien ocupada en actividades de baja productividad. Cada vez más, buscan empleo asalariado fuera de sus comunidades y emigran de las zonas rurales a las zonas urbanas o a otros países en busca de trabajo. Se emplea a trabajadores indígenas en sectores económicos como la agricultura, el trabajo doméstico y la construcción, donde los salarios son bajos y el alcance y el cumplimiento de la legislación laboral son con frecuencia insuficientes. Al trabajar normalmente en empleos ocasionales o en la economía informal están especialmente expuestos a que no se respeten sus derechos, a la inseguridad de los ingresos y en el empleo así como a una falta de protección social. Como resultado de ello, las mujeres y los hombres indígenas y sus comunidades corren el riesgo de quedar atrapados en un círculo de pobreza, discriminación y explotación.

No obstante, esto no tendría por qué ser así. Estamos ante un potencial desaprovechado: las ocupaciones, las competencias y los conocimientos de los pueblos indígenas son un acervo que puede servir de base para la creación de empresas y cooperativas de mujeres y hombres indígenas. Cada vez más, las comunidades indígenas combinan estrategias de subsistencia tradicionales con nuevas actividades económicas. Los pueblos indígenas tienen el derecho de mejorar sus condiciones económicas y sociales, sin ningún tipo de discriminación, en particular a través de la formación profesional y el acceso al trabajo decente y a la protección social.

Los mandantes tripartitos de la OIT contribuyen en gran medida a promover y proteger los derechos de los pueblos indígenas, en particular su derecho de consulta y participación. Hace apenas unos días, el movimiento de trabajadores en América Latina y los pueblos indígenas adoptaron una hoja de ruta para seguir reforzando sus alianzas. En los diálogos sobre políticas se tiende cada vez más a congregar a gobiernos, organizaciones de empleadores y trabajadores y pueblos indígenas para debatir sobre la aplicación del Convenio núm. 169.

La OIT desea trabajar con los organismos colaboradores de las Naciones Unidas y con los pueblos indígenas, a fin de elaborar un plan de acción para todo el sistema, tal como se insta en el documento final, aprovechando la experiencia de la Alianza de las Naciones Unidas con los Pueblos Indígenas y a fin de respaldar los esfuerzos nacionales para que los derechos humanos de los pueblos indígenas sean una realidad.