Nuestro impacto, sus historias

Emprendedores venezolanos y peruanos salen adelante en medio de la crisis por COVID-19

En ocasión del Día Internacional del Migrante, una trabajadora migrante venezolana radicada en Perú nos contó cómo afronta la crisis actual. Un proyecto de la OIT con el apoyo de USAID apoya a emprendedores migrantes y locales a sacar adelante sus negocios en tiempos de pandemia.

Reportaje | 18 de diciembre de 2020

LIMA, Perú (OIT Noticias) – Ser trabajador migrante no ha sido fácil para casi un millón de hombres y mujeres venezolanas radicadas en Perú. Más aún en estos tiempos de pandemia. Ese es el caso de Florangel Ponce, que radica en la capital peruana desde hace más de tres años junto a su hijo menor. Llegó hasta acá tras un largo viaje en busca de un futuro mejor.

Abogada de profesión, la venezolana Florangel sale desde temprano a las ruidosas calles de Lima con una carretilla vendiendo “ceviche”, un plato típico peruano a base de pescado fresco, limón, cebolla, maíz tierno y ají.

Ella decidió iniciar este negocio propio hace cuatro meses después que fue despedida del restaurante donde trabajaba debido a la crisis por la pandemia.

“Cuando llegué a Perú no sabía ni cocinar y nunca antes había trabajado en el rubro gastronómico. En Venezuela trabajaba en una firma privada y mi día a día se desenvolvía en una oficina. Con el paso del tiempo aquí tuve que aprender y ahora estoy preparando unos ceviches sabrosos”, dice entre risas esta trabajadora venezolana.

Si bien la COVID-19 ha afectado a la gran mayoría de trabajadores migrantes en todo el mundo, aquellos que se desempeñan en la informalidad, como es el caso de Florangel, están más expuestos a riesgos de seguridad y salud en el trabajo, ya que carecen de una protección social adecuada y tienen más probabilidades de sufrir enfermedades y accidentes o de morir.

“Lamentablemente hay situaciones en que se aprovechan de los trabajadores migrantes debido a su desconocimiento y necesidad. Hay casos de personas que trabajan por 15 soles diarios (4 dólares) y hasta por 15 horas al día. Felizmente desde que inicié este negocio propio me ha ido bien y mantengo la esperanza de montar más adelante un restaurante o tener una franquicia”, indicó Florangel.

En Perú, casi el 90% de trabajadoras y trabajadores venezolanos tiene empleo informal y una gran parte de esta población se dedica al comercio ambulatorio en condiciones de vulnerabilidad. Esto quiere decir que si se enferman, la mayoría de estos trabajadores no tienen acceso garantizado a la atención médica ni seguridad de ingresos mediante prestaciones en caso de enfermedad o accidentes de trabajo.

Proyecto de OIT promueve el trabajo decente de poblaciones migrantes y locales.
Pero esta situación, no afecta solamente a los migrantes. Walter Peña, diseñador gráfico peruano, contó que, a raíz de la crisis por la COVID-19, tuvo que dejar su local alquilado en el centro de Lima y atender desde casa las altas demandas de trabajo que surgieron en el rubro publicitario.

Sin embargo, su negocio no estaba preparado para responder a la demanda, por lo que tuvo que trabajar sin descanso y cumpliendo múltiples tareas durante el período de confinamiento.

“En este momento, yo estoy cumpliendo las funciones de gerente, administrador, vendedor, diseñador y productor; varios puestos de trabajo que, por la pandemia, ahora se han vuelto sólo uno. El aprendizaje y el capital son muy importantes para sacar adelante mi negocio de cara a lo que será el 2021. Mi idea es, de aquí a un año, formar un equipo y retomar mi local en el centro de Lima para que mi negocio pueda crecer aún más”, enfatizó Walter.

A fin de potenciar sus micro emprendimientos, tanto Florangel como Walter son beneficiarios del proyecto piloto Emprende Segur@, iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) y la Superintendencia Nacional de Migraciones (Migraciones), con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). Esta iniciativa nació en julio de este año en respuesta a la crisis generada por la pandemia.

Frente a la pérdida de puestos de trabajo y el deterioro general de la calidad del empleo, Emprende Segur@ busca contribuir a la recuperación del tejido micro empresarial local y mejorar los medios de vida de cientos de trabajadoras y trabajadores independientes de Perú y Venezuela que viven en Lima Norte (Lima Metropolitana).

“En esta iniciativa buscamos apoyar a estos emprendedores a través de distintos servicios. Primero, fortaleciendo sus capacidades empresariales a través de procesos formativos y asistencia técnica directa para el mejoramiento de sus emprendimientos, incluyendo un capital semilla para la inversión en en sus negocios”, señaló Javier Vega, coordinador del proyecto para la OIT.

Asimismo, explicó que las actividades de formación empresarial se complementan con otros servicios como asesorías para la formalización, capacitación en educación financiera, asistencia para implementación de protocolos de seguridad y salud en el trabajo, conformación de grupos de ahorro para el acceso a microcréditos, transferencias monetarias para los más vulnerables, así como sesiones de soporte emocional y coaching para el fortalecimiento de habilidades blandas en un contexto de alto estrés laboral producto de la pandemia.

“Emprende Segur@ nace de la convicción de que el potencial de las personas migrantes puede constituirse en un activo para potenciar las economías locales. En ese sentido, este proyecto piloto también representa una oportunidad de cohesión social que facilita el diálogo entre la comunidad migrante y la comunidad de acogida”, añadió Javier Vega.