319o Consejo de Administración de la OIT

Entrevista con Luc Cortebeeck, Presidente del Grupo de los Trabajadores del Consejo de Administración de la OIT

Recientemente concluyó en Ginebra la 319.ª reunión del Consejo de Administración de la OIT. En dicha reunión se abordaron varias cuestiones relativas a la crisis económica en Europa, los derechos de los trabajadores y la migración internacional. En la presente entrevista, el Presidente del Grupo de los Trabajadores, Luc Cortebeeck, pasa revista a los principales temas que han marcado esta reunión, celebrada del 17 al 31 de octubre de 2013 en Ginebra.

Comunicado de prensa | Ginebra | 11 de noviembre de 2013
ACTRAV INFO: El 31 de octubre de 2013 finalizaron los trabajos de la 319.ª reunión del Consejo de Administración. Desde la perspectiva del Grupo de los Trabajadores, ¿qué destacaría usted de dicha reunión?

Luc Cortebeeck:
En primer lugar, hemos debatido la aplicación de las normas internacionales del trabajo y la situación y el objetivo de la labor que realiza la misión de expertos tras el ataque de los empleadores durante la Conferencia de 2012. El Grupo de los Empleadores ya no acepta la interpretación de los expertos acerca del Convenio 87, en especial en lo relativo al derecho de huelga. De momento no se ha encontrado ninguna solución, pero la discusión sigue en curso. Esperamos que el Director General, en consulta con los interlocutores sociales y los gobiernos, formule una propuesta a los fines de encontrar una solución a los problemas surgidos respecto de la función de los expertos (su reconocimiento y el objetivo de su trabajo), puesto que si no se halla una solución, ello tendrá consecuencias sobre todo el sistema de supervisión de normas, que es fundamental para la OIT.

Asimismo, a lo largo de esta reunión hemos sido testigos de una apertura, a mi juicio, histórica. Una apertura hacia las grandes empresas y las multinacionales en lo tocante a las normas internacionales del trabajo. Los mandantes y actores de la OIT son los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, y las normas de la OIT se aplican a los países, pues son éstos quienes pueden y deben someterse a controles acerca de su legislación y la aplicación de la misma en la práctica. Sin embargo, la novedad radica en esta apertura hacia las grandes empresas, las multinacionales, que, en definitiva, trabajan en todo el mundo con sus propias reglas y normas de trabajo. Es fundamental tener influencia sobre estas empresas, estas multinacionales. Tras debates muy difíciles, puede que la OIT esté en condiciones de responder a las demandas y a las preguntas de las multinacionales o de sus trabajadores sobre la aplicación de las normas en estas empresas. Supone un avance prometedor para el futuro de la OIT.

Otro de los temas que se ha debatido es el Instituto de Estudios Laborales. El actual Instituto va a evolucionar para transformarse en un Departamento de Estudios Laborales, en el que se centralizarán todos los esfuerzos desplegados en este ámbito. La OIT necesita contar con un departamento de estas características para que nos podamos de mejores herramientas para realizar nuestra labor de protección de los trabajadores y para cuando, por ejemplo, necesitamos ponernos en contacto con otras instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Los trabajadores reconocen el gran valor de los estudios realizados por el Instituto para el Informe sobre el Trabajo en el Mundo, pero considero que dichos estudios pueden mejorarse aún más a través de la creación de un departamento con más medios.

En resumen, éstos son algunos de los temas que se han tratado en esta reunión del Consejo de Administración y que resultan prometedores de cara al futuro.

ACTRAV INFO: En esta reunión se ha planteado la cuestión de la crisis económica que afecta a muchos países, en especial en Europa. ¿Qué opinión le merece al Grupo de los Trabajadores este tema en el marco del seguimiento a las recomendaciones surgidas de la Reunión Regional Europea celebrada en Oslo en abril de 2013?

Luc Cortebeeck:
La Reunión Regional Europea de la OIT en Oslo tuvo lugar en un contexto de crisis, en un momento en el que ya prácticamente no se habla del diálogo social. Siempre se ha tomado como ejemplo el modelo social europeo, pero este modelo ha perdido en gran medida sus “cualidades”. La Reunión Regional de Oslo se celebró en un momento oportuno para que los tres mandantes, gobiernos, empleadores y trabajadores, discutiesen elementos para salir de esta crisis. No hemos encontrado LA solución, pero, en cualquier caso, todos hemos dicho: “El mundo y Europa en particular deben salir de la crisis restaurando la confianza en el empleo y el crecimiento”. La única posibilidad para lograrlo pasa por invertir en el futuro. Hacen falta más inversiones.

Además, cabe recordar que tras la Segunda Guerra Mundial, el diálogo social y la negociación social fueron la base para la reconstrucción de los países en Europa. Ello debe renovarse y revitalizarse. Para revitalizar la economía se impone reconstruir el tripartismo. Y, en la práctica, a día de hoy observamos que en Irlanda, en Portugal y en Grecia (países bajo una “troika” conformada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional), los interlocutores sociales y los gobiernos han pedido ayuda a la OIT. En Grecia, la OIT dispone ahora de un oficial de enlace, que es el representante del Director General en el país y que pretende seguir el proceso, revitalizar todo el sistema tripartito, la inspección social, la economía social y otras aportaciones técnicas que puede proporcionar la OIT. En estos días se está celebrando una reunión importante con objetivos similares en Portugal. Y ahora ya no se discute únicamente con la troika, sino también con la OIT, lo que a mi entender resulta fundamental. Por consiguiente, el seguimiento que se dará a las discusiones de Oslo es importante, y hemos solicitado que se nos informe en las próximas reuniones del Consejo de Administración.

ACTRAV INFO: En el marco del respeto por las normas internacionales del trabajo, en esta reunión del Consejo se examinaron tres quejas sobre la situación en Guatemala, Bahrein y Fiji. ¿Cómo evalúa usted estos casos, sobre todo desde el punto de vista de la protección de los derechos de los trabajadores en esos tres países?

Luc Cortebeeck:
En efecto, el más decepcionado por los debates que se mantuvieron en esa reunión sobre Bahrein soy yo. Aun así, queda muy claro que existía y existe discriminación contra determinados grupos de trabajadores. No puedo decir que el gobierno no haya hecho nada, pero muchas empresas han despedido a trabajadores, a pesar de que éstos hayan sido readmitidos posteriormente gracias a la labor de la OIT. Sin embargo, sigue persistiendo en ese país un clima de discriminación contra los trabajadores. Lamentamos que todos los gobiernos de los países árabes y de Asia hayan apoyado de manera inmediata y al gobierno de Bahrein y sin verter críticas para así evitar la decisión sobre la admisibilidad del caso, aunque el gobierno haya rechazado en el último momento firmar un acuerdo de calidad negociado con los trabajadores, los empleadores y el Ministerio de Trabajo. Está claro que en durante la próxima reunión del Consejo de Administración en marzo de 2014 se volverá a examinar el caso de Bahrein. Esperamos que antes el Gobierno reconsidere su decisión, firme el acuerdo que se encuentra sobre el tapete y empiece a ejecutarlo. El objetivo del Grupo de los Trabajadores consiste en encontrar una solución a los graves problemas surgidos, y la queja presentada en virtud del Artículo 26 supone un medio para lograrlo y no el fin en sí mismo.

También es el caso en Fiji, un país en el que no se reconoce ni a los sindicatos ni el diálogo social. Las manifestaciones en ese país están prohibidas. Este caso también se retomará en marzo, pero el Consejo de Administración ha aceptado la admisibilidad del mismo, lo que supone un paso hacia delante.

Ya se ha declarado la admisibilidad del caso de Guatemala. El pasado mes de marzo firmamos un acuerdo entre el gobierno y los trabajadores en forma de memorando de entendimiento, con puntos muy concretos. Se desplazó al país una misión tripartita en la que yo pude participar y observamos que se ha avanzado, pero sigue habiendo cuestiones sin solucionar. Veo que algunos ministros, en especial el de empleo y trabajo, realizan todos los esfuerzos posibles para sacar adelante las cosas. En determinadas instancias del Estado hay voluntad política, pero no en todas. Se han puesto en marcha investigaciones sobre los casos de trabajadores asesinados, pero de momento no se han obtenido verdaderos resultados. El Estado de Guatemala no ha adaptado su constitución y su legislación a las exigencias de la OIT. La misión solicitó al gobierno que fijase una hoja de ruta y un plazo de ejecución, cosa que se hizo después de los debates entre los sindicatos y el gobierno. ¡Es positivo! Naturalmente, examinaremos la aplicación de dicha hoja de ruta. También hemos dicho al gobierno de Guatemala, junto con los sindicatos del país, que el problema es la (insuficiente) inspección del trabajo y la falta de capacidad de los inspectores para imponer sanciones, lo que concede a las empresas la libertad de seguir vulnerando los derechos de los trabajadores sin ser sancionadas.

ACTRAV INFO: En esta reunión se ha debatido la cuestión de la migración internacional. ¿Cómo considera usted que podría contribuir la OIT a evitar tragedias, como la de Lampedusa, que afectan especialmente a los trabajadores?

Luc Cortebeeck:
Pienso que estas tragedias nos demuestran que en todo el mundo, y en particular en Europa, existen problemas vinculados a la migración internacional por distintas razones.

En primer lugar, hay razones políticas y económicas en algunos países donde la gente carece de recursos suficientes para vivir o donde no tienen los mismo derechos que los demás. Asimismo, hay elementos técnicos y demográficos que explican la migración internacional de los trabajadores.

Se calcula que en el mundo hay unos 232 millones de migrantes, cifra que sigue aumentando. Opino que lo que hay que hacer es esforzarse para encontrar soluciones junto con los ministros de empleo y de trabajo de todos los países, como ha hecho la ONU hace unas semanas. Primero porque los países necesitan la migración y entonces surge la siguiente pregunta: ¿cómo conciliar la necesidad de mano de obra con los derechos fundamentales de los trabajadores migrantes? Muchos migrantes trabajan en condiciones precarias (en negro, en el sector informal), y no gozan de reconocimiento. Carecen de los mismos derechos que los demás trabajadores.

Por lo tanto, sí, hay que tomar medidas relativas al mercado de trabajo, pero también acerca de los derechos en el trabajo. Y, en este caso, los países de Europa y Europa en conjunto deben encontrar soluciones junto con la ONU. No es nada fácil, pero hay que buscar las soluciones en ese contexto. Y ello no puede hacerse sin los interlocutores sociales, quienes tienen una función que desempeñar en este debate.