88.a reunión, 30 de mayo - 15 de junio de 2000 Reunión especial de alto nivel sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo, 8 de junio |
Plataforma de Acción sobre el VIH y el SIDA en el contexto del mundo del trabajo en Africa
Resolución
sobre el VIH y el SIDA en el contexto
del mundo del trabajo en Africa
La novena Reunión Regional Africana de la Organización Internacional del Trabajo,
Habiendo examinado la cuestión del VIH y el SIDA en el contexto del mundo del trabajo en Africa,
Tomando nota de la Plataforma de Acción adoptada por el Seminario regional tripartito de la OIT (Windhoek, Namibia, 11-13 de octubre de 1999);
Invita al Consejo de Administración de la OIT a:
i) proporcione, de ser posible, los conocimientos especializados y la asistencia técnica necesarios para ayudar a los Estados Miembros a poner en práctica la Plataforma de Acción;
ii) refuerce la colaboración y la cooperación con las organizaciones internacionales correspondientes, en particular el ONUSIDA, y los organismos bilaterales y multilaterales, con miras a reforzar la acción nacional contra el VIH y el SIDA en el contexto del mundo del trabajo.
Plataforma de Acción sobre el VIH y el SIDA en el contexto del mundo del trabajo en Africa
El SIDA amenaza a cada hombre, a cada mujer y a cada niño que vive en Africa actualmente. La pandemia representa para el mundo del trabajo, así como en el plano social, el reto humanitario más grave de nuestra era. Desde su aparición, hace 20 años, Africa paga un tributo catastrófico al VIH y al SIDA que diezman su población, destruyen la trama social de sus sociedades y amenazan sus economías nacionales. Esta patología debilitante provoca una mortalidad en gran escala y de manera indiscriminada; causa el deterioro de la calidad y la esperanza de vida, y hace peligrar los logros adquiridos a gran costo por los países de Africa, por último, hasta el porvenir del continente.
El SIDA se ha convertido rápidamente en el peligro más grande que por sí sólo amenaza gravemente el progreso económico y social en Africa en la actualidad. El costo real de la pandemia es prácticamente incalculable. Su impacto es agravado por las prácticas culturales y un contexto económico, político y social que se caracteriza por una base económica frágil, un índice de desempleo muy alto y una pobreza extrema. A todas estas características se añaden los efectos perjudiciales de los programas de ajuste estructural que contribuyen aún más a socavar las capacidades de competitividad potenciales de Africa en los mercados mundiales.
La pandemia se ha manifestado en el mundo del trabajo (que está dentro del mandato de la OIT) en las formas siguientes: discriminación en el empleo, exclusión social de las personas seropositivas, agravación de la desigualdad en materia de género, aumento del número de huérfanos a causa del SIDA y el recrudecimiento del trabajo infantil. Sus efectos se han hecho sentir en el sector no estructurado y en las pequeñas y medianas empresas perturbando su rendimiento, en la productividad que de manera general ha disminuido, en los recursos humanos que han sido afectados, en los sistemas de seguridad social que han sido cuestionados y en la seguridad y salud en el trabajo, en particular en ciertos grupos que corren el mayor riesgo de contraer la enfermedad, como los trabajadores migrantes y sus colectividades, en el personal de los servicios de salud y los trabajadores del sector de los transportes.
Evidentemente el SIDA no es más únicamente un problema de salud. Provoca una verdadera crisis de desarrollo con consecuencias potencialmente temibles para Africa y el mundo. A pesar de la urgencia, sigue prevaleciendo una actitud de silencio, miedo y negación de la realidad que impide toda acción eficaz. El oprobio y el miedo engendrados por el SIDA fomentan la discriminación, la persecución y la ignorancia. Sin embargo, es posible luchar contra la propagación del SIDA mediante acciones de prevención. Oponiendo al SIDA una estrategia multidimensional, es posible frenar su propagación y proteger aquellos que viven con esta enfermedad y sus consecuencias. A falta de un tratamiento curativo, hay que fabricar una «vacuna social» compuesta de elementos tales como la inserción del enfermo en la sociedad, la seguridad de los ingresos y del empleo, la seguridad social y la solidaridad. Deseosos de ver surgir una toma de conciencia, acciones y compromisos, los participantes de 20 países de Africa, reunidos en Windhoek del 11 al 13 de octubre de 1999 en delegaciones tripartitas, adoptan la Plataforma de Acción que figura a continuación para enfrentar esta situación de crisis en los lugares de trabajo y en las colectividades así como en el plano regional, nacional e internacional.
Los participantes invitan a todos los gobiernos africanos a declarar catástrofe nacional el VIH/SIDA y a subrayar el carácter de extrema urgencia de una situación que exige atención inmediata y la movilización de todos los recursos.
Los participantes acordaron agrupar los principios generales que figuran a continuación en un texto que orientará la formulación de los futuros programas y políticas:
Los participantes acordaron que, mientras se esperaba la creación de una vacuna médica, su objetivo debería ser la aplicación de una «vacuna social» con un objetivo de prevención y protección. Esta vacuna tendría elementos tales como la inserción en la sociedad, la seguridad de los ingresos y del empleo, la seguridad social, la solidaridad y la utilización más eficiente de los tratamientos.
Para lograr estos objetivos, las acciones puestas en práctica con el firme apoyo y el compromiso de los dirigentes políticos y religiosos, de los jefes tradicionales y de las comunidades de Africa deberían centrarse en :
Para preparar una respuesta efectiva a la crisis engendrada por el VIH/SIDA y tomar en cuenta los múltiples aspectos de sus consecuencias, es necesario crear rápidamente en el plano nacional asociaciones entre los principales interlocutores: gobiernos, organizaciones de trabajadores y de empleadores, ONG y otros grupos que pertenecen a la sociedad civil, incluidos los jefes religiosos y tradicionales. Asimismo, deberían establecerse asociaciones entre organizaciones bilaterales y multilaterales así como con organizaciones regionales y las instituciones de las Naciones Unidas en ámbitos tales como, la planificación, la recopilación, la difusión y el intercambio de informaciones sobre las buenas prácticas con miras a garantizar la sinergia y la coordinación de todos los programas.
La OIT debería reforzar todas sus actividades de lucha contra el VIH y el SIDA en la región mediante una mejor información, acciones enérgicas de sensibilización y la ampliación de los servicios que presta. La estructura tripartita de la OIT proporciona un mecanismo único que permite intensificar las estrategias para reaccionar contra el VIH y el SIDA.
VII. Llamamiento para una acción inmediata
Las acciones llevadas a cabo en el marco de la lucha contra el VIH y el SIDA son en primer lugar responsabilidad de los países. La amplitud y la naturaleza excepcional del problema exigen medidas excepcionales. Por consiguiente, se exhorta a los Estados Miembros a adoptar y a poner en práctica esta Plataforma de Acción en forma urgente, inmediata y continua.
Puesto al día por HK. Aprobada por RH. Ultima actualización: 2 de junio de 2000.