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Hace más de 90 años una travesía épica llevó la OIT hacia América del Sur

El primer Director General de la OIT, Albert Thomas, zarpó un 30 de junio de 1925 rumbo a Brasil, Argentina, Uruguay y Chile. Buscaba que estos países participaran de forma más activa en la Organización, y que avanzaran hacia la ratificación de los primeros Convenios internacionales del trabajo. El viaje duró unos 70 días.

Noticia | 2 de julio de 2019
GINEBRA (OIT Noticias) – El 30 de junio de 1925 zarpó desde el puerto de Marsella el barco “Alsina” con dirección a Río de Janeiro. Entre sus pasajeros se encontraba Albert Thomas, quien seis años antes, en 1919, había sido nombrado como primer Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En una época en la cual los viajes intercontinentales eran poco frecuentes y muy difíciles de realizar, el Director de la naciente OIT decidió emprender una misión para sostener contactos directos con representantes tripartitos en Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Aunque la Revista Internacional del Trabajo de OIT de esa época consideró la gira como “muy corta”, las distancias recorridas implicaron que el viaje durara unos 70 días, del 30 de junio al 8 de septiembre de 1925.

Por barco y por tren, Thomas avanzó decidido a conocer la situación laboral en esos países, a involucrarlos más en las actividades de la OIT, y a buscar la ratificación de algunos de los primeros 25 Convenios que había aprobado la entidad laboral mundial hasta ese año.

Ahora que la OIT cumple 100 años de existencia, cuenta con 190 Convenios y con 8.170 ratificaciones.

Los cuatro países que visitó son Estados Miembros fundadores de la OIT, es decir que se incorporaron el mismo año 1919. Pero su participación en las reuniones que habitualmente se realizaban en la sede de la OIT en Ginebra era irregular y a menudo con delegaciones incompletas.

Por otra parte, Thomas mostraba gran interés en la forma en que se configuraban los mercados laborales en América del Sur, la forma en que la institucionalidad del trabajo daba sus primeros pasos y cómo surgían las primeras organizaciones de trabajadores y de empleadores.

Todas estas inquietudes quedaron plasmadas en un diario escrito con gran minuciosidad titulado “Note pour le travail personnel sur mon voyage en Amerique du Sud” (Nota para el trabajo personal sobre mi viaje a América del Sur), cuya transcripción está disponible en el archivo de la OIT. Allí registra reuniones oficiales, entrevistas, visitas, agasajos y bienvenidas, recorridos e incluso habla del paisaje o de los vinos.

Albert Thomas, de nacionalidad francesa y con una reconocida trayectoria política en su país, había sido elegido Director General de la OIT durante la sesión inaugural de la Conferencia Internacional del Trabajo en Washington en 1919.

“Desde la altura del hotel Gloria, puedo ver la esplendorosa bahía de Río de Janeiro”, escribe el 15 de julio de 1925, tras su primera noche en la región. Por tren, Thomas prosiguió su viaje rumbo a Sao Paulo, que denomina Saint Paul, donde llegó el 21 de julio. En el diario habla de las zonas industriales de la ciudad y del hotel para los inmigrantes.

Nuevamente por tren, Thomas llegó el 27 de julio de 1925 a Montevideo, donde “nos hemos alojado en el Hotel El Parque. El mar, al frente nuestro, se retira formando una enorme playa”. Hace mención al desarrollo de la institucionalidad laboral en Uruguay, mayor a la de los otros países, y menciona el hecho de que “hay 43 inspectores, de los cuales 23 en la capital”.

”El jueves 30 de julio, al alba, llegamos a Buenos Aires”, escribe Thomas en su diario y anota su impresión de estar en “un país industrial de tipo europeo” donde “las dificultades son similares a aquellas que podríamos encontrar en Estocolmo, en Berlín o en los Balcanes”.

El viaje llegó a una etapa complicada, un largo recorrido por tren hasta Santiago de Chile. El 2 de agosto a medianoche la comitiva, encabezada por el jefe de gabinete Marius Viple, y que incluía a uno de los primeros funcionarios encargados de comunicación en la OIT, el editor de la revista oficial en español “Informaciones sociales”, Antoni Fabra i Ribas, quien además era director en la oficina en Madrid.

Tras recorrer Rosario, Córdoba y Mendoza Thomas anotó el jueves 6 de marzo: “hoy es el día que atravesaremos los Andes” en el tren transandino. Durante la lenta travesía, aprovechó de revisar los libros y artículos que había traído sobre Chile, “extraño y curioso país, qué nos esperará allí”.

El viaje a América del Sur estuvo precedido por un extenso y cuidadoso período de preparación, que incluyó datos sobre la navegación transatlántica, sobre los cuidados necesarios en la travesía, información sobre asuntos de salud en los países a visitar, y abundantes materiales sobre las circunstancias políticas, económicas, sociales y laborales, a las cuales Thomas se refiere con frecuencia en su diario.

De su estadía en Santiago recuerda su entrevista con el Presidente Arturo Alessandri, y el 10 de agosto escribe sobre el viaje en un tren que “nos llevó al sur” y habla de su visita a la mina de cobre “El teniente”. Las ciudades de Concepción y Valparaíso también fueron visitadas por la comitiva de la OIT, hasta que el 12 de agosto, se inició la lenta travesía de regreso a Europa.

El 13 de agosto Thomas registra “un bello atardecer en Uspallata” en la cordillera de los Andes a los pies del Aconcagua, Tras atravesar nuevamente Argentina, la misión de la OIT se embarcó de regreso en el barco “Lutetia”.

Las ratificaciones de los Convenios de la OIT estuvieron todo el tiempo en la mente de Thomas, y según recuerda en su diario insistió ante todos los Gobiernos contactados en acelerar el proceso. Al final del viaje, fue en Chile donde la gestión obtuvo sus frutos: este país le informó de los decretos para la ratificación de 8 Convenios de la OIT, las primeras registradas en América Latina.

Thomas no fue ajeno a las repercusiones de su visita, en especial a la tensión política con algunos sectores y recuerda que incluso en uno de esos episodios lo calificaron de traidor a la clase obrera. “Nos han insultado y nos han calumniado sin posibilidad de respuesta”, lamenta en su diario.

También expresa gran sensibilidad hacia la cobertura de la prensa, y el archivo de la OIT conserva numerosos recortes con las entrevistas sostenidas en cada país y además los agasajos que le ofrecieron en cada ciudad. Y asimismo hace comentarios sobre las duras condiciones de vida que observa en algunas localidades.

El informe del viaje publicado en la revista Internacional del Trabajo, titulado “The visit to South America of the Director of the International Labour Office” (La visita a América del Sur del Director de la Oficina Internacional del Trabajo), de diciembre de 1925, revisa los resultados de esta gira y revisa la situación del grupo de países visitados donde “aún hay ciertas deficiencias en las legislaciones nacionales”.

El informe concluye expresando la esperanza que se produzcan condiciones que permitan que “la justicia social y el bienestar de los trabajadores tengan un lugar adecuado en el desarrollo económico experimentado en estos países”.

En el marco del centenario de la OIT, el viaje de Thomas a América del Sur aparece como un hito en los momentos fundacionales de la Organización.

En la página dedicada a Albert Thomas en el sitio web de la OIT se recuerda que en su gestión como primer Director General, en un momento de grandes convulsiones mundiales y de transformaciones en el mundo del trabajo, “creía profundamente en la ‘política de la presencia’ y dedicó un tiempo considerable a viajar a fin de recabar apoyo para los objetivos y funciones de la Organización”.

“Visitó todos los países europeos, así como países de América del Norte y del Sur, China y Japón. En 1932, tras haber asegurado una firme presencia de la OIT en el mundo durante 30 años, Albert Thomas murió inesperadamente a la edad de 54 años”.