El Informe recoge en este sentido la dimensión específica del desafío del trabajo decente para una población de casi 7 millones de jóvenes argentinos que han experimentado uno de los periodos de mayor y más intensa transformación social en las últimas décadas y que tuvo en la crisis del año 2001 y la posterior recuperación un claro exponente del cambio acaecido en las condiciones y en el entorno social de la juventud argentina.

Es precisamente en este entorno de recuperación progresiva de los indicadores sociales y del crecimiento del país, en el que el presente Informe trata de proporcionar una serie de aportes que coloquen a este colectivo, el de los jóvenes, en el epicentro de la consolidación del desarrollo nacional. En este contexto, la Argentina afronta esta etapa con un capital humano de enorme relevancia. Millones de jóvenes que han crecido con mayores niveles educativos, un mejor acceso a la sociedad de la información y un nutrido y consolidado tejido de organizaciones sociales, a través de las cuales dichos jóvenes vertebran su participación en la sociedad.