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¿Es un ranking una herramienta útil para orientar la política previsional?

Los índices y rankings internacionales en materia de pensiones presentan generalmente limitaciones importantes, que podrían acotar o restringir tanto el debate sobre las reformas de pensiones como la implementación de políticas públicas en la materia, destaca Guillermo Montt, Especialista en Protección Social de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, en esta nueva entrega de la serie: “Reflexiones sobre el Trabajo”.

Opinión | 26 de febrero de 2021
Por Guillermo Montt, Especialista en Protección Social, OIT Cono Sur.

Índices y rankings internacionales que comparan sistemas de pensiones y jubilaciones reciben particular atención en países donde se están discutiendo reformas en la materia. En América Latina, por ejemplo, Chile, Colombia, México y Uruguay están avanzando en reformas a sus sistemas previsionales y estos rankings a menudo son mencionados en el debate público, pudiendo afectar cómo se discuten las prioridades de los sistemas de pensiones y los ejemplos usados para guiar la conversación.

En general, los rankings internacionales buscan simplificar sistemas complejos para identificar buenas prácticas y guiar el debate como es el caso en educación o clima empresarial, entre otros. Sin embargo, algunos de estos índices han sido criticados por sobresimplificar los sistemas que están evaluando, por priorizar unos objetivos por sobre otros, por suponer un modelo del fenómeno que no se ajusta necesariamente a la realidad, por no capturar adecuadamente la relación con su contexto o por utilizarse sus resultados para interpretar fenómenos que van más allá de su ámbito directo de aplicación.

En esta línea, el Mercer CFA Global Pension Index (MCGPI) supone un modelo y funciones de los sistemas de pensiones midiendo exclusivamente su sostenibilidad, adecuación e integridad. En este sentido, no contempla principios importantes como la universalidad, la cobertura, la no discriminación, la equidad de género o la solidaridad. Por las preguntas que incluye y la ponderación que cada una recibe, subyace en el índice un modelo de pensiones con un fuerte componente privado de capitalización individual que puede no necesariamente ajustarse a las necesidades y preferencias de una sociedad o país en particular.

Al ignorar variables contextuales relevantes, como el mercado laboral y el sistema tributario, puede motivar la implementación de políticas que serían efectivas en algunos países, pero no para otros que enfrentan mayor espacio para aumentar las cotizaciones con cargo al empleador, un mercado laboral con alta informalidad o estructuras tributarias relativamente menos progresivas.

Al respecto, la OIT indica que los sistemas de pensiones deben alcanzar objetivos y guiarse por los principios de las Normas Internacionales del Trabajo. Estos principios deben estar considerados en los índices que se utilicen para su medición, pues estos sistemas no son independientes de su contexto demográfico, económico, laboral, tributario y social. Éstos elementos afectan directamente la implementación de las políticas adoptadas y la construcción de un sistema de seguridad social que avance a una distribución más equitativa de los riesgos y que permita asegurar ingresos dignos en la vejez.