Discurso de Virgilio Levaggi durante la presentación del estudio "Nicaragüenses en el Norte: Condiciones laborales y prácticas de contratación de hombres y mujeres migrantes en la Región Huetar Norte".

Declaración | San José, Costa Rica | 27 de noviembre de 2013
La presentación de este estudio pone en evidencia la riqueza de la Agenda de Trabajo Decente que enarbola la OIT. En el tema que nos ocupa se estima en 232 millones la población de migrantes a nivel mundial y está aumentando.

Como lo señalara recientemente el Director General de la OIT: “La mayoría de los migrantes no dejan su país de origen por elección sino por necesidad. La falta de oportunidades de empleos decentes e ingresos dignos es por lo general lo que impulsa a las personas a migrar. Lamentablemente, con demasiada frecuencia esta travesía se emprende en condiciones desesperadas y peligrosas; y cuando llegan a su nuevo destino, o hasta cuando regresan a su país de origen, son vulnerables a la discriminación. Las mujeres, los trabajadores jóvenes y las personas poco cualificadas y en situación irregular son especialmente vulnerables a la explotación. No es insólito que a los trabajadores migrantes les sean negados sus derechos fundamentales en el trabajo (…). En el peor de los casos, pueden ser víctimas del trabajo forzoso y de la trata de seres humanos. Sin embargo, los trabajadores migrantes desempeñan un papel fundamental en la economía. Compran bienes y servicios, pagan impuestos y establecen pequeñas empresas que crean empleo. Además, envían dinero a sus hogares - más de 400.000 millones de dólares enviados a las economías en desarrollo en 2012 - que beneficia a sus familias y comunidades”.

1. Todos los trabajadores, con independencia de su status migratorio, tienen derecho a ejercer sus derechos humanos, incluyendo los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Diferentes declaraciones de la Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo así como la Declaración de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas de 2005 recogen este principio en nuestro Continente y hay sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que lo ratifican.

La concreción de estos planteamientos internacionales no sobreviene de forma automática a la suscripción de los mismos, sino que es a nivel nacional donde éstos cobran vida mediante la construcción e implementación de políticas migratorias laborales, centradas en el ser humano y sensibles al género.

Dado la creciente feminización de la migración laboral, es necesario reforzar las capacidades de los constituyentes de la OIT para introducir o reforzar el enfoque de género en las políticas migratorias laborales.

2. La OIT -en el marco de su Proyecto Políticas de Migración Sensibles al Género, financiado por la Unión Europea, y en colaboración con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social- se ha propuesto caracterizar el trabajo desarrollado por migrantes, principalmente nicaragüenses, en una zona con importantes niveles de actividad agrícola y gran dinamismo económico. Sus resultados dejan ver su importante contribución al desarrollo nacional y local que trasciende lo económico.

Los hallazgos de esta investigación dejan ver, así mismo, algunos contrastes entre los estándares normativos internacionales y nacionales en materia laboral y la realidad local. Se ha querido contribuir a identificar desafíos y propuestas para combatir la precarización del trabajo realizado por migrantes. Se trata de un análisis técnico, que subraya ámbitos de urgente intervención, en la cual resultará insuficiente la sola intervención Estatal.

El análisis de los aspectos migratorios y laborales conlleva la interacción proactiva de diversas instituciones públicas, pero también de las partes centrales en toda relación laboral: patronos y trabajadores. Los Convenios de la OIT relativos al trabajo de las personas migrantes, así como el Marco Multilateral de la OIT para las Migraciones Laborales, son precisos al sostener que es mediante la consulta intersectorial y la consideración de las distintas posiciones, que las decisiones políticas en este campo adquieren mayor legitimación, a la vez que garantiza una ejecución más exitosa y el allanamiento de la conflictividad social. El diálogo social abre la vía para que la gobernabilidad democrática se fortalezca.

3. Desde un enfoque de trabajo decente aplicado a la migración laboral, cobra especial relevancia la consideración de la categoría del trabajo temporal, de alta presencia en la Región Huetar Norte. Se trata de un tipo de trabajo con una intrínseca movilidad laboral que no tiene por qué ser sinónimo de informalidad; constituye una ocupación que se prolonga hasta que finalice la cosecha, pero que no tiene por qué implicar ausencia de libertad sindical; es un trabajo que induce a cambiar de empleador con cierta frecuencia, pero esta situación no tiene por qué producir perjuicios a quien lo lleva cabo.

De acuerdo con el propio dicho de mujeres y hombres migrantes entrevistados para este estudio, la urgencia por encontrar un trabajo, priman ante la tramitación de los permisos laborales. Los desplazamientos, la duración y los costos que implican los trámites, son aspectos que desalientan la regulación del estatus migratorio, con el consiguiente perjuicio para los migrantes, pero también para la sociedad. Son aspectos también, sobre los que debe prestarse verdadera atención porque, se ha demostrado ya, que la irregularidad migratoria está ligada a la precarización del trabajo.

Señalan los Convenios de la OIT que es preciso reconocer la responsabilidad de quienes contratan a trabajadores y trabajadoras sin cumplir los requisitos de ley, y llaman la atención sobre la necesidad de la regularización migratoria, como una forma de tener un mayor acceso a los servicios y beneficios sociales y de combatir la precarización laboral y otras prácticas discriminatorias.

Podemos afirmar que las áreas de intervención crítica se encuentran demarcadas. El estudio que se presenta, plantea propuestas viables para una zona geográfica específica, para cuya implementación y discusión estratégica, se requiere voluntad política en un contexto de diálogo social. Es preciso diferenciar intervenciones por ocupación y por género, por ejemplo. No puede utilizarse la misma estrategia para el trabajo doméstico que para el trabajo en las plantaciones de piña.

4. No quiero dejar de destacar la aprobación por la Asamblea Legislativa Costarricense del Convenio núm. 189 de la OIT. Esta norma internacional sobre trabajadoras y trabajadores domésticos forma parte del cúmulo de herramientas con que se cuenta para convertir el trabajo de muchas mujeres y hombres, en trabajo decente. Es preciso recordar que este Convenio contiene normas específicas para trabajadoras y trabajadores migrantes, cuya aplicación requiere todavía de importantes esfuerzos.

Para echar a andar un proceso para lograr una migración laboral decente se requiere de alianzas interinstitucionales e intersectoriales pues no es una tarea que recae exclusivamente en las autoridades migratorias o en las autoridades de trabajo. La participación de otros sectores es necesaria, especialmente de la sociedad civil.