Prioridades regionales en América Latina y el Caribe

Cuatro ejes temáticos de la OIT para contribuir a la recuperación post COVID-19 en América Latina y el Caribe
En un contexto de bajas tasas de crecimiento y recuperación económica con un fuerte componente de puestos de trabajo informales, la estrategia de recuperación post-Covid de la OIT en América Latina y el Caribe para el bienio 2022-2023 tiene cuatro ejes temáticos interrelacionados para apuntar la creación de empleo formal.

La estrategia se basa en los lineamientos del Llamamiento Mundial a la Acción para una recuperación centrada en las personas y de la Declaración del Centenario de la OIT, que implican recurrir a todos los medios de acción para ayudar a los Estados Miembros a diseñar y aplicar estrategias de recuperación que no dejen a nadie atrás, promover una recuperación centrada en las personas y reforzar la cooperación con otras instituciones del sistema multilateral.

La estrategia de recuperación también considera que no debemos perder de vista el logro de mediano plazo de la Agenda 2030, por lo cual los ejes temáticos contribuirán a la Década de Acción para la aceleración del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Los cuatro ejes temáticos, además, responden a las 17 prioridades de política expresadas por los constituyentes de la OIT en la última Reunión Regional Americana de 2018, con el objetivo de construir un mejor futuro del trabajo (Declaración de Panamá para el centenario de la OIT: por el futuro de las Américas).

Eje temático 1: Promover la formalización y la generación de trabajo decente
Revertir la informalidad y prevenir la informalización de los puestos de trabajo formales es una prioridad impostergable para la recuperación en la región. Existe un alto riesgo de que los niveles de informalidad laboral y empresarial continúen en aumento durante la época de recuperación si no se adopta una agenda de políticas integrales, consensuadas y de gran alcance centrada en las personas, con la meta de avanzar en la formalización.

Estas deben considerar un enfoque integrado con múltiples objetivos de creación de más puestos de trabajo formales en el marco de una política de empleo que permita robustecer las instituciones y políticas activas de mercado de trabajo, la promoción de políticas de desarrollo productivo para el incremento de la productividad de las micro y pequeñas empresas, la generación de entornos para la creación de empresas sostenibles y la sostenibilidad de sus cadenas de suministro, la protección de los ingresos y puestos de trabajo de los trabajadores más vulnerables y sus hogares, la atención a potenciales nuevas formas de informalidad surgidas de la pandemia, asociadas al teletrabajo y el trabajo en plataformas digitales y los mecanismos de inspección frente a la informalidad.

La OIT contribuirá a la incorporación de tecnologías para la formulación e implementación de políticas de formalización (e-formalización), incluyendo la fiscalización laboral. Ello podría ayudar a los gobiernos a entregar servicios para los trabajadores y sus empresas con mayor efectividad y eficiencia. Sin embargo, las medidas de e-formalidad no implicarían sustituir a las políticas de formalización acordadas bajo la Recomendación Nro. 204. Por el contrario, podrían potenciar su efectividad.

También se continuará apoyando a la recopilación de información de mercado laboral para conocer el impacto de la crisis y orientar las medidas de recuperación, tomando en cuenta el reto adicional de generación de data en la mayoría de países del Caribe. El uso de big data como complemento a las fuentes de información tradicional para la formulación de políticas de formalización y generación de empleo también es una línea de trabajo de este eje.

Eje temático 2: Cerrar las brechas de cobertura de la protección social
La pandemia mostró que ampliar la cobertura y adecuación de los sistemas de protección social para proteger a las personas a lo largo de la vida y el acceso universal a salud son prioridades indiscutibles, no solo para garantizar el derecho a la seguridad social, sino para mitigar los efectos económicos de la crisis y promover una recuperación con trabajo decente más rápida.

La OIT ha contribuido con el fortalecimiento de los servicios de cuidado, el incremento de la cobertura de la protección social de las trabajadoras domésticas, de las mujeres de la economía informal y la expansión de los programas de protección social. En el siguiente bienio se enfocará en atacar los múltiples desafíos existentes en relación a la protección social de la región, como la consolidación de los pisos de protección social mediante el establecimiento de los programas de seguridad económica para la población con ingresos insuficientes, la implementación de los seguros de desempleo –asociado a la expansión de los puestos de trabajo formales–, el incremento de la cobertura de los sistemas de pensiones contributivos y de los no contributivos en niveles adecuados (para población infantil o la población de mayor edad).

Asimismo, la estrategia de recuperación considerará promover la cobertura universal de la protección social de la salud, la creación de sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo resilientes y evaluará la necesidad de adoptar medidas de reconversión productiva para reducir el impacto del cambio climático.

Eje temático 3: Aprovechar las oportunidades de la transición digital y la transición justa hacia una economía verde
La formación profesional y el desarrollo de competencias son clave para el futuro del trabajo ante la aceleración de las tendencias del futuro del trabajo. La estrategia de respuesta para aprovechar las oportunidades de la transición digital no puede dejar de lado el desarrollo de capacidades, la anticipación de la demanda laboral, la certificación de competencias y la digitalización de la formación.

La OIT, con el apoyo de OIT/Cinterfor, continuará promoviendo la adaptación de los sistemas y de las instituciones de formación profesional a la nueva realidad, reforzando su rol en la promoción de la innovación y fortaleciendo las capacidades necesarias de los trabajadores –incluyendo a los emprendedores– para aprovechar los cambios acelerados en el mundo del trabajo, ampliando sus servicios digitales, generando estrategias formativas a distancia, fortaleciendo la formación de docentes y apoyando a los institutos de formación para consolidar su migración hacia el mundo digital/híbrido.

La formación profesional debe considerar las necesidades específicas de algunos grupos más afectados por la pandemia, como las personas jóvenes, las mujeres, las personas trabajadoras de la economía informal o las personas migrantes. Promover el diálogo social tripartito, con la inclusión de la academia y los institutos de formación profesional, es una herramienta clave para realizar esta tarea.

La OIT también continuará fortaleciendo las capacidades de las MYPE –actualmente subdigitalizadas– para que puedan aprovechar las oportunidades de la transición digital mediante la remoción de barreras para la digitalización, la implementación de soluciones digitales para la mejora de procesos de negocios e inclusión financiera, entre otras innovaciones que permitan ganancias de productividad y competitividad para la creación de más y mejores puestos de trabajo formales.

Asimismo, la OIT promoverá la Agenda de Transición Justa como un referente para las acciones para la promoción de un futuro más sostenible y contra el cambio climático, en sintonía con las Directrices de polí¬tica para una transición justa hacia economías y so¬ciedades ambientalmente sostenibles para todos (OIT, 2015). Así, la OIT continuará abogando para el reconocimiento de dicha agenda como lineamiento para sus políticas públicas, destacando que la creación de empleo verde es una manera de resolver problemas estructurales de la región como la creación de más y mejores empleos, la promoción de la formalización, con economías más diversificadas y de mayor valor añadido.

Eje temático 4: Reactivar espacios de diálogo social y fortalecer el tripartismo
En la etapa de recuperación de la crisis, es necesario continuar fortaleciendo el diálogo social y mejorar aquellos espacios que mantuvieron su funcionamiento, fomentando nuevamente las condiciones para un diálogo efectivo y una negociación colectiva que aborde las consecuencias de las políticas implementadas. El diálogo social es una herramienta para el logro de resultados de política pero, a la vez, también es un fin en sí mismo, como expresión de la democracia, que fortalece a las sociedades en su conjunto.

La OIT continuará promoviendo espacios de diálogo más flexibles y de amplia cobertura, como los espacios virtuales abiertos durante la pandemia, que incrementaron el número de constituyentes e instituciones participantes. El diálogo de la OIT con sus constituyentes debe fortalecerse para conocer de forma más ágil las demandas de sus constituyentes y dar respuesta oportuna.

Un diálogo por parte de OIT no puede dejar de lado uno de los activos más importantes de la organización: las normas internacionales del trabajo (NIT). La OIT continuará fortaleciendo las capacidades de sus constituyentes para promover el uso de las NIT como parte de las estrategias de recuperación económica y dar seguimiento a las recomendaciones de los órganos de control normativo. Asimismo, se reforzarán los espacios de diálogo existentes en temas clave como la lucha contra el trabajo infantil y el trabajo forzoso, así como la promoción de la igualdad de género y la no discriminación. Al respecto, hay indicios sobre el deterioro en el cumplimiento de los derechos fundamentales, como el aumento del trabajo infantil, mayores dificultades para el ejercicio del derecho de asociación y la negociación colectiva y un aumento de la discriminación.

La OIT puede contribuir para reforzar la capacidad de sus constituyentes para promover que la negociación colectiva incluya una agenda de medidas para la reactivación económica centrada en las personas, la formalización, ampliar la cobertura y mejorar los servicios de protección social, y contribuir a una transición justa en un contexto de nuevas formas de empleo.

La OIT, además, promoverá los Programas de Trabajo Decente por País (PTDP) en la región teniendo en cuenta que estos solo serán posibles en la medida que se fortalezca el diálogo social y el tripartismo.