Género y empleo

Una de las prioridades fundamentales del Programa de Trabajo Decente de la OIT es promover el trabajo decente y productivo y las oportunidades de obtener ingresos en igualdad de condiciones para hombres y mujeres. La incorporación de las cuestiones de género en el fomento del empleo puede contribuir a promover la productividad y el crecimiento económico, el desarrollo de los recursos humanos, el crecimiento sostenible y la reducción de la pobreza de manera más eficaz.

La OIT tiene como estrategia la incorporación de la dimensión de género en la promoción del empleo, de conformidad con las normas internacionales del trabajo pertinentes1 y con el Programa Global de Empleo (GEA), así como también según lo consignado en la Declaración sobre la justicia social de 2008, las Conclusiones de la CIT relativas a la igualdad de género como eje del trabajo decente, 2009 y el Pacto Mundial para el Empleo.

¿Por qué incorporar las cuestiones relativas a la igualdad de género en la promoción del empleo?

Pese a que en las últimas décadas ha habido avances en el aumento de la participación de la fuerza de trabajo femenina y en la reducción de la diferencia salarial por razón de sexo, el objetivo de la igualdad de género en el mundo del trabajo continúa siendo lejano. Si bien millones de mujeres se han convertido en empresarias exitosas, la gran mayoría continúa estando claramente subrepresentada en las juntas directivas de todo el mundo. En particular, en los países en desarrollo, las mujeres siguen constituyendo la gran mayoría de los trabajadores pobres del mundo, puesto que tienen ingresos más bajos y suelen estar más afectadas por el desempleo a largo plazo que los hombres. Esto se explica por las desventajas socioeconómicas que sufren las mujeres y que son ocasionadas por la discriminación por motivos de sexo y por su doble papel de trabajadoras y cuidadoras de la familia. En muchas sociedades, es frecuente que las mujeres tengan más dificultades que los hombres para acceder a los recursos productivos, a la educación, al desarrollo de las calificaciones y a las oportunidades del mercado de trabajo. En gran medida, esto se debe a que persisten normas sociales que asignan un papel determinado por razones de sexo y que no suelen cambiar con rapidez. Además, las mujeres siguen realizando la mayor parte del trabajo de prestación de cuidados no remunerado, lo cual representa una dificultad creciente cuando intentan realizar un trabajo productivo, ya sea en la economía de subsistencia o en la economía de mercado, especialmente en los países afectados por los cambios en el medio ambiente, el VIH y el SIDA.

El enfoque de la OIT basado en los ciclos de vida y los derechos en la promoción de la igualdad de género en el empleo

El enfoque basado en los ciclos de vida y los derechos promueve la igualdad de oportunidades de obtener ingresos y trabajo decente y productivo para hombres y mujeres. Una niña que sufre discriminación desde las primeras etapas de su vida tiende a acumular desventajas socio-económicas que pueden llevarle a la reducción de su empleabilidad y a un nivel más alto de pobreza en su vida adulta. Garantizar el desarrollo pleno de los recursos humanos, a través de un acceso igualitario a la educación y a las oportunidades de desarrollo de las calificaciones para los jóvenes, puede incrementar las probabilidades de tener más empleabilidad, en particular, para las mujeres jóvenes. En la edad adulta, una mayor empleabilidad de las mujeres y los hombres, a través de un acceso en igualdad de condiciones al aprendizaje permanente y a los recursos productivos, puede también aumentar sus posibilidades de obtener un empleo decente y productivo, así como las oportunidades de generar ingresos durante toda la vida adulta. De este modo, también podrán lograr una mayor seguridad económica en la vejez. Mediante la creación de mercados de trabajo adaptables a la realidad económica cambiante, pero equitativos y con un mínimo de empleo y de seguridad en los ingresos, se puede generar un entorno propicio que facilite la participación de la mujer en el mundo laboral y garantice una mayor seguridad en los ingresos, especialmente para los trabajadores de edad y las personas con discapacidad.

La acción de la OIT

Durante las últimas dos décadas, se ha generado un acervo de experiencias, enseñanzas extraídas, herramientas y material de referencia que aborda las cuestiones de género en diversas áreas de intervención en materia de promoción del empleo. La OIT brinda apoyo técnico a sus mandantes mediante la gestión del conocimiento y las actividades de promoción, la elaboración de herramientas, el desarrollo de la capacidad, el asesoramiento en materia de políticas y la cooperación técnica en proyectos destinados a la creación directa de empleo, especialmente orientados a personas pobres de la economía informal y rural y a países que viven una situación posterior a la crisis.

Con el propósito de institucionalizar la incorporación de las cuestiones de género en todas las áreas de trabajo de la OIT relacionadas con la promoción del empleo, se ha formulado una Estrategia para incorporar la perspectiva de género con miras a integrar plenamente estas consideraciones en la formulación, la ejecución, la vigilancia y la evaluación de las políticas, los programas y demás acciones en materia de empleo.

1. C122 Convenio sobre la política del empleo (1964), C111 Convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación) (1958), C100 Convenio sobre igualdad de remuneración (1951)