Migración laboral

El trabajo estacional aporta beneficios durante todo el año

Una nueva cosecha está lista, y Celestine Aisa Maino, una trabajadora estacional de Papua Nueva Guinea, se acaba de embarcar en su última travesía a ultramar. El trabajo en una gran hacienda frutícola de Australia le proporciona un ingreso mayor, y un proyecto de la OIT la ayuda a invertirlo en un futuro mejor para ella y su familia.

Feature | Port Moresby, Papua Nueva Guinea | 02 May 2014
Celestine (derecha) y Kila reciben entrenamiento antes de partir
PORT MORESBY (OIT Noticias) - Hace dos años, cuando Celestine Aisa Maino emprendió su primer viaje a Australia, tenía un objetivo muy simple: ganar más dinero para mantener a su familia.  “Tenía que hacer algo para mantener a mi familia”, recuerda. “Sabía que un dinero extra podría retomar una actividad que mi familia realizaba antes, el cultivo de arroz”.  En la actualidad, al pensar en el pasado, ella reconoce que las ganancias de sus viajes no fueron sólo de carácter económico.

Celestine es de Bereina, una ciudad de la Provincia Central de Papua Nueva Guinea (PNG). A los 40 años, es madre de tres niños y mantiene a su padre discapacitado y a su hermano con problemas mentales.  Sin embargo, el exiguo ingreso que percibía vendiendo nueces de betel no era suficiente para cubrir los gastos, como arreglar los deteriorados cimientos de la vivienda familiar. Ella creía que la difícil situación de su familia nunca mejoraría, hasta que un día se enteró del Programa australiano de trabajo estacional.

El programa contrata a personas de algunos países insulares seleccionados y Timor Leste para trabajar en la industria hortícola por hasta seis meses. Celestine aún recuerda la emoción que sintió cuando la llamaron de la Oficina de Coordinación Estacional.

“Estaba tan entusiasmada porque finalmente tendría la oportunidad de ganar dinero para mi familia”, dijo.

Empleo fructífero en una nueva tierra

El nuevo trabajo de Celestine era en Mundubbera, una pequeña ciudad en Queensland, Australia. Era una granja muy grande, empleaba a más de 500 trabajadores. Su trabajo consistía principalmente en recoger y empaquetar frutas. Aunque su jornada de trabajo era muy larga, Celestine disfrutaba su trabajo. Tenía todo lo que necesitaba para vivir confortablemente: una caravana bien equipada, un ambiente natural agradable, y amigos provenientes de lugares como Taiwan (China), Japón, Francia y Tonga. Su actividad preferida era mirar los juegos de rugby los fines de semana.  “La mejor parte del viaje fue acompañar al equipo de rugby que habían formado los trabajadores estacionales de PNG”, recuerda Celestine. “Casi todos los fines de semana íbamos a apoyar a nuestro equipo en los juegos contra los equipos locales. Conversábamos con los habitantes del lugar y nos divertíamos”.

Kila y sus compañeros de trabajo
Nueva Zelanda tiene un programa similar. Una colega de Celestine, también de PNG, Kila Venakagatu Gutuma, trabajó en una granja de manzanas en Hawke's Bay en Nueva Zelanda. Su trabajo le hizo descubrir muchas cosas nuevas.  “Fue muy emocionante. Me enteré que hay diez tipos de manzanas”, dice Kila. “Mi preferida es Royal Gala. Es muy crujiente. Comí tantas manzanas mientras estaba allí”. Kila además compartía con sus colegas las manzanas, las moras y las cebollas que sus empleadores le regalaban.

Ahorrar para un futuro mejor

Kila ganó alrededor de 5.000 dólares australianos (AUD), cerca de 4.600 dólares estadounidenses, en una estación. Mientras que en Papua Nueva Guinea ella habría ganado sólo 1.000 AUD (alrededor de 930 dólares), con suerte. Ahora Celestine y Kila tienen ahorros que pueden utilizar para construir un futuro mejor cuando regresen a su país. Al mimo tiempo, ellas han ampliado sus competencias.

En Australia, adquirí calificaciones útiles sobre la cultivación. Por ejemplo, no sabía podar o utilizar los fertilizantes.
“En Australia, adquirí calificaciones útiles sobre la cultivación. Por ejemplo, no sabía podar o utilizar los fertilizantes”, indicó Celestine. “Ahora me entreno podando las plantas de mandarina que cultivo y enseño a otros la importancia de esta práctica”. En su tiempo libre, Kila siguió cursos de cocina y de informática.

La OIT, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia, colabora con el Gobierno de PNG en la puesta en práctica de un programa (Fortalecer la migración laboral en Papua Nueva Guinea y Nauru en el contexto del Programa trabajador estacional de Australia) elaborado para ayudar al Gobierno a preparar mejor a los trabajadores para su viaje al exterior y su regreso. El programa incluye formación sobre cómo utilizar sus competencias y ahorros para establecer una pequeña empresa.

Formación en técnicas comerciales

En el marco del programa, Celestine y Kila participaron en un curso piloto sobre conocimientos empresariales organizado hace poco. A través de métodos participativos aprendieron como identificar nuevas oportunidades comerciales en sus comunidades, a mantener un diario personal de su flujo de efectivo durante el período de trabajo estacional, y cómo establecer una pequeña empresa.

“El impacto de la migración estacional sobre el desarrollo no debería ser ignorado”, declaró en Director de la Oficina de la OIT para los Países Insulares del Pacífico, David Lamotte. “Con apoyo y formación estructurados, los trabajadores pueden ser orientados a utilizar sus competencias, conocimientos y ahorros para crear una pequeña empresa próspera y seguir recibiendo beneficios de su experiencia de migración”.

El programa dirigido a los trabajadores estacionales también ha beneficiado a los países de destino. Entre 2012 y 2013, alrededor de 1.500 trabajadores provenientes de los países insulares del Pacífico fueron aceptados por la industria hortícola de Australia. “Hay una insuficiencia de disponibilidad de mano de obra en nuestro sector y en el período de mayor actividad la demanda debe ser satisfecha con trabajadores provenientes de fuera del distrito”, explicó Susan Jenkin, Directora Ejecutiva de Ironback Citrus, la empleadora de Celestine. “Los trabajadores estacionales del Pacífico ahora forman parte integral de nuestra fuerza laboral y… evidentemente son más productivos y eficientes que nuestros otros trabajadores”.

En abril, Celestine y Kila se embarcaron en su última travesía a ultramar. Celestine siente que su sueño de retomar la actividad familiar de cultivar arroz cada vez está más cerca. Kila quiere ahorrar el dinero para comprar más mercancía para la tienda que abrió desde que se convirtió en una trabajadora estacional. Ambas mujeres ven un futuro mejor gracias a una migración estacional bien reglamentada.

Para más fotos sobre el mundo del trabajo en Asia y el Pacífico vea nuestra galería de fotos en Flickr.