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GB.268/7/3
268.a reunión
Ginebra, marzo de 1997
 

SEPTIMO PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

Informes de la Comisión de Programa,
Presupuesto y Administración

Tercer informe(1)

Indice

Propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999:

Párrafos de introducción


Tercer informe

1. La Comisión de Programa, Presupuesto y Administración del Consejo de Administración se reunió del 11 al 13 de marzo y el 21 de marzo de 1997, bajo la presidencia del Sr. J. Arrate Mac Niven, Presidente del Consejo de Administración, asistido por el Sr. J.-J. Oechslin y el Sr. W. Brett, Vicepresidentes empleador y trabajador respectivamente, del Consejo de Administración. El Sr. Gray (portavoz de los trabajadores) actuó como Ponente.

Propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999
(Sexto punto del orden del día)

2. La Comisión tuvo ante sí las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999, presentadas por el Director General(2), que comprendían un prefacio del Director General; una introducción; cuadros sinópticos con las propuestas de presupuesto de gastos por programas principales (en dólares de Estados Unidos) y la estimación del presupuesto ordinario de gastos y un análisis de los incrementos y disminuciones por programas principales; el proyecto de presupuesto de gastos e ingresos; las descripciones y estimaciones de cada programa principal, y cierto número de anexos informativos.

3. El Director General presentó sus propuestas, abriendo así la discusión de la Comisión. Su declaración se reproduce en el anexo I.

4. Tras una pausa, la Comisión dio comienzo a su discusión de las propuestas de Programa y Presupuesto.

Discusión general de las propuestas de Programa y Presupuesto

5. El Sr. Oechslin, hablando en nombre de los miembros empleadores, declaró que hay dos maneras de abordar esta discusión presupuestaria. Una de ellas consiste en concentrarse en los totales del presupuesto, que suponían ciertamente una carga para los Estados Miembros. Este enfoque era el que solían tener los gobiernos, y los empleadores esperaban siempre con mucha atención sus intervenciones en este plano, pidiéndoles que tengan en cuenta todos los factores, comprendidas las facilidades que un tipo de cambio más favorable aportaría a los problemas de recursos presupuestarios de la Organización. Los empleadores no esperaban un entusiasmo general de los gobiernos por un aumento sustancial del presupuesto, pero consideraban que convenía establecer una distinción entre la reducción de los gastos que no afectan a la estructura general de los programas y la reducción de los recursos que no pueden tener otro efecto que una reestructuración de los programas. En la eventualidad de tales reducciones, los empleadores pedían a los representantes gubernamentales que tratasen de ayudarlos a encontrar las actividades que puedan revestir menos prioridad, y ponen de relieve que tal operación no podría efectuarse más que a consecuencia de una decisión política del conjunto del Consejo de Administración. Por su parte, los empleadores no dejaban de reconocer la importancia de estos problemas financieros y generales, pero estimaban que sus responsabilidades se referían a la adecuación de las actividades propuestas en relación con las demandas habían formulado los miembros del Consejo de Administración en el curso de las discusiones preliminares, en particular por su Grupo, así como sobre los medios que se ofrecen para resolver los problemas que se plantean.

6. Respecto a la orientación general de los programas, los empleadores felicitaban al Director General por la presentación de sus propuestas, que tenían un carácter innovador. Advertían que el Director General, con gran habilidad, había presentado las actividades que proponía en cierto número de cuadros, pero consideran que un examen del contenido de estos cuadros, seguía siendo necesario. En relación con el título "Apoyo a la democracia", los empleadores se preguntaban si su contenido respondía realmente a esta etiqueta. En él se habían introducido los derechos fundamentales de los trabajadores, las relaciones laborales y el desarrollo de las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Sin embargo, no convenía que el título "Democracia" hiciera pensar en unas actividades de carácter político, que no formaban parte del mandato de la OIT.

7. Los empleadores habían advertido que en numerosos puntos de este documento existía una cierta filosofía del consenso, considerado como una necesidad para tal o cual reforma. Por su parte, consideraban que el consenso constituía un objetivo deseable, pero era evidente que la vida social estaba hecha de conflictos y que el problema de los actores de la vida social es precisamente resolver esos conflictos. Para los empleadores, sería lamentable que el consenso se convirtiese en un medio de bloquear las necesarias decisiones y recuerdan que la democracia, en el sentido más corriente del término, es un sistema que se basa no en el consenso sino en la mayoría.

8. Los empleadores daban gran importancia a uno de los componentes del programa, que es el formado por los derechos fundamentales de los trabajadores dentro de la perspectiva del seguimiento de la Cumbre de Copenhague y de la Conferencia de Singapur. Habida cuenta de que los medios para fortalecer las actividades de la OIT sobre los derechos fundamentales de los trabajadores se debatirían en la próxima reunión de la Comisión de Cuestiones Jurídicas y Normas Internacionales del Trabajo, el orador no se proponía abordar ahora esta cuestión, pero sí manifestar una preocupación de los empleadores. La OIT había reunido bajo el título de "Derechos fundamentales de los trabajadores" los principios enunciados en siete convenios fundamentales, en relación con los cuales se contemplan unos medios de acción especiales. Los empleadores estimaban que convenía utilizar el máximo rigor cuando se habla de los derechos fundamentales de los trabajadores y que no convenía asociarles -- como hace el documento en varias ocasiones -- unos convenios que tienen, ciertamente, su importancia pero que de momento no habían sido integrados en este concepto, como los convenios sobre los trabajadores migrantes y los pueblos indígenas, que no se referían a los derechos fundamentales de los trabajadores tal como habían sido definidos por la OIT. Por ello, los empleadores piden al Director General y a sus colaboradores que fuesen lo más rigurosos posible en el empleo de esos términos.

9. Los empleadores daban su apoyo total a las orientaciones sobre la renovación de las acción normativa que, según ellos, debe ser verdaderamente uno de los puntos fundamentales de la acción y de la reflexión de la Organización en el curso de este período bienal. Apoyaban también por completo las orientaciones relativas a la lucha contra el trabajo infantil, que entraban ciertamente en el campo de la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores, y el Grupo de los Empleadores estaba muy comprometido en este terreno, cualquiera que fuese el sector de actividad de la OIT en el que se hubiese inscrito.

10. En este programa, había un título que trata de asistencia a las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Este era también un sector al que los empleadores conceden la mayor importancia. Los servicios responsables de estas actividades en la Oficina debían disponer de los medios necesarios, y los empleadores constataban la persistencia de un grave desequilibrio entre los medios disponibles por los servicios responsables de apoyo a las actividades de las organizaciones de trabajadores y los que se refieren al apoyo a las organizaciones de empleadores. La función de los responsables de estas últimas no era solamente, como ocurría en un pasado ya lejano, una actividad de relaciones ni siquiera una actividad de cooperación técnica (que es en lo que se está convirtiendo cada vez) sino también un medio de integrar cada vez más las preocupaciones de los empleadores en las actividades de la Oficina.

11. Respecto al fomento del empleo y a la lucha contra la pobreza por medio de la generación de empleo, los empleadores pensaban que se trataba de un ámbito prioritario. Constatan que un 63,49 por ciento de los recursos exteriores eran asignados a este programa. Esto mostraba que las contribuciones exteriores no llegaban más que si existían demandas concretas, y que los Estados Miembros manifestaban un interés muy grande por este tipo de programas.

12. En las discusiones preliminares sobre las propuestas de Programa y Presupuesto, los empleadores habían concedido una prioridad principal al problema de las empresas generadoras de empleo. Habían dicho que no sólo ésta era su prioridad sino que su actitud ante el presupuesto dependería del lugar que se le concediese. Al examinar los programas 60 y 65 para saber si aportan una respuesta a la petición que habían hecho de un programa coherente e integrado de las empresas generadoras de empleo, los empleadores no tienen más remedio que expresar una opinión matizada. Esta dimensión de la actividad de la OIT no figura en los cuatro grandes retos mencionados por el Director General para el bienio, tampoco no se puede considerar que la referencia a la Cumbre de Copenhague la incluye, y es cierto que el Programa y Presupuesto contiene muchos programas de acción ambiciosos e interesantes, que se refieren a este dominio, especialmente el Programa de Acción sobre el Desarrollo de las Pequeñas y Medianas Empresas para la creación de empleo. Los empleadores felicitan a la Oficina por la creación de este programa de acción. Tratarán de encontrar la manera de ayudar a su aplicación, pero están preocupados porque el departamento responsable de este programa, y de algunos otros, no ha recibido prácticamente nuevos medios de acción. Siempre se puede acudir a los recursos exteriores, pero este es un mercado en el que hay una gran competencia y los donantes son difíciles de convencer sin una aportación inicial. Los empleadores querían también que este programa se integre en las demás actividades de la OIT, que deben tener en cuenta las necesidades de las empresas; pero no siempre es así, como ocurre en el programa relativo a la seguridad social, sobre el que el orador insistirá más adelante.

13. El orador pasa a continuación a los medios de realizar estos programas. El principal medio del que dispone la Organización y sin el cual nada puede hacerse es, por supuesto, el personal. El Director General habla con frecuencia de centro de excelencia. Tanto si ese "centro de excelencia" es un objetivo como si constituye ya una realidad -- o un poco las dos cosas -- los empleadores estiman que el conjunto del programa depende de la calidad profesional de los hombres y mujeres que trabajan en ellos, y que la experiencia de los especialistas exteriores constituye una aportación de la mayor importancia. Por ello, es necesario que la OIT salga cada vez más de su torre de marfil y que atraiga lo más posible a las personas calificadas del exterior, sobre todo en una situación de limitaciones presupuestarias que reducen mucho las posibilidades de contratar personal nuevo. Esta es razón de más para mostrarse selectivo y para que esta contratación se base enteramente en la calidad. Según los empleadores, los procedimientos de selección que existen en el interior de la Oficina no facilitan estas opciones. Para ellos, es fundamental que el procedimiento de selección dentro de la Oficina sea más abierto, de manera que la única consideración que se tenga en cuenta sea la calidad del personal.

14. En cuanto a la adecuación de los programas a las realidades, los empleadores consideran que la Oficina tiene un procedimiento de control contable de los gastos que funciona bien. Lo que falta es un control de la eficacia de las actividades, no a nivel de gasto sino a nivel de resultados, es decir en relación con el resultado de los programas. Es evidente que, en el campo de las actividades de la OIT no es fácil medir cuantitativamente los resultados como si la Organización fuese una empresa de producción, en la que se pueda hacer un análisis de las ventas. Pero hay que encontrar los medios para llevar a cabo un análisis del impacto de los programas de la OIT en el plano de la realidad sobre el terreno. La dificultad de tal análisis se explica por el gran número de programas y por la imposibilidad de evaluar el impacto que tiene cada uno de ellos. Pero los empleadores piensan que es posible encontrar una técnica de sondeo para examinar el efecto de tal o cual programa, especialmente evaluando el número de nuevas empresas creadas o la mejora del nivel de protección de los trabajadores gracias a una actividad de seguridad y salud.

15. Según los empleadores, el análisis del impacto de los programas puede efectuarse, en primer lugar, haciendo que la Comisión de Cooperación Técnica del Consejo de Administración sea más operativa y que contemple menos la totalidad de los problemas, concentrándose en algunos objetivos bien escogidos y escogiendo, no los mejores resultados, sino más bien los menos buenos, de manera que el Consejo tenga una idea casi física de lo que ha ocurrido en la aplicación de un proyecto. Además, este análisis tiene que apoyarse en otro método que se ha propuesto en diversos programas, que es el método de los estudios por país. Estos estudios son un medio para la Oficina de concentrarse en una situación determinada. Se han mencionado en el ámbito de los derechos fundamentales y en el del empleo, y los trabajadores consideran que este método es realmente fecundo y que permitirá, en casos concretos, estimar el efecto de una ratificación de los convenios o de un programa de cooperación.

16. Siempre en esta perspectiva, los empleadores consideran que la OIT tiene que estar cada vez más cercana a sus mandantes. Opinan que, en conjunto, la experiencia de los equipos multidisciplinarios ha sido satisfactoria, con resultados desiguales, como ocurre en toda empresa humana. La experiencia es también satisfactoria en relación con la función de los consejeros empleadores de estos equipos, pero la participación de los consejeros no sólo en sus propios programas sino también en la gestión común de los programas es una buena cosa. Sin embargo, tal vez les absorbe demasiado tiempo y había que encontrar un equilibrio a ese respecto. Las actividades sectoriales son de gran importancia para los empleadores, puesto que permiten que la OIT se acerque a la realidad. Los empleadores piensan que las reuniones no constituyen fines en sí mismas y que hay que guardar el contacto con la realidad de los ramos industriales, puesto que por ellos pasa toda la vida industrial.

17. Para concluir, el orador desea mencionar un medio recientemente experimentado para poner a la Organización en contacto con el mundo exterior, que es la creación de los foros. Ha habido un Foro empresarial, del que se ha hablado mucho, y se han previsto otros dos foros en las propuestas de Programa y Presupuesto. Los empleadores estiman que la idea de salir del tradicional marco de acción de la Organización es buena, y que se presta a solucionar a la vez los problemas de la empresa y de los demás problemas.

18. El Sr. Gray, hablando en nombre de los miembros trabajadores, advirtió que las propuestas que la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración tiene ante sí ya habían sido objeto de dos consultas preliminares, y que tanto la presentación como la mayor parte de su contenido tenían un gran parecido con el Programa y Presupuesto que se había adoptado hace dos años. Aunque el Director General había optado por situar sus propuestas en el marco de la actual reforma, para los miembros trabajadores la impresión dominante era la continuidad. La reestructuración que se había emprendido en Ginebra era pequeña, y la propuesta más significativa y positiva que había hecho el Director General en noviembre pasado, sobre las actividades empresariales, había desaparecido completamente del documento final. Habían quedado sobre la mesa cambios importantes en relación con las estructuras exteriores, que los trabajadores podrían aprobar completamente, pero también habían sido rebajadas en comparación con lo que se dijo en noviembre pasado.

19. Sin embargo, el Director General había hablado de una innovación revolucionaria, aunque sólo fuese respecto a las aplicaciones de la tecnología de la información. Para los trabajadores, la propuesta que resultaba realmente revolucionaria era el volumen del presupuesto, que no por inesperado era menos bienvenido. Los trabajadores habían apoyado ya los nuevos procedimientos que habían conducido al presente debate, y muy en particular al debate especial del pasado noviembre. Aunque se había conseguido ya un considerable consenso, los miembros trabajadores no podían aceptar que esto significase que todo había sido ya acordado, y que la presente discusión fuese o bien puramente decorativa o bien de importancia marginal. Por el contrario, podría y debería marcar una diferencia, y este comentario se hacía con un vivo recuerdo de la dolorosa experiencia de los bienios anteriores. Los trabajadores tenían dificultades graves en relación con algunos aspectos de las propuestas, pero también aportaban sugerencias concretas para hacerles frente, y esperaban que fuesen seriamente consideradas.

20. Los miembros trabajadores no tenían dificultad alguna con los tres objetivos principales que señala el Director General (apoyo a la democracia y los derechos fundamentales de los trabajadores, fomento del empleo y lucha contra la pobreza, y protección de las personas que trabajan) que, de hecho, eran los mismos objetivos que se habían fijado para el presente bienio. Tampoco había desacuerdo sobre las tres orientaciones estratégicas que se determinan (que la OIT sea un centro de excelencia, que constituya el punto central para los derechos de los trabajadores y que sea una organización que ofrezca servicios a sus mandantes). Pensaba que en estos puntos ya se había manifestado un consenso. Sin embargo, tenían dificultades graves en relación con la desproporción entre las actividades que se proponían para la prosecución de cada uno de los objetivos principales, y esto se agravaba aún más por el desequilibrio flagrante en favor de las actividades dedicadas a uno de estos objetivos, el fomento del empleo y la lucha contra la pobreza. Las cifras facilitadas por la Oficina ilustraban este punto. De los recursos que la OIT estimaba que habían sido asignados a los tres objetivos principales, un 41 por ciento había sido asignado al fomento del empleo, con un 32 por ciento que había ido al apoyo a la democracia y a los derechos humanos, mientras que sólo un 27 por ciento se había asignado a la protección de los trabajadores. Estas cifras hablaban por sí solas, pero aún se hacían más significativas si se tomaban en cuenta las estimaciones de las asignaciones extrapresupuestarias. Los programas principales 65, 60 y 125 eran, por este orden, los tres principales receptores de recursos, y ellos solos disponían de un 60 por ciento de los ingresos previstos. En este estadio, el objetivo principal de fomento del empleo dejaba de ser un destacado primero entre iguales para alcanzar un predominio abrumador. Del total aproximado de 519 millones de dólares de Estados Unidos, un 49 por ciento se dedicaba al fomento del empleo, lo que equivalía a más del doble de lo que se asignaba tanto al apoyo a la democracia y los derechos humanos como a la protección de los trabajadores. Los miembros trabajadores eran conscientes de que esta situación no era del todo nueva. Hace dos años, el Director General había dicho ya que atribuía la máxima prioridad al empleo, considerando que éste era un denominador común, en el debate que la Conferencia dedicó al futuro de la Organización, con motivo del 75.o aniversario. Los trabajadores no tenían intención de oponerse al objetivo principal de fomento del empleo, pero este objetivo no debería perseguirse en detrimento o con exclusión de los demás objetivos, y había razones para temer que ésa fuera precisamente la dirección por la que fuese la OIT. Además, los puntos de vista de los miembros trabajadores a ese respecto estaban estrechamente vinculados a sus graves preocupaciones sobre la manera en que ese objetivo del empleo había sido perseguido.

21. Refiriéndose a la necesidad de un enfoque equilibrado del empleo, el Sr. Gray advertía que los trabajadores ya habían aceptado el valor de un planteamiento diversificado del fomento del empleo. Debería abarcar una acción política, tanto a nivel internacional como nacional y tanto a grande como a pequeña escala, así como incluir una política de empresa de la OIT, que fuese de carácter realmente tripartito. El problema de las propuestas del Director General era que rebajaban drásticamente los aspectos internacionales y a gran escala y se concentraban indebidamente en los demás ámbitos que, en efecto, también eran importantes pero que necesitaban ser tratados en un marco general bien equilibrado. Las propuestas insistían claramente en las numerosas actividades dedicadas a las empresas, que habían hecho pocos esfuerzos para reconocer las preocupaciones de los trabajadores o integrarse en una perspectiva tripartita. Ese era un terreno en el que la OIT estaba retrocediendo con bastante rapidez. En esta introducción, el Director General dice que la OIT ha procedido a una reorientación de su estrategia para de esta forma poder subrayar la importancia que hay que conceder a las dimensiones sociales de estas cuestiones, en relación con la mundialización, y que al hacerlo así "no hay duda de que la Organización ha logrado que se oiga su voz, y por ello ha reforzado su pertinencia". Los miembros trabajadores estaban, en gran medida, de acuerdo con esta evaluación de los logros pasados. Sin embargo, más bien que construir sobre lo que había sido ya logrado, en este terreno, las propuestas parecían reflejar un sentimiento de que ya se había hecho bastante y de que había llegado el momento de que la OIT pasase a otras cuestiones. Algunas de estas opciones, parecían ser "seguras", pero difícilmente iban a contribuir a la visibilidad, permanencia e influencia de la OIT en las cuestiones políticas internacionales relativas al empleo. La OIT no debería abandonar el terreno que ya había conquistado en este campo, particularmente en relación con los procesos relacionados con la Cumbre de Copenhague.

22. Dos ejemplos concretos ilustraban el problema. Hace dos años, el Director General describió el objetivo del nuevo informe de la serie El empleo en el mundo, como que "se trata de dotar a la OIT de un nuevo instrumento en el que podrá basarse para debatir la política de empleo en los foros internacionales o nacionales y, en particular, con las instituciones de Bretton Woods y con la nueva Organización Mundial del Comercio". El Grupo de los Trabajadores pensaba que los primeros dos informes de la serie habían conseguido realmente este objetivo. En cambio, pretender que la elección de la "formación" para la tercera edición pudiese hacer lo mismo no tenía credibilidad suficiente. La formación era ciertamente una cuestión importante, a la que se prestaba una gran atención en las propuestas de Programa y Presupuesto, pero no estaba bien escogida como tema para el informe, y por lo tanto proponía que se escogiese otro tema; en las discusiones posteriores ya se harían propuestas más concretas.

23. El Director General señalaba sin duda la inclusión de un programa de acción sobre la mundialización en el programa 60 como prueba de que sus propuestas respondían a las preocupaciones del Grupo de los Trabajadores. Pero si se examinaba con cuidado, estaba muy claro que el Programa de Acción titulado "Mundialización, desarrollo de empresas de base local y empleo" (párrafo 60.18) no tenía de hecho nada que ver con la mundialización y que, en cambio, tenía mucha relación con el desarrollo de las empresas. No sólo estaba situado en un programa principal que no le correspondía sino que constituía un indicio más de que había poca sustancia en las propuestas sobre la mundialización y la política internacional de empleo, a pesar de la forma de su presentación. Por consiguiente, los miembros trabajadores insistían en que se hiciese un planteamiento más concreto y previsor de las relaciones con otras organizaciones internacionales, especialmente con las instituciones de Bretton Woods que el que reflejaban las propuestas del Director General. A ese respecto habría que tomar debida nota de la firma hace pocos meses de unos acuerdos de cooperación entre la OMC y el FMI, y entre la OMC y el Banco Mundial. Ahora, la OIT tenía que afirmar su papel o correr el riesgo de quedar marginada. Los miembros trabajadores no podían aceptar que las propuestas que la Comisión tenía ante sí en relación con el planteamiento de la OIT sobre las empresas constituyesen una política aceptable de la OIT en relación con la empresa. La primera y más evidente dificultad era el volumen relativo. Cuando se suman los recursos ordinarios y los recursos extrapresupuestarios, el programa principal 65, que es el núcleo (pero sólo el núcleo) de las actividades sobre las empresas, resulta ser el programa técnico sustantivo más grande, por delante del programa principal 60, y muy por delante del resto. El gasto en el desarrollo de empresas y cooperativas era el 282 por ciento del gasto hecho en normas. Si se añadían a ello los programas regionales, la diferencia sería probablemente mucho mayor. Este desequilibrio no se podía justificar. Tampoco había que olvidar que existía todo un programa principal independiente, el programa 85, que trataba específicamente de las empresas multinacionales y la política social. Por contraste con la situación del programa principal 65, los recursos destinados al mencionado programa eran menos que sustanciales y las actividades a que daban lugar eran del todo insuficientes. Los miembros trabajadores desafiaban al Director General (o a quien fuese) a explicar por qué en este período de mundialización acelerada, la OIT encontraba razonable o lógico gastar 50 veces más sobre el desarrollo de empresas y cooperativas que sobre empresas multinacionales y política social.

24. De los 16 programas de acción propuestos, tres quedaban comprendidos en el programa principal 65, y otros dos, cuyas actividades estaban claramente centradas en las empresas, estaban incluidos -- erróneamente a juicio de los miembros trabajadores -- en otros programas principales (núms. 60 y 90). No se justificaba que cinco de los 16 programas de acción estuviesen dedicados a las empresas, sobre todo habida cuenta de que otros programas de acción también guardaban relación con éstas. El descontento de los trabajadores al respecto era aún mayor si se consideraban las importantes e innovadoras propuestas que el Director General había presentado en su documento consultivo de noviembre. En esa oportunidad, propuso integrar el Servicio de Empresas Multinacionales (MULTI) en el Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas (ENTERPRISE), para formar un servicio distinto dotado de un nuevo mandato, nuevas funciones y nuevos medios de acción, con actividades mejoradas y ampliadas entre las que debía figurar su funcionamiento como centro de reflexión sobre el cometido social de las empresas. Estas propuestas fueron objeto de una acogida particularmente favorable por los miembros trabajadores, para quienes constituían un medio de introducir equilibrio y una perspectiva tripartita en el programa principal Desarrollo de empresas y cooperativas, y lograr así que éste se ocupara de las repercusiones sociales e internacionales de la actividad empresarial, que hasta ahora no había abordado. Por qué entonces se había descartado esta iniciativa? Uno de los motivos fue el traslado ilógico del programa de acción sobre iniciativas sociales de las empresas al programa principal Condiciones y medio ambiente de trabajo, en el que era obvio que estaba fuera de lugar. Esto puso de manifiesto un punto de vista según el cual el programa principal 65 debía ocuparse nada más que de cuestiones relativas a la capacidad empresarial, la gestión y el desarrollo de las empresas y la productividad. Acaso no cabía que las empresas atendiesen también materias sociales o las proyecciones internacionales de su actuación? La credibilidad de la OIT iba a salir menoscabada si adoptaba un planteamiento que, por motivos ideológicos, atribuía una importancia casi exclusiva a uno de los aspectos de la actividad empresarial que en modo alguno debería ser la preocupación primordial de la OIT, al tiempo que transformaba en tabú otras de sus facetas. Por todas estas razones, los miembros trabajadores preconizaban resueltamente la reestructuración del Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas (ENTERPRISE), basándose en las intenciones manifestadas por el Director General en noviembre pasado.

25. En cuanto a los programas de acción, aún no se había tenido la oportunidad de evaluar los programas en curso en el presente bienio, sin perjuicio de que, desde un punto de vista conceptual, hubiera que felicitarse de su realización. Una de las ventajas de estos programas consistía en que ofrecían a la PFA un real margen de maniobra para influir en el contenido del Programa y Presupuesto mediante la selección de un cierto número de programas de acción de entre una amplia lista de opciones. En tal proceso residía el interés del debate que tuvo lugar en noviembre. Sin embargo, los trabajadores no estaban satisfechos con el resultado de dicho proceso, pues consideraban que no se habían tomado debidamente en cuenta sus puntos de vista y sus preferencias, y tampoco les parecía aceptable la lista de 16 programas de acción establecida. Podían dar su asenso a 12 de los programas de acción propuestos, ya que a su juicio, y habida cuenta de las opiniones expresadas en noviembre, éstos no daban lugar a controversias. Se trataba, concretamente, de los siguientes: sistemas de información sobre el mercado de trabajo; participación tripartita y diálogo social sobre formación; inversiones sociales: la creación de empleos a través de instrumentos financieros innovadores; soluciones cooperativas para la negociación colectiva; contribución de las relaciones laborales a la integración económica regional; organización y gestión de la administración del trabajo; iniciativas sociales de las empresas; cultura de la seguridad; medidas contra las formas extremadas de trabajo infantil; marco de actuación para la reforma de las pensiones; estrategias para combatir la marginación y el desempleo de los jóvenes, y mejoramiento de la calidad del empleo de las mujeres. Partiendo del supuesto de que el número de programas de acción debía ser de 16, es decir, uno más que el máximo indicado en noviembre, quedaban por definir cuatro programas.

26. En noviembre de 1995 los miembros trabajadores habían dicho que apoyarían el programa de acción "Mundialización, desarrollo de empresas locales y empleo", pero sólo a condición de que se modificase para abordar en forma efectiva la cuestión de la mundialización y el traslado geográfico de empresas. Comentarios análogos se formularon en relación con el programa de acción "Mejoramiento de la productividad, la competitividad y los empleos de calidad en los países en desarrollo", con respecto al cual los trabajadores deseaban que se aplicase un enfoque más amplio. Estas sugerencias fueron ignoradas en ambos casos. De hecho, por lo que se refiere al segundo, se introdujeron modificaciones contrarias a las propuestas y desapareció la referencia a los países en desarrollo. Por razones obvias, las propuestas relativas al desarrollo de las pequeñas y medianas empresas como medio para fomentar el empleo no figuraban entre las prioridades de los miembros trabajadores. Consecuentemente, los trabajadores presentaron nuevamente las cinco propuestas alternativas sometidas en noviembre que, una vez más, no fueron admitidas. Se trataba de la promoción de los convenios sobre derechos humanos fundamentales; el establecimiento de acuerdos internacionales sobre la representación de los trabajadores en las empresas multinacionales; la participación tripartita en programas de ajuste estructural; nuevos métodos para prevenir el trato indebido y la discriminación contra los trabajadores migrantes, y las repercusiones sociales de la liberalización del comercio internacional.

27. Respecto al equilibrio de los programas prácticos entre la sede y las oficinas exteriores, los miembros trabajadores consideraban que las propuestas del Director General permitían proseguir el trasvase de recursos humanos y financieros desde Ginebra hacia las estructuras exteriores. El diagrama que figuraba a continuación del párrafo 90 de la introducción a las propuestas de Programa y Presupuesto mostraba claramente que de 1990 a 1999 la proporción de funcionarios que prestan servicios en Ginebra habrá disminuido de 70 a 59 por ciento. Un elemento central de este proceso era la propuesta encaminada a transferir el 20 por ciento de los recursos CTPO de la sede a los programas regionales. Ahora bien, tal medida planteaba algunas cuestiones. Se partía de la base de que, sin lugar a dudas, el traspaso de recursos desde Ginebra a las oficinas exteriores era una medida positiva. Pero, tenía el Director General una idea de hasta qué punto debía llevarse adelante tal transferencia? Cuál era la repartición ideal de recursos entre la sede y las oficinas exteriores? Tales cuestiones debían abordarse no sólo desde el punto de vista exclusivamente financiero, sino también en la perspectiva de optimizar la eficacia de la OIT en su conjunto. Los trabajadores habían insistido desde siempre en que la OIT no sólo debía ser un centro de excelencia técnica sino que, además, había que mantener en la sede de Ginebra un volumen mínimo de competencias profesionales y de recursos. Si no se contaba con un cerebro en pleno funcionamiento en Ginebra, no sería posible asegurar una actuación inteligente o coherente de las extremidades de la OIT en las regiones.

28. Otra preocupación a este respecto era que la sede debía seguir ejerciendo una autoridad, orientación y control adecuados sobre las actividades en el terreno. La idea de que la OIT debía funcionar como una organización de prestación de servicios en función de la demanda no exoneraba a la dirección de la OIT de su responsabilidad de garantizar que las prioridades, políticas y orientaciones definidas por los órganos políticos electivos de la Organización quedasen fielmente recogidas en las actividades que se llevan a cabo fuera de Ginebra. Era necesario que la OIT conservase una organización mundial única y armónica, y que no se convirtiese en una federación sin cohesión de 14 (y muy pronto 16) pequeñas OIT dispersas en todo el mundo. Mantener tal unidad exigía que los equipos multidisciplinarios buscasen la orientación de Ginebra cada vez que lo necesitasen, y que Ginebra tuviese la capacidad de atender adecuadamente tales necesidades. Para lograr esta interacción era imprescindible también hacer efectivos los vínculos entre la cooperación técnica y las normas, sobre los que se fundamentaba la política de asociación activa. Estos propósitos reflejaban la importancia que los miembros trabajadores conferían a la evaluación de la política de asociación activa que ha de llevarse a cabo este año. Si bien la evaluación misma no quedaba comprendida en el marco del debate actual, las conclusiones de la misma iban a llevarse a la práctica, sin duda, en el bienio 1998-1999. Sin embargo, la cuestión tal vez más crucial con respecto a la actividad extrasede se refería directamente a consideraciones fundamentales sobre la autoridad política. Dicho de manera simple, en la medida en que se desplazaban recursos de Ginebra a las oficinas exteriores, éstos desaparecían del campo visual del Consejo de Administración. Ciertamente, los programas regionales entregaban indicaciones generales acerca de prioridades que en lo fundamental correspondían a las prioridades de la OIT en el ámbito mundial. La Comisión de Cooperación Técnica recibía informes anuales sobre las actividades, y el Director General presentaba a la Conferencia su informe sobre las actividades bienales. Con todo, los trabajadores insistían en que el Consejo de Administración tenía que disponer de medios suplementarios para controlar el empleo de los fondos de cooperación técnica en las regiones, de tal manera que pudiese dar cumplimiento adecuado a sus responsabilidades políticas. Los trabajadores planteaban esta cuestión con un ánimo constructivo, y tenían la mejor disposición para entablar el diálogo con el Director General a fin de encontrar medios para dar respuesta a estas sinceras preocupaciones. En opinión de los trabajadores, el sistema de Seguimiento, Evaluación y Presentación de Informes (MERS) sería quizás una herramienta útil a este respecto, así como en relación con otras materias.

29. El alcance limitado que había tenido la reestructuración, por lo menos en Ginebra, implicaba que los desplazamientos de recursos incluidos en las propuestas del Director General daban una idea más clara que de costumbre de los cambios sustantivos introducidos en los programas. En un contexto de reducción considerable del presupuesto, se había observado como tendencia general que los principales ahorros (un 12,3 por ciento en la reforma de los órganos decisorios y un 4,7 por ciento en las actividades de servicio y de apoyo) habían servido para reducir o eliminar los recortes en actividades sustantivas y prácticas tanto en Ginebra como en el terreno. Este era el planteamiento adecuado que había que aplicar al ser inevitables la aplicación de recortes generales, pero la Organización tenía que poner gran cuidado en no perjudicar el funcionamiento de su proceso decisorio político. Asimismo, los trabajadores reconocían los importantes esfuerzos que se desplegaban para hacer economías en las actividades de servicio y de apoyo, en las que regía el único imperativo de prestar servicios en la forma más adecuada y menos costosa posible.

30. Por lo que se refería a programas principales específicos, la reducción de un 21 por ciento en el programa de publicaciones y el programa de actividades sectoriales obedecían básicamente a decisiones adoptadas con anterioridad, pero de todas maneras eran medidas que los trabajadores aceptaban con dificultad. A este respecto, los miembros trabajadores hicieron hincapié en la gran importancia que seguían atribuyendo a las actividades sectoriales, cuya función de enlace entre la OIT y sus mandantes es fundamental. Las reducciones en el programa principal 100 hacían aún más necesario que otros programas cooperasen con el mismo, integrando actividades sectoriales en su labor respectiva.

31. Por otra parte, había algunas esferas de importancia decisiva en las que el Director General había propuesto aumentar significativamente los recursos. Las más destacadas eran las actividades en favor de las mujeres, con un aumento de personal de un 33 por ciento, y las relaciones de trabajo y el trabajo infantil, esferas en las que la asignación de recursos había aumentado en más de un 100 por ciento. Estas medidas merecían el pleno respaldo de los miembros trabajadores.

32. Había que felicitar al Director General por su ambicioso objetivo de desatar "una verdadera revolución" en el campo de los servicios de información. Sus propuestas venían a confirmar la impresión de que la OIT estaba avanzando atinadamente por la vía de la revolución informática. Había que prever beneficios no sólo en términos de la mejora de las comunicaciones y la eficacia interna de la Oficina, de por sí importantes, sino también de un salto cuantitativo por lo que se refiere a la prestación de servicios a los mandantes. No cabía duda que tales eran los objetivos en este campo, por lo que a los trabajadores les quedaba simplemente insistir en la importancia que tenían la preparación de medios de información de fácil acceso que respondan a las necesidades de los mandantes, así como la ayuda que hay que prestar a éstos para optimizar su capacidad de aprovechamiento de tales servicios. A la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV) incumbía ciertamente desempeñar un papel en esta última tarea.

33. Refiriéndose al volumen del presupuesto propuesto por el Director General, los miembros trabajadores señalaron que ese presupuesto implicaba un recorte real de un 3,75 por ciento en comparación con el que fue originalmente adoptado para el bienio actual, y eso fue antes de hacer recortes por valor de 21.700.000 dólares de Estados Unidos en noviembre de 1995. Si se tenía en cuenta la inflación, el presupuesto propuesto se elevaba a unos 569 millones de dólares de Estados Unidos lo que, al tipo de cambio presupuestario para 1996-1997, equivalía a unos 10.400.000 dólares menos que el presupuesto aprobado para el bienio actual. El factor del coste de la inflación presupuestado, calculado a sólo un 2,02 por ciento, era históricamente bajo y había que reconocer que era un cálculo importante y no alejado de la realidad, por parte del Director General. No obstante, el tipo de cambio entre el franco suizo y el dólar de Estados Unidos ya se había alejado mucho del presupuestado (1,16 francos suizos por dólar de Estados Unidos) lo que, en la práctica, significaba que el valor del presupuesto denominado en dólares descendía al subir el dólar con respecto al franco. Para dar una idea, la Oficina calculaba que, a un tipo de cambio de 1,43 francos suizos por dólar, el presupuesto propuesto descendería hasta unos 469.700.000 dólares, lo que representaba una disminución real en dólares del 14,3 por ciento.

34. Los miembros trabajadores recordarían que en el pasado reciente los problemas financieros alcanzaron una fase crítica debido a que entonces el valor del dólar era bajo. Muchos gobiernos se centraron en esa circunstancia para solicitar los recortes de programas que fueron convenidos a finales de 1995. Para ser coherentes, reconocerían que la situación de hoy, radicalmente modificada, significaba que sus apremiantes problemas financieros se habían atenuado y que la OIT debería volver a un crecimiento real cero del Programa y Presupuesto, por comparación con el que fue originalmente aprobado para 1996-1997. El gráfico del anexo 10, que indicaba una disminución real del programa del 13,2 por ciento de 1978 a 1999 si se aceptaran en su totalidad las actuales propuestas del Director General, había de contrastarse con las crecientes demandas de una Organización cuyo número de Miembros había pasado de 148 a 174 en los seis últimos años. A los miembros trabajadores no les faltaban sugerencias respecto a cómo gastar los recursos que se restituyesen.

35. La representante del Gobierno del Canadá, hablando en nombre de los países industrializados con economía de mercado (PIEM), manifestó su aprecio por la presentación y las observaciones de introducción del Director General. La información adicional había ayudado enormemente a comprender de forma más cabal las propuestas de Programa y Presupuesto, y la oradora alentaba al Director General a que siguiera presentando la información de manera tan amena. También apoyó la orientación estratégica y las prioridades fijadas por el Director General y señaló los nuevos desafíos y cambios a que haría frente la OIT en el bienio próximo.

36. No obstante, en este contexto era útil exponer cómo entendían los PIEM la función del Programa y Presupuesto. Para el Director General y la Oficina, el documento hacía posible una gestión financiera y del programa responsable, con flexibilidad para hacer frente a las exigencias nuevas y a las que surgieran, e indicaba cómo hacer rendir el dinero y ejecutar eficientemente el programa. El documento actual satisfacía sin duda este requisito. Sin embargo, el Consejo de Administración necesitaba un documento en el que se elaborara con claridad el pensamiento estratégico que subyacía a la propuesta de programa y presupuesto. En tal documento hacía falta indicar cómo las directrices generales de política y los objetivos estratégicos se convertían en actividades funcionales y cómo se presentaban las actividades del programa para luego poder evaluar los resultados. En un plano más general, un programa de presupuesto era un documento político y de relaciones públicas que indicaba a los mandantes que la OIT estaba abordando las prioridades correctas y les había asignado recursos suficientes. En su forma actual, el programa y presupuesto no satisfacía totalmente estas necesidades. Por ejemplo, el actual interés internacional por el trabajo infantil había hecho que la atención se fijara merecidamente en la OIT. Sin embargo, en el documento del presupuesto era sumamente difícil determinar el monto específico de los recursos asignados a este importante tema o comprobar con facilidad si se habían asignado más recursos a este programa. La información complementaria que ayer facilitó el Director General sobre este asunto era precisamente la clase de información que hacía falta, por lo que la oradora animaba al Director General a que aplicara ese enfoque a otros programas importantes dentro del mandato de la OIT.

37. Refiriéndose a la presentación del Director General, la oradora señaló que en los bienios próximos la OIT habría de enfrentarse a nuevos e históricos retos. Sin embargo, las propuestas del actual Programa y Presupuesto se basaban en la continuación de los parámetros del programa existente y parecían ofrecer poca flexibilidad real para ajustes de actividades si éstos fueran necesarios. En el curso de este año, la Conferencia iba a debatir algunos temas cruciales de política que podrían afectar significativamente al modo de funcionar de la OIT. La oradora aludió a los próximos debates sobre actividades normativas, el funcionamiento del Consejo de Administración, el informe provisional de evaluación del Programa y Presupuesto para 1996-1997 y la evaluación de la política de asociación activa. Era, pues, necesario velar por que desde el comienzo se diera la suficiente flexibilidad a las propuestas de programa para tener en cuenta los ajustes de política o programa que fueren necesarios antes de la aplicación de estos programas en el bienio 1998-1999.

38. Volviendo al texto del presente documento, debían señalarse siete puntos: en primer lugar, el documento podría reducirse considerablemente. Si en la introducción se hiciese una exposición general clara y concisa del contexto de las propuestas, la descripción de los programas principales iría directamente a sus objetivos, con el fin de ahorrar texto en el conjunto del documento. En segundo lugar, no había uniformidad en la declaración de objetivos, resultados y descripciones de determinadas actividades. A veces se hacía de manera muy concisa y meramente informativa, pero en otros casos se producían repeticiones. En tercer lugar, a menudo era difícil distinguir entre actividades que continuaban desde el anterior bienio y las propuestas nuevas. Tampoco estaba claro qué evaluaciones se habían hecho de las actividades, tanto en cuanto al mantenimiento de su pertinencia para las orientaciones estratégicas declaradas al comienzo del documento como en la eficacia de su ejecución. En cuarto lugar, era difícil distinguir entre actividades centrales esenciales, necesarias para cumplir obligaciones constitucionales, jurídicas y reglamentarias, y partidas de gastos discrecionales. En quinto lugar, el documento no contenía una visión general coherente de las actividades de reducciones generales de gastos, especialmente las relacionadas con la investigación y la cooperación técnica. La oradora reiteraba la petición de los PIEM, formulada en noviembre pasado, de un documento que expusiera la estrategia de la OIT en cuanto a investigación y difusión; sexto, la estructura de la dirección de la Oficina y sus costos no se inferían con claridad del documento. En concreto, había una diferencia considerable entre las descripciones de la dirección de los departamentos en los programas principales; y por último, en el anexo informativo núm. 4A (Desglose por partidas de asignación y por conceptos de gasto) había cabida para una mayor transparencia. Por ejemplo, el punto 2 (Viajes en actos de servicio) incluía los gastos de viaje y las dietas de estancia? Incluían los servicios contractuales los contratos de personal? Se limitaban sólo a los salarios los gastos de personal? La oradora insistió, no obstante, en que los PIEM apoyaban plenamente los objetivos señalados en el programa principal 200, a saber, aumentar la eficacia y efectividad de los servicios de la OIT, y animaba a la Oficina a fijar a los directores objetivos para lograr ahorros eficaces. Tales ahorros podrían reasignarse a fin de proporcionar un máximo de recursos a otras actividades del programa. Los viajes, los servicios contractuales y la producción y difusión de documentos constituían sectores en los que, con directrices políticas, simplificación y nuevas tecnologías, había cabida para ahorros eficientes.

39. Por todas estas razones, los PIEM estimaban que no tenían un entendimiento suficiente de las actuales propuestas de Programa y Presupuesto. La oradora manifestó que, durante el examen detallado de los programas principales, sería provechoso que la Oficina facilitara la siguiente información: en el caso de la administración general y las reuniones (programas 10, 20, 30, 40 y 100), solicitaba una estimación de los gastos totales derivados de los gastos atribuidos a otros programas principales, como el programa principal 180 y el 220. Además, el gasto global de administración debería incluirse en el programa 40. Para los programas señalados en la sección B (50 a 145, 225, 230 y también el programa 100), sería útil saber cómo se relacionaban los objetivos de esos programas con las tres orientaciones y prioridades estratégicas fijadas por el Director General. También sería útil saber qué recursos financieros y de personal se estimaba que serían asignados a estas prioridades; cómo había evolucionado el nivel de recursos asignados a estos objetivos prioritarios desde el bienio 1994-1995 hasta el bienio actual y cuál sería el cambio para el próximo bienio; cuáles eran los gastos fijos esenciales en las propuestas de programa y presupuesto (esto es, los relativos a actividades necesarias desde el punto de vista jurídico o reglamentario), incluyendo una estimación de los recursos financieros y de personal consagrados a estas actividades, y qué actividades habían sido completadas y qué nuevas actividades se había previsto completar durante el bienio 1998-1999. Sería también útil disponer de información sobre estructura y gastos de administración, y sobre cómo las actividades de investigación propuestas estaban relacionadas con los tres objetivos prioritarios; cómo habían sido identificadas, seleccionadas y comprobada la calidad de las propuestas en términos de tema y autor y si estaban relacionadas con otras actividades de investigación en marcha o habían sido identificadas en cooperación con otros organismos. En cuanto a los programas regionales y de asociación activa (programas 245 a 280), la oradora solicitaba información sobre otros dos puntos: en primer lugar, de qué modo se relacionaban las actividades de estos programas con los tres objetivos prioritarios fijados por el Director General?, y en segundo lugar, cuál era la transferencia real de recursos desde estos programas hacia los países en desarrollo, en particular los más pobres?

40. Para procurar que tal información adicional fuera provechosa a los debates de la Conferencia, este análisis debería figurar en un documento sobre administración estratégica que prepararía la Conferencia de junio de este año. Además, el documento debería contener información procedente de las discusiones detalladas sobre los programas principales. Debería ser conciso, presentando gran parte de la información en forma de gráficos, siguiendo la presentación del Programa y Presupuesto del Director General. La oradora insistió en que la solicitud de este documento era sólo para una vez, para completar el Programa y Presupuesto para 1998-1999. En futuros bienios, a la parte introductoria de las propuestas de Programa y Presupuesto presentadas en marzo se incorporaría un análisis más completo y amplio en forma de concepción general estratégica del Programa y Presupuesto.

41. La oradora propuso que las conclusiones sobre los debates de este Programa y Presupuesto se recogieran en una declaración previamente convenida del Consejo de Administración, y los PIEM celebrarían consultas con otros grupos del Consejo de Administración sobre el texto propuesto.

42. El representante del Gobierno de Austria elogió a la Oficina por la excelente labor de preparación de las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999. Las propuestas estaban bien equilibradas, y las observaciones formuladas en anteriores reuniones por lo general se habían recogido en el documento actual. Aunque buena para las finanzas nacionales, la leve reducción del volumen del presupuesto era desafortunada, al haber tantos problemas globales sin resolver que exigían la experiencia de la OIT.

43. El orador se felicitaba de las medidas adoptadas para generar nuevos ahorros relativas a métodos de administración y racionalización de la Oficina, pero esperaba que tales medidas no provocaran la reducción de los efectivos de personal en la Organización. Los métodos de racionalización del sector privado no siempre eran adecuados en un entorno internacional. Además, estos cambios, debidos a la mundialización y la racionalización, frecuentemente habían tenido consecuencias adversas para los derechos de los trabajadores, y era importante que la OIT se mantuviera vigilante y preparada para ellos y que ofreciera soluciones técnicas a los mandantes que las pidieran. En todo caso, ante tales cambios era imperativo preservar los derechos humanos fundamentales.

44. Refiriéndose a la próxima Cumbre sobre Desarrollo Social de las Naciones Unidas, cuya celebración estaba prevista en 1999, tal vez era prematuro estar planeando ya tratar de los progresos realizados en temas sociales, sobre todo cuando en la actualidad en muchos países se imponían medidas de austeridad restrictivas. La eficacia de tal foro dependería de la composición de la reunión, en la que sin duda debería participar el mayor número posible de expertos técnicamente competentes y no tantos representantes gubernamentales y oradores generales pronunciando discursos retóricos. En conclusión, manifestó su pleno apoyo al contenido de los programas individuales que figuraban en las propuestas de Programa y Presupuesto.

45. El representante del Gobierno de Suecia apoyó plenamente la declaración de la delegada del Canadá en nombre de los PIEM. Indicó que su delegación utilizaba cuatro criterios esenciales en la evaluación de las propuestas de presupuesto. Primero, las propuestas de presupuesto deberían indicar los objetivos globales a largo plazo de la Organización. Segundo, el documento del presupuesto debería indicar con claridad los objetivos por programa y subprograma e indicar la manera en que tales objetivos contribuían al logro de los objetivos globales a largo plazo de la Organización. Tercero, y quizás lo más importante, los objetivos establecidos en los programas deberían definirse con claridad para que los mandantes pudieran evaluarlos y seguirlos más fácilmente. Cuarto, deberían exponerse los logros de períodos anteriores a fin de que los mandantes pudieran evaluar la experiencia del pasado con las propuestas presentes. Esto podría hacerse en el propio documento del presupuesto o en un documento aparte siempre que las referencias entre los documentos fueran transparentes.

46. A su delegación le satisfacía que el documento del presupuesto hiciera referencia sistemática a los objetivos tanto en los programas principales como en los programas y subprogramas. Había también referencias a objetivos globales a largo plazo pero, sin embargo, éstos no solían concretarse lo bastante para que pudiera evaluarse hasta qué punto habían sido alcanzados. En los programas principales, la descripción de los objetivos solía consistir simplemente en una amplia observancia de ciertos principios o normas. Tales descripciones podían ser aceptables en tanto que indicaciones de la orientación general de las actividades de la OIT, pero no lo eran como declaración de lo que se intentaba conseguir durante determinado ejercicio presupuestario. En los programas y subprogramas, las descripciones eran algo más precisa pero no contenían ni los plazos de tiempo ni las cuantificaciones que hubieran permitido evaluar en qué grado se habían cumplido los objetivos.

47. Hacer un buen presupuesto supone la existencia de una gestión interna adecuada, así como de buenos métodos y sistemas de informe y, aunque el Director General y su personal directivo sean los responsables de la administración de la Organización, el Consejo de Administración es a su vez responsable de la planificación y evaluación general de las propuestas. Este sistema supone la existencia de un control interno y de unos procedimientos de evaluación establecidos previamente por la Organización, eficaces y operativos. Al mismo tiempo, el sistema de transmisión de la información al Consejo de Administración o a los Estados Miembros ha de estar claramente definido y ser aceptable para ellos. Si este fuese el caso, se podrían pedir menos detalles en el documento del presupuesto. Por lo tanto, acogía con satisfacción la propuesta de introducir un sistema de supervisión, evaluación e información, así como un nuevo sistema presupuestario y contable, y por su parte agradecería cualquier información adicional acerca de estos nuevos sistemas y de los planes que pudieran existir para ponerlos en práctica.

48. Además de establecer objetivos, un aspecto importante de cualquier propuesta de presupuesto debería ser fijar o indicar las prioridades. Si identificase claramente sus prioridades, la Organización mejoraría las condiciones para posibles recortes bien ordenados de los gastos y reduciría al mínimo sus efectos negativos, en el caso de que tales recortes se hiciesen necesarios a causa de limitaciones de ingresos que no permitiesen cubrir los objetivos presupuestarios. En las presentes propuestas, no existía esta identificación clara de las prioridades. El presupuesto que proponía el Director General contenía ciertamente una impresionante y excelente descripción de las actividades que estaban ya en marcha y de los planes para el próximo bienio, y por su parte felicitaba al Director General y a la Oficina por ello. Sin embargo, como instrumento estratégico y como base para la adopción de decisiones por parte del Consejo de Administración, el documento dejaba bastante que desear. Sería difícil comentar detalladamente estas cuestiones sin entrar en una discusión sobre minucias en materia de gestión y, por su parte, quería evitar este tipo de discusiones. En términos generales, respaldaba el nivel general del presupuesto, expresado en dólares constantes, tal como figura en las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999, del Director General. Un análisis de lo que se había conseguido con el dinero gastado era una consideración mucho más práctica que cuanto se gastaba en total, y a ese respecto reiteraba su plena confianza en la competencia del Director General y de su equipo. Sin embargo, el nivel de gastos del presupuesto ordinario había de examinarse a la luz del pago de las contribuciones prorrateadas para el ejercicio presupuestario actual y para los períodos subsiguientes. Si los Estados Miembros no pagaban a tiempo las contribuciones que tenían prorrateadas, o no las pagaban en su totalidad, podría haber necesidad de cubrir el déficit, por lo menos temporalmente, recurriendo al Fondo de Operaciones o a préstamos internos. También había la posibilidad de que ciertas actividades del programa hubiesen de ser recortadas o reducidas. Puesto que no podía excluirse en modo alguno la posibilidad de recortes en los gastos presupuestados, ya sea durante el bienio presente o durante el próximo bienio, el principio de establecer unas prioridades claras ya en la fase presupuestaria resultaba aún más importante para facilitar las siempre posibles (aunque por supuesto lamentables) reducciones de las actividades del programa.

49. El representante del Gobierno de Malasia felicitó a la OIT por la encomiable labor realizada para preparar las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999. Su Gobierno estaba satisfecho con el contenido y enfoque del presupuesto, y pensaba que las muchas ideas innovadoras que se habían presentado ayudarían a la OIT a lograr sus objetivos. Era alentador observar que la OIT deseaba intensificar su política de asociación activa, que resultaba muy provechosa para los Estados Miembros: tenía en cuenta los objetivos y las aspiraciones nacionales, especialmente en la formulación y aplicación de las normas laborales, había promovido una interacción más estrecha entre la OIT y sus mandantes, y había afianzado la consulta tripartita y la cooperación en el plano nacional.

50. En el ámbito de las relaciones laborales, cabía aplaudir la propuesta de la OIT de centrarse en negociaciones de carácter más cooperativo que distributivo. Esto fortalecería el diálogo social entre los mandantes tripartitos y fomentaría la eficiencia económica y la justicia social. La formación era también fundamental para reducir el desempleo y mejorar la productividad. La propuesta de la OIT, de examinar nuevos modos para financiar la formación, sería beneficiosa para los Estados Miembros, y el fomento de la participación del sector privado en la formación ayudaría a satisfacer las necesidades de las economías en desarrollo. Malasia había integrado con éxito la participación del sector privado en la formación y el desarrollo de los recursos humanos, estableciendo a ese respecto un Fondo de Desarrollo de los Recursos Humanos.

51. El papel de la mujer en el desarrollo económico había ido adquiriendo cada vez más importancia, y el proyecto de la OIT para iniciar un programa de cooperación técnica que promueva más y mejores empleos para la mujer, y para alentar una mayor igualdad de oportunidades y de trato entre hombres y mujeres, era muy loable. El programa ayudaría a los Estados Miembros a crear empleos productivos para las mujeres, a erradicar la pobreza de las mujeres desfavorecidas, y a mejorar las condiciones de trabajo y la protección social de las mujeres.

52. Las formas extremas de trabajo infantil constituían un problema que había que abordar con eficacia. El incremento de los recursos asignados a esta cuestión ponía de manifiesto que la OIT era consciente del problema. El aumento de la asistencia de la OIT a los Estados Miembros se recibía con la mayor satisfacción, puesto que el problema del trabajo infantil sólo podría resolverse mediante una labor continua y constante. El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) estaba ahora actuando en más de 20 países y había muchos motivos para pensar que iba a avanzar gradualmente en la eliminación de las formas de trabajo infantil explotadoras por medio del fortalecimiento de las capacidades nacionales y del fomento de un movimiento mundial contra el trabajo infantil peligroso.

53. Por último, cabía felicitar a la OIT por su labor y sus ideas reformadoras respecto a la promoción de la justicia social y el mejoramiento en el plano mundial de la calidad de vida de los trabajadores. Su Gobierno estaba convencido de que las reformas propuestas por el Director General harían que las actividades de la OIT tuviesen más importancia y fuesen más eficaces, y sin duda contribuirían a que la OIT fuese realmente un centro de excelencia y de referencia en cuestiones laborales.

54. El representante del Gobierno de México, en nombre del Grupo de las Américas, dio las gracias al Director General por la presentación de sus propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999 y las demás informaciones que había comunicado en su resumen. Aunque la presentación de las informaciones presupuestarias había mejorado, de conformidad con lo solicitado por el Consejo de Administración en marzo de 1996 (tal como constaba en el documento GB.267/PFA/8/1), aún quedaban cambios por hacer. El Grupo de las Américas deseaba disponer, además del documento sobre el presupuesto tradicional, de un documento breve y de carácter estratégico que se estructurara en relación con la aplicación de los objetivos de la OIT para el bienio. Este documento debería ser de un décimo, aproximadamente, de extensión del documento actual de Programa y Presupuesto, debería incluir un gran número de cuadros y gráficos para que las delegaciones pudiesen tener una información clara y accesible sobre el desglose de los gastos por región, y sobre cuánto se gasta para lograr los objetivos estratégicos, debería presentar una información más detallada sobre lo que se gasta en personal y servicios administrativos así como para los proyectos de cooperación técnica, y debería distinguir claramente entre los costos del producto final y los costos secundarios necesarios para obtener el producto. Las actuales propuestas de Programa y Presupuesto no permitían ver con claridad las tendencias de la asignación de recursos por programas, ni tampoco por qué se habían aumentado o reducido los fondos asignados a un determinado programa. Por ejemplo, en el presupuesto ordinario para la cooperación técnica, tal como figura en el anexo 8 de las propuestas de Programa y Presupuesto, más del 75 por ciento de los recursos asignados a la región de las Américas estaba destinado a los equipos multidisciplinarios y un 16 por ciento a los proyectos sobre el terreno. Sin embargo, no se aclaraba cómo se pensaban gastar estos fondos ni se proporcionaba una evaluación de las actividades. Por otra parte, habría que preparar un desglose de gastos sobre la reducción de los recursos para las oficinas en comparación con el bienio anterior, puesto que convendría saber por qué los recursos asignados a la región de las Américas habían recibido un incremento inferior al de todas las demás regiones.

55. El Grupo de las Américas estaba convencido de que un presupuesto estratégico ayudaría a aclarar las dudas en materia de asignación de recursos. Además, tendría otras ventajas: el Consejo de Administración podría cerciorarse de que la mayor parte del presupuesto se gastase conforme a las prioridades establecidas; ayudaría a la Oficina a explicar el flujo de fondos, aclarando los vínculos existentes entre los programas y los gastos reales; podría emplearse para evaluar los resultados como una función del gasto real; facilitaría el examen de las disposiciones de los programas y sus presupuestos, y proporcionaría una idea clara y detallada de los recursos consignados para los proyectos de los equipos multidisciplinarios.

56. El Grupo de las Américas quisiera disponer de un primer proyecto de este presupuesto estratégico lo más pronto posible, antes de la 85.a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, y de una versión más completa para la 270.a reunión del Consejo de Administración en noviembre. A partir de 1999, el presupuesto estratégico debería adjuntarse siempre a las propuestas de Programa y Presupuesto.

57. El representante del Gobierno de Alemania manifestó que estaba satisfecho con la actual estructura de las propuestas de Programa y Presupuesto, especialmente los anexos, aunque apoyaba lo declarado por el representante del grupo PIEM en cuanto a que el documento podría abreviarse sin perder contenido. La familiaridad de la Comisión con la actual estructura de las propuestas facilitaba las comparaciones con los presupuestos anteriores y aseguraba que se hubiesen tenido en cuenta las ideas manifestadas en otras reuniones de la Comisión. El orador dio también las gracias al Director General por su instructiva presentación del presupuesto. Estas aclaraciones complementarias contestaban algunas preguntas planteadas por los representantes del grupo PIEM, y su Gobierno solicitaba que en la medida de lo posible, la Oficina proporcionase a la Comisión toda información que le permitiese darse cuenta de cuáles eran los ámbitos que la OIT consideraba prioritarios, como por ejemplo la promoción de la mujer y la erradicación del trabajo infantil; esto no significaba sólo examinar los números y los programas principales, porque muchas actividades estaban divididas entre varios programas principales. Esta información permitiría decidir mucho más fácilmente lo que se podría y lo que no se podría aceptar en las propuestas de Programa y Presupuesto.

58. Si bien era cierto que las actuales propuestas de Programa y Presupuesto no presentaban ninguna reorganización revolucionaria, había sin embargo algunos puntos significativos en el modo en que se expresaban las propuestas. Los gastos de las reuniones se habían reducido de manera tangible, como se podía comprobar en los programas principales 10, 20 y 30, lo que reflejaba las decisiones adoptadas por el Consejo de Administración y por la Conferencia. El aumento más importante se había registrado en el programa principal 140, sobre la igualdad para la mujer, y en los programas para combatir el trabajo infantil. La presentación del Director General había dejado este punto mucho más claro que el texto de las propuestas de Programa y Presupuesto.

59. Su Gobierno agradecía que el presupuesto estuviese basado en un crecimiento nominal cero. Siempre había problemas cuando se gastaba dinero público y, aunque en este caso se hacía a nivel internacional, el dinero seguía procediendo de presupuestos nacionales. Sin embargo, el presupuesto preveía una compensación en caso de inflación. Otras organizaciones internacionales parecían arreglárselas sin esta disposición, y la OIT debería hacer lo mismo. Era posible que, al final del debate, quedara un déficit de unos 11 millones de dólares. De dónde se iban a sacar? Precisamente, la cantidad de la mitad de las asignaciones para gastos de viaje, equivalía a 11 millones de dólares y aunque (según el anexo 4B) la parte del presupuesto destinada a gastos de viaje había pasado de un 4,2 por ciento a un 3,9 por ciento, los funcionarios de la OIT seguían viajando demasiado (como también lo hacían los de otras organizaciones internacionales).

60. Convendría saber por qué los gastos de viaje del programa principal 10 (Conferencia Internacional del Trabajo) habían aumentado en un 319 por ciento y los motivos de los considerables aumentos de los programas principales 180 (Publicaciones) y 235 (Información pública). Los gastos de viaje también habían aumentado para algunos de los programas técnicos, y cabía preguntarse si hacía falta. Cuál era el procedimiento administrativo para la autorización de los viajes? En su Ministerio, los viajes fuera de la Unión Europea eran aprobados por un jefe de servicio que no era el propio, y los viajes a ultramar eran autorizados por el propio Secretario de Estado. En la OIT parecía que la autorización corría a cargo de funcionarios de un nivel administrativo bastante bajo y que la dirección no estaba enterada de quién estaba de viaje ni adónde. Los viajes eran, por supuesto, necesarios pero se podría ahorrar si se organizasen mejor.

61. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia expresó la satisfacción de su Gobierno respecto a las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999, y respecto a la labor realizada por la Oficina para poner en ejecución el presupuesto actual, que había sido enmendado después de su adopción en 1995. Sin embargo, pensaba que en relación con el nivel del presupuesto para 1998-1999 convenía hacer algunas aclaraciones sobre las bases de las que partía. El actual presupuesto enmendado para 1996-1997 era de 557,8 millones de dólares, y el límite presupuestario para 1998-1999 (a un tipo de cambio de 1,16 francos suizos por dólar) no debería superar ese nivel. Todas las demás modificaciones (que estaban básicamente en relación con la inflación), deberían ajustarse a este límite. La Oficina debería poder encontrar una solución a un problema que en realidad no era tan difícil. Habida cuenta de que la mayor parte de los gastos de la OIT se efectuaban en francos suizos y que el presupuesto se expresaba en dólares de Estados Unidos, era lógico que -- al tipo de cambio actual de 1,48 francos suizos por dólar -- el nivel del presupuesto expresado en dólares hubiese disminuido considerablemente. La cuestión fundamental era, pues, la necesidad de absorber plenamente las modificaciones del nivel del presupuesto, que debería estar de acuerdo con el del presupuesto enmendado para 1996-1997. Por supuesto, su Gobierno acogería con satisfacción nuevas medidas para reducir los gastos.

62. El Sr. Marshall, portavoz de los empleadores, aunque advertía que los tres elementos clave de la actividad de la OIT -- la promoción de la democracia y los derechos humanos fundamentales, la protección de las condiciones de trabajo y la promoción del empleo -- estaban bien representados en el presupuesto, declaró que, en el marco del debate sobre el mismo, había que tener en cuenta ciertos aspectos prácticos. Los empleadores pensaban que el empleo constituía un elemento fundamental para la mitigación de la pobreza y para el crecimiento social. Las condiciones de empleo sólo podrían protegerse y mejorarse si había empleo. Era importante reconocer que, aunque la promoción de la democracia y de los derechos humanos fundamentales era esencial, no constituía el único cometido de la OIT. Por ello, y habida cuenta de las actuales prioridades económicas y sociales mundiales, la parte del presupuesto asignada a estos tres temas era adecuada. El apoyo al crecimiento de la empresa, y en particular el apoyo al desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, era absolutamente fundamental para la creación de empleos, que debería seguir siendo uno de los objetivos clave para la OIT. Al Grupo de los Empleadores le había sorprendido la postura del Grupo de los Trabajadores a este respecto porque, conforme al presupuesto ordinario, el programa para la empresa estaba clasificado en el decimoctavo lugar de la lista de prioridades. Con todo, recibía la mayor cantidad de recursos externos, lo que demostraba muy claramente que el crecimiento de las empresas era una actividad fundamental para el crecimiento social.

63. El Grupo de los Empleadores apoyaba lo solicitado por el grupo PIEM respecto a la necesidad de disponer de más informaciones para facilitar a la Comisión el establecimiento de las prioridades. En cuanto a fijar estas prioridades antes de tratar de establecer el nivel del presupuesto, los empleadores iban a necesitar tiempo para estudiar los procedimientos propuestos a la luz de estas discusiones de programa.

64. El representante del Gobierno de Italia estaba satisfecho con los cuatro programas principales que el Director General había definido en su introducción como ámbitos prioritarios de la OIT. Estas cuatro prioridades -- erradicación del trabajo infantil, fortalecimiento de las actividades relativas a las normas laborales, seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social por lo que respecta a los derechos de los trabajadores y la promoción de la pequeña y mediana empresa, y seguimiento de la Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing, por lo que hace a la protección de la mujer -- coincidían exactamente con las prioridades de su propio Gobierno.

65. Recientemente, la OIT había participado en varias conferencias internacionales de suma importancia: la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague, la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing, y las conferencias sobre trabajo infantil de Estocolmo, Amsterdam y Oslo; también estaba la cuestión de las normas laborales de la Conferencia de la Organización Mundial del Comercio celebrada en Singapur. La OIT había colaborado de distintas formas, y era importante ampliar estas actividades para que los principios se transformaran en aplicación concreta. Por este motivo, había que efectuar evaluaciones provisionales respecto a las actividades prioritarias de la OIT.

66. Su Gobierno, aunque estaba de acuerdo con los documentos adicionales solicitados por el grupo PIEM, se daba cuenta de las dificultades que se planteaban en la actualidad: países afectados por reducciones presupuestarias, disminución de las contribuciones extrapresupuestarias, dificultad de evaluar con exactitud a causa de las fluctuaciones del tipo de cambio, y las considerables cantidades que se deben en concepto de contribuciones atrasadas. El orador esperaba que esta situación mejorase en 1997.

67. Por último, refiriéndose a lo declarado por el representante del Gobierno de Malasia sobre que la OIT debería tener más dientes, el orador creía que esto era especialmente importante en relación con la labor mencionada en el párrafo 23 de la introducción del Director General sobre evaluación, formación y movilidad. Estas cuestiones revestían suma importancia y deberían ser provisionalmente evaluadas.

68. El representante del Gobierno de los Estados Unidos manifestó que su Gobierno apoyaba las declaraciones de los portavoces del grupo PIEM y del Grupo de las Américas. Agradeció muchísimo la presentación del Director General de la misión, objetivos y retos de la Organización, así como de los recursos asignados a estas importantes prioridades. La presentación había sido particularmente buena, mejor que en años anteriores. La labor llevada a cabo desde el último período presupuestario para establecer las prioridades y aplicar el nuevo presupuesto debería tener como consecuencia que el presupuesto se presente de un modo más estratégico y transparente. Dado que la Oficina había estado dispuesta a contestar preguntas concretas, se habían hecho algunos progresos, aunque hubiese sido mejor que esa información hubiese figurado en un documento complementario. Este documento debería distribuirse en junio porque era imposible, basándose en el documento actual, darse cuenta del modo en que la OIT planeaba lograr sus objetivos prioritarios y a qué costo. No se indicaban los resultados de los programas, los efectos logrados o la duración prevista de los programas propuestos. Los miembros del Consejo de Administración solían preguntar qué programas eran menos importantes y cuáles podrían reducirse o eliminarse, pero el documento no permitía hacerse cargo de su costo real. Durante la discusión se examinarían las contestaciones a las preguntas del grupo PIEM y el Grupo de las Américas, así como de otras delegaciones, para poder encontrar respuestas.

69. Algunos ámbitos, aunque no se describiesen muy específicamente parecían quedar fuera del mandato de la OIT y de las prioridades convenidas por el Consejo de Administración. Estos ámbitos comprenden el cribado genético que figura en el programa principal 90 (Relaciones laborales y administración del trabajo), las actividades de investigación y asesoramiento en relación con la plena integración de las mujeres en los programas de población, y el apoyo técnico a los mandantes para impulsar programas de educación en materia de diferencias por razón de sexo e higiene de la reproducción que figura en el programa principal 125 (Políticas de desarrollo). No quedaban claras las actividades que se llevaban a cabo respecto al VIH-SIDA. Por otra parte, también resultaba difícil determinar el número de colaboradores externos y lo que costaban, y no se entendía la relación entre los costos normalizados empleados en los cálculos relativos al personal y el número y costo del personal efectivo. Esto podía querer decir que los costos estimados de personal se exageraban, o al revés. Los gastos de viaje eran inexplicablemente altos teniendo en cuenta el grado de descentralización y la existencia de los equipos multidisciplinarios. Sería útil, tanto para la OIT como para sus mandantes, que la Oficina aclarase estas cuestiones.

70. El representante del Gobierno de China opinaba que, aunque en las propuestas de Programa y Presupuesto se hubiese concedido prioridad a la promoción del empleo y la eliminación de la pobreza, los fondos asignados no eran suficientes. Unas tasas de desempleo demasiado altas o un empleo insuficiente constituían problemas graves para las condiciones políticas, económicas y sociales de los Estados Miembros. Una tasa de desempleo elevada constituía un verdadero despilfarro de los recursos humanos y, puesto que estaba vinculada a la pobreza, afectaba no sólo a los países en desarrollo y en transición sino también a los países industrializados. Se calculaba que un 30 por ciento de la fuerza de trabajo mundial estaba desempleada. Incluso en los países de la OCDE, por lo menos 34 millones de personas estaban desempleadas y, en el plano mundial, la pobreza había aumentado durante los últimos cinco años, pasando de 1.000 millones a 1.300 millones. Cada año, unos 16 millones de personas morían de hambre o desnutrición. El desempleo y la pobreza no sólo planteaban un grave problema económico y social, sino que también amenazaban gravemente los derechos fundamentales de los trabajadores. Por tanto, la promoción del empleo y la eliminación de la pobreza eran tareas bastante urgentes de la OIT, y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social había encomiado el papel único de la OIT en esta materia. Pero su Gobierno había observado con disgusto que en las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999 se habían reducido considerablemente los recursos asignados al empleo, la formación y la cooperación técnica, y parecía que la OIT no se concentraba suficientemente en estos ámbitos en que sus conocimientos y experiencia eran tan necesarios.

71. Por otra parte, en estos últimos tiempos, el Banco Mundial u otras organizaciones internacionales se estaban ocupando de cuestiones vinculadas con el empleo de las que hubiera debido encargarse la OIT. De seguir esta tendencia, el papel único de la OIT y su prestigio en materia de promoción del empleo y erradicación de la pobreza se verían afectados. La OIT debería tener en cuenta estas consideraciones al asignar prioridades y objetivos para así poder insuflar nueva vida a sus actividades.

72. Refiriéndose a las disposiciones del programa principal sobre empleo y formación, el orador señaló que algunos programas estaban muy bien organizados: por ejemplo, el análisis de las políticas en materia de formación, la coordinación internacional relativa al seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, y el desarrollo de la pequeña y mediana empresa. Se trataba de excelentes iniciativas, pero carecían de contenido o de financiación. El programa debería incluir disposiciones para mejorar el empleo rural, especialmente en los países en desarrollo, pero también en las economías en transición, y para ayudar a las economías en transición a consolidar sus esfuerzos en materia de empleo y reforma de la empresa. Para las empresas de las economías en transición era sumamente difícil pasar a la economía de mercado y había que ayudarlas a mejorar su productividad y competitividad. Había que crear programas de investigación e inversión que hiciesen al caso, así como servicios de asesoramiento y asistencia tecnológica.

73. El orador se mostró sorprendido de que los recursos asignados al programa principal 60 (Empleo y formación), al 125 (Políticas de desarrollo) y a los programas sobre los servicios de empleo, la cooperación técnica y muchos otros, hubiesen sido reducidos en un momento en que habría que haberlos aumentado. Cabía lamentar especialmente la importante reducción de los recursos asignados a la cooperación técnica, puesto que ésta había constituido parte importante de las actividades de la OIT a lo largo de los años, y había sido acogida con gran entusiasmo por muchos países. Tal vez hubiere buenos motivos que justificasen estas decisiones, relacionados con experiencias pasadas, pero habría que examinar cuidadosamente el papel y los métodos de la cooperación técnica para ver cómo podría desempeñar un papel más importante para el fomento del empleo y la eliminación de la pobreza.

74. El orador acogía con satisfacción que se hubiera aumentado la asignación de fondos para afianzar los programas sobre el terreno, y manifestó que apoyaba los programas sobre política de asociación activa y el trabajo de los equipos multidisciplinarios. Sin embargo, los recursos asignados a Asia y el Pacífico no tenían en cuenta las dimensiones de la región; la elevada tasa de desempleo representaba un grave problema, la pobreza estaba generalizada y había problemas con el trabajo infantil, los trabajadores migrantes y las trabajadoras. Aunque el nivel general del presupuesto era aceptable, habría que tener mucho más presentes las necesidades reales.

75. La representante del Gobierno de Finlandia manifestó, sumándose a otros oradores, que le había gustado mucho la presentación hecha por el Director General de las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999. Se trataba de un paso decidido hacia el planteamiento estratégico al que exhortaba el Consejo de Administración. Como el Director General señalaba con razón, la eficacia de las actividades de la OIT dependía de que sus mandantes, y especialmente el Consejo de Administración, dispusieran del vasto capital de información y experiencias de la OIT en el ámbito laboral. A esta preocupación se debían las llamadas en pro de más transparencia en las propuestas de Programa y Presupuesto.

76. Aunque había que elogiar a la Oficina por el esfuerzo de explicación de sus prioridades, planteamientos y convergencia de sus objetivos principales, así como por cómo trataba de proporcionar resultados de manera puntual y eficaz, aún se podía ir más lejos a este respecto en la presentación de las propuestas de Programa y Presupuesto.

77. Su Gobierno apoyaba plenamente las prioridades señaladas en los párrafos 2 al 9 del documento GB.268/PFA/6/2 y, por su parte, ella agradecería que se mantuviera informado al Consejo de Administración de los esfuerzos por traspasar recursos a estos ámbitos prioritarios y de los efectos correspondientes. En conclusión, acogía con satisfacción el énfasis puesto en el apoyo a la democracia y los derechos fundamentales de los trabajadores, así como en el empleo y la formación, en tanto que componentes esenciales de las actividades de seguimiento de la Cumbre Social de Copenhague por parte de la OIT.

78. El representante del Gobierno del Japón respaldó la declaración de la representante del Gobierno del Canadá en nombre de los PIEM. Aunque el Consejo de Administración y la Oficina habían colaborado para mejorar la formulación del presupuesto, esperaba que se continuara este encomiable esfuerzo, pues el orador aún estaba un poco decepcionado. Tanto por el contenido como por la forma, las propuestas de presupuesto no se separaban mucho del enfoque tradicional, y era difícil obtener un panorama claro sobre su intención.

79. La presentación hecha el día anterior por el Director General había sido provechosa, pues había dado una indicación más clara de las prioridades e intenciones de la OIT. En particular, la información sobre fondos extrapresupuestarios contribuyó a situar el presupuesto en perspectiva. En los dos años anteriores, se habían realizado intensos esfuerzos por racionalizar la OIT y reducir gastos, esfuerzo que debía continuar en los años a venir. Dado que los fondos de la OIT eran muy limitados, resultaba aún más importante que se asignaran recursos suficientes a las actividades esenciales de la OIT, incluso a riesgo de que se mermaran otras. Tales propuestas debían considerarse como un máximo, debiendo continuar los esfuerzos por seguir haciendo recortes. Estuvo de acuerdo con la representante del Gobierno del Canadá en que la OIT debía centrarse en actividades prioritarias y generar ahorros aplicando una eficiencia más rigurosa.

80. El representante del Gobierno de Francia observó que en toda negociación era necesario tener en cuenta las opiniones de ambas partes, y la presente reunión era la tercera fase de las negociaciones del Consejo de Administración con el Director General, después de las que se habían celebrado en abril y noviembre de 1996. En la medida en que el Consejo de Administración estaba comprometido en negociaciones no limitadas a las orientaciones principales, sino relativas también a la aplicación de importantes decisiones políticas, el Consejo necesitaba inevitablemente cada vez más información. Para poder formular un juicio hace falta más transparencia, y por tanto el orador apoyaba las anteriores peticiones de los PIEM a ese efecto.

81. La cuestión era hasta dónde se podía llegar en este llamamiento en pro de una mayor transparencia y qué información hacía falta para determinar lo bien que los programas estaban alcanzando sus objetivos principales. Las respuestas deberían encontrarse en las descripciones individuales de los programas, y en el debate posterior se decidiría si se habían satisfecho las principales prioridades de la OIT.

82. Al igual que el representante del Gobierno de los Estados Unidos, había observado que en el Programa y Presupuesto se hacía referencia a temas de salud familiar. Tal referencia tenía por finalidad apoyar la labor de otras organizaciones internacionales hermanas, en concreto el Fondo de Población de las Naciones Unidas, sin que significara que la OIT se estuviera adentrando en nuevos temas ajenos a sus principales ámbitos de competencia. Lo que indicaba que examinar detalladamente cada programa no contribuía realmente a entender el impulso principal de las propuestas de presupuesto. No obstante, el orador apoyaba la petición de los PIEM de mayor transparencia. Algo de esa información podría facilitarse con prontitud en forma de documentos suplementarios, pero, en su mayor parte, la petición debía considerarse como una orientación para futuros documentos sobre el presupuesto.

83. La principal pregunta a que hacía frente el Consejo de Administración era si los programas correspondían a la misión de la OIT. Probablemente, en un examen pormenorizado de cada programa se alcanzaría un notable consenso en que, efectivamente, contribuían a sus objetivos prioritarios. No obstante, no debería permitirse que las peticiones de mayor transparencia desdibujaran la cuestión, más importante, del nivel global del presupuesto. El Gobierno de Francia está dispuesto a aceptar el presupuesto tal como se presenta, pero sin el aumento propuesto del 2 por ciento.

84. La representante del Gobierno de la Argentina apoyó plenamente las recomendaciones que fueron hechas por el portavoz del Grupo de las Américas. Aunque las propuestas de Programa y Presupuesto se debían a un enfoque tradicional que no se prestaba a la planificación estratégica del presupuesto, la presentación oral del Director General constituía un paso en la buena dirección. La oradora apoyó en general las propuestas, aunque lamentando que los datos expuestos en los anexos no indicaban las cantidades asignadas a proyectos específicos aprobados por el Consejo de Administración. Los datos del presupuesto deberían desglosarse a fin de que el Consejo de Administración pudiera asociar las partidas con los diversos programas y facilitar un panorama más claro de los gastos de funcionamiento.

85. Aunque se había informado al Consejo de Administración de que en el Programa y Presupuesto se preveía un aumento de la cooperación técnica, los datos facilitados en el anexo informativo núm. 5 indicaban una reducción de los recursos del presupuesto ordinario y de los recursos extrapresupuestarios consagrados a la asistencia técnica. Habría que explicar esta discrepancia para que el Consejo de Administración pudiera ver qué prioridad se estaba asignando a este programa. Por último, la oradora convino con la observación del representante del Gobierno de Alemania en que los gastos de viaje parecían excesivos y en que con las nuevas tecnologías de la comunicación debería ser posible reducir esta partida presupuestaria.

86. La representante del Gobierno del Reino Unido manifestó su pleno apoyo a la declaración de la representante del Gobierno del Canadá en nombre de los PIEM y añadió que apoyaba firmemente la insistencia del representante del Gobierno de Suecia en la importancia de mecanismos eficaces de evaluación y seguimiento. Dio las gracias al Director General por la exposición del día anterior y dijo que esperaba que se repitiera esta provechosa innovación. Cuando avanzara el debate, formularía sus propias observaciones sobre programas concretos y sobre el presupuesto general.

87. El representante del Gobierno de Nigeria estuvo de acuerdo, tanto con el objetivo como con el objeto principal de la estrategia de la OIT, que se expresan en las propuestas de Programa y Presupuesto. Hacer de la OIT un centro de excelencia y referencia en el campo del empleo y el trabajo era un objetivo importante, como lo era también el fomento de la democracia y de los derechos de los trabajadores por medio de un diálogo habitual y de la serie propuesta de foros internacionales. También apoyó el objetivo de mejorar la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores, en el que podía esperarse que las actividades de elaboración de normas desempeñaran un papel importante. Laudable como era este objetivo, la Oficina y el Consejo de Administración deberían ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a sus posibles implicaciones negativas, en particular mediante programas de asistencia técnica. El tercer objetivo, la lucha contra la pobreza, estaba directamente relacionado con el de la protección de los derechos de los trabajadores. Una buena parte de las actividades de elaboración de normas se había centrado en el trabajo infantil y en el trabajo forzoso, y el orador estaba interesado en que los programas para reducir el trabajo infantil tomaran en consideración su importancia para las familias pobres de las sociedades tradicionales. Los esfuerzos de los organismos internacionales por reducir el trabajo infantil deberían acompañarse del aumento de la ayuda a las familias que la necesitaran a fin de que dependieran menos de la contribución de sus hijos, pues con frecuencia no era posible aumentar la productividad de los demás miembros de la familia. A menos que se insistiera en colmar esta laguna, estas actividades normativas socavarían los esfuerzos por lograr el objetivo conexo de reducir la pobreza.

88. El representante del Gobierno de la República Islámica del Irán se felicitó por las sugerencias formuladas para facilitar un proceso de planificación estratégica. Los anexos informativos presentados por el Director General habían mejorado la transparencia de las propuestas de presupuesto, y el Grupo de Asia y el Pacífico acogería con beneplácito nuevos cuadros y diagramas que contuvieran detalles de tendencias y programas. Las importantes decisiones adoptadas por el Director General y el Consejo de Administración habían producido una simplificación organizativa y ahorros presupuestarios. Aunque había que felicitarse de tal prudencia financiera, habría que tener cuidado con no recortar el presupuesto de forma que las actividades y los programas pasaran a depender en exceso de los recursos externos. La información sobre los recursos y la asignación de fondos extrapresupuestarios sería muy útil para el seguimiento de esta situación, y las reducciones del presupuesto de cooperación técnica deberían limitarse a los costos administrativos. El orador continuó diciendo que el Grupo de Asia y el Pacífico siempre había insistido en que la atenuación de la pobreza seguía siendo un objetivo prioritario de la OIT, y sugirió que podrían conseguirse ahorros si se quitasen actividades sectoriales a las reuniones para pasarlas a la asistencia técnica en esta esfera. Las propuestas del grupo de los PIEM y del Grupo de las Américas eran interesantes y merecían un examen más detenido. Algunos representantes habían recomendado recortar gastos de viaje, pero el orador previno contra la reducción de las misiones de expertos y las misiones de asesoramiento, pues eran un medio eficaz de prestar asistencia a los mandantes de la OIT.

89. El representante del Gobierno de Polonia observó que las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999 le habían brindado la oportunidad de enterarse de los planes ambiciosos de la OIT, que lamentablemente corrían el riesgo de no ser correspondidos por recursos financieros suficientes. El uso de tecnología avanzada y la mejora en los métodos de recopilación de datos brindaban nuevas oportunidades de difundir estos conocimientos a todos los países Miembros, cualquiera que fuere su anterior sistema económico. La OIT debería convertirse en un centro de intercambio de información concreta y orientada a la actividad, porque ello sería de gran ayuda para países que hacían frente a graves problemas laborales y sociales. El acceso a los datos técnicos y jurídicos y a la experiencia de otros países en la aplicación de políticas y programas podría ser de gran provecho para adoptar decisiones sobre empleo y política social. El orador aplaudía los esfuerzos de la OIT por estar a la vanguardia de la lucha por un mayor y mejor empleo y por potenciar la justicia social en el mercado de trabajo. Era esencial mejorar los regímenes de seguridad social para distribuir equitativamente los costos y beneficios del ajuste estructural en las economías en transición, por lo que hacía mucha falta disponer de información práctica sobre innovaciones modernas para garantizar la justicia social.

90. Era muy importante combatir el desempleo y mejorar los servicios sociales, pero estos no eran los únicos temas apremiantes para la OIT; también merecían atención, en el cambiante mundo del trabajo de hoy, las relaciones laborales y las condiciones de trabajo. Por tanto, habría que insistir vivamente en desarrollar la capacidad institucional de los ministerios del trabajo, los ministerios de servicios sociales, las inspecciones del trabajo y los servicios de desempleo. Señaló la referencia que se hizo anteriormente a la Quinta Conferencia Regional Europea de la OIT que se celebró en Polonia en 1995. Las resoluciones adoptadas en esa Conferencia eran importantes para los países en transición hacia una economía de mercado, y el Gobierno de Polonia agradecería información sobre cómo aplicarlas. Por último, se felicitó de las referencias que contenían las propuestas de Programa y Presupuesto para mejorar el perfeccionamiento del personal y la formación en tanto que medio para ayudar a los servicios de la administración del trabajo a responder a las necesidades de empleadores y de trabajadores. Con ayuda internacional, su propio país estaba reconstruyendo su sistema de administración del trabajo y estaría dispuesto a cooperar con otros países en transición hacia una economía de mercado para organizar la formación de personal de administración del trabajo. Debería existir una cooperación más estrecha con el Servicio de Administración del Trabajo de la OIT, el Centro de Turín y el equipo consultivo multidisciplinario de Budapest, a fin de satisfacer las necesidades de formación de los países centroeuropeos en este ámbito.

91. El Sr. Blondel, miembro trabajador, señaló que, por definición, la creación de consenso correspondía a la Presidencia y previno contra cualquier estrategia por parte de los empleadores de buscar el consenso con los representantes gubernamentales a expensas del consenso con los trabajadores. Felicitó al Director General por su exposición de las propuestas de presupuesto y exhortó a que se recurriera más a las presentaciones con soporte múltiple para mejorar el nivel de los debates. Presentar los datos en forma gráfica resultaba especialmente práctico para aclarar la distribución de los recursos. Consultando esta información, podía verse que el fomento del empleo había sido objeto de la mayor prioridad. El orador instó a los Estados Miembros a que siguieran aportando fondos para los programas de fomento de la democracia y de los derechos de los trabajadores en la misma cuantía que para los programas de fomento del empleo. En la exposición del presupuesto hecha por el Director General, la distribución de fondos extrapresupuestarios no se repartía de manera tan uniforme como la de los recursos del presupuesto ordinario entre los tres principales objetivos presupuestarios. Las actividades de fomento del empleo parecían estar indebidamente sesgadas en favor de los empleadores, por lo que temía que esta falta de equilibrio pudiera socavar los esfuerzos por llegar a un consenso entre los empleadores y los trabajadores.

92. El Sr. Blondel recordó a los representantes del Gobierno de los Estados Unidos la reputación de impulsor de la libertad de su país, y advirtió que ese prestigio podría verse socavado por las demoras en el pago de sus contribuciones a la OIT. Del debate celebrado hasta el momento parecía extraerse el acuerdo general de que el presupuesto había que reducirlo, que la gestión tenía que ser más eficiente y que había que utilizar los fondos con más eficacia. A medida que las sociedades optaban cada vez más por la liberalización, la OIT debería participar activamente en ayudar a los países a contrarrestar sus consecuencias sociales negativas. En concreto, debería desempeñar un papel de vanguardia en la lucha por reducir el coste social y mejorar la distribución de los beneficios y costos de la privatización entre todos los sectores de la sociedad.

93. Aunque el Director General estaba haciendo lo que podía para salir al paso de problemas urgentes, el incumplimiento de sus obligaciones por parte de algunos Estados Miembros le complicaban la tarea. Ante la noticia de que 20 millones de personas participaban en trabajos forzosos, se hacía muy difícil aceptar estas limitaciones de recursos. Estaba muy bien hablar en pro de la disminución del desempleo, pero el trabajo forzoso no era la estrategia más adecuada y sólo cabía condenarlo. También debía haber una explicación de la disminución del 2 por ciento propuesta para financiar las actividades sectoriales del programa principal 100. Puso en entredicho la observación formulada por el representante del Gobierno de Nigeria de que el trabajo infantil contribuía a los ingresos familiares, porque mandar a los hijos a la escuela también era una estrategia que mejoraba el bienestar a largo plazo de las familias. También le preocupaba que los esfuerzos por sacar a los niños de ocupaciones peligrosas acabaran simplemente en ponerlos a trabajar en otra cosa. Refiriéndose a la reciente Conferencia sobre el trabajo infantil en Amsterdam, subrayó que la estrategia más eficaz para reducir el trabajo infantil era hacer posible que los niños fueran al colegio. Para acabar, el Sr. Blondel manifestó reservas en relación con la incorporación de parlamentarios y representantes de ONG a las reuniones técnicas de la OIT y al Foro social propuesto. También solicitó que se le aclarara cuál era la finalidad de un segundo Foro empresarial.

94. El Director General, comentando el debate, recordó que éste era su cuarto ejercicio presupuestario y que se sentía responsable de proporcionar al Consejo de Administración un menú de propuestas interesante y bien equilibrado, que fuera susceptible de suscitar un amplio consenso. En sus primeros tres ejercicios, el debate consistió básicamente en las discusiones de varios miembros del Consejo de Administración sobre la composición real del menú que se les presentaba. Como testigo, se podía citar por ejemplo el discurso que había pronunciado el Sr. Gray ese mismo día.

95. Hace un año, a juzgar por las críticas que había oído acerca de la cocina de la OIT, llegó a pensar que el problema estaba en los propios ingredientes. Pero, aparte del Sr. Gray, que no estaba de acuerdo con el menú y que deseaba que se cambiase y mejorase, nadie parecía tener unas críticas radicales que hacer a su composición general. A pesar de ello, nunca en los pasados ocho años el Consejo de Administración había dudado tanto en dar su aprobación. Se daba cuenta de que la cuestión no estaba sólo en digerir unos cuantos platos; se trataba de ver el propio valor nutritivo que tenía, y esto era una cuestión muy distinta. Lo que los gobiernos querían saber era, al parecer, qué es lo que había en cada plato, si engordaba mucho, si tenía muchas proteínas, lípidos y glúcidos: en una palabra, un desglose completo de los componentes del menú que se les estaba sirviendo.

96. Le ha llevado años comprender plenamente lo que el Consejo de Administración quiere que cambie. Por su parte, el Director General no estaba convencido de que hacer una comida gustosa requiriese las mismas habilidades que hacer una comida realmente dietética, ni de que a consecuencia de ello la gente comiese mejor o estuviese más satisfecha. Pero ahora el mensaje estaba claro y la Oficina iba a tomar debida cuenta de los comentarios de los miembros del Consejo de Administración.

Discusión de los programas individuales por grandes grupos

97. La Comisión tuvo ante sí un documento(3) que contenía una recomendación del Director General sobre la estructura de la discusión de las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999. La Comisión estuvo de acuerdo con la recomendación que figura en el documento, en el sentido de discutir los programas individuales en seis grandes grupos.

A. Dirección general y reuniones (comprendidas la Conferencia,
el Consejo de Administración, las reuniones regionales
principales y las reuniones sectoriales) de que se trata
en los programas principales 10, 20, 30, 40 y 100

98. El Sr. Gray, hablando en nombre de los miembros trabajadores, subrayó que una gran parte de los ahorros propuestos para el Programa y Presupuesto -- por un valor de unos 9 millones de dólares -- se hicieron con los programas principales 10, 20, 30, 40 y 100. El grueso de los ahorros se obtuvo mediante recortes en los órganos decisorios de la OIT -- la Conferencia, el Consejo de Administración y las reuniones regionales -- así como en las reuniones sectoriales y otras actividades sectoriales. En cuanto al programa principal 10, la Conferencia había conseguido muchos ahorros gracias a las reformas introducidas a partir de 1993. Las reformas de 1996 se hicieron extensivas a 1997, y se daba por sentado que continuarían en 1998 y 1999. Sin embargo, los miembros trabajadores seguían manteniendo objeciones bien definidas y firmes respecto de las restricciones aplicadas a la publicación de las Actas Provisionales. La Conferencia tenía una importancia capital por ser el órgano decisorio supremo de la OIT. El Director General había anunciado la posibilidad de introducir reformas en el futuro, pero no se podía permitir que ninguna de ellas pusiera en peligro el buen funcionamiento de la Conferencia, por importantes que fueran los beneficios financieros previstos. No se podía ir reduciendo indefinidamente la Conferencia, y era necesario supervisar con cuidado y examinar con regularidad las reformas ya introducidas. Los gobiernos debían reconocer que los ahorros obtenidos con la reforma de la Conferencia eran superiores a los indicados en las propuestas de Programa y Presupuesto, porque se habían reducido las obligaciones de los gobiernos de financiar sus delegaciones tripartitas. Los trabajadores ponían de relieve su firme adhesión a lo que se afirmaba implícitamente en el párrafo 10.4 de las propuestas, en el sentido de que se seguirían incluyendo tres puntos técnicos en los órdenes del día de las futuras reuniones de la Conferencia.

99. En cuanto al programa principal 30, sobre las reuniones regionales principales, los trabajadores tenían tan sólo dos peticiones que hacer, y ambas estaban relacionadas con los servicios lingüísticos. En el párrafo 30.4 de las propuestas se indicaba que las reuniones de los miembros de los Grupos de los Trabajadores y de los Empleadores, previstas para el primer día por la mañana de esas reuniones, tendrían que efectuarse consecutivamente debido a las limitaciones de los servicios de interpretación. Esto hacía muy difícil que los Grupos se prepararan de manera adecuada. Los miembros trabajadores preguntaron si sería posible celebrar reuniones simultáneas de los Grupos de manera consecutiva durante esas reuniones, y pidieron información sobre los costos que entrañaría un examen de esta situación. Del mismo modo, se señaló que se proporcionaría documentación en francés para la Reunión Regional de las Américas, pero no se incluyó una partida para la interpretación para ese idioma. Los miembros trabajadores preguntaron si esto se ajustaba a prácticas anteriores o si se trataba de una medida nueva.

100. Aun cuando respaldaban las propuestas del programa principal 40 sobre la Dirección General -- que no fueron modificadas --, los trabajadores deseaban dejar constancia de la importancia que atribuían a un enfoque colegiado eficaz en la orientación general de la Organización, que imparten los funcionarios de las categorías más altas de la administración. Si bien las propuestas pertinentes estaban repartidas en un número más grande de programas principales que los abordados en esta parte de la discusión, los miembros trabajadores deseaban aprovechar esta oportunidad para dejar clara su preferencia por el programa de reuniones técnicas (párrafo 58 de la introducción del Director General). Al hacerlo, subrayaron que las reuniones de ese tipo eran, y debían seguir siendo, un medio importante de acción de la OIT. Por esta razón, a los trabajadores les complacía observar que se habían hecho propuestas para convocar nueve reuniones técnicas, en lugar de siete, como se indicó en noviembre de 1996. Los miembros trabajadores estaban de acuerdo con las propuestas del Director General salvo la relativa a la Reunión de expertos sobre estadísticas del trabajo: lesiones profesionales, puesto que deseaban reemplazarla por la Reunión de expertos en factores ambientales en el lugar de trabajo (acerca de los daños que causan el ruido, el polvo y otros factores de contaminación), que tendría que haberse celebrado durante el bienio en curso con vistas a la adopción de un repertorio de recomendaciones prácticas. En resumen, los miembros trabajadores estaban de acuerdo con las propuestas de los programas principales 20 y 30, dando por sentado que podían aportarse respuestas acerca de la cuestión de la interpretación y de los intérpretes. En vista de que se habían acortado las reuniones regionales, al menos debería contarse con suficientes servicios de interpretación para celebrar reuniones simultáneas de los miembros trabajadores durante el primer día y en el curso de la reunión.

101. El Sr. Marshall, hablando en nombre de los miembros empleadores, recordó que ya se habían formulado observaciones generales acerca del presupuesto general y que ahora era conveniente examinar los programas específicos que propuso el Director General en las categorías enumeradas. Para los empleadores, esto significaba una oportunidad para definir prioridades y elaborar respuestas prácticas para esas prioridades, lo cual resultaba útil antes de establecer los niveles definitivos de las asignaciones del presupuesto. Los PIEM y otros representantes gubernamentales habían hecho varias propuestas muy constructivas relacionadas sobre todo con la información necesaria para mejorar la transparencia que ya se había observado en el contexto de esta actividad de elaboración del presupuesto. Si bien los miembros de la Comisión, como es lógico, examinarían estas propuestas dentro de sus respectivas reuniones, era importante dejar constancia de la necesidad de reconocer que todo examen ulterior del Programa y Presupuesto en junio debería hacerse como una continuación de estas actividades de la Comisión, con plena participación tripartita.

102. Todos los programas principales incluidos en el apartado A del párrafo 2 (del documento GB.268/PFA/6/S) habían sido objeto de un detenido examen previo en esta Comisión y en otras comisiones del Consejo de Administración, para velar tanto por la obtención de ahorros como por la eficacia de la ejecución profesional de los programas. En términos generales, las propuestas de Programa y Presupuesto reflejaban los acuerdos alcanzados en esas discusiones. En relación con el programa principal 10, los empleadores estaban de acuerdo con el entendimiento alcanzado en discusiones previas y deseaban indicar que, si bien era conveniente, por razones presupuestarias, asignar partidas para tres puntos técnicos que habían de discutirse en la reunión de 1999 de la Conferencia, esto no debía predeterminar los resultados de las futuras discusiones sobre el contenido del orden del día de esa reunión de la Conferencia. Tal vez sería conveniente disponer de dos puntos, aunque, por razones presupuestarias, la situación podía dejarse según lo previsto en la propuesta. Los miembros empleadores no tenían ningún otro comentario que hacer respecto del programa principal 20. En relación con el programa principal 30, sobre las reuniones regionales, los empleadores entendían el problema que plantearon los trabajadores acerca de la programación de las reuniones de los miembros empleadores y los trabajadores, pero consideraban que la propuesta debía mantenerse y había que hacer un intento para que esta fórmula funcionara en la práctica. Aun cuando tal vez fuera importante adoptar otro enfoque para mantener una perspectiva internacional, se convino por el momento en que esas reuniones se celebrarían sin la asistencia de delegaciones del Consejo de Administración. No tenían más comentarios que formular acerca del programa principal 40. Los miembros empleadores daban todo su apoyo a las actividades sectoriales de la OIT (programa principal 100) y estimaban que podían conseguirse algunos resultados constructivos mediante la celebración de reuniones sectoriales cuidadosamente planificadas y que estuvieran dirigidas a actividades sectoriales específicas. Esas reuniones no debían ser simplemente una oportunidad para reunir a personas de un sector específico. Debían abordarse actividades sectoriales específicas, más que cuestiones horizontales. Se aceptaba la propuesta de reducir el número de reuniones durante el bienio, pero esto no debía significar que esa situación tenía que continuar. De hecho, se consideraba que las actividades sectoriales tal vez iban a ocupar un lugar destacado en el futuro, particularmente en relación con las actividades generadoras de empleo dentro de un sector determinado. Los miembros empleadores estaban complacidos por el incremento presupuestario que se asignaba al seguimiento de esas reuniones. Sin embargo, las actividades de seguimiento no debían estar predeterminadas, y la Comisión de Reuniones Sectoriales y Técnicas y Cuestiones Afines debía examinar activamente cada reunión sectorial y determinar el seguimiento apropiado que debía darse a las cuestiones sectoriales específicas examinadas en dichas reuniones.

103. La representante del Gobierno del Canadá recordó la declaración que había formulado el grupo PIEM sobre los programas examinados, pidiendo información sobre las estimaciones de los costos completos de la Conferencia, el Consejo de Administración y las reuniones principales que, esperaba, pudieran obtenerse antes de que terminara la discusión. Señalando que en la declaración también se hacía referencia a los ahorros en materia de eficiencia y a la necesidad de examinar la posibilidad de mejorar la eficiencia -- que seguía siendo una preocupación del grupo PIEM --, la oradora señaló el deseo de que se aplicaran ampliamente esos criterios, tal vez como una propuesta específica para imponer más disciplina con respecto a los horarios. Debería examinarse si cabía acortar las reuniones y los discursos, y empezar las reuniones a tiempo. Se habían hecho importantes ahorros con esta medida en la reunión de 1997 de la Conferencia y también sería conveniente aplicarla a las reuniones del Consejo de Administración.

104. El representante del Gobierno de Francia expresó su apoyo a los comentarios de la representante del Gobierno del Canadá acerca de la disciplina y los horarios de las reuniones. En relación con el programa principal 10, relativo a la Conferencia Internacional del Trabajo, deseaba dar las gracias a la Oficina por haber tenido en cuenta las intervenciones relativas a las Actas Provisionales, y por haber encontrado una solución de compromiso. Además, pidió que se aclarara si en las Actas completas de la Conferencia se incluiría la discusión en plenaria del Informe del Presidente del Consejo de Administración y de la Memoria del Director General. También pidió información sobre la diferencia (que se señala en el párrafo 10.6 de las propuestas) entre el costo de impresión de los documentos fuera de la Organización y el costo del método anteriormente utilizado.

105. La representante del Gobierno de los Estados Unidos hizo suyas las observaciones de los representantes de los Gobiernos del Canadá y de Francia, y reafirmó el deseo de conocer detalles sobre el costo completo de las reuniones, tal como se pidió en la declaración del grupo PIEM. En relación con el programa principal 10, consideraba que todas las reformas que afectaran a la Conferencia debían tender a garantizar que se utilizaran al máximo las potencialidades de la Conferencia, para aumentar la visibilidad de la Organización en los niveles más elevados. Había que procurar que la asistencia a la Conferencia resultara atractiva para los ministros, y era necesario que los productos de la misma se presentaran de un modo que contribuyese al reconocimiento de la OIT como líder en el ámbito de las normas laborales y del empleo. Su Gobierno, como otros, había señalado en el pasado que sería preferible mantener el número de puntos del orden del día de la Conferencia a un nivel asequible, a fin de garantizar la más alta calidad de las nuevas normas adoptadas. Por esta razón, era preferible que en el presupuesto se tomaran en consideración dos puntos normativos por año aunque, a efectos de planificación, podría considerarse la inclusión de cinco de esos temas por bienio. Dado que la mayoría de los costos del programa principal 20 se concentraban en los viajes de los miembros del Consejo de Administración, la oradora pidió una garantía de que esos viajes se hicieran de la manera más económica, descartando los viajes en clase de negocios y haciendo que las dietas de estancia se ajustaran a los tipos previstos por los gobiernos. Había cierta confusión acerca de los temas que realmente estaban incluidos en el programa principal 40 (Dirección General). En vista de que las asignaciones correspondientes a los Subdirectores Generales se encontraban en otras secciones de las propuestas, era necesario conocer las razones de esta diferencia y una explicación de por qué se incluyó también esta cuestión en el párrafo 40.2. También causaba preocupación la relación entre el número de funcionarios de los servicios orgánicos y de los servicios generales en este subprograma. Su Gobierno creía firmemente en la necesidad de que las comisiones del Consejo de Administración tuvieran cuidado respecto del número de puntos de sus órdenes del día. Aunque se estaban abordando muchos temas importantes en la OIT -- y se tendía naturalmente a abordar esos asuntos lo más rápido posible en las correspondientes comisiones -- también era importante establecer un orden de prioridad para esas cuestiones, ya que los órdenes del día se estaban haciendo demasiado largos para que las comisiones pudieran abordar todos los temas en el tiempo de que disponían. Por ejemplo, debería haber sólo una reunión anual de la Comisión de Cooperación Técnica, y bastaba con media jornada. Lo mismo se aplicaba a la Comisión de Reuniones Sectoriales y Técnicas y Cuestiones Afines.

106. El representante del Gobierno de Alemania coincidía en términos generales con las opiniones de los oradores que lo precedieron y deseaba recordar su solicitud para que se aclarara por qué se habían aumentado los gastos de viaje un 319 por ciento en el programa principal 10 (Conferencia Internacional del Trabajo).

107. El representante del Gobierno del Japón indicó, en relación con el programa principal 10, que los discursos y las intervenciones de muchas personas que asistían a la Conferencia, entre los cuales se incluían ministros y altos dirigentes sindicales, tenían un impacto insuficiente porque, por desgracia no atraían la atención del mundo exterior. Por esta razón, era importante encontrar soluciones para dar mayor publicidad a esos discursos no sólo dentro, sino también fuera de la OIT. En relación con el programa principal 30, hizo referencia al hecho de que la primera Reunión Regional Asiática que había de celebrarse con arreglo a los nuevos métodos tendría lugar en diciembre de 1997 y brindaría la oportunidad de evaluar los nuevos métodos. Se enviaría a siete funcionarios de la sede para participar en dicha Reunión. Deseaba saber si se enviarían intérpretes desde Ginebra, o si se contratarían localmente. Refiriéndose al programa principal 40, el orador también preguntó cómo se establecían las diferencias entre las tareas asignadas a los Directores Generales Adjuntos y los Subdirectores Generales. En relación con el programa principal 100, puso de relieve que las reuniones sectoriales deberían centrar sus debates en cuestiones específicas de los sectores, ya que las cuestiones políticas tales como la cláusula social a menudo acaparaban la mayor parte del tiempo asignado a los debates. En el curso de esas reuniones, los miembros de los grupos de trabajo solían ser los únicos miembros que se mantenían ocupados, con lo cual los demás no participaban activamente en la reunión. Por consiguiente, era necesario encontrar una solución para garantizar que todos los participantes desempeñaran un papel activo en las deliberaciones. Los informes de esas reuniones deberían presentarse en las reuniones del Consejo de Administración, y en el caso de los seminarios, al menos deberían presentar resúmenes de los mismos al Consejo de Administración.

108. La representante del Gobierno del Reino Unido acogió con agrado las propuestas relativas a los programas principales y las reformas introducidas. La racionalización de las reuniones de la Conferencia y del Consejo de Administración ya había demostrado su utilidad, y deberían introducirse reformas paralelas en las reuniones regionales. La Oficina debería seguir tratando de lograr nuevos ahorros, pero en el caso de la Conferencia, que era la más importante manifestación pública de la OIT, era necesario asimismo proceder a su completa revitalización. La representante del Gobierno de los Estados Unidos había formulado una serie de sugerencias destinadas a promover la Conferencia, y resultaría de gran utilidad profundizar más sobre la idea de celebrar un Foro social durante la reunión de la Conferencia. La oradora expresó su apoyo al llamamiento formulado por los miembros empleadores para que se llevara a cabo un seguimiento debidamente orientado y planificado respecto de todas las reuniones sectoriales.

109. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, se refirió a los comentarios del Sr. Gray sobre el programa principal 100. No había de sorprender a la Comisión el escuchar que los miembros trabajadores no se encontraban satisfechos con las propuestas formuladas por el Director General, ya que reducían en más de un 20 por ciento los recursos asignados a un programa que era de importancia vital para las actividades de la OIT. Todos los miembros deberían reconocer la trascendencia de este programa, en especial, ya que el Director General había puesto el énfasis en la necesidad de acercar la OIT a sus mandantes -- lo cual es precisamente el objetivo de las reuniones sectoriales. Los trabajadores tenían la impresión de que las reuniones sectoriales estaban siendo objeto de recortes continuos y sistemáticos en la OIT, una evolución que era de lamentar puesto que dichas reuniones facilitaban una estructura tripartita única para intercambiar puntos de vista sobre cuestiones y problemas relacionados con el mundo del trabajo -- problemas que planteaban quienes se veían directamente afectados. Las reuniones sectoriales eran fundamentales para las actividades de la OIT, puesto que contribuían a reforzar las capacidades nacionales en el área de las relaciones laborales, tal y como se proponía en el programa principal 80. La evaluación de las actividades sectoriales llevada a cabo por el Consejo de Administración en 1995 había desembocado en una nueva estructura de las reuniones. La reducción del presupuesto de las reuniones debía compensarse con un incremento del gasto en actividades de asistencia técnica, consulta y seguimiento, de modo que estos cambios resultaran neutros desde el punto de vista financiero. No obstante, las decisiones adoptadas por el Consejo de Administración en medio del difícil clima financiero de 1995 significaron una reducción del número de reuniones sectoriales, que pasaron de 16 a 12 en un bienio, con una reducción proporcional del gasto correspondiente a los medios de acción. Los trabajadores no reclamaban porque los recursos para este programa principal no se ajustaran a las decisiones adoptadas anteriormente, pero resultaba evidente que las actividades sectoriales eran las que se habían visto más afectadas por las reducciones presupuestarias globales. En las condiciones imperantes en 1995, acaso resultó más cómodo centrarse en las reuniones sectoriales, pero las actuales circunstancias exigían un enfoque más equilibrado y una importante modificación de los recortes propuestos. Los trabajadores se mostraron preocupados porque el ejercicio de evaluación correspondiente a 1995, lejos de sentar las bases para un programa de actividades sectoriales que resultara más dinámico y eficaz, parecía estar abriendo el camino para desmantelar paulatinamente este programa principal. Las reducciones previstas en lo tocante a los recursos de personal y financieros podrían privar al programa de los conocimientos expertos y de la competencia necesarios para garantizar su eficacia, y se tenía la impresión de que se veía amenazada la propia existencia del programa. Los trabajadores ya habían dado su acuerdo a las 12 reuniones del párrafo 100.9 que correspondían a las decisiones adoptadas en noviembre de 1996. El Sr. Blondel expresó su apoyo a la celebración de una reunión de la Comisión Paritaria Marítima, que ya se había planteado en la primera discusión sobre el Programa y Presupuesto. La Comisión Paritaria no debería clasificarse como una reunión sectorial, ya que revestía características distintas y tenía un objetivo muy específico. La última reunión ordinaria tuvo lugar en 1991, con breves sesiones ad hoc en 1994 y 1996. La Comisión debería convocarse durante el bienio 1998-1999 a fin de garantizar el adecuado seguimiento de la última reunión marítima de la Conferencia. Si no se celebraba una reunión durante el próximo bienio, la primera fecha disponible para hacerlo se situaría en torno al año 2000, es decir demasiado tarde. En una resolución de 1991, la Comisión Paritaria había señalado los puntos que habían de incluirse en el orden del día de su próxima reunión, uno de los cuales era la revisión de los convenios marítimos de la OIT. Estos puntos formaban parte de la política general de revisión de normas, y la Comisión Paritaria Marítima sería la más indicada para llevar a cabo esta labor.

110. Los trabajadores no querían formular comentarios detallados acerca de las propuestas de seguimiento para las reuniones sectoriales, ya que habían entendido que antes deberían celebrarse consultas preliminares respecto de las medidas propuestas con los mandantes de los sectores interesados y con las organizaciones internacionales de trabajadores. Dicho esto, parecía extraña la propuesta formulada en el párrafo 100.17 (dedicado a la producción mecánica de base) que se refería al "papel cambiante de los sindicatos en relación con otros representantes de los trabajadores en el marco de las negociaciones con la dirección respecto de las nuevas prácticas de trabajo". El orador preguntó cuál era la relación de los sindicatos respecto de los demás representantes de los trabajadores, pues sugería una competencia entre las organizaciones sindicales y los falsos sindicatos.

111. En general, los trabajadores habían mostrado su acuerdo durante la evaluación de las actividades sectoriales para que éstas se organizaran en torno a módulos que incluyeran reuniones, actividades de investigación, servicios de asesoramiento, actividades de cooperación técnica y de creación de redes, etc. Confiaban en que esta idea se conservara y llevara a la práctica. Era importante que los recursos disponibles se distribuyeran por igual entre los 22 sectores que se habían definido, y que las actividades se organizaran con arreglo a criterios de regularidad y oportunidad, sin largas interrupciones o fluctuaciones ocasionadas por el ciclo de reuniones. De resultar inevitable aplicar las reducciones al programa principal, deberían integrarse los programas sectoriales en otros programas técnicos y regionales, con algunas excepciones -- concretamente la del programa principal 90. Lamentaba que no se hubieran extraído conclusiones de las excelentes labores del Coloquio sobre la convergencia de los medios de comunicación múltiples (multimedia); había resultado interesante, pero la falta de seguimiento significaba que su importancia quedaría limitada en el futuro.

112. El Sr. Thüsing, en nombre de los miembros empleadores, expresaba su apoyo respecto de casi todo lo dicho acerca de este tema, pero afirmó que la intervención del Sr. Blondel le había impelido a hacer uso de la palabra. El también vería con agrado el que se asignaran más recursos a este programa, pero era normal que una reducción de los recursos debiera desembocar en una reducción del número de reuniones. No obstante, se había llevado a cabo un análisis detallado del programa y se había adoptado una decisión respecto de una reducción que implicaba nuevos procedimientos y estructuras. Al tiempo que señalaba que la existencia del programa no se veía en modo alguno amenazada, afirmó que debería continuar de acuerdo con las previsiones, y que no debía hacerse ninguna evaluación inmediata para volver sobre estas decisiones.

113. Al referirse a la cuestión de las medidas de seguimiento, convino en que, aunque las reuniones sectoriales no daban necesariamente lugar a conclusiones o resoluciones, la forma que revistieran las labores de seguimiento resultaba de la mayor importancia y tenía que ser identificada por la reunión. El conjunto de medidas globales parecía aceptable, pero no existía necesariamente acuerdo respecto de todos los detalles del mismo. Las medidas de seguimiento futuras sería mejor que se discutiesen en la Comisión.

114. Un representante del Director General (el Director General Adjunto encargado de las políticas normativa y sectorial y de las relaciones con los órganos de la OIT) respondió a las objeciones planteadas por los miembros trabajadores y el representante del Gobierno de Francia en lo que atañe a las Actas Provisionales, y afirmó que el Consejo de Administración había decidido, después de la reunión de la Conferencia de 1996, seguir adelante con la nueva configuración en 1997. Las Actas Provisionales constituían una de las principales partidas de gasto de la Conferencia, y el volver a su configuración anterior representaría un costo situado en torno a los 500.000 dólares. Al referirse a las declaraciones de los representantes de los Gobiernos del Reino Unido y de los Estados Unidos relativas a una revitalización de la Conferencia, afirmó que la Oficina ya estaba considerando esta cuestión, pero que cualquier cambio supondría inevitablemente costos adicionales. Al referirse a los puntos planteados por el Sr. Gray en relación con las reuniones regionales, explicó que se había proporcionado interpretación francesa completa para Haití durante la Conferencia de los Estados de América Miembros de la OIT. Sin embargo, no estuvo presente en la reunión ninguna delegación de Haití. Podía facilitarse interpretación simultánea sin costo adicional si los miembros gubernamentales se reunían brevemente el primer día, tal y como había sido la práctica habitual. En otro caso, habría de añadirse un nuevo equipo por idioma, y ello supondría costos adicionales. En lo que atañe a la declaración del representante del Gobierno de Canadá, respondió que el presupuesto había de elaborarse sobre la base de ciertos supuestos, pero que siempre se presentarían dificultades más adelante si éstos no se cumplían.

115. Refiriéndose a las declaraciones del Sr. Chotard, el orador confirmó que los informes de la Comisión se incluirían en la versión definitiva de las Actas Provisionales impresa después de la reunión de la Conferencia. En relación con los ahorros obtenidos al imprimir las Actas Provisionales en los servicios de la Organización en lugar de hacerlo fuera, comparó los costos generales de imprenta de 1996-1997, que ascendían a 1.922.240 dólares con los costos estimados para 1998-1999, que ascendían a 1.168.600 dólares, lo cual suponía una reducción de 753.640 dólares. En estas cifras estaba comprendida la totalidad de los costos, que superaban lo indicado en el párrafo 10.6 de las propuestas de Programa y Presupuesto.

116. En respuesta a varias preguntas acerca de los costos de viaje para la Conferencia, éstos se presentaban de manera distinta anteriormente, ya que se indicaban en los gastos de personal. Con este concepto se designaban los gastos de desplazamiento de los funcionarios desde el exterior para trabajar en una comisión o para cumplir una función específica en la reunión de la Conferencia. Esto explicaba el aumento del 319 por ciento que mencionó el representante del Gobierno de Alemania. Estos costos se presentaban ahora bajo la rúbrica correcta.

117. En cuanto a los costos generales de viaje, que había mencionado la representante del Gobierno de los Estados Unidos, dijo que una administración prudente tenía que planteárselos. A veces resultaba difícil sacar partido de los billetes de clase económica para viajes cortos o para viajes que no incluían un fin de semana. Las dietas de estancia para el fin de semana podían en algunos casos anular los ahorros obtenidos. Reconocía el valor de las observaciones formuladas acerca de los viajes en clase de negocios, pero se preguntaba si los miembros del Consejo de Administración que venían de fuera de Europa apreciarían viajar en clase económica. En respuesta a la declaración del representante del Gobierno del Japón acerca de las reuniones regionales asiáticas durante el actual bienio, el orador explicó que los intérpretes no se contrataban desde Ginebra, sino a nivel local, desde Bangkok, salvo en el caso del inglés. Los intérpretes rusos eran contratados desde Moscú, los intérpretes chinos desde Beijing y los intérpretes árabes desde la región árabe.

118. Un representante del Director General (el Director de la Oficina de Programación y Gestión) declara que tiene algunos elementos de respuesta a la primera pregunta que había planteado la representante del Canadá en nombre del grupo PIEM. La cuestión estaba en saber cuál era el costo total de la Dirección general, por encima de lo que se consignaba en el programa principal 40.

119. El programa principal 40 comprende los recursos asignados a los miembros de la Dirección general, es decir el Director General, tres Directores Generales Adjuntos y dos Subdirectores Generales, todo lo cual asciende a 2.995.000 dólares.

120. Otros recursos, distintos de los mencionados en el programa 40 cubren los otros seis puestos que forman parte de la Dirección general. Se trata del puesto de Tesorero y Contralor de Finanzas, del puesto de Director Regional para Africa, del puesto de Director Regional para las Américas, del Director Regional para los Estados árabes, del Director Regional para Asia y el Pacífico y del Director Regional para Europa. Estos miembros de la dirección regional hacen sus gastos con cargo al programa principal de las correspondientes regiones y, en el caso del Tesorero y Contralor de Finanzas, con cargo al programa principal de Servicios Financieros.

121. Por otra parte, hay otros dos puestos de Subdirector General: el puesto de Director del Instituto, cuyos gastos corren a cargo del presupuesto del Instituto, y el puesto de Director del Centro de Turín cuyos gastos corresponden al presupuesto del Centro de Turín.

122. En total, ocho puestos regionales de Subdirector General no figuran en el programa principal 40. El total representa 6.990.480 dólares. El total para la Dirección general, sería, pues, de 9.488.000 dólares, más la suma que mencionada para los demás miembros de la dirección (6.990.480 dólares).

123. El Director General Adjunto encargado de las políticas normativa y sectorial y de las relaciones con los órganos de la OIT, dijo que le tranquilizaba oír que los Grupos estaban de acuerdo con la importancia del programa sobre actividades sectoriales. Se había hecho un esfuerzo particular para expresar los objetivos del programa de manera que se facilitara la integración del programa sectorial con otras actividades en la Organización debido a los estrechos vínculos que existían entre las actividades sectoriales y casi todos los demás programas de la OIT. En respuesta a una declaración que hizo anteriormente el representante del Gobierno del Japón, dijo que se disponía de un organigrama de la Oficina. Sin embargo, dicho organigrama podía no corresponder exactamente a las propuestas de programa y presupuesto debido a que algunas personas de la administración general habían sido asignadas a puestos distintos.

124. El Director General intervino sobre el problema de la visibilidad de la Conferencia y de su interés, evocado por los Estados Unidos, el Japón y Gran Bretaña. La primera cuestión es: qué hemos de hacer para que los ministros vengan a la Conferencia y la encuentren interesante y vean que sus discursos tienen repercusiones?", y la segunda cuestión es: "cómo asegurarnos de que la opinión pública nos tome en consideración y que podamos así vender mejor nuestros productos?". Estas son unas cuestiones importantes y difíciles. De manera general, hay más probabilidades de que los ministros vengan si encuentran interés en los temas que se trata en la Conferencia. Este es también el mejor medio para que los periodistas se interesen en nuestras labores, y nosotros tendremos tanto más probabilidades de ver acudir a los ministros cuanto más tengan la sensación de que sus palabras tienen eco en la prensa y en la televisión. Por su parte, los medios de comunicación tendrán más interés en cubrir el acontecimiento si encuentran la presencia de los responsables políticos y pueden presenciar sus intervenciones.

125. La cuestión fundamental que se plantea es: "podríamos ser mejores?". "La Conferencia, tal como la tenemos en el momento presente, es lo más apropiado para este tipo de actividad?". La respuesta es, sin lugar a dudas: "no". Habrá quien diga que éste no es el objetivo. El objetivo es que tengamos una serie de trabajos técnicos importantes y difíciles y que los llevemos a cabo de manera tripartita y, por consiguiente, debamos ocuparnos de tener una Conferencia eficaz, seria y que trate de los temas que conviene sin preocuparse de la opinión pública.

126. El Director General estima que, sin poner en tela de juicio esta dimensión fundamental de la Conferencia, es posible llevar a cabo al mismo tiempo las dos operaciones.

127. Una primera manera de mejorar las cosas sería contar con un orden del día de la Conferencia que trate de temas interesantes. La Memoria del Director General a la Conferencia tratará, dentro de algunas semanas, de la manera en que se establece el orden del día de la Conferencia. Los procedimientos para fijar los temas de las normas o de los convenios toman su tiempo y suponen una relación compleja y difícil con los Estados Miembros. No hay razón para vincularlos con los demás puntos del orden del día. Nosotros nos preocupamos de ellos demasiado pronto, y a veces no tenemos en cuenta la actualidad ni la evolución de la opinión pública. Tratamos de establecer el orden del día en función de unos compromisos entre la labor normativa y los demás ámbitos. Con frecuencia perdemos la oportunidad de decidir más tarde sobre unos temas de actualidad muy interesantes, que serían susceptibles de llegar a una gran audiencia, a la vez formada por ministros, por la opinión pública en general y por los medios de comunicación. Decidir las cosas con dos o tres años de anticipación es correr el riesgo de quedarse con los temas de menos actualidad en el momento en que la Conferencia se celebra. La Memoria del Director General brindará unas sugerencias precisas sobre este tema.

128. Se puede ir más lejos, e imaginar que junto al trabajo técnico de la Conferencia podríamos organizar una serie de acontecimientos de naturaleza distinta. Ya lo hemos probado, y hemos estado innovando en el curso de los últimos años, especialmente celebrando reuniones oficiosas de ministros sobre diversos temas de actualidad. Esto ha tenido mucho éxito. Los ministros han venido, y en algunas ocasiones han sido muy numerosos. Hemos podido llamar la atención de la opinión pública y congregar a los medios de comunicación en torno de estos acontecimientos. Una de las preguntas que se plantea es: "debemos tratar de reflexionar sobre la utilización de unos medios más modernos de mercadotecnia?". Este año, hemos innovado poniendo en marcha una primera experiencia independiente de la Conferencia, que hemos llamado el Foro empresarial, que ha permitido congregar en Ginebra, en torno de la OIT unas personalidades que no forman parte del público tradicional de nuestras conferencias y reuniones. Todo el mundo ha considerado que había sido un éxito. En nuestra Memoria, les proponemos innovar y continuar haciendo foros de este tipo. La pregunta que ha planteado la delegada de Gran Bretaña es: cómo vinculamos una cosa con otra? Podemos, al margen de la Conferencia, organizar mesas redondas, reuniones y foros a los que invitemos a unas personalidades distintas de las que forman parte de la Conferencia, pero también a los responsables patronales y sindicales, así como a los ministros de empleo y de trabajo que asisten a la Conferencia? Si queremos atraer a la opinión pública a unos foros y a unas mesas redondas que no desemboquen en decisiones inmediatas, conviene que tratemos de temas calientes, difíciles y complicados. Es necesario que reunamos a personalidades internacionales conocidas que vengan a dar su opinión.

129. El Director General ha tratado estas últimas semanas de imaginar la puesta en marcha, ya desde 1997, de una o varias reuniones de esta naturaleza al margen de la Conferencia Internacional del Trabajo. Pero los resultados de sus consultas y de sus negociaciones han sido negativos y, por lo tanto, no será posible poner en marcha un programa de este tipo en 1997. Sin embargo, formula la esperanza de que las intervenciones que han tenido lugar en torno a ese tema permitan proseguir las discusiones sobre la puesta en marcha de un programa general de la Conferencia que vaya en el sentido de las preocupaciones manifestadas por los tres oradores que han intervenido.

130. El Sr. Oechslin, del Grupo de los Empleadores, dijo que la intervención del Director General era muy interesante y planteaba muchas cuestiones de principio. Se dirigiría a la Comisión cuando ésta examinara el próximo grupo de programas principales, y que en algunas de sus observaciones volvería sobre la discusión que acababa de tener lugar.

131. La representante del Gobierno de los Estados Unidos reafirmó su apoyo a la reforma del programa sectorial y a la reducción de los costos. Estaba de acuerdo en que las medidas de seguimiento deberían estar más centradas y dijo que esta cuestión debería tratarse en la Comisión de Reuniones Sectoriales y Técnicas y Cuestiones Afines. En relación con las observaciones del representante del Director General acerca de los costos de viaje, la oradora también preferiría no tener que viajar en clase económica, pero se veía obligada a hacerlo porque el costo de la clase de negocios en algunos casos era el doble o el triple de la clase económica. Respecto de los comentarios del Director de la Oficina de Programación y Gestión, la oradora señaló que los costos de seis subdirectores generales sumaban casi 7 millones de dólares en un bienio, lo cual representaba aproximadamente 400.000 dólares anuales por persona. Pidió una aclaración acerca de esta cifra a su juicio exorbitante.

132. El Sr. Blondel, portavoz de los trabajadores, se preguntaba qué importancia tendrían las actividades periféricas para la Conferencia. Se vería obligada la OIT a forzar a los ministros a venir a la Conferencia? Si venían únicamente cuando la Conferencia les ofrecía suficiente cobertura televisiva, en ese caso estarían demostrando una falta de interés lamentable y totalmente inaceptable por la labor de la Organización. En todo caso, le tocaba a los representantes de los empleadores y de los trabajadores, así como a los gobiernos, garantizar que los ministros vinieran a la Conferencia. Esto demostraría su interés por las cuestiones sociales de sus países, que, después de todo, eran su responsabilidad.

133. El Director General pidió la palabra para explicar que había, al parecer, un malentendido. El problema no consistía en conseguir que los ministros viniesen, sino en que su presencia fuese bien aprovechada.

134. El representante del Gobierno de Alemania dio las gracias a la Oficina por las explicaciones relativas a los costos de viaje, pero consideraba que, cuando se desplazaron las partidas relativas a los costos de viaje de la Conferencia del programa principal 160 al programa principal 60 hubiera sido más lógico, haber mostrado un aumento del 40 por ciento para el programa principal 60. Pidió más aclaraciones a este respecto durante el examen del programa principal 160.

135. El representante del Gobierno del Canadá señaló que en el párrafo 10.8 de las propuestas de Programa y Presupuesto se establecía que, además de los costos que se podían determinar directamente y que figuraban en el cuadro presupuestario correspondiente a la Conferencia Internacional del Trabajo, había otros costos que se consignaban en diversos programas principales, y pidió una estimación de los costos indirectos de la Conferencia, de las reuniones del Consejo de Administración y de las reuniones regionales principales.

136. El Sr. Gray, que habló en nombre de los miembros del Grupo de los Trabajadores, se refirió a las observaciones formuladas por el Director General Adjunto sobre la interpretación en la Conferencia y en las reuniones regionales, y pidió a los Gobiernos que redujeran la duración de las reuniones con el fin de contribuir a que los trabajadores y empleadores pudiesen organizar actividades simultáneas.

137. En respuesta a la pregunta formulada por el representante del Gobierno de Alemania, un representante del Director General (el Director General Adjunto responsable de las políticas normativa y sectorial y de las relaciones con los órganos de la OIT) señaló que el principal cambio introducido para presupuestar los gastos de viaje de la Conferencia consistía en que en el bienio anterior la mayor parte de estos gastos se habían consignado junto con los gastos de personal mientras que en las presentes propuestas figuraban por separado.

138. Un representante del Director General (el Director del Departamento de Programación y Gestión) deseaba responder en primer lugar a la solicitud de precisiones por parte de la delegada de los Estados Unidos sobre la Dirección general.

139. Las cifras exactas para los miembros de la Dirección general son, como para el conjunto de los demás costos de personal, unos montos promediados. El monto promediado utilizado, que cubre el conjunto de los gastos, no representa el salario individual percibido sino que corresponde a un monto promediado de 249.160 dólares de Estados Unidos anuales, que cubre el conjunto de los costos de los ocho puestos y, como todos ellos concurren en el programa principal 40, ello representa un monto de 6.990.480 dólares de Estados Unidos.

140. Respecto a la cuestión planteada por la representante del Gobierno del Canadá en el marco de las solicitudes de precisiones del grupo PIEM sobre los costos indirectos, el párrafo 65 de la introducción suministra ya bastantes elementos de respuesta. Este párrafo 65 hace referencia a los costos indirectos de las reuniones de los órganos de política general y a un estudio y unas estimaciones que se hicieron a ese respecto. Estas estimaciones deberán reactualizarse para responder más completamente a la cuestión planteada puesto que se han producido cambios. Los coeficientes que aparecen en este párrafo dan un orden de importancia de los costos indirectos. Una buena actualización es una operación muy compleja, porque en todo momento los funcionarios de la Oficina contribuyen a una u otra reunión, y su costo no se contabiliza en los costos de la propia reunión.

141. El representante del Gobierno de los Estados Unidos preguntó qué comprendía exactamente el costo promedio al que se había referido el representante del Director General.

142. El representante del Director General (el Tesorero y Contralor de Finanzas) dijo que los gastos de personal se habían presupuestado utilizando los costos normalizados correspondientes a diferentes categorías. Existía, en primer lugar, un costo normalizado para el personal de los servicios generales, que cubría todas las categorías de servicios generales, y un costo normalizado correspondiente al personal de los servicios orgánicos que cubría las categorías P.1 a D.1. Existía un costo normalizado separado para el grado D.2, porque se podrían tergiversar los costos normalizados correspondientes al personal de los servicios orgánicos si se incluía en esa categoría. En lo que respecta a la dirección, se había asignado un costo promedio para los Subdirectores Generales; los tres Directores Generales Adjuntos y para el Director General. Señaló que la cifra que se había indicado anteriormente era un promedio para todos los miembros de la dirección y no correspondía al costo promedio separado asignado a un Subdirector General, un Director General Adjunto y al Director General. Los costos normalizados abarcaban todos los gastos de personal, tanto directos como indirectos, los cuales se exponían con más detalle en el anexo 3 de las propuestas de Programa y Presupuesto.

B. Programas técnicos principales y programas relativos
a las actividades de los trabajadores y de los empleadores
(programas principales 50-145 inclusive, 225 y 230,
con exclusión del programa principal 100 relativo
a las actividades sectoriales)

143. Hablando en nombre de los miembros empleadores, el Sr. Oechslin indicó que no abordaría el punto B en su conjunto, pero que los empleadores abordarían determinados programas. Antes de proceder a dicho examen, el orador quiso hacer algunas reflexiones sobre la declaración que había hecho momentos antes el Director General, y sobre ciertas declaraciones que se hicieron el día anterior. En primer lugar, deseaba precisar su opinión sobre el sentido de la palabra consenso. A su juicio, el consenso era indudablemente el resultado de un proceso. También era un objetivo, que no estaba fijado por adelantado, y tanto los empleadores como los trabajadores habían tenido ocasión de criticar con mucha insistencia situaciones en las que el consenso era demasiado evidente para ser verdadero. Del mismo modo, el consenso no puede ser un imperativo porque entonces pasaría a convertirse en un derecho de veto. Sin embargo, al reflexionar sobre la cuestión, el orador se preguntó si estaba en lo cierto y si no sería útil recurrir en mayor medida al consenso en la OIT. La Conferencia Internacional del Trabajo era la única gran conferencia internacional que no funcionaba sobre la base del consenso y que adoptaba sus decisiones por mayoría. En la última reunión de la Conferencia, uno de los instrumentos fue adoptado con una mayoría muy reducida por el Grupo de los Trabajadores y algunos gobiernos. Sin duda hubiera sido preferible trabajar sobre la base de un consenso. Ocurría lo mismo con la selección de los puntos del orden del día de la Conferencia, que en algunas ocasiones se adoptaba por consenso, y en otras por mayoría. El Consejo de Administración tal vez podría reflexionar sobre la idea de adoptar sus decisiones sobre temas tan importantes por consenso, y si el Grupo de los Trabajadores hacía propuestas en este sentido los empleadores las escucharían con gusto.

144. A continuación, el orador volvió sobre los comentarios que el Director General había hecho momentos antes. En relación con los dos foros señalados en las propuestas de Programa y Presupuesto, los empleadores subrayaron que era sumamente peligroso considerar que había un foro para los empleadores y un foro para los trabajadores. Había foros para la OIT, cuyo objetivo era promover sus objetivos y que podían diferir según los públicos a los que eran presentados, pero, básicamente, de lo que se trataba era de definir instrumentos para la OIT. La fórmula del foro, que se había puesto en práctica desde hacía poco tiempo con el Foro empresarial, había demostrado el interés de un diálogo menos formal que el que se desarrollaba en los órganos de la Organización. Los empleadores estimaban que ese foro sin lugar a dudas había aumentado la visibilidad de la OIT en ciertos medios, principalmente en el de las empresas y los consultores de empresa, quienes en su mayoría tenían un conocimiento sólo aproximado de la OIT y habían aprendido mucho sobre ella.

145. En relación con la idea del Director General de organizar tales foros al mismo tiempo que la Conferencia, los empleadores pensaban que era necesario distinguir dos tipos de reuniones: en primer lugar, cabía mencionar las reuniones tales como la del Consejo de Administración o la Conferencia. Según la Constitución, esas reuniones "de decisión" debían tener una estructura tripartita y los participantes debían ser los mandantes de la Organización. Las ONG, por ejemplo, no eran mandantes de la OIT. Los trabajadores parecían compartir el punto de vista de los empleadores sobre este particular. En segundo lugar, debía haber otros tipos de manifestaciones que permitieran aumentar la visibilidad de la OIT. A juicio de los empleadores la Organización no era lo suficientemente visible y era conveniente que la opinión pública en general pero sobre todo la opinión pública directamente interesada, es decir los círculos económicos, sociales y políticos, conociera mejor las actividades de la OIT.

146. Los empleadores pensaban que no había que mezclar esos dos tipos de reuniones, razón por la cual consideraban con circunspección las propuestas de utilizar la Conferencia para reuniones destinadas a la opinión pública. Tenían interés en leer las opiniones del Director General que se expondrían en la Memoria presentada a la próxima reunión de la Conferencia, pero consideraban que era necesario sopesar, por una parte, la forma y, por otra parte, el contenido de las cuestiones que se debatían en las manifestaciones destinadas principalmente a aumentar la visibilidad de la OIT. Estas no debían mezclarse con el proceso de decisión de la Organización.

147. Los empleadores acogieron con agrado el hecho de que los ministros de trabajo quisieran participar en la Conferencia. Ellos desempeñaban un papel importante en la misma y eran ellos quienes dirigían un gran número de delegaciones gubernamentales. Los empleadores estimaban insuficiente la posibilidad que se ofrecía a esos ministros de dirigirse durante cinco minutos a una sala medio vacía. Había que darles la ocasión de manifestar su presencia en otras circunstancias, cosa que se había hecho. Los empleadores respetaban a los ministros de trabajo, y pensaban que la Organización podía integrarlos en mayor medida en su trabajo, pero la Conferencia Internacional del Trabajo debía ser el órgano legislativo supremo de la OIT.

148. En cuanto a los foros, los empleadores pensaban que era una idea ciertamente interesante, pero los párrafos en los que se abordaba este tema se encontraban en dos programas principales distintos y proporcionaban informaciones un poco fragmentarias. Pensaban que el principio de esos foros podía ser aprobado sin dificultad y que podrían preverse las disposiciones necesarias para ello en el Programa y Presupuesto. Sin embargo, antes de convocar esos foros, deseaban un debate sobre la manera de organizarlos para que no se convirtieran en un tipo de reunión durante la cual los empleadores y los trabajadores hacían de invitados marginales y no de participantes activos. Según los empleadores, el primer Foro empresarial fue un éxito, pero esto no significaba que no hubiese que introducir algunas mejoras.

149. Acto seguido, el orador pasó a abordar los distintos programas. En cuanto al programa principal 50 (Normas internacionales del trabajo y derechos humanos), los empleadores no tenían gran cosa que decir al respecto, ya que la actividad de este programa dependía en gran medida de las decisiones adoptadas en el marco de la Comisión de Cuestiones Jurídicas y Normas Internacionales del Trabajo, en la que participaban. Para ellos, se trataba de un programa clave. Los empleadores recordaron una observación importante que se hizo el día anterior, que era necesario adoptar un lenguaje jurídico riguroso, sobre todo en lo relativo a la definición de los derechos fundamentales de los trabajadores. En ese programa principal, ciertos párrafos carecían de rigor, en especial los párrafos 50.12, 50.18 y 50.4. Habida cuenta de que el Consejo de Administración estaba examinando procedimientos para reforzar la aplicación de un grupo de convenios fundamentales, era indispensable definir de manera cabal y clara dicho grupo. El resto de los convenios, sin duda era importante, pero no requería el mismo tipo de acción.

150. Estaba previsto que otro miembro empleador hablaría acerca del programa principal 60 (Empleo y formación). Sin embargo, el orador no pudo dejar de citar un párrafo que le parecía un ejemplo perfecto de la manera en que en él se abordaban los problemas: se trataba del párrafo 60.26. En las primeras líneas se explica que la idea según la cual la flexibilidad favorecía el empleo era falsa, y en las últimas líneas se hablaba de la necesidad de hacer estudios de casos. Hubiera sido preferible decir que era necesario hacer estudios de casos para examinar si la hipótesis se verificaba o no. Ese tipo de procedimiento se daba en muchas propuestas, y consistía en expresar en primer lugar una opinión categórica para luego hacer estudios de casos. Los empleadores se preguntaban si se hacían estudios con la perspectiva de encontrar pruebas para reforzar la idea ya expresada por la Oficina o si los resultados de los estudios se examinaban con apertura de espíritu.

151. El programa principal 65 (Desarrollo de empresas y cooperativas) era el que más interesaba a los empleadores. Apoyaban firmemente este programa, ya que era un elemento capital de la estrategia de la OIT para promover el empleo. La clave de ese programa era el programa de acción sobre desarrollo de las pequeñas y medianas empresas para la creación de empleo. Los dos otros programas de acción también eran interesantes, eran complementarios y constituían el soporte de ese programa fundamental. Los empleadores le atribuían una importancia considerable; estimaban que formaba parte de los elementos que serían determinantes en su posición final respecto de las propuestas de Programa y Presupuesto.

152. El orador deseaba hacer un comentario sobre la falta de equilibrio entre los programas relativos a la promoción del empleo y la lucha contra la pobreza y los otros dos programas principales que figuraban en las otras dos "cajas" donde estaban incluidas las diversas actividades de la OIT. Había un relativo equilibrio a nivel de programas regulares. La falta de equilibrio se daba sobre todo en los recursos exteriores, de los que los programas relativos al empleo recibían muchos más que los demás programas. Pero no era el Director General ni los empleadores quienes determinaban el volumen de recursos exteriores, sino los grandes donantes, las grandes instituciones internacionales y los programas nacionales multibilaterales. Si la OIT se negaba a ejecutar ciertos programas, éstos serían ejecutados por otras organizaciones al ser muy viva la competencia. Si la OIT no actuaba como lo hacía el Departamento de Empleo, se exponía a perder recursos. Según los empleadores, no había que disminuir el acceso a los recursos exteriores de los que se beneficiaba este conjunto de programas, sino estudiar la posibilidad de vender mejor en las organizaciones internacionales que financiaban las operaciones de las actividades relativas a los otros programas.

153. Los empleadores expresaron dudas en cuanto al título del programa de acción: Inversiones sociales. Este concepto les parecía como ambiguo, pues una inversión no era válida más que cuando daba resultados económicos, especialmente tratándose del tipo de inversión que figuraba en este programa. Los empleadores también estaban un poco perplejos en cuanto al programa 65.3 (Hotelería y turismo), que había atravesado fases difíciles y que ya no disponía de muchos medios. En el párrafo 65.29 se proponía concentrar estas actividades en la creación de pequeñas empresas turísticas. Los empleadores apoyaban este objetivo, pero pensaban que no hacía falta, como se hacía al final del párrafo 65.28, dar una imagen negativa de quienes trabajaban en este sector.

154. Los empleadores apoyaban el programa principal 75 (Centro de Turín), pues se basaba en demandas efectivas de los mandantes. Se trataba de un órgano de gestión tripartita, la contribución de la Oficina era constante y esperaban que las demás contribuciones aumentarían. Por lo demás, los empleadores se alegraban de felicitar al Director del Centro, especialmente por el programa (Desarrollo de las pequeñas empresas y actividades para los empleadores) que estaba en sus comienzos y que, aunque era modesto, tenía sin duda un gran porvenir. Los empleadores pensaban que el Director seguiría apoyando estas actividades que les interesaban. Entre los efectivos del Centro de Turín había un servicio que se ocupaba especialmente de las actividades para las organizaciones de trabajadores. Los empleadores se preguntaban si no sería posible confiar a un funcionario la tarea de ayudar al Centro en los programas para los empleadores.

155. Respecto al programa principal 80 (Relaciones laborales), otro miembro empleador expondría los puntos de vista del Grupo. Por lo que tocaba al programa principal 85 (Empresas multinacionales), sus efectivos habían pasado a ser menos importantes, pero conservaba una importancia fundamental en lo relativo a la aplicación de la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales, que seguía siendo de actualidad. Los empleadores estaban muy satisfechos del trabajo de este departamento, que desempeñaba sus cometidos con mucha objetividad y con el apoyo de todos los mandantes. El orador deseaba solamente formular una pequeña observación acerca del proyecto de preparar una compilación de códigos de conducta. Este proyecto no carecía de interés, pero la realización de una especie de código tipo parecía difícil, dado que la situación de las empresas era muy diferente según los casos.

156. En relación con el programa principal 90 (Condiciones y medio ambiente de trabajo), que comprendía en particular el trabajo infantil, los empleadores declararon que atribuían la mayor importancia a las actividades de este programa y que apoyaban totalmente el programa IPEC, cuyo nuevo método de alcanzar sus objetivos había resultado sumamente eficaz. Hacía poco todavía que se había efectuado un nuevo enfoque de las relaciones con las grandes empresas y con las empresas de los países interesados, y ese enfoque de cooperación había dado excelentes resultados. Seguía quedando por hacer mucho trabajo a este respecto y los empleadores tenían la intención de renovar el compromiso que contrajeron en el Consejo General de la OIE sobre este problema. Los empleadores estimaban que había que continuar las actuaciones relativas al medio ambiente y al mundo del trabajo a pesar de los problemas de personal, y apoyaban las actividades de la OIT en este campo y, en particular, el trabajo de este Departamento.

157. Los empleadores estaban muy interesados en la noción de "cultura de la seguridad". Se trataba de una novedad y era uno de los casos en los que la OIT estaba a la altura de los últimos avances realizados en ese campo por las empresas innovadoras. Este nuevo enfoque de la seguridad se oponía a una concepción de la seguridad quizá demasiado reglamentarista. Los empleadores seguían sorprendidos por el análisis genético, aunque no fuera la OIT la que financiaba este subprograma. Tal tema les parecía ajeno a las preocupaciones de la Organización.

158. En lo relativo a la duración del trabajo, los empleadores señalaron un caso idéntico al mencionado anteriormente. Se comenzaba por enunciar un principio y después se buscaban los medios de justificarlo. Estimaban que había que proceder al revés. Dado que el problema de la duración del trabajo era muy complejo, era necesario reflexionar previamente y recopilar datos. El programa de la seguridad social sería tratado por otro miembro empleador.

159. En lo concerniente al programa principal Estadísticas, los empleadores querían formular una observación relativa a la Conferencia de Estadísticos del Trabajo. No comprendían por qué los participantes empleadores y trabajadores en esta Conferencia habían pasado de seis a tres. Dada la importancia de la Conferencia y del orden del día propuesto para su próxima reunión, estimaban que había que volver a la práctica anterior.

160. El programa principal 125 (Políticas de desarrollo) planteaba muchos interrogantes. Para empezar, los empleadores consideraban que el término "políticas de desarrollo" no se ajustaba mucho al contenido del programa, que daba un poco la impresión de ser un programa en el que se había metido lo que no se había querido meter en otros. Se preguntaban por qué el problema de la marginación y del desempleo juvenil no se había tratado en el programa principal Empleo y formación. Otros programas deberían estar más integrados en el programa principal Empleo. Por ejemplo, en el párrafo 125.8 se aludía a organizaciones de empleadores para el sector no estructurado que no serían realmente organizaciones de empleadores. Los empleadores estimaban que todos los empresarios eran empleadores o futuros empleadores. No había ninguna razón para tratar el problema del sector no estructurado al margen de lo que se hacía en el Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas (ENTREPRISE), en el de Actividades para los Empleadores (ACT/EMP) o en el Departamento de Empleo (EMPLOI).

161. El trabajo a domicilio había sido tratado por la Conferencia con más o menos fortuna. Los empleadores consideraban que de esta cuestión debería ocuparse el Departamento de Condiciones de Trabajo. Se podrían conseguir algunas economías en este programa principal 125, tanto más cuanto que el programa principal 140 (Igualdad para la mujer) tenía unos efectivos bastante limitados: más que un programa principal, era un miniprograma. Además, el programa principal 125 incluía otros muchos programas que trataban de la mujer. El programa principal 130 (Instituto Internacional de Estudios Laborales) sería tratado por otro miembro empleador.

162. En cuanto al programa principal 145, los empleadores ya habían manifestado sus puntos de vista en lo relativo al Foro. En cuanto a la base de datos, el orador declaró ser un fiel usuario de ILOLEX y felicitaba a los que trabajaban en esa dirección. La información que se encontraba allí debía ser información en bruto, objetiva, con mención de los documentos y de las fuentes, y no debía tomarse como una difusión de ideas. El orador felicitaba asimismo a la OIT por haber abierto un sitio en Internet. Había tenido la curiosidad de consultar el contenido de ese sitio, que le había dejado perplejo. En su opinión, sería bueno que lo que figuraba en Internet, que es el principal escaparate de la OIT, fuera examinado seriamente por la Oficina con la participación de los empleadores.

163. Llegando ya al último programa que deseaba comentar, el orador dijo que se trataba de un programa de actividades para los empleadores que les era muy esencial. En sus intervenciones en las fases preliminares de la preparación del presupuesto, el orador había insistido en este programa. El Director General no debía considerar estas intervenciones como una especie de ritual o como una expresión de celos frente a otros programas. Los empleadores estimaban que sus exposiciones habían sido escuchadas con cortesía y a veces con interés, pero que parecían haber sido completamente ignoradas en la preparación del presupuesto. Este Departamento tenía tres tareas: por una parte, la antigua y clásica función de mantener relaciones con las organizaciones de empleadores, cometido que había sido relativizado con los acontecimientos; por otra parte, la tarea consistente en dar a conocer al Director General y a sus servicios la opinión de los empleadores, para lo que hacía falta que el servicio estuviera informado de todas las actividades de la OIT, proceso que llevaba tiempo. Además, este Departamento había desarrollado un programa importante de cooperación técnica. No obstante, los empleadores constataban que los recursos asignados al programa principal 225 en el presupuesto ordinario eran relativamente escasos y que los consagrados a los subprogramas de cooperación técnica eran más escasos aún. Según ellos, había que tener en cuenta que lo que se daba desde la sede a un programa de esta naturaleza tenía un efecto multiplicador y que, para obtener recursos exteriores, hacía falta aportar un considerable volumen de fondos en personal y en recursos. Además, los empleadores querían señalar la situación de desequilibrio entre el programa de actividades para los trabajadores y el de actividades para los empleadores, porque el primero disponía de más de 16 millones de dólares mientras que los recursos asignados al segundo se elevaban a menos de 6 millones de dólares. Consideraban que no estaba justificada la afirmación de que otros departamentos, como el de la empresa, eran departamentos para los empleadores. Eso equivaldría a decir que el Departamento de Normas estaba hecho para los trabajadores, porque la mayoría de los convenios les protegían. La verdad era que la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV) y la Oficina de Actividades para los Empleadores (ACT/EMP) eran los únicos departamentos que ayudaban directamente a las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Así pues, los empleadores pedían al Director General que tomara muy en serio estas últimas observaciones que expresaban la preocupación de los empleadores por que la Organización se aproximara a sus mandantes.

164. El representante del Gobierno de Italia secundó las observaciones formuladas por el portavoz de los empleadores y por los oradores precedentes sobre la importancia de expresarse con precisión y rigor cuando se tratase de los derechos fundamentales. Dijo que se había dado la importancia debida a la discriminación en el trabajo y al trabajo forzoso. Pidió que se aportaran detalles sobre la iniciativa del Director General en relación con la ratificación y aplicación de los Convenios de los derechos fundamentales del hombre. En lo que respecta al programa principal 60 (Empleo y formación), recalcó la importancia de la formación como medida para luchar contra el desempleo y para preparar a las nuevas generaciones de trabajadores con el fin de que puedan responder a las demandas de un mundo en continuo cambio. Asimismo, suscribió la afirmación que figura en el párrafo 60.37 sobre la necesidad de establecer nexos entre la enseñanza, la formación y el empleo. Señaló que una formación satisfactoria requería la adopción de determinadas políticas, una buena organización y una ejecución eficaz. Su Gobierno apoyaba el programa principal 65; añadió que las pequeñas y medianas empresas constituían el eje de la industria italiana, y que su país contaba ya con una larga tradición, llena de éxitos, en el campo de las cooperativas. Asimismo, continuaría apoyando al Centro de Turín, habida cuenta de la importancia de la formación. Expresó su apoyo al programa principal 90 (Condiciones y medio ambiente de trabajo). Indicó que cualquiera que hubiera leído los informes elaborados por la OIT sobre el problema del trabajo infantil, o que hubiera escuchado las palabras del Director de la UNICEF en la Conferencia de Amsterdam sobre el Trabajo Infantil estaría sin duda de acuerdo en que había que hacer todo lo posible para mejorar la situación. Otro aspecto importante del programa principal sobre las condiciones y medio ambiente de trabajo era la seguridad y salud en el trabajo. Esta cuestión ocupaba un lugar prioritario en Italia, y en estos momentos se estaba elaborando legislación nueva al respecto. Por último, hizo hincapié en la necesidad de que la OIT aplique el programa principal 140 (Igualdad para la mujer) con el fin de poner en ejecución las decisiones de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing.

165. El Sr. Edstrom, en nombre de los miembros trabajadores, subrayó la especial importancia del programa principal 50 (Normas internacionales del trabajo y derechos humanos). Piedra angular del mandato de la OIT, ese programa además formaba parte de las prioridades de la Organización en materia de democracia y derechos humanos. La promoción de las normas internacionales del trabajo debería seguir orientando las actividades de toda la Organización. Sin embargo, ese programa debería ser reforzado puesto que la OIT gastaba tan solo el 3 por ciento del total de sus recursos en actividades relacionadas con las normas. El programa no debería limitarse a velar por el buen funcionamiento de los mecanismos de control de la OIT; debería además impulsar la labor de promoción preconizada por el Consejo de Administración, contribuir al examen de la labor normativa, garantizar el vínculo entre las normas y la cooperación técnica, y promover campañas de sensibilización sobre las normas de la OIT en el mundo entero. Los recursos no habían aumentado en la misma medida que el volumen de trabajo. Por consiguiente, los miembros trabajadores ponían en duda que el programa pudiera lograr todos los objetivos antedichos.

166. La labor de promoción de las normas no era una tarea que debía realizarse únicamente cuando había fondos disponibles. En los últimos años, se había acordado proporcionar asistencia técnica a los sindicatos y a las organizaciones de empleadores en particular sobre el uso del sistema de control. El programa debería seguir promoviendo todas las normas contenidas en el Código Internacional del Trabajo. Además, había nuevas solicitudes en esa materia como consecuencia de la campaña sobre los derechos fundamentales y de las decisiones que había adoptado a partir de 1995 el Grupo de Trabajo sobre política de revisión de normas. Hasta el presente, el trabajo se había concentrado en la revisión de normas, la promoción de los derechos fundamentales y el fortalecimiento de los mecanismos de control. Sin embargo había un cuarto componente: el desarrollo de un enfoque temático de nuevas normas, al cual el programa habría debido dedicar más atención en el nuevo bienio. Esto habría hecho necesaria, una amplia investigación sobre posibles nuevas normas. En su forma actual, las propuestas eran inadecuadas y en particular el párrafo 50.3, que estaba centrado únicamente en la reforma de las normas y los mecanismos de control, podría dar una impresión equivocada del trabajo que debía realizarse. Si bien el nexo entre las normas y la cooperación técnica era un aspecto fundamental de la política de asociación activa, se mencionaba poco en las propuestas. Era específicamente en materia de normas que la sede de la OIT debía coordinar y guiar las actividades de los EMD, y por consiguiente garantizar la coherencia, integridad y universalidad de una de las actividades fundamentales de la OIT. Toda disminución de la atención o reducción de los recursos en ése ámbito era inaceptable, razón por la cual los miembros trabajadores deseaban que se asignara una partida más importante al programa principal 50. Esto se podría lograr de dos maneras: los fondos CTPO, de un monto de 854.000 dólares, deberían ser aumentados, y además debería incluirse en el programa un programa de acción para promover los convenios fundamentales en materia de derechos fundamentales. Habida cuenta de las decisiones del Consejo de Administración acerca de la importancia de estos convenios era sorprendente comprobar que ese fuera el único programa principal que no había tenido un programa de acción durante dos bienios seguidos. La inclusión de un programa de acción habría disipado la impresión de que el programa de normas era puramente formal. Por último, debían realizarse mayores esfuerzos para obtener el financiamiento extrapresupuestario tanto para promover los convenios fundamentales en materia de derechos humanos y el vínculo entre las normas y la cooperación técnica.

167. En cuanto respecta a puntos específicos, el Grupo de los Trabajadores aprobaba la transformación del Servicio de Igualdad de Derechos Humanos en el Servicio de Discriminación y Trabajo Forzoso, pero señalaba una importante inexactitud en el párrafo 50.2 según el cual el Convenio núm. 138 no ha sido considerado una norma fundamental en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social. Si no fuera corregido ese error podría crearse una confusión en otros temas importantes de la OIT. Por otra parte, con respecto al párrafo 50.12, el Grupo de los Trabajadores consideraba que los sindicatos y no únicamente los gobiernos debían beneficiarse del asesoramiento de la OIT en materia de proyectos de legislación laboral cuando dichos proyectos eran de dominio público. El Grupo de los Trabajadores atribuía una gran importancia al desarrollo de la cooperación entre la OIT y otros órganos responsables de los derechos humanos, en particular, el Centro de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Debería darse prioridad a los convenios en materia de derechos humanos fundamentales, en particular la libertad sindical, y las decisiones de los órganos de control de la OIT deberían ser sistemáticamente transmitidas a los órganos de las Naciones Unidas correspondientes. Los trabajadores apoyaban las importantes actividades de los servicios de información, en particular, ILOLEX y NATLEX, parte esencial del programa 145. Por último, dado que la elaboración de normas reflejaba objetivos que compartían todos los mandantes tripartitos, resultaba sorprendente oír a un miembro empleador declarar que las disposiciones relativas a la salud y la seguridad en el trabajo y la labor del Departamento de Normas beneficiaban únicamente a los trabajadores.

168. El representante del Gobierno de Francia instó a la OIT a acrecentar su participación en las actividades de las ONG. En el documento de propuestas de Programa y Presupuesto había cierta confusión y muchas repeticiones. Por ejemplo, el programa principal 60 (Empleo y formación) y el programa 125 (Políticas de desarrollo) trataban ambos del sector informal y la marginalización de los jóvenes; y el programa principal 50 parecía considerar, a la vez, las normas sobre trabajo forzoso y los trabajadores migrantes. La relación entre los programas debería ser analizada antes y después de la formulación de las propuestas. Por ejemplo, con respecto al objetivo de creación de empleos, podría decirse que el programa 60 era un programa piloto; por consiguiente, los otros programas que se referían a la creación de empleo debían hacerlo en el contexto indicado en el programa 60. Esto no solamente era más lógico; además, habría facilitado las discusiones sobre las propuestas de Programa y Presupuesto.

169. El Sr. Katz, en nombre de los miembros empleadores, dijo que era difícil hacer comentarios sobre el programa principal 60 sin hacer algunas observaciones sobre el fondo del mismo, observaciones que haría con mayor detalle en la Comisión de Empleo y Política Social de la próxima semana. Los empleadores desearían ser asociados con un centro de excelencia que funcionase en esta casa sobre cuestiones de empleo. El empleo debería estar en el centro de las preocupaciones de la OIT aunque, este concepto parecía que no gustaba a los representantes de los trabajadores.

170. En relación con las observaciones del representante trabajador, de que la política macroeconómica, como clave del crecimiento económico parecía haber sido abandonada en este programa de trabajo, el Sr. Katz dijo que de hecho una preocupación fundamental de los trabajadores era que el programa de trabajo repetía más de una vez la afirmación central de dos informes sobre el empleo, de que las rigideces del mercado de trabajo no eran una causa fundamental del crecimiento del desempleo. Por ejemplo, en el párrafo 60.32, que trataba de la consulta internacional, se hablaba de las limitaciones que entorpecen el crecimiento económico que conduce a la generación de empleo. Esto recordaba las opiniones anteriores a la Reunión de alto nivel de 1987, que condujeron a que la Reunión fuese evitada por los ministros de finanzas. La afirmación de que las rigideces del mercado de trabajo no constituían la causa principal del crecimiento de desempleo seguía yendo contra las opiniones de todas las organizaciones internacionales, el peso preponderante de los economistas y las políticas y sabiduría colectiva de los líderes políticos de la mayor parte de los países. Cómo podía la Organización alcanzar la reputación de ser un centro de excelencia? Cómo podría el programa de trabajo del capítulo 60 conducir a un diálogo político productivo con las instrucciones de Bretton Woods, diálogo que habían solicitado con insistencia tanto los empleadores como los trabajadores desde la Reunión de alto nivel de 1987? En la descripción que se contenía en el programa principal 60 no había nada que indujese a pensar que se estaba abandonando el punto de vista sindicalista tradicional de cómo salir del desempleo. Por el contrario, las referencias que figuraban en el documento al crecimiento del empleo, venían repetidamente acompañadas por ciertos calificativos que parecían indicar que éste se derivaría de un aumento del crecimiento. Los empleadores seguían creyendo que el crecimiento económico era una condición necesaria, pero no suficiente, para asegurar la creación de empleo pero en la mayoría de las partes del mundo, el problema del empleo era un problema estructural.

171. Además, el capítulo mencionado dejaba traslucir repetidamente los puntos de vista sindicales (aun en la mención de la mejora del mercado de trabajo sin sacrificar la seguridad en el empleo). No estaba claro que el cambio estructural llevaría en muchos (si no en la mayoría) de los casos a cierta pérdida de empleos, tanto si esto se debía a un cambio en las estructuras del mercado de trabajo como si se debía a los mercados de bienes de consumo o a la privatización de las empresas de propiedad estatal? Esto se había reconocido en la Reunión de alto nivel de 1987. La labor consistía ahora en mitigar y reducir al mínimo los sufrimientos. Cuanto más largo fuese el ajuste, más largo serían también los sufrimientos en términos de pérdidas de empleo y de ingreso.

172. Pero el capítulo mencionado no hablaba acerca de las medidas prácticas para facilitar el ajuste, cuando la OIT había contribuido mucho a las acciones de los países individuales y de los programas por país de las instituciones de Bretton Woods. En lugar de ello, el párrafo 60.11 del subprograma 60.2, insistía más que nunca en hacer efectivas las normas básicas del trabajo. Por su parte, insistía en que no estaba entrando en polémica con el otro objetivo principal de la OIT que los empleadores compartían plenamente. Expresaba su preocupación porque las frecuentes referencias a las normas del trabajo y la justicia social en ese contexto podían ser mal utilizadas para aislar a los trabajadores de que se trate de las fuerzas de la oferta y la demanda y para desrepresentar a los desempleados en el sistema de negociación de empleos, que era un logro profundamente democrático. Como el Sr. Sax había señalado en esta Oficina, las normas internacionales del trabajo no creaban empleos.

173. En relación con ello, manifestaba también su preocupación sobre las frecuentes referencias a conseguir un consenso, que pueden verse por ejemplo en el párrafo 60.16, titulado "Ajuste estructural, empleo y la función de los interlocutores sociales". Aunque el discurso público, la explicación y las consultas podrían ser útiles para suavizar el camino del ajuste estructural, había que reconocer que los grupos privilegiados rara vez veían ninguna ventaja en dejar sus privilegios, tanto si eran un empleo bien pagado como si consistían en subsidios agrícolas, industriales o mineros. Así que, en algún momento la urna de votación habría de ser el camino democrático si los privilegiados o beneficiarios deseasen imponer su voluntad contra los mecanismos tripartitos o las manifestaciones callejeras. Por su parte, no quería negar el posible beneficio de los esfuerzos de la OIT para iluminar las posibilidades de llevar a cabo cambios estructurales en condiciones de paz laboral; por su parte, estaría en contra de ello si esto se convirtiese en una excusa para hacer más lentas las políticas que habían sido el enfoque tradicional de esta Oficina.

174. Refiriéndose a la expresión de desaliento de los representantes de los trabajadores, de que el próximo informe El empleo en el mundo se centrase en la formación de capacitaciones y empleo, por su parte también compartía el escepticismo manifestado sobre que la formación fuese una panacea, pero les pedía que leyesen el párrafo 60.8. Había un reconocimiento creciente de que el cambio tecnológico y la demanda de capacitaciones tenía un impacto profundo en la dispersión de salarios y empleo. En los Estados Unidos este factor se reconocía por parte de muchos economistas como mucho más importante que la llamada mundialización. Estaba esperando un informe de empleo sobre este tema, con la constatación por adelantado de que no contendría ninguna varita mágica. Sólo un amplio y profundo programa de reforma estructural, como habían sugerido el FMI, la OCDE y otras instancias podría hacer frente efectivamente al desempleo, pero el número del informe que al parecer se iba a publicar podría ser menos útil y menos irritante que sus predecesores, haciendo más para establecer a la OIT como centro de excelencia.

175. El representante de los empleadores se refirió al representante de los trabajadores que había expresado su preocupación porque la OIT estaba abandonando el terreno en el tema de la mundialización, lo que llevaba implícito que esto era una fuerza negativa. En primer lugar, insistió a la Oficina de que no insistiese demasiado en esta expresión. Los economistas estaban señalando cada vez más que esta expresión daba una impresión incorrecta e incluso inducía a error. Sin duda, el comercio y las inversiones habían aumentado considerablemente, las comunicaciones y transportes habían creado lo que la gente llamaba una economía mundial, pero la mayor parte de la inversión, producción, comercio y consumo seguía siendo local, nacional o regional, como lo eran también las políticas y sus efectos positivos y negativos. Y el problema del empleo era sobre todo un problema local y nacional. De modo que, por su parte, apoyaba el programa de desarrollo de empresas de base local y empleo, así como el programa sobre los efectos del crecimiento de los bloques regionales. Expresaba su preocupación por los detalles, pero no por el concepto en sí.

176. No estimaba necesario distinguir entre "de facto" y "de jure" en el párrafo 60.14. El GATT, la UE, el TLC y el MERCOSUR eran todos, en grado distinto, acuerdos basados en reglas de diferente complejidad pero la cuestión no era de facto o de jure. La cuestión verdadera era saber si creaban comercio o desviaban al comercio. En este último caso, el crecimiento y el empleo serían estimulados a expensas de otros países. Esta era una cuestión económica compleja que los economistas especializados en comercio internacional, que no abundaban en la Oficina, habían tratado muy extensamente.

177. En relación con las evaluaciones de las políticas de empleo propuestas en los párrafos 60.30 y 60.31, el orador apoyó la idea de realizarlas en ocho o diez países, no por respeto formal a los acuerdos de seguimiento adoptados en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, sino porque permitirían reunir información valiosa y experiencia práctica en materia de políticas de empleo, las que servirían de base para proporcionar asesoramiento en ese campo. Dichas evaluaciones no deberían ser un proceso entre la Oficina y el Gobierno exclusivamente; el Consejo de Administración debería también participar, como había ocurrido en la OCDE y la OMC. Las evaluaciones deberían comenzar por centrarse únicamente en las políticas de empleo y ampliarse después para abarcar otras cuestiones sociales, en particular los derechos fundamentales de los trabajadores.

178. Pasando de largo sobre muchas ideas interesantes, discutía ahora el programa principal 65, una empresa que parecía molestar al representante trabajador. No podía comprender el resentimiento evidente que parecía provocar el hecho de que la OIT hubiera finalmente reconocido que las empresas creaban puestos de trabajo. Una empresa exitosa crearía empleos directa o indirectamente, no por obligación social sino como resultado directo de su actividad. Por qué pues esta animosidad contra el espíritu empresarial, el desarrollo de la dirección y la pequeña empresa? Por qué habría que imponer responsabilidad social a las empresas? Si esto se hiciera a expensas de la eficiencia y de la productividad podría costar empleos. Convenía sinceramente con el miembro trabajador, si lo había entendido correctamente en la participación de las ONG en esta materia. Muchas de ellas tenían una animosidad antiempresarial mayor aún que la que había oído de los trabajadores. Los sindicatos ilustrados habían reconocido claramente, como el Presidente de la AFL-CIO había dicho a los empleadores de los Estados Unidos, lo que estaba en juego en el crecimiento de la productividad y en la competitividad de las empresas. La manera de lograr esto no era imponiendo más y más reglamentaciones sino explorando los caminos que pudiese haber, en la Oficina y en otras partes, para proseguir con un enfoque cooperativo y no propenso a la confrontación.

179. El Sr. Itoh, en nombre de los miembros trabajadores, declaró que los sufrimientos provocados por el ajuste estructural eran principalmente sentidos por los trabajadores porque eran los más afectados por el proceso de mundialización y el proceso de ajuste estructural. Por esa razón, los gobiernos y los empleadores deberían dedicar más atención a las graves consecuencias que tenía para los trabajadores el proceso de ajuste estructural.

180. A pesar de la importancia crucial del programa principal 60, los miembros trabajadores tenía grandes problemas al comprobar desequilibrios y el inadecuado tratamiento dado a asuntos que deberían ser atendidos prioritariamente. Esto era particularmente manifiesto en la forma en que el programa trataba la cuestión de la mundialización. Si bien admitía la necesidad de marcos de política adecuados, las propuestas no abordaban de manera completa las cuestiones de política macroeconómica y de política internacional, las cuales deberían tener un lugar prominente en los análisis de la OIT sobre el proceso de mundialización. Habida cuenta de la posición alcanzada por la OIT como consecuencia de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social esto era particularmente decepcionante. Había el Director General tomado distancia con respecto a las ambiciones que había formulado dos años atrás de "instaurar a la OIT como un interlocutor institucional en las deliberaciones internacionales sobre el mejoramiento de la situación económica y social del mundo", de participar en el liderazgo de una nueva "estrategia de empleo coordinada en el plano internacional"? Parecía haber razones para creer que la OIT estaba atemorizada por ese paso hacia el centro del escenario, y prefería ahora retirarse a campos importantes, aunque no polémicos, como la información sobre el mercado de trabajo y la formación profesional. Así parecían reflejarlo la fusión de los departamentos de empleo y de formación y los cambios internos de puestos que habían dejado pocos puestos para las actividades sobre mundialización y muchos para las actividades de información sobre el mercado de trabajo y de formación. Para reequilibrar el programa, así como también para garantizar la autoridad de la OIT en los asuntos de política internacional, eran necesarios cambios significativos, por lo cual, como primer paso, recomendaba que la formación no fuera el tema del informe El empleo en el mundo de 1998. Esto no era el medio más adecuado para examinar el empleo y las dimensiones sociales del proceso de mundialización y, de todos modos, los medios de información no se interesarían mucho a la formación. Un tema más interesante para el próximo informe El empleo en el mundo podría ser el de las inversiones extranjeras directas y el empleo.

181. Con respecto a las propuestas sobre la mundialización, los miembros trabajadores podrían apoyar la propuesta de concentrar la labor en los bloques regionales, el ajuste estructural y la movilidad del empleo, si bien habría una superposición de entre los aspectos relativos al mercado de trabajo y el empleo en los bloques regionales y con las actividades corrientes tendientes a elaborar directrices de política sobre los distintos métodos de integración regional. Como mínimo, las propuestas en este campo deberían armonizarse con el programa de acción 80 sobre integración regional. Los trabajadores consideraban que la investigación era un instrumento inadecuado para tratar el problema del consenso social en las políticas de ajuste estructural. A estas alturas, la OIT ya debería estar equipada para pasar de la investigación al alegato, sobre todo teniendo en cuenta que el Director General se había referido dos años atrás a la "importante experiencia" que en dicho campo tenía la OIT. En consecuencia, los miembros trabajadores recomendaban que esa propuesta de investigación se convirtiera en un programa de acción sobre participación tripartita en los programas de ajuste estructural.

182. Lo más preocupante era observar que las propuestas sobre mundialización incluían un programa de acción sobre mundialización, desarrollo de empresas de base local y empleo, a pesar de las objeciones que habían sido formuladas por los miembros trabajadores durante la reunión del Consejo de Administración de noviembre de 1996. Dicho programa de acción, en consecuencia, no tenía nada que ver con la mundialización y todo que ver con el desarrollo de empresas. Se presentaban tres opciones: 1) reformular el programa de acción de manera que tratara sobre mundialización y localización de empresas, lo que lo haría complementario de la actividad propuesta sobre creación de empleo; 2) suprimir el programa de acción; o 3) pasarlo al programa principal 65 al que en su formulación actual correspondía realmente. Los trabajadores apoyaban el programa de acción referente a información sobre el mercado de trabajo, aun cuando no hubiera estado entre las prioridades elegidas por el Consejo de Administración en noviembre pasado. Sin embargo, no estaba claro si la labor propuesta sobre indicadores del mercado de trabajo, tal como estaba descrita en el párrafo 60.23, produciría datos estadísticos o simplemente una metodología.

183. Los miembros trabajadores apoyaron las propuestas de investigación sobre la flexibilidad del mercado de trabajo y la protección del empleo, sobre las economías en transición así como sobre el desarrollo económico y las normas de trabajo fundamentales. Esto último era una consecuencia directa del Grupo de Trabajo sobre las dimensiones sociales del comercio internacional. No obstante, la asignación de recursos específicos para esta investigación planteaba la cuestión del financiamiento de las otras propuestas que resultaban de las actividades del Grupo de Trabajo. Los trabajadores apoyaban también la continuación de las evaluaciones de las políticas de empleo por países y, en vista de la controversia sobre las modalidades de esas evaluaciones que había tenido lugar en la reunión del Consejo de Administración de noviembre de 1996, era importante respetar el concepto original de esas evaluaciones. La OIT podría estar en condiciones de extraer conclusiones del éxito o el fracaso de las primeras evaluaciones por países en el próximo bienio. Esas evaluaciones eran el seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en el plano nacional, y era importante poner de relieve el objetivo internacional de la Cumbre que consistía en reforzar la interacción de la OIT con otras organizaciones internacionales tales como las instituciones de Bretton Woods y la OMC.

184. El Grupo de los Trabajadores no tenía objeciones que formular al subprograma de formación excepto en lo que respecta a su tamaño, lo que indicaba que no se trataba de un tema polémico. Esta era precisamente la razón por la cual no debería ser tema del próximo informe El empleo en el mundo. Para mantener el equilibrio en el programa principal, debería suprimirse uno de los dos programas de acción del subprograma de formación para conservar el programa de acción referente a la participación tripartita y el diálogo social sobre formación profesional.

185. Los trabajadores atribuían alta prioridad a las actividades relativas a la migración y, por ello, estimaban que deberían aumentarse los recursos para este programa en lugar de disminuirlo levemente como estaba propuesto. La reunión de los expertos en migraciones del mes próximo daría orientaciones útiles para las labores propuestas en este campo para el próximo bienio, y uno de los temas de particular importancia sería cómo la OIT podría abordar los casos de persistente maltrato de los trabajadores migrantes en situaciones que están fuera del alcance del sistema de control. Esta cuestión debería ser el elemento central del programa de acción "Nuevas medidas para prevenir el maltrato y la discriminación de los trabajadores migrantes", y se daría una respuesta apropiada a la resolución adoptada por la Conferencia de 1992 que instaba al Director General a que presentara al Consejo de Administración un informe sobre las condiciones de los trabajadores migrantes en aquellos casos en que esas condiciones no eran conformes con los principios de las normas de la OIT pertinentes. Por último, el Sr. Itoh declaró que los miembros trabajadores apoyaban las actividades propuestas en el campo de la readaptación profesional, especialmente la importancia asignada a la conservación del empleo y la gestión de las discapacidades. El repertorio de recomendaciones prácticas de 1995 sobre el tratamiento de las cuestiones relacionadas con el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo era un instrumento valioso que debería ser activamente difundido.

186. El representante del Gobierno del Japón, refiriéndose al programa principal 50 (Normas internacionales del trabajo y derechos humanos), consideró que el mecanismo de supervisión era un elemento muy importante para la promoción de los derechos fundamentales pero que, al mismo tiempo, también estaba estrechamente vinculado y afectaba directamente al funcionamiento interno de cada Estado Miembro. Así, era necesario seguir estrictamente y de conformidad con las normas los procedimientos asociados con el mecanismo y aplicarlos con transparencia con respecto al mundo exterior. Sin embargo, la falta de armonización en la forma en que se aplicaba y en su interpretación impedía que se proporcionara la transparencia necesaria a los mandantes de la OIT. Esta situación debería corregirse mediante la aclaración de los procedimientos y de su interpretación con el objeto de que pueda reforzarse el actual mecanismo de control. Una forma de conseguir este objetivo consistía en elaborar un compendio, destinado a los mandantes, que contuviera las preguntas que se formulaban con más frecuencia junto con respuestas apropiadas. El asesoramiento técnico prestado a los Estados Miembros constituía un segundo factor en la promoción de los derechos fundamentales en el trabajo, tan importante como el mecanismo de control. La función de los equipos consultivos multidisciplinarios (EMD) en esta esfera había sido discutida durante la reunión de la Comisión de Cuestiones Jurídicas y Normas Internacionales del Trabajo (LILS) celebrada en noviembre de 1996. En aquel momento, sólo uno de los tres equipos multidisciplinarios de Asia contaba con un experto en normas del trabajo. Los tres equipos habían expresado el deseo de que se nombraran más expertos y el representante del Gobierno del Japón deseaba saber si desde entonces se habían designado más especialistas para que formaran parte de estos equipos y, de no ser así, qué razones lo justificaban y qué posibilidades había ahora de nombrarlos.

187. El representante del Gobierno de Alemania indicó que centraría principalmente sus observaciones en el programa principal 50 dado que era uno de los más importantes. Por una simple cuestión de falta de recursos complementarios, no podía apoyar la conclusión a la que habían llegado los trabajadores de que se deberían asignar más recursos al programa ni tampoco la propuesta de que se transfirieran a este programa los recursos asignados a otros. Asimismo, compartió las dudas expresadas por el representante del Gobierno de Francia en relación con el programa 50.4 en el que se agrupaba el trabajo forzoso y la discriminación, debido a las discusiones que se desarrollarían la semana siguiente en la Comisión LILS. Rechazó las afirmaciones, que a menudo se oían en la OIT, de que los trabajadores migrantes constituían trabajo forzoso y eran objeto de discriminación. La repetición de estas afirmaciones no hacía que fuesen verdad. La cuestión de los trabajadores migrantes se trataba suficientemente y con acierto en el programa 60.4, al que realmente correspondía, y expresó su deseo de que se suprimiera del programa 50.4 la alusión a los trabajadores migrantes. Indicó que tenía dudas similares respecto de la referencia que se hace en dicho programa a los trabajadores con responsabilidades familiares y que no era oportuno referirse en este programa a todas las categorías abarcadas por los convenios sobre discriminación. Si bien en el contexto de las discusiones de la Comisión LILS se entendía que se estableciese un vínculo entre discriminación y trabajo forzoso, el programa debería tratar sólo las categorías abarcadas por los Convenios fundamentales núms. 100 y 111 y no las abarcadas por el Convenio núm. 156 y otros.

188. Señaló que le resultaba difícil establecer la diferencia entre las objeciones al programa principal 60 formuladas por el Sr. Katz, miembro empleador, y las expresadas por el Sr. Itoh, miembro trabajador. Dado que no había encontrado ninguna alternativa concreta en sus declaraciones, concluyó que si los dos antagonistas principales estaban en contra de las propuestas significaba que tenían cosas buenas, y expresó su confianza en que podía llegarse a una solución consensuada y mantener lo que la Oficina había propuesto. En este contexto, expresó su reconocimiento por la contribución de la OIT a la reciente reunión de la Comisión de Desarrollo Social de las Naciones Unidas. Si bien no había podido asistir personalmente a esta reunión, había leído un documento de la OIT presentado ante la Comisión. La calidad de dicho documento era excelente y ponía de manifiesto que la OIT era la principal autoridad en estos temas dentro del sistema de las Naciones Unidas. Refiriéndose de nuevo al tema de los trabajadores migrantes, el párrafo 48 del texto decía que muchos trabajadores migrantes realizaban, a menudo, trabajos irregulares o temporales en el extranjero que daban lugar a graves problemas de explotación y falta de protección. Esto podía aplicarse a los que realizaban trabajos irregulares pero señaló que el trabajo de los trabajadores migrantes, por su misma naturaleza, era limitado en el tiempo. Los riesgos de explotación y la falta de seguridad, se aplicaban automáticamente a un trabajador migrante que pensaba pasar cinco o diez años en el extranjero antes de volver a su país? Su opinión era que se debería volver a considerar y modificar el texto.

189. Al pasar al programa principal 65, felicitó a la Oficina por haber incluido programas de máxima importancia relativos a los aspectos sociales de la financiación de las empresas y el programa de acción sobre las inversiones sociales, al que debía concederse la máxima prioridad. El programa principal 90 (Condiciones y medio ambiente de trabajo) era un programa muy importante que abarcaba la protección en materia de seguridad y salud en el trabajo y la protección técnica así como el trabajo infantil. El grupo PIEM había pedido ulteriores informaciones con el fin de lograr una mayor transparencia. El trabajo infantil se inscribía, con bastante acierto, en este programa principal pero también se mencionaba en otros programas principales, a saber: 60, 120, 125, 145, 225, 230, 250, 260 y 270. Todas estas referencias se justificaban porque el trabajo infantil encajaba en estos programas principales pero la PFA debería tener una visión clara de este tema aunque se tratara simplemente de una presentación sucinta, por programas principales, de los recursos y personal a ellos destinados. La inclusión de un resumen en el programa principal 90 podría haber ayudado a los miembros a entender la amplitud de estas actividades.

190. Era gratificante comprobar que se había propuesto un incremento del presupuesto del 50 por ciento para el programa principal 140 (Igualdad para la mujer). Respecto del programa principal 145 (Actividades interdepartamentales), estuvo de acuerdo en que la propuesta de celebrar un foro social de la OIT debería llevarse adelante a pesar de las opiniones de los miembros trabajadores. Si bien lamentaba que muchos ministros no consideraran necesario asistir a las Conferencias Internacionales del Trabajo en la forma en que se organizaba actualmente, expresó su apoyo al proyecto de foro, gracias al cual se lograría el objetivo deseado de dar a conocer mejor la Organización.

191. El Sr. Trotman, miembro trabajador, al comentar las observaciones del orador precedente, señaló que las personas procedentes de países del Tercer Mundo sentían, a menudo, que eran marginadas al llegar a Europa. A veces, incluso en el caso de trabajadores cuyas familias habían vivido y trabajado en un país durante tres generaciones, se sentían como trabajadores inmigrantes, y sugirió que podría ser útil que los países del mundo desarrollado reexaminaran las políticas que aplicaban en materia de trabajadores migrantes y el trato que éstos recibían. El movimiento sindical apoyaba y colaboraba con las organizaciones no gubernamentales pero no estaba de acuerdo en que los gobiernos les reconociesen una condición superior a la de los sindicatos, sobre todo cuando no estaban relacionadas con instituciones democráticas. Al tratar del programa principal 65, recordó que el Sr. Chotard había insistido en que se había llegado a la tercera etapa de las negociaciones sobre el presupuesto y, por consiguiente, el debate debería ahora limitarse a establecer un nuevo orden de prioridades dado que en la próxima Conferencia de junio se establecería la cuantía del próximo presupuesto expresada en dólares. El Sr. Blondel había advertido que era difícil secundar la propuesta del Sr. Chotard desde el punto de vista de los trabajadores dado que los preceptos que habían dado origen a la OIT en 1919 y a la Declaración de Filadelfia en 1944 se estaban sacrificando cada vez más en favor de aquellos que ya no compartían los principios de promoción de la paz, igualdad y justicia social.

192. Las políticas y programas destinados a la creación de empleo, mitigación de la pobreza y lucha contra la exclusión social eran de primordial importancia pero no podían constituir, por sí solos, todo el mandato de la Organización ni se les podía asignar todos sus recursos. Del lenguaje utilizado en las propuestas presupuestarias para el bienio 1998-1999, se desprendía que se estaba intentando marginar a los sindicatos. Los trabajadores habían mantenido que el objetivo prioritario de la OIT no era, ni podía ser, conseguir que las empresas fuesen más eficientes, numerosas o rentables; sino que, más bien, consistía en asegurar que las empresas respetaran los principios, valores y normas de la OIT, y contribuyeran a la consecución de los objetivos de la Organización, en concreto, a la creación de empleo. Satisfechos de que la Oficina hubiera aceptado este argumento en noviembre de 1996, los miembros trabajadores habían apoyado el propósito del Director General de crear una nueva sección dentro del Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas destinada a mejorar, desarrollar e incorporar la función social de las empresas en el concepto de multinacionales. Esta idea se había abandonado sin ninguna justificación, lo que los trabajadores consideraron una nueva muestra de marginación, y expresaron su deseo de que se volviera a introducir esta propuesta.

193. Los miembros trabajadores consideraban además que las observaciones relativas a las asignaciones de los recursos ordinarios y extrapresupuestarios, que habían formulado durante el debate general, daban a entender que el trabajo organizado se desinteresaba del desempleo y del sector no estructurado; esto no podía estar más lejos de la realidad ya que todos los sindicatos aborrecían el desempleo y luchaban continuamente contra él. El establecimiento de fondos de ayuda al trabajador, los programas de participación de los trabajadores en el capital social, las negociaciones en condiciones favorables y los protocolos nacionales, tanto en las esferas bipartita como tripartita constituían ejemplos del interés del trabajo organizado en los problemas del sector no estructurado y en la creación de empleos. Sugirió una reestructuración de algunos proyectos de programas de acción y opinó que el enfoque que se había dado a buena parte del sector no estructurado era demasiado condescendiente, superficial e interesado. No cumpliría con sus obligaciones ante la CIOSL ni ante su región del Caribe si no advirtiera de que excluir a toda una comunidad del empleo productivo, como por ejemplo a los productores de banano, y alentarles a que busquen empleos en el sector no estructurado no era acertado ni desde el punto de vista económico ni cívico. Este tipo de medidas sólo conducirían a que muchas personas se dedicaran a la venta de artículos similares lo que, a su vez, no haría sino incentivar una economía sumergida con todas las dificultades que conlleva. Los miembros trabajadores estaban dispuestos a contribuir pero insistieron en que se pusiera el acento en el empleo productivo, lo que significaba que el programa de iniciativas sociales de las empresas debería trasladarse del programa principal 90 al 65, y el programa de desarrollo de las pequeñas y medianas empresas para la creación de empleo y fomento de la productividad, la competitividad y el empleo de calidad en los países en desarrollo debería inscribirse en el programa principal 90 en lugar de en el programa 65. Los miembros trabajadores apoyaron los objetivos del programa principal 65 relativos a la promoción de empresas viables, autónomas, independientes, democráticas y con iniciativas de carácter social. Por último, expresó la preferencia de los trabajadores de que el subprograma de hostelería y turismo del que se ocupa el Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas se transfiera al programa de Actividades sectoriales, al que verdaderamente corresponde.

194. El Sr. Kikongi Di Mwinsa, un miembro trabajador, expresó su asombro al oír, a principios del debate, que "algunos convenios fundamentales habían sido puestos en un relicario" donde no podían sino asfixiarse, y otros languidecían mientras esperaban la ratificación de los países. Estuvo de acuerdo con la declaración de su colega en que los trabajadores insistían en la importancia de todos los convenios de la OIT y no sólo, como se reflejaba en las propuestas de Programa y Presupuesto, de los convenios principales en detrimento de los demás. Los convenios principales eran importantes porque constituían la base sobre la que se habían elaborado los demás convenios. Expresó su preocupación sobre la reorganización del Departamento, que quizás no se habría mencionado en las propuestas si sólo entrañara la redistribución de labores. Dado que esto no era de la incumbencia del Consejo de Administración, parecía representar el primer paso para reagrupar las competencias en materia de derechos fundamentales a riesgo de descuidar los demás convenios. En una época en la que prevalecía la liberalización y desreglamentación desenfrenadas, los trabajadores concedían especial importancia a convenios tales como los que se refieren a la seguridad y salud en el trabajo, los accidentes relacionados con el trabajo, la seguridad social y los salarios mínimos. Estos convenios deberían constituir un todo interrelacionado y no deberían clasificarse en dos categorías en las que los convenios principales se considerasen de primera clase y los demás de segunda clase.

195. En lo que respecta a la aplicación de las normas, la PFA no podía pasar por alto las discusiones que tendrían lugar la semana siguiente en la Comisión LILS, en el curso de las cuales se examinarían una serie de quejas presentadas de conformidad con el artículo 24 de la Constitución. Sin embargo, dado el preocupante deterioro de las condiciones de trabajo en el continente africano, la presentación de 27 quejas en un período de seis años no representaba una cifra elevada. Todos los miembros tenían conocimiento de la influencia ejercida por el Fondo Monetario Internacional en la modificación de los Códigos del Trabajo, principalmente en Africa, en perjuicio de los trabajadores. Los miembros trabajadores sentían una especial preocupación por el contenido del párrafo 12, que se refiere a las recomendaciones de la OIT destinadas a facilitar la adaptación de las prácticas y legislaciones nacionales en el contexto de la mundialización, dado que la función de la OIT era defender y proteger a los trabajadores en una época de liberalización descontrolada. Reconocieron la necesidad de obtener informaciones fiables procedentes de bases de datos tales como ILOLEX y NATLEX que podrían ser de gran ayuda para los trabajadores. En el párrafo 50.28 se indicaba que en la base de datos ILOLEX existían informes de los órganos de supervisión pero, desafortunadamente, sólo figuraban de forma resumida.

196. Volviendo al programa principal 75 (Centro de Turín), los trabajadores apoyaron el programa propuesto que reflejaba la mejora de la situación financiera debatida en el Consejo de Administración que se celebró en noviembre de 1996. El Centro había disminuido su dependencia en las contribuciones directas de la OIT y del Gobierno italiano de un 88 por ciento a un 33 por ciento para el próximo bienio de modo que la contribución propuesta por la OIT, que se elevaba a cinco millones de dólares estadounidenses, constituía una sólida inversión en el futuro del Centro de Turín. Sin embargo, los trabajadores se preguntaban si las actividades del Centro seguían adecuándose a los principios y prioridades de la OIT, y expresaron la esperanza de que la dependencia del Centro en la financiación externa no lo alejaría de su principal cometido. En este sentido, el párrafo 75.4 era tranquilizador ya que en éste afirmaba que el Centro incrementaría el volumen de sus actividades mediante la diversificación de sus iniciativas de formación con nuevos interlocutores al tiempo que continuaría desarrollando su programa en ámbitos del mandato fundamental de la OIT. Los trabajadores opinaban que la mejor estrategia era la que se basaba en la creación de nuevos productos de formación, en el desarrollo de la capacidad del Centro de Turín para llevar a cabo actividades de formación y en el mejoramiento de la capacidad de comunicación y de comercialización de éste, tal como adoptó el Centro para su segundo plan de desarrollo para el período comprendido entre 1996 y el año 2000. El principal elemento de estos objetivos tenía que ser el desarrollo de nuevas metodologías y tecnologías educativas, como se establecía en el párrafo 75.19. Así, se esperaba que, en la aplicación del programa para reforzar la capacidad de acción de los sindicatos, la atención se centraría en las relaciones laborales y en el reforzamiento del tripartismo; esto debería entrañar una formación intensiva de los dirigentes sindicales para mejorar sus técnicas de negociación colectiva y sus capacidades en materia empresarial y en finanzas. Asimismo, los miembros trabajadores apoyaron la iniciativa del Centro, en estrecha colaboración con el programa principal 140, de reforzar su programa de formación para la mujer con el fin de prepararlas para participar plenamente en actividades de desarrollo. En gran medida, el éxito del Centro dependerá de su capacidad de convertirse en una institución modelo en materia de metodología y técnicas educativas. Los miembros trabajadores concedían gran importancia a que se estrechara la colaboración entre los departamentos técnicos de la OIT y el Centro de Turín, que representaba un valioso instrumento para todas las oficinas de la OIT. Sin embargo, para que fuese eficaz, era necesario que la OIT adoptara una política en la que todos los departamentos técnicos cooperaran sistemáticamente con el Centro de Turín.

197. Los miembros trabajadores acogían con gran satisfacción la especial atención que presta el Centro a los programas de formación relacionados con las normas internacionales del trabajo y con la participación de la mujer en actividades de desarrollo. El primer programa era de especial interés ya que tenía por finalidad ayudar a los mandantes a desempeñar plenamente su función en la aplicación de las normas. Asimismo, cabía señalar que los recursos destinados al desarrollo de las pequeñas empresas figuraban en la misma sección que las actividades de los empleadores, en el párrafo 75.12. El interés de los trabajadores en la formación del trabajador no hacía disminuir su deseo de que los sindicalistas participaran en otras actividades del Centro y, por esta razón, acogió con satisfacción el hecho de que en el párrafo 75.17 se asegurase que se trataría de lograr una mayor participación de los mandantes tripartitos de la OIT en programas de formación en gestión de la cooperación para el desarrollo. Por último, observó con satisfacción que el proyecto de la Escuela Superior para el Personal de las Naciones Unidas se financiaba con sus propios recursos, lo que no era el caso de otros programas de formación de las Naciones Unidas.

198. El Sr. Thüsing, miembro empleador, indicó que el programa principal 80, era especialmente necesario para países en proceso de democratización que tenían que modificar su legislación laboral, así como para países en desarrollo. Sin embargo, la modificación no debería implicar la adopción de nuevas leyes sino más bien la adaptación a las realidades económicas. Respecto de las relaciones laborales, los miembros empleadores consideraban que la descentralización de las negociaciones colectivas suponía una amenaza para el papel que tenían que desempeñar los sindicatos y estimó que la Oficina no había presentado correctamente la situación. La función representativa de los sindicatos no dependía de si la negociación estaba o no centralizada sino de si los representantes habían recibido un mandato de sus miembros para negociar en su nombre. Este no constituía un objetivo en sí mismo pero expresó su preocupación de que las tesis propugnadas en el documento de la Oficina parecían desalentar las relaciones, a nivel individual, entre empleadores y trabajadores, lo que resultaba extraño dado que las relaciones laborales se basaban principalmente en relaciones de este tipo. Así, no estaba claro que en el texto figurara una interpretación adecuada de lo que realmente era la negociación colectiva. Asimismo, el programa de acción proponía que se tratara la negociación colectiva desde la cooperación, lo que parecía ser poco realista. La negociación colectiva consistía en una serie de negociaciones entre dos partes y podía haber al mismo tiempo colaboración y confrontación dado que ambas partes tenían objetivos similares y divergentes. La propuesta de proporcionar formación especializada en métodos cooperativos de negociación colectiva resultaba difícil de justificar dado que la negociación era una práctica antiquísima en la que no se necesitaba formación y, sin lugar a dudas, no requería la formación centralizada propuesta. Era mucho más importante reforzar las organizaciones de los empleadores y de los trabajadores, especialmente en países en transición y en desarrollo, y esta formación podía entonces tratarse en los programas principales 225 (Actividades para los Empleadores -- ACT/EMP) y 230 (Actividades par los Trabajadores -- ACTRAV), lo que se adecuaba mejor al tripartismo.

199. Del párrafo 23 se deducía que las relaciones laborales podían contribuir a la integración económica regional y que la observancia de ciertas normas mínimas podía excluir el factor trabajo de la competencia. No quedaba claro la relación que guardaban las alusiones a la Unión Europea, MERCOSUR o al TLC con la OIT. La Unión Europea había intentado elaborar ciertas normas en materia de empresas filiales, transferencia de competencias, y ventajas comparativas para que los países en desarrollo no fueran desfavorecidos. Este problema era muy complejo y difícil de resolver incluso en la Unión Europea y la OIT, que no tenía nada que aportar en este ámbito, debería abstenerse de intentar intervenir ya que cualquier intento de este tipo resultaría en una pérdida de tiempo y de energía.

200. Al hablar de la Unión Europea, se refirió al estudio sobre la representación de los trabajadores en las empresas multinacionales. Era difícil entender el objetivo de este estudio. Era un hecho que en las empresas multinacionales algunas decisiones que se adoptaban a alto nivel podían afectar negativamente a los trabajadores de las filiales, pero éste no era un problema exclusivamente propio de las multinacionales. Se trataba más bien de un problema estructural que también podía producirse en un grupo de empresas asentadas en un mismo país. En este último caso, existirían procedimientos diferentes de un país a otro para indemnizar a los trabajadores por las repercusiones sociales, de conformidad con la legislación nacional, de forma que no era necesario ocuparse en particular de las multinacionales. Si la Oficina quisiera realizar estudios de las empresas multinacionales, debería hacerlo en el marco del programa principal 85, de forma directa, en lugar de servirse de este tema de investigación para aludir a las directivas europeas y a los comités de empresa. Se propuso este estudio como un medio para asesorar a quienes ya habían recurrido a estas prácticas? De ser así, éstos no precisarían de tal asesoramiento, dado que ya disponen de una legislación, y tampoco lo necesitarían aquello que no las han aplicado. La OIT debería atenerse a su mandato y no intervenir en la labor de otras instituciones tales como la Unión Europea.

201. La representante del Gobierno del Reino Unido se sumó a las declaraciones formuladas por el portavoz de los PIEM y por el representante del Gobierno de Francia durante la discusión general del día anterior, relativas a la necesidad de que se dote de mayor claridad a las propuestas. Se planteaban tres cuestiones en lo que se refiere a los programas principales 60 y 125. En primer lugar, a la vez que se reconocía la necesidad de la cooperación técnica, era importante garantizar la máxima coherencia y eficacia al utilizar los recursos en este ámbito. Se preguntó si la Organización contaba con un centro coordinador de la cooperación técnica, ya que al parecer habían bastantes duplicaciones entre distintos programas. Por ejemplo, los 27 millones de dólares de Estados Unidos asignados bajo el programa 60 habrían de integrarse con los programas 125 y 245, y no existían indicaciones respecto de la manera en que esto se llevaría a cabo. Resultaría útil saber qué proporción de los recursos de cooperación técnica asignados a estos tres programas se distribuiría a través de los equipos multidisciplinarios.

202. En segundo lugar, la oradora dio su apoyo a las actividades del Centro de Turín en el marco del programa principal 75, así como al incremento de los recursos dedicados al programa de formación del sistema de las Naciones Unidas. Se preguntó si el Centro de Turín podría instaurar una relación más oficial con el sistema de las Naciones Unidas.

203. Por último, a la vez que expresó su decidido apoyo al programa principal 90, la oradora solicitó aclaraciones acerca de la asignación de puestos incluidos en el presupuesto ordinario para recursos en materia de trabajo infantil entre el programa de acción y el programa IPEC.

204. En conclusión, su Gobierno apoyaba las recomendaciones formuladas por el delegado del Gobierno de Francia acerca de la necesidad de mejorar la claridad y coherencia generales de los programas.

205. El Sr. Parrot, en nombre de los miembros trabajadores, recordó que la reestructuración y fortalecimiento del programa principal 80 eran prioritarios, y plenamente compatibles con el mandato de la Organización. La política de asociación activa serviría para acercar a la OIT a sus mandantes y a las cuestiones prácticas relacionadas con la negociación colectiva. Los trabajadores se mostraban decididamente partidarios de sus objetivos principales, a saber, el fortalecimiento del diálogo social, el tripartismo y las relaciones laborales colectivas. La OIT tenía la obligación constitucional de prestar asistencia a los Estados Miembros en materia de legislación laboral, y este programa tendría que adaptarse a los recientes y radicales cambios en los terrenos social y económico, a fin de prestar una asistencia efectiva a los equipos multidisciplinarios. También convendría facilitar a las organizaciones de trabajadores y de empleadores asesoramiento en relación con los proyectos legislativos. En el párrafo 80.7 debería darse mayor énfasis a las normas internacionales del trabajo, ya que resultaban esenciales para el mandato de la OIT. La introducción del Director General y el párrafo 80.8 se referían a las consultas con los trabajadores y con sus organizaciones en cuestiones de legislación laboral. Los miembros trabajadores se oponían firmemente a esta formulación, que resultaba inadecuada en dicho contexto. Respecto al párrafo 80.9 y a las relaciones con el Banco Mundial, aunque cabía desear un diálogo que tuviera como resultado una posición más atenta a los aspectos sociales, la OIT debería afirmar su propia competencia y oponerse a cualquier usurpación de su mandato en el ámbito de la legislación laboral.

206. La innovación y fortalecimiento de las actividades del programa de relaciones laborales eran más evidentes, y se acogían con agrado. Respecto al párrafo 80.21, los enfoques cooperativos de la negociación colectiva deberían estar menos orientados a la formación. Sería necesario relacionar los trabajos en materia de relaciones laborales y de integración económica regional con los que se desarrollan en el marco del programa principal 60. En respuesta a la declaración de los empleadores, el Sr. Parrot afirmó que, al prestar su apoyo a este programa, los trabajadores defendían la promoción y el fomento de la negociación colectiva. Se entendía que los gastos se compartirían entre ambos Grupos, de acuerdo con la práctica aceptada. Aunque se acogían con agrado todas las actividades investigadoras propuestas, debería darse prioridad al estudio de la representación de los trabajadores en las empresas multinacionales, y quizá conviniera ampliar el alcance del párrafo 80.18 y convertirlo en un programa de acción. También resultaría de gran utilidad aclarar el contenido del párrafo 80.20 en relación con la reunión tripartita de países que poseen zonas francas industriales.

207. Los trabajadores se mostraban de acuerdo con la totalidad de las propuestas formuladas en el párrafo 80.4. Las normas y los correspondientes Convenios núms. 81, 150 y 129 deberían servir de base para la práctica totalidad de las actividades y programas de acción en materia de administración del trabajo. Los trabajadores confiaban asimismo en que se facilitaría en el marco del programa principal 90 el apoyo necesario en materia de inspección del trabajo y de trabajo infantil. En referencia al párrafo 80.37, relativo al reexamen de la función que cumple la administración laboral pública, se adoptaría en el transcurso del año próximo una versión revisada del Convenio sobre las agencias retribuidas de colocación (revisado), 1949 (núm. 96). También debería examinarse este nuevo Convenio, así como el Convenio sobre el servicio del empleo, 1948 (núm. 88).

208. La representante del Gobierno de Egipto expresó su apoyo al programa principal 50, ya que las normas y los derechos humanos resultaban esenciales para alcanzar la justicia social. La Oficina debería ayudar a los mandantes a crear un clima propicio para la promoción de las normas. Habida cuenta de la tasa mundial media de desempleo, que alcanzaba el 30 por ciento, resultaba evidente que el programa principal 60 revestía gran importancia para todos los mandantes de la OIT. Además, si se consideraba la importancia de este programa y el hecho de que la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social hubiera reconocido el papel esencial que había de desempeñar la OIT en lo que atañe a la cuestión del desempleo, los recursos financieros asignados no se correspondían con la importancia de las actividades en este ámbito. Habida cuenta del crecimiento del desempleo y de la reducción de los recursos públicos, el programa principal 65 también merecía disponer de mayores recursos financieros, ya que resultaba esencial la creación de empleo, tanto en el sector estructurado como en el no estructurado. Las cuestiones relacionadas con la seguridad y la salud que se abordaban en el programa principal 90, y en especial el concepto de una cultura de la seguridad merecían un tratamiento prioritario, y todos los materiales didácticos deberían traducirse al árabe a fin de garantizar que los Estados Miembros de la región dispusieran de los mismos. Acogió con agrado las actividades en materia de trabajo infantil y en relación con el IPEC, así como los esfuerzos destinados a mejorar la situación de la mujer trabajadora, de los jóvenes desempleados y de otros grupos marginados, y en especial la de quienes se encuentran empleados en el sector urbano no estructurado. Se lamentó de la reducción de los recursos totales asignados a los programas 60 y 125, a pesar de la importancia de estos programas para las actividades de cooperación técnica. De manera similar, la financiación relativa a las labores de seguimiento de la Conferencia Mundial sobre la Mujer que se celebró en Beijing, correspondientes al programa principal 140, parecía asimismo ser demasiado escasa habida cuenta del mandato que incumbía a la OIT de garantizar la igualdad de oportunidades y de trato en el lugar de trabajo.

209. El representante del Gobierno de China se sumó al apoyo prestado a las actividades propuestas en el programa principal 60, pero expresó su extrañeza por el alcance de las reducciones en materia de recursos. La creación de empleo también constituía un problema en los países en desarrollo, y deberían ampliarse las actividades en este ámbito. Al referirse al párrafo 60.27, señaló que tenía especial importancia la cuestión del empleo en las economías en transición, ya que muchas empresas públicas tenían dificultades para adaptarse a los entornos basados en la ley de la oferta y la demanda. Los países en desarrollo se enfrentaban a ciertos problemas en materia de formación, relativos a la manera de integrar formación y empleo de manera que se reforzara la promoción del empleo, y a la manera de hacer frente a la pobreza rural, al desempleo y al subempleo. Expresó su apoyo global al programa principal 75, ya que la formación profesional era un factor clave en la generación de empleo, especialmente en los países en desarrollo. El programa principal 80 revestía importancia para la promoción de las normas. Muchos países en desarrollo y economías en transición estaban procediendo a introducir ajustes en materia de legislación laboral, y agradecerían que se reforzaran los servicios de asesoramiento técnico. Los servicios del empleo eran necesarios para promover el empleo de los grupos desfavorecidos, y deberían reforzarse a fin de facilitar a los mandantes de los países en desarrollo la información, la experiencia y la asistencia técnica que necesitaban. Expresó un decidido apoyo al programa principal 90 y sugirió que se incrementaran los recursos técnicos dedicados a las cuestiones de seguridad y salud. Se trataba de cuestiones de interés primordial y suponían un problema en muchas pequeñas y medianas empresas. También dio su apoyo al programa principal 110, ya que la protección y las reformas de la seguridad social revestían una importancia directa para todos los países y sistemas económicos. Al referirse al programa principal 130, sugirió que la investigación teórica se relacionara más directamente con los programas principales de la OIT, y que el Instituto colaborara más estrechamente con las instituciones nacionales de investigación a fin de facilitar asistencia técnica y metodológica a otros Estados Miembros. En lo tocante al programa principal 140, destacó la necesidad de desarrollar más y mejores empleos para las mujeres, tal y como se describía en el párrafo 140.5.

210. El Sr. Sibanda, en nombre de los trabajadores, señaló que el programa principal 90 era de gran importancia. Los trabajadores valoraban la forma en que se habían presentado las propuestas pero estaban preocupados por el hecho de que la reestructuración del departamento por la que se había eliminado el antiguo programa de seguridad y salud tuviera repercusiones negativas en el nivel de las actividades que desempeña este programa. El orador se preguntaba si la reducción general del 4 por ciento en los costos se debía a una mayor eficacia administrativa o a una reducción real de las actividades consagradas a la seguridad y la salud. Los trabajadores valoraban la forma en que se establecía en las propuestas un vínculo entre la cooperación técnica y las normas existentes, y reconocían la necesidad de crear nuevas normas en plazos superiores al actual de dos años. Apoyaban enérgicamente el importante aumento de los recursos destinados a la cooperación técnica en materia de trabajo infantil y hacían hincapié en que este aumento debería complementarse con la ayuda técnica de la OIT para así lograr el marco político apropiado al que se hacía referencia en el párrafo 90.8. Junto con los estudios realizados sobre las consecuencias económicas de las actividades destinadas a eliminar el trabajo infantil, se deberían analizar los efectos sociales y económicos de este tipo de trabajo. Sería más apropiado que la Reunión sobre inspección del trabajo y trabajo infantil durase cinco días, y, por lo que respecta a los párrafos 90.11 y 90.12, los trabajadores deseaban que el fomento del movimiento en contra del trabajo infantil fuese no sólo a nivel mundial sino también a nivel nacional.

211. Aunque se había prestado menos atención a las cuestiones medioambientales y parecía que no existían propuestas concretas de seguimiento de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, incumbía a la OIT la responsabilidad de incluir las preocupaciones medioambientales en todas sus actividades. El Sr. Sibanda manifestó el apoyo de los trabajadores a las actividades del programa de seguridad y salud en el trabajo y la importancia que se había dado a la necesidad de elaborar normas y fomentar la cooperación tripartita. Acogieron con agrado el modo de enfocar los servicios de cooperación de asesoramiento técnicos ya que ello proporcionaría material práctico y oportuno. La propuesta de publicar los principios fundamentales de seguridad y salud en el trabajo era un acontecimiento positivo como lo era también el programa de acción sobre la cultura de la seguridad. Ambos servían para reafirmar la competencia central de la OIT en lo que respecta a la elaboración de normas así como su papel en las consultas tripartitas en esta esfera. Los trabajadores apoyaban la labor del Convenio sobre los productos químicos, 1990 (núm. 170), pero querían que se les aclarase un poco más cuál era su relación con el programa de acción de este bienio. Asimismo, manifestaron su apoyo al análisis genético, pero hicieron notar que su uso se limitaba a detectar las sustancias tóxicas en el medio laboral y a medir la exposición individual a material peligroso. La Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo representaba una inversión importante que debería traducirse al mayor número posible de idiomas para garantizar su utilización óptima como material de referencia y de formación. Los trabajadores apoyaron la adopción de las normas y las actividades indicadas en el párrafo 90.39 sobre trabajo nocturno, trabajo a tiempo parcial, trabajo a domicilio, vida privada de los trabajadores, violencia en los lugares de trabajo y tiempo de trabajo. El programa de acción sobre iniciativas sociales de las empresas no debería figurar en este programa, sino más bien en el programa principal 65, de preferencia con su título original "Responsabilidades sociales de las empresas".

212. El Sr. Varela, en nombre de los miembros empleadores, señaló que las actividades descritas en el programa principal 110 eran muy pertinentes ya que muchos gobiernos se veían obligados actualmente a proporcionar asistencia financiera a los programas nacionales de seguridad social a expensas de otras prioridades económicas. El Director General había hecho un llamamiento para que la OIT se convirtiese en un centro de excelencia en esta esfera, los empleadores, por su parte, estaban preocupados de que los recursos propuestos no fueran suficientes, especialmente habida cuenta de que muchas normas se habían quedado anticuadas y debían revisarse. Los párrafos 110.6 y 110.7 incluían referencias a regímenes de pensiones alternativos y a otras opciones disponibles, que en realidad no eran otra cosa que eufemismos para designar los regímenes de pensiones privados. Habida cuenta de que los regímenes privados fueron una solución positiva al fracaso de los regímenes nacionales, particularmente en América Latina, los estudios que se mencionaban en el párrafo 110.12 deberían analizar estos regímenes y sus efectos en la economía en general y en los niveles de empleo.

213. La representante del Gobierno del Canadá se sumó a los comentarios realizados anteriormente por los Gobiernos del Reino Unido y de Francia acerca de la necesidad de sintetizar la financiación destinada a la cooperación técnica para asegurarse, por una parte, que el dinero destinado a las actividades del programa fluya, y, por otra parte, que la eficacia administrativa se fomente mediante una gestión racional, evitando la repetición innecesaria de las actividades y los programas, y reduciendo los gastos de viaje. Apoyaba la propuesta del grupo de los PIEM de obtener una visión de conjunto de la cooperación técnica prestada a través de los programas principales analizados en las secciones B y C. Resultaba gratificante comprobar que había aumentado la financiación del programa principal 140 y, a su parecer, sería conveniente promover la inclusión de las cuestiones relacionadas con el género de las personas en todos los programas principales si se quería conseguir un cambio fundamental. Era necesario obtener más información acerca de la forma en que se aplicaría esta cuestión.

214. El Sr. Mayaki, en nombre de los trabajadores, apoyaba los principios subyacentes del programa principal 125 pero consideraba que sus objetivos eran de alguna forma demasiado ambiciosos. A los trabajadores les preocupaba la idea de que la Organización estuviese creando sus propias políticas de desarrollo según se desprendía de los párrafos 125.1 y 125.4, y el orador se preguntaba si se habían previsto otros cambios en el orden del día o en materia de políticas. Las responsabilidades que compartían los programas principales 245 y 60 no parecían estar claras, en especial en lo que respecta a las estrategias de empleo nacionales y a las políticas de empleo. La Oficina debería asimismo seguir un planteamiento coherente y unificado respecto del sector no estructurado, y debía aclararse aún más el párrafo 125.29. Las iniciativas en apoyo del sector urbano como Hábitat II eran positivas, pero se olvidaban por completo del sector rural donde viven la mayoría de los trabajadores. Deberían ampliarse las actividades relacionadas con el Convenio sobre las organizaciones de trabajadores rurales, 1975 (núm. 141), ya que las dos actividades principales de este programa tenían que ver con la organización de grupos marginalizados y la aplicación de normas. Los trabajadores apoyaban esas actividades y aquellas iniciativas de cooperación técnica que permiten aumentar la participación sindical en el sector no estructurado como se prevé en el programa principal 230. En relación a los párrafos 125.18 y 125.2 la propuesta intencional de incluir a grupos no organizados en el proceso de negociación era en cierta forma desconcertante ya que los intereses de los trabajadores estaban mejor representados por aquellos sindicatos ya reconocidos. Las actividades en materia de trabajo a domicilio deberían proseguirse con objeto de adoptar el reciente convenio sobre esta cuestión. Era una pena que las propuestas relativas al problema de los jóvenes desempleados fueran demasiado generales y que no se hiciera ninguna mención a las personas afectadas por conflictos armados.

215. El Sr. Anand, hablando en nombre de los miembros empleadores y refiriéndose al programa principal 130, Instituto Internacional de Estudios Laborales, dijo que en el marco de las investigaciones propuestas en materia de trabajo y sociedad y de las dificultades inherentes al ajuste estructural debía reconocerse que resultan afectados no sólo los trabajadores sino sectores más amplios de la sociedad. En realidad, el funcionamiento eficiente del sistema socioeconómico debía interesar a toda la sociedad, pero los recursos a disposición del Estado se estaban haciendo cada vez más escasos y el futuro parecía algo sombrío debido a que las sociedades que se habían orientado progresivamente hacia actividades de ocio estaban de nuevo enfrentadas a la necesidad de reestructurar, luego de haber utilizado excesivamente los bienes públicos durante los últimos setenta años.

216. Todos los interlocutores sociales procuraban alcanzar un equilibrio duradero, sostenible y flexible de sus actividades. Ello quedaba de manifiesto en las actividades propuestas por el Instituto así como en los objetivos del Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas. La responsabilidad social de las empresas tenía como corolario la responsabilidad social de los sindicatos; los interlocutores sociales debían comprender que el Instituto necesitaba de su apoyo combinado para llevar a cabo las actividades de investigación que le permitiesen prever la evolución del proceso de mundialización e indicar posibles soluciones a las demandas que éste generase. Era reconfortante comprobar que el Instituto seguía desempeñando un papel destacado en el quehacer de la OIT, conforme a su función de enlace entre la Organización, los círculos académicos y de investigación, el sistema de las Naciones Unidas y el público en general. A los empleadores les preocupaba que, en cierta medida, se hubiera restado importancia al Instituto. En la reunión de la Junta Directiva celebrada en noviembre de 1996 se había asegurado a sus miembros de que se encontraría "la forma de recuperar la dimensión académica que antes aportaban los miembros independientes de la Junta Directiva"; correspondía ahora que la OIT cumpliera esa promesa. Una faceta particularmente acertada del programa de actividades del Instituto era la inclusión de programas para becarios y series de conferencias, así como de temas de investigación como "empresas y sociedad", "cohesión social" y "sindicatos y sociedad". Los empleadores querrían que la Oficina repusiera el monto de 100.000 dólares que redujo de su contribución a la Junta Directiva del Instituto, medida que vendría a demostrar en forma concreta el alto concepto que se tiene de las actividades del Instituto y el apoyo que se brinda a las mismas.

217. El Sr. Khurshid Ahmed suscribió los comentarios formulados por los miembros trabajadores en relación con las prioridades de la Organización para el siglo XXI, en particular, el fomento de la democracia y el empleo, la mitigación de la pobreza y el mejoramiento de las condiciones de trabajo. También apoyó resueltamente los servicios de carácter estratégico, los servicios de difusión y los servicios de apoyo que el Instituto presta a la Organización, y estuvo de acuerdo en que había que reponer el monto de 100.000 dólares que se había restado de la contribución de la OIT. Con el objeto de disipar la impresión de que el Instituto estaba infrautilizando sus recursos y, a fin de garantizar que su labor se coordinara con otros programas de acción, los miembros trabajadores eran partidarios de promover una influencia tripartita más apreciable en los asuntos del Instituto. Los mandantes de la OIT deberían sacar más provecho de las actividades del Instituto y aplicar a su propia práctica los trascendentales documentos de investigación que se presentan a las diferentes reuniones del mismo. Con respecto a las actividades sindicales y empresariales encaminadas a mitigar la pobreza y aumentar la productividad, los trabajadores estaban de acuerdo en que estos objetivos podían lograrse únicamente si se contaba con una adecuada formación profesional tanto de los trabajadores como del personal de dirección de las empresas. Ahora bien, en los países en desarrollo los trabajadores de menores recursos y sus familias hacen frente a condiciones de vida de gran dureza, y no pueden acceder a prestaciones que sí tienen a su disposición las categorías más acomodadas de la sociedad, tales como la educación y la atención médica que se ofrecen según las condiciones del libre mercado. La OIT debería esforzarse por mejorar las condiciones de todos los segmentos de la sociedad, sobre todo en los sectores rural y no estructurado, y debería dedicar esfuerzos especiales a mejorar la condición de las trabajadoras.

218. La representante gubernamental de los Estados Unidos indicó que apoyaba en particular las actividades relativas al trabajo infantil previstas en el programa principal 90 (Condiciones y medio ambiente de trabajo) y las consecuentes política y programa de acción de la Oficina en este campo. Sería útil disponer de informaciones sobre los mecanismos que se han concebido para facilitar la colaboración interdepartamental en esta esfera, que quizá sirvan de modelo para otros programas de acción. Aparentemente, las propuestas han puesto de manifiesto un cierto grado de duplicación de actividades entre los programas principales; por ejemplo, los programas principales 60 (Empleo y formación) y 240 por lo que se refiere a la cooperación con las instituciones de Bretton Woods, el mismo programa 60 y el programa principal 125 (Políticas de desarrollo) en lo que concierne al desempleo de los jóvenes, los programas principales 60 y 100 (Actividades sectoriales) en lo que atañe al empleo productivo y las obras públicas, y, por último, los aspectos relativos al mejoramiento del empleo para las mujeres, en los programas principales 140 (Igualdad para la mujer) y diversos otros programas técnicos. Quedaba la impresión de que expresiones como "creación de puestos de trabajo", "mitigación de la pobreza" y "la Cumbre sobre Desarrollo Social" se utilizaban en forma más bien imprecisa, por lo que habría que definirlas con más exactitud a efectos del debate. También sería útil que se aportaran algunas clarificaciones en cuanto a las actividades de asesoramiento técnico o de cooperación técnica que figuran en estas propuestas de programa, a fin de comprender mejor cómo se relacionan con el trabajo de los equipos multidisciplinarios. Del documento no se desprendía claramente la distinción entre ambos y se corría el riesgo de duplicar esfuerzos y malgastar recursos que pudieran ser mejor utilizados en otras actividades. Sería provechoso contar con algunas explicaciones sobre las razones que justifican la inclusión en el mandato de la OIT de actividades tales como los programas de educación en materia de población e higiene de la reproducción (párrafo 125.30) o el análisis genético (párrafo 90.25). También sería acertado disponer de información sobre el objetivo de la base de datos internacional y de los documentos técnicos especializados y sobre cómo se articularían las nuevas investigaciones propuestas sobre migración irregular y empleo con los extensos trabajos que se han llevado a cabo. Por otra parte, en este grupo de programas se ocupaba al parecer a una proporción excepcionalmente elevada de personal de servicios generales con relación al personal de servicios orgánicos. Manifestó que hacía suyos los comentarios elogiosos de oradores que la habían precedido, con respecto al trabajo del Centro de Turín, y, en particular, a su contribución a la creación de la Escuela superior del personal de las Naciones Unidas.

219. El representante del Gobierno de la República de Corea observó que existía cierto solapamiento entre algunos programas. Al examinar el programa principal 145 (Actividades interdepartamentales), se observaban actividades similares a las descritas en el marco del programa principal 50 (Normas internacionales del trabajo y derechos humanos). El Foro social de la OIT podría incluirse en el programa principal dedicado a las normas internacionales del trabajo y los derechos humanos, ya que los objetivos eran semejantes. Se observaban asimismo algunas similitudes entre uno de los capítulos del programa principal de actividades interdepartamentales, titulado "Incrementar la utilidad de las bases de datos de la OIT para los mandantes" y uno de los capítulos del programa principal relativo a las normas internacionales del trabajo y los derechos humanos, titulado "Servicios de información jurídica para el sistema de control". El programa principal 80 (Relaciones laborales y administración del trabajo) había recibido el día anterior un apoyo considerable por parte de muchos de los Miembros, y su presupuesto aumentó en un 9,2 por ciento respecto del aprobado para el bienio en curso, un incremento razonable ya que las relaciones laborales habían demostrado revestir gran importancia a la hora de mejorar tanto la calidad de vida de los trabajadores como la competitividad de las empresas. El éxito en la aplicación de este programa exigía que el personal de la OIT estuviera sensibilizado respecto de los aspectos culturales y políticos del país de que se tratara, así como de su administración del trabajo y de la situación imperante en materia de relaciones laborales.

220. El representante del Gobierno de Turquía mencionó dos puntos relativos al programa 60.4 sobre las migraciones por razón de empleo. Era digna de encomio la iniciativa de la Oficina de llevar a cabo una nueva actividad en relación con los malos tratos persistentes que se infligían a los trabajadores migrantes, en aquellos casos en que tales situaciones no daban lugar a reclamaciones o quejas en virtud de los artículos 24 y 26 de la Constitución, o se producían en países que aún no habían ratificado las normas pertinentes de la OIT. Se mostró complacido por el hecho de que la Oficina hubiera incluido este tema en el orden del día de la próxima Reunión tripartita de expertos sobre las actividades futuras de la OIT en el campo de las migraciones. Apoyaba plenamente la intención anunciada por la Oficina de elaborar un informe de política que pudiera someterse a otra reunión de expertos durante el próximo bienio en relación con las crecientes dificultades para integrar con éxito en el mercado de trabajo a las poblaciones migrantes que se han asentado. Resultaba aún muy necesario que la OIT trabajara sobre estos nuevos aspectos de las migraciones, ya que se de trataba una de las escasas áreas temáticas en las que la OIT prestaba asistencia tanto a los países en desarrollo como a los desarrollados -- a los países de emigración y a los países de acogida -- a través de actividades de asesoramiento técnico.

221. El Sr. Tabani, en nombre de los miembros empleadores, Se refirió a las principales prioridades de las empresas, que eran la inversión y los beneficios. A su vez, éstos conducían a un mayor empleo, que constituía la contribución social de las empresas. El Departamento de Desarrollo de Empresas de la OIT está preocupado por el desarrollo de las capacidades empresariales, fundado en los principios de la OIT. Las responsabilidades sociales de la empresa deberían limitarse a los principios de la OIT. A ese respecto, no deberían suscitarse esperanzas indebidas, obligando a las empresas a salir de su funcionamiento normal. Los vínculos naturales entre la OIT y las empresas en el contexto de la economía de mercado están constituidos por las organizaciones de empleadores, que enlazan con la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT. Respecto al programa principal 225, las asignaciones de recursos se habían mantenido sin cambios durante los últimos bienios debido a las restricciones impuestas por la política de crecimiento cero. Sin embargo, esto no reflejaba la prioridad relativa que había de concederse a este programa principal, incluso en caso de un presupuesto con crecimiento cero, ya que una parte importante de este programa se refería al reforzamiento de las organizaciones de empleadores en los países en desarrollo y en los países en transición. Este era el programa más reducido de todo el presupuesto en términos de recursos de personal de la categoría de servicios orgánicos, al contar tan sólo con la tercera parte de los recursos de esta categoría asignados al programa principal de actividades para los trabajadores. Los empleadores no estaban poniendo en tela de juicio el volumen del programa principal 230, que se justificaba por la naturaleza de las actividades que requerían las organizaciones de trabajadores. La proporción actual, no obstante, no reflejaba las necesidades o las realidades existentes, y tanto durante las discusiones preliminares del mes de marzo de 1996 relativas a este presupuesto como en noviembre del año pasado, el Presidente del Grupo de los Empleadores había formulado propuestas detalladas sobre la necesidad de incrementar los recursos asignados al programa principal 225. El motivo resultaba obvio: con el final de la guerra fría, se había incrementado en todas las regiones el número de países a los que el programa había de prestar sus servicios, y se había producido además una evolución del papel y de las actividades de las organizaciones de empleadores. Sobre la base de las necesidades cambiantes de las empresas, las organizaciones de empleadores habían incrementado la gama y la calidad de los servicios ofrecidos en ámbitos tan diversos como el del trabajo infantil, la seguridad y la salud en el trabajo, la productividad, las cuestiones relativas al género de las personas y un amplio espectro de temas que iban más allá de las funciones tradicionales en materia de relaciones laborales. Como respuesta, el programa principal mencionado había conseguido atraer recursos extrapresupuestarios, pero los recursos de personal no habían evolucionado en consecuencia.

222. Resultaría interesante saber de qué manera se utilizaban los recursos regionales para las actividades de los empleadores, y en especial comparar los recursos dedicados al reforzamiento de las organizaciones de empleadores frente a los recursos dedicados a la participación de éstas en otras actividades. Todos los departamentos regionales deberían incrementar su proporción de recursos CTPO dedicados al reforzamiento de las organizaciones de empleadores, tanto en lo que atañe a los proyectos en el terreno y sus respectivas asignaciones al Centro de Turín. Los empleadores expresaban una gran preocupación respecto de los recursos previstos para este programa, y esperaban que se aumentaran en las propuestas revisadas del Director General que se presentarían la semana siguiente.

223. Un representante de la Organización Arabe del Trabajo (OAT) declaró que su grupo consideraba de gran importancia el programa principal 80, al entender que el diálogo entre los interlocutores sociales, una relaciones laborales saneadas y la existencia de una administración del trabajo activa constituían requisitos previos para el progreso social. Su grupo esperaba que se produjera una expansión de las actividades del programa principal 80 en los países árabes a través de la labor de los equipos multidisciplinarios, así como la cooperación con los expertos de la sede en Ginebra. La colaboración entre la Organización Arabe del Trabajo y la OIT era de naturaleza práctica y orientada a la cooperación sobre el terreno. La OAT había puesto en práctica con gran éxito el Programa Regional Arabe de Administración del Trabajo (RAPLA), financiado conjuntamente con la OIT. La reciente Conferencia Arabe del Trabajo celebrada en El Cairo consideró que este programa había demostrado su utilidad, y el orador deseaba transmitir este mensaje al consejo a través del Consejo de Administración, de modo que el RAPLA pudiera obtener el apoyo al que se había hecho acreedor. Los países árabes expresaban su preocupación en relación con la utilización del idioma árabe en los informes y publicaciones de la OIT, así como en las actividades de la Oficina durante el próximo bienio. Más de 20 Estados Miembros, que representaban más del 12 por ciento de los mandantes de la OIT, tenían como idioma oficial el árabe. Tanto en el Foro empresarial, celebrado el pasado mes de noviembre, como en diversas reuniones sectoriales celebradas en Ginebra, se utilizaron todos los idiomas de trabajo de la OIT excepto el árabe. El orador pidió a la OIT que pusiera en práctica la resolución adoptada en 1979 por la que se exigía a la Oficina que utilizara el árabe con arreglo a su importancia como idioma oficial de varios Estados Miembros de la OIT.

224. El representante del Gobierno de Hungría expresó su agradecimiento por los esfuerzos que había desarrollado la Oficina en relación con los programas principales técnicos en materia de normas internacionales del trabajo y derechos humanos, empleo y formación y relaciones laborales y administración del trabajo. La renovación de la actividad normativa de la OIT suponía un paso clave para la promoción de la democracia en todo el mundo, y expresó su decidido apoyo al programa principal relativo a las normas internacionales del trabajo y a los derechos humanos. El programa principal 60 (Empleo y formación) revestía especial importancia para los países que se encontraban en transición a una economía de mercado y experimentaban elevadas tasas de desempleo, y expresó especialmente su apoyo al subprograma 60.27 relativo a las políticas sobre el mercado de trabajo para las economías en transición. Expresó también su apoyo general al programa 60.3 (Políticas y sistemas de formación), y al contenido de los párrafos 60.46 y 60.47 (Enfoques y métodos innovadores para proporcionar servicios de formación flexibles) y prestaba gran atención a la puesta en práctica del programa principal 80 y a los resultados de la investigación desarrollada en relación con la aplicación de enfoques cooperativos a las prácticas de negociación colectiva.

225. El representante del Gobierno de la República Islámica del Irán observó que se hacía referencia a los derechos de los trabajadores migrantes en uno de los nueve principios del párrafo 44 de la Constitución original de la OIT. Desde entonces, se había prestado en repetidas ocasiones énfasis y atención a esta cuestión a través de varias resoluciones de la OIT en la materia, y expresó su apoyo a la referencia formulada en el párrafo 50.20 de las propuestas. Las discusiones relativas al trabajo infantil habían introducido una dimensión Norte-Sur en los recientes debates, que se agudizaría aún más si los principios y normas sobre trabajadores migrantes se veían socavados. Los principios de la libertad sindical y de la no discriminación se aplicaban a los trabajadores migrantes en la misma medida que a cualquier otra persona. Se mostró preocupado por el hecho de que las reducciones presupuestarias decididas respecto de los programas principales sobre empleo y políticas de formación pudieran afectar a los programas de cooperación técnica, y afirmó que la Oficina debería asegurarse cuidadosamente de que disponía de recursos para llevar a cabo estas actividades.

226. El Sr. Gray, en nombre de los miembros trabajadores, expresó su agrado al comprobar que uno de los programas a los que se habían asignado más recursos era el relativo a la seguridad social. Resultaba evidente que el Director General deseaba dotar a la OIT de un perfil más definido en el ámbito de la seguridad social, y podía contar con el apoyo de los trabajadores en este esfuerzo, especialmente en vista del papel destacado que correspondía a la Oficina en el debate internacional sobre el futuro de la seguridad social. Los trabajadores expresaban su preocupación respecto de la erosión de las disposiciones en materia de seguridad social en muchos países, y el reto al que se enfrentaba ahora la OIT era el de desarrollar y llevar a la práctica su propia perspectiva y visión de la seguridad social. Este proceso se inició en 1993 con el debate de la Memoria del Director General a la Conferencia, que dio algunas indicaciones importantes para llevar a la práctica los tres programas de acción durante el presente bienio. No obstante, el Grupo de los Trabajadores manifestaba su inquietud respecto de algunas propuestas relativas a este programa principal. Se acogía con agrado la defensa que se hacía en el párrafo 110.11 de los principios recogidos en las normas internacionales pertinentes, pero se observaba la existencia de tres referencias (párrafos 110.1, 110.8 y 110.12) a la necesidad de una profunda reflexión acerca de los principios fundamentales de la seguridad social, a fin de determinar el alcance de su validez y aplicabilidad. Estas dos nociones debían reconciliarse y generar una visión propia de la OIT.

227. Este programa principal proporcionaba dos importantes instrumentos para lograr este objetivo. En primer lugar, respecto del informe principal propuesto en el párrafo 110.5, los trabajadores apoyaban la elección del tema de la protección social, e insistían en que dicho informe fuera ambicioso tanto en su alcance como en su contenido. La Comisión de Programa, Presupuesto y Administración era plenamente consciente de que un modelo de la seguridad social promovido activamente por el Banco Mundial vulneraba los principios básicos de la OIT, y a la Oficina correspondía elaborar un modelo alternativo. Acaso ésta fuera la idea reflejada en la referencia que, en el marco del programa de acción propuesto sobre la reforma de las pensiones, se hacía a fin de distinguir el enfoque de la OIT del aplicado por "otros organismos internacionales", idea que contaba con el apoyo decidido de los trabajadores. Se dedicaba en el presente bienio un programa de acción a la capacitación en materia de dirección de los sistemas sociales, y la continuación del mismo -- incluyendo la formación de representantes sindicales en los órganos directivos de los fondos de la seguridad social -- merecía un apoyo sin restricciones. No debía pasarse por alto el hecho de que se hubiera puesto término a la actual subvención de 720.000 dólares de Estados Unidos a la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS). En el párrafo 61 de su introducción, el Director General subrayaba la importancia de mantener la colaboración con la AISS y afirmaba que la OIT seguiría poniendo las instalaciones de la Oficina a su disposición. Sin embargo, el programa principal 115 había desaparecido, y los trabajadores desearían que se les diera cierta seguridad de que iban a seguirse manteniendo relaciones amistosas de colaboración con la AISS.

228. El programa principal 120 (Estadísticas) incluía una amplia gama de labores que recibían poca atención, pero que facilitaban los elementos esenciales para el desarrollo de otras actividades de la Oficina y de sus mandantes. La OIT debería mantener el nivel de recursos asignados a este programa a fin de permitirle satisfacer las demandas que sobre él recaen a raíz de, entre otras reuniones, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y la Conferencia Mundial de Beijing sobre la Mujer. La única preocupación sustancial de los trabajadores a este respecto era el programa de reuniones propuestas. Apoyaban plenamente la convocatoria de la decimosexta Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo en 1998, pero se lamentaban de que no se hubiera incluido entre las prioridades de este programa de reuniones la propuesta de una reunión de expertos sobre estadísticas laborales en materia de accidentes del trabajo.

229. El programa principal 140 (Igualdad para la mujer) era el encargado de la coordinación y orientación de la Oficina de la Consejera Especial para los Asuntos de las Trabajadoras. Los trabajadores aprobaban el criterio adoptado al formular las propuestas globales de programa y presupuesto de que se integrara una dimensión relativa al género de las personas en todos los programas principales de carácter técnico, y acogían con agrado el sustancial incremento del 50 por ciento aplicado a los recursos asignados a este programa principal, incremento que debería permitirle velar eficazmente sobre la puesta en práctica del Programa internacional para lograr más y mejores empleos para la mujer. Debería contarse con una plena participación tripartita en los planes de acción nacionales propuestos, y la Oficina tenía que desempeñar un papel fundamental para asegurarse de que éstos se ajustaban a la estructura política determinada en Beijing, así como a los principios y prioridades del programa de acción.

230. El programa principal 145 (Actividades interdepartamentales) era objeto de una amplia reestructuración en comparación con el bienio en curso. Los recursos adicionales propuestos se incrementaron en un 32 por ciento, y se agruparon tres áreas de actividad distintas, probablemente por simples razones de conveniencia. En el bienio en curso este programa principal constaba únicamente de la reserva de flexibilidad de los programas, una reserva destinada a atender las actividades a las que no podían asignarse recursos con anticipación. Las actividades de seguimiento del Grupo de Trabajo sobre las Dimensiones Sociales de la Liberalización del Comercio Internacional podían incluirse en este programa, al igual que el examen en curso de las actividades relacionadas con las normas. Los trabajadores expresaron su preocupación respecto de la reducción propuesta en el nivel de la propia reserva, que pasaba de 1,25 millones de dólares a 480.000 dólares. Tal reducción de fondos no asignados constituía una opción fácil pero no exenta de peligro, al correr la OIT el riesgo de perder su capacidad para dar una respuesta adecuada, eficaz y rápida a los acontecimientos importantes. La preocupación de los trabajadores se veía agravada como consecuencia de la opinión expresada por el Director General según la cual era imposible incrementar las asignaciones para gastos imprevistos en el marco del programa principal 295 para alcanzar un nivel más realista, y debería examinarse cuidadosamente la posibilidad de liberar a la Organización de la camisa de fuerza en que se estaba metiendo a sí misma. El segundo ámbito que abarcaba este programa principal era la convocatoria de un Foro social de la OIT, que los trabajadores ya habían apoyado de manera decidida. El objetivo de la promoción de las normas en materia de derechos fundamentales de los trabajadores se acogía con el máximo agrado, y debería ser objeto de una cuidadosa preparación a fin de lograr una participación tripartita plena, al igual que en el caso del segundo Foro empresarial. No había de considerarse que constituyera un acontecimiento organizado por los trabajadores para contrarrestar la percepción del Foro empresarial ni otros acontecimientos organizados por los empleadores: si se quería que tuvieran éxito, ambos deberían ser plenamente tripartitos. Al referirse al programa principal 60.2 (Políticas de empleo y de mercado de trabajo) y el programa 60.3 (Políticas y sistemas de formación), sería útil saber cuántos de estos programas habían correspondido a los trabajadores, cuántos a los empleadores y cuántos fueron tripartitos.

231. El representante del Gobierno de la República de Sudáfrica afirmó que el programa principal 130 relativo al Instituto Internacional de Estudios Laborales constituía en términos presupuestarios un área de especial interés, y solicitó mayor información acerca del papel del Instituto y de la financiación del mismo. En su propio país, el tripartismo revestía la mayor importancia, y se concedía un carácter altamente prioritario al papel desempeñado por los interlocutores tripartitos. En Sudáfrica, las estadísticas en materia de mercado de trabajo habían asumido gran importancia, ya que carecían en la actualidad de la capacidad para hacer frente a toda una gama de cuestiones que atañen directamente al desarrollo económico, tales como las cuestiones relacionadas con las mujeres, las personas discapacitadas, el sector no estructurado, los jóvenes graduados de las universidades y otras muchas. La política de mercado de trabajo debería contemplarse en el contexto de un país que emerge de un largo período de conflicto y en el que habría que desarrollar una cultura del consenso. Era importante que el Instituto entablara relaciones con organizaciones radicadas en Sudáfrica, a fin de promover los valores fundamentales de la OIT y de establecer un nexo entre las diversas actividades de investigación llevadas a cabo por las universidades sudafricanas. La creación de estos vínculos produciría beneficios en el plano tanto regional como nacional, y ello debido a que daría acceso a otros trabajos del Instituto sobre temas específicos tales como el de los trabajadores migrantes, el del trabajo en régimen de subcontratación y el trabajo infantil en particular, y sobre otros temas más generales como, por ejemplo, las políticas laborales en el contexto de una sociedad en rápida evolución.

232. La representante del Gobierno de Swazilandia expresó su agradecimiento por la asistencia técnica prevista en el marco de los programas principales 60 y 80, y señaló que estas actividades incluirían medidas de revisión de la política y estudios analíticos sobre cuestiones relativas al empleo, la formación, las relaciones y administración laborales. Sin embargo, no tendrían que constituir un fin en sí mismas, sino que deberían aprovecharse en la práctica para mejorar la eficacia de los programas en estas áreas. El programa principal 65 (Desarrollo de empresas y cooperativas) era especialmente importante en lo que atañe a sus objetivos globales, pero no quedaba claro de qué manera habían de llevarse a la práctica los programas de acción mencionados en los párrafos 65.10 y 65.21. En lo que atañe al programa principal 125 (Políticas de desarrollo), la OIT tenía que enfrentarse a los retos derivados del desempleo creciente, y resultaría de gran utilidad determinar cuál habría de ser la participación de los empleadores y de los trabajadores en el llamado sector no estructurado a la hora de crear asociaciones industriales y de trabajadores. Un problema específico que se planteaba era el de que los trabajadores de las microempresas eran a menudo también sus propietarios y, caso de que no se aclararan estos extremos, podía producirse un conflicto de intereses. La oradora expresó su apoyo sin condiciones a las actividades del programa principal 130 y, puesto que el pueblo de Swazilandia se beneficiaba del programa principal 75 (Centro de Turín), expresó el especial agradecimiento de su país al Gobierno italiano por el permanente apoyo financiero que daba al Centro.

233. Un representante del Director General (el Director General Adjunto encargado de las políticas normativa y sectorial y de las relaciones con los órganos de la OIT), respondiendo a las cuestiones planteadas en relación con el programa principal 50 (Normas internacionales del trabajo y derechos humanos) estaba de acuerdo con el Sr. Oechslin en que era necesario utilizar un lenguaje rigurosamente armonizado en relación con las normas, los convenios y los principios. En respuesta a una pregunta que planteó el representante del Gobierno de Italia dijo que era alentador el hecho de que la campaña que lanzó el Director General para promover la ratificación de los convenios fundamentales de la OIT estaba teniendo resultados graduales en la mayoría de los Estados Miembros interesados. Además de las 29 ratificaciones registradas desde marzo de 1995, que se abordaban en el documento GB.268/LILS/6, se habían registrado otras siete ratificaciones de tres países desde que se preparó ese informe.

234. Hizo referencia a la preocupación que manifestó el Sr. Edstrom de que las nuevas actividades de formulación de normas no se abordaban de manera adecuada en el párrafo 50.3 de las propuestas de Programa y Presupuesto. Esta cuestión se trataba también en los párrafos 50.12 a 50.14. Sin embargo, era importante no adelantarse a las prerrogativas del Consejo de Administración y de la Conferencia Internacional del Trabajo en materia de formulación de normas, y confiaba en que esas decisiones podían llevarse a cabo en el marco de las propuestas de presupuesto. Refiriéndose a la cuestión que se había planteado acerca de la necesidad de contar con un programa de acción para promover los derechos humanos fundamentales, aseguró a la Comisión que se llevaría a cabo una ingente labor, pero que no se había considerado necesario contar con un programa de acción independiente. En cuanto a las medidas de seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague, señaló a la atención el párrafo 50.2 de las propuestas, en el cual se indicaban claramente los convenios básicos señalados como convenios fundamentales por otros órganos de las Naciones Unidas, y en particular por la Cumbre Social. El programa se refería también a los demás convenios que reciben prioridad en el mecanismo de control. La intención del texto del programa no era indicar cambios en el estatuto de estos últimos convenios. La OIT estaba cooperando plenamente con otras organizaciones del ámbito de los derechos humanos, incluido el establecimiento de contactos con la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas durante los preparativos del 50.o aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos que se celebrará en 1998. Confirmó que las conclusiones del mecanismo de control de la OIT se transmitían habitualmente a otros órganos del sistema internacional. Si bien se expresó cierta preocupación sobre la asignación, aparentemente insuficiente, de recursos CTPO para las actividades de la OIT en materia de normas, se disponía de recursos CTPO globales de distintos programas, sobre todo en las regiones. Además, en Asia había un programa principal para la promoción de normas que contaba con el respaldo del Gobierno del Japón y que administraba la Oficina Regional de la OIT en Bangkok. Sin embargo, la OIT no debía depender de fuentes de financiación extrapresupuestarias para cumplir una de sus obligaciones constitucionales fundamentales. En respuesta a la preocupación que manifestaron los representantes de Francia y de Alemania, el orador explicó que las actividades previstas en el párrafo 50.18 de las propuestas, abarcan además las normas sobre la discriminación en el empleo y la ocupación, el trabajo forzoso y los pueblos indígenas y tribales así como a los trabajadores migrantes.

235. Un representante del Director General (el Subdirector General encargado de la promoción y la coordinación de las actividades dirigidas a las empresas) respondiendo a las preguntas planteadas en relación con los programas principales 65 y 85 (Desarrollo de empresas y cooperativas, y Empresas multinacionales), dio las gracias a los representantes de los gobiernos, y a los miembros empleadores y trabajadores por sus reacciones ante las propuestas. Había habido elogios y críticas, lo cual era preferible al silencio, pues ello constituía una gran ayuda para fijar los derroteros futuros. Se habían planteado dos cuestiones importantes que siempre provocaban vivos debates y sobre las cuales a menudo resultaba difícil llegar a un acuerdo pleno, tanto a nivel nacional como internacional: en primer lugar, cómo podrían las empresas crear empleos; y, en segundo lugar, cómo convencer a las empresas de que actuaran como buenos ciudadanos en todos los lugares donde tenían actividades.

236. Acerca del primer punto, dijo que la OIT y su programa de desarrollo de empresas y cooperativas cumplían una función social única, a saber, garantizar que los nuevos empleos que crearan las empresas fueran empleos de calidad. A este respecto, dio las gracias a los representantes de los Gobiernos de Egipto, China y Swazilandia por el respaldo que mostraron en sus observaciones. Se refería a las observaciones de la representante del Gobierno de Swazilandia acerca de los dos programas de acción propuestos sobre las inversiones sociales: la creación de empleo por medio de instrumentos financieros innovadores, y el "fomento de la productividad, la competitividad y el empleo de calidad en los países en desarrollo". Dicha representante había solicitado información adicional sobre cómo se aplicarían en la práctica estos dos programas. Se pediría a varios miembros del Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas que se reunieran con ella para explicarle cómo se había propuesto llevar esto a cabo. El orador agradeció el interés de los países Miembros, lo cual constituía la razón principal de las dimensiones importantes de este programa, y también agradeció las observaciones que formuló el representante de los miembros empleadores, quien había hecho referencia a ese tipo de apoyo de los donantes al desarrollo empresarial. Esta actividad de la OIT que consistía en prestar ayuda a los Estados Miembros para crear empleos en las pequeñas empresas también constituía una parte importante de las medidas de seguimiento de la OIT a la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague en lo relativo a la atenuación de la pobreza y a la creación de empleos.

237. Aseguró a los miembros trabajadores que la calidad social de los empleos era un elemento esencial de los esfuerzos de la OIT en materia de desarrollo empresarial, y citó a un miembro empleador que había dicho que la labor para la creación de empleos en las empresas estaba firmemente fundada en los principios de la OIT. Recordó que esta cuestión se plantearía en la actual reunión del Consejo de Administración en la Comisión de Empleo y Política Social, para la cual el Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas había preparado un informe titulado "El papel del desarrollo de la empresa en la promoción del empleo y el progreso social: una estrategia de la OIT".

238. Acerca de la segunda cuestión -- cómo convencer a las empresas para que se comporten como buenos ciudadanos en todos los lugares donde tienen actividades -- dijo que, hasta el momento, la OIT había recurrido a métodos voluntarios, comprendida la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social. En este contexto, el orador esperaba que pudiera encontrarse un acuerdo acerca del fortalecimiento y el programa de empresas multinacionales, y dio las gracias por el respaldo que recibió de los oradores. Asimismo, los métodos voluntarios habían dado recientemente resultados prometedores en el ámbito del trabajo infantil.

239. Por último, deseaba hacer referencia al Foro empresarial de noviembre de 1996. Los comentarios, tanto positivos como negativos, contribuirían a preparar el segundo Foro empresarial. Era menester mejorar la participación tripartita, y habría que añadir el idioma árabe. El 14 de marzo de 1997 se distribuiría un informe completo del primer Foro empresarial, y el mismo podría obtenerse en el Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas.

240. Un representante del Director General (el Subdirector General encargado de vigilar la calidad de los servicios prestados por los departamentos técnicos), respondiendo a las cuestiones relacionadas con los programas principales 60, 80, 90, 110, 120 y 125, dio las gracias a los miembros de la Comisión por su apoyo, y también por las críticas que habían formulado, que habían servido para revisar, reorientar y en algunos casos pensar de otra manera la formulación y el contenido de los programas.

241. Había tres puntos generales que se aplicaban a la mayoría de los programas técnicos. En primer lugar, una gran parte del texto de presentación de cada programa estaba formulado para dar información de base e hipótesis de trabajo. Se había tomado nota de las observaciones, y el texto se reformularía en los casos en que resultara poco claro. Obviamente, no se prejuzgaría del resultado de las investigaciones, y los estudios e informe se basarían de la manera más objetiva posible en los resultados de los análisis.

242. En segundo lugar, por lo que se refería a los recursos extrapresupuestarios para la cooperación técnica, y las cifras incluidas eran necesariamente proyecciones indicativas. Las cantidades correspondientes al bienio actual podían reflejar asignaciones reales y estimaciones para el año en curso, pero la Oficina tenía un control muy limitado en relación con los futuros recursos extrapresupuestarios. En última instancia, los países beneficiarios y los países y organizaciones donantes eran los que determinaban las cantidades que habían de asignarse, aunque, por supuesto, antes se llevaban a cabo discusiones y posibles negociaciones con la OIT. Las cantidades en dólares debían examinarse con cautela, ya que los costos de las actividades podían variar mucho entre las distintas zonas, y las situaciones podían cambiar con rapidez. Por ejemplo, la asignación de créditos para luchar contra el trabajo infantil se había incrementado rápidamente, y para 1998-1999 se preveían ya unos 25 millones de dólares. Esto reflejaba una necesidad reconocida, a la que los donantes podían responder con facilidad.

243. Refiriéndose a las cuestiones que plantearon los representantes de varios Gobiernos, incluidos la de los Estados Unidos y el del Reino Unido, acerca de la relación entre la sede y la estructura exterior en la ejecución de la cooperación técnica, el orador señaló que la cooperación técnica y el asesoramiento revestían varias formas, esto es, misiones de asesoramiento cortas, seminarios, visitas a la sede de personal o de equipos de países en desarrollo (por ejemplo una importante misión que vino de Sudáfrica recientemente para la formulación de una nueva legislación laboral), y proyectos de mayor envergadura a más largo plazo con costos importantes, que se cubrían invariablemente con recursos extrapresupuestarios. Era difícil dar un desglose preciso de la importancia de las actividades descentralizadas debido a su amplia variedad, pero en el programa principal 125 (Políticas de desarrollo), se había adoptado una gran cantidad de medidas de descentralización hacia las oficinas exteriores. En el programa principal 60 (Empleo y formación) había menos medidas de este tipo, principalmente en el ámbito de la formación. En principio, el equipo multidisciplinario descentralizado era la primera avanzada, y el primero en tramitar las solicitudes y propuestas. También contaban con todo el apoyo de la sede, cuando era necesario.

244. En tercer lugar, varios oradores se habían referido a lo que el orador denominaría un aparente traslapo entre la labor de estos dos programas principales y los programas principales 140, 240 y 245 (Igualdad para la mujer, Relaciones internacionales y Asociación activa y cooperación técnica). Estos eran fundamentalmente programas de coordinación, promoción, orientación y de establecimiento de relaciones, ya que la labor sustantiva estaba a cargo de los departamentos técnicos que contaban con los conocimientos técnicos y la competencia necesarios.

245. Refiriéndose a los programas principales, tomados por separado, daba la impresión de que el programa principal 60 (Empleo y formación) era el que más debate había suscitado. Un miembro empleador (Sr. Katz) había planteado varias cuestiones acerca del empleo y de la flexibilidad o reforma del mercado del trabajo. La propuesta para el próximo bienio consistía en examinar de manera sistemática esta cuestión, sobre la base de pruebas empíricas. Está claro que había posturas muy firmes de todas las partes, y el programa propuesto no sólo no era seguro sino que tampoco estaba exento de controversia, como se creía comúnmente. La OIT no se estaba apartando de su compromiso con las cuestiones económicas o macroeconómicas internacionales. Había toda una serie de programas, así como exámenes por país, en los que necesariamente se abordaban estas preocupaciones de manera pormenorizada. Incluso las labores aparentemente técnicas acerca de la información y de los indicadores del mercado del trabajo eran fundamentales para las cuestiones de política más amplias. Los interlocutores tales como el Banco Mundial, la OCDE y los gobiernos esperaban posturas de política con una firme base empírica.

246. Respondiendo a algunas propuestas específicas que formularon los miembros trabajadores, el orador explicó que la labor sobre la información del mercado del trabajo se hacía con la intención tanto de crear metodologías como de empezar a generar datos estadísticos reales. También había habido una propuesta para convertir el punto de trabajo "ajuste estructural, empleo y la función de los interlocutores sociales en un programa de acción, y le complacía hacer una recomendación en ese sentido al Director General. Acerca del propuesto programa de acción Mundialización, desarrollo de empresas de base local y empleo", en él se incluiría específicamente el examen de las actividades prácticas para promover el empleo, sobre todo en las zonas que habían perdido empresas y empleos. Por esta razón, de conservarse este punto, y a reserva de la decisión de la Comisión, sería conveniente dejarlo en el programa principal 60.

247. Hizo referencia a la propuesta de dedicar el próximo número de El empleo en el mundo, previsto para finales de 1998, al tema de la formación. Varios años atrás este mismo tema hubiera parecido digno de ser seleccionado, aunque soporífero, pero las circunstancias habían cambiado. La formación y la capacitación, tal como lo había señalado un miembro empleador, eran elementos indispensables de las políticas destinadas a abordar los problemas del empleo, y tanto en los países en desarrollo como en los países industrializados, hacían falta programas de formación, aun cuando había muchas interrogantes acerca de sus repercusiones, su eficacia y su costo. Asimismo, muchas personas, en particular las minorías y otros grupos desfavorecidos, no podían salir de trabajos poco capacitados, poco remunerados y con bajo nivel de seguridad. Este número del informe no sería puramente técnico, sino que estaría orientado hacia un tema en particular y hacia cuestiones de política; respondería a preocupaciones ampliamente compartidas y atraería la atención general, incluida la de los medios de comunicación de masas.

248. El componente de formación de este programa principal representaba menos del 20 por ciento de la asignación total, lo cual no podía considerarse como excesivo. De tener que abandonarse uno de los programas de acción propuesto, probablemente sería el dedicado a la financiación de la formación, pero en teoría, sería posible mantener los dos.

249. Refiriéndose a la cuestión de la migración, dijo que se esperaba poder contar con la orientación de la Reunión tripartita de expertos sobre las actividades futuras de la OIT en el campo de las migraciones, prevista para abril de 1997. El orador se manifestó reacio a aceptar una propuesta para un programa de acción para este bienio sobre los malos tratos y la discriminación contra los trabajadores migrantes, porque sería más prudente proceder primero a efectuar estudios de casos. En particular, apreció los comentarios del representante del Gobierno de Turquía sobre esta cuestión.

250. Se hizo referencia a una duplicación entre los programas principales 60 y 125 (Empleo y formación y Políticas de desarrollo) y el orador estaba de acuerdo en que había puntos en común. Era un hecho que recientemente se había establecido una colaboración entre esos programas, por ejemplo para el documento para la Comisión de Desarrollo Social, y los documentos para el Grupo de Trabajo sobre empleo y modos de vida sostenibles. Sin embargo, el programa principal 125 se centraba de manera muy precisa en la creación directa de empleos mediante programas operacionales, particularmente en los países menos adelantados y más pobres, para los grupos marginados de dichos países. Algunos de los pasajes en que se describían las propuestas no eran demasiado felices, y habría que revisarlos. Se revisaría el programa sobre el sector rural, al igual que otros elementos del programa, como el desempleo de los jóvenes y la generación de ingresos para la mujer. La distinción entre la labor sustantiva prevista en este programa y la labor del programa principal 140 ya había sido objeto de una explicación.

251. En relación con el programa principal 80 (Relaciones laborales y administración del trabajo), los textos se examinarían nuevamente a la luz de los comentarios de los miembros de la Comisión, sobre todo de los empleadores y de los trabajadores. En particular, el programa de acción sobre "métodos cooperativos de negociación colectiva" haría menos énfasis en la formación, y el programa de acción sobre la "contribución de las relaciones laborales a la integración económica regional" se haría más preciso y se coordinaría con la labor correspondiente del programa principal 60. En cuanto a la cuestión de la representación de los trabajadores en las empresas multinacionales, se había dado a conocer una amplia variedad de opiniones, de modo que tal vez convendría esperar los resultados de las investigaciones y estudios actuales para proceder a una revisión.

252. En relación con el programa principal 90 (Condiciones y medio ambiente de trabajo), se había propuesto aumentar en seis años de trabajo el personal de apoyo de los servicios orgánicos en relación con el trabajo infantil. Esto suponía un costo de 692.000 dólares, y se asignaron nueve años de trabajo del personal de los servicios orgánicos para la ejecución de labores técnicas que eran esenciales para las actividades normativas y para analizar, evaluar y orientar la acción del programa IPEC. No se había recortado la labor en materia ambiental bajo este punto, pero tampoco se había aumentado, y esta situación se reexaminaría. En cuanto al programa sobre seguridad y salud, el orador propuso que se suprimiera el tema del análisis genético. En relación con la propuesta de la Reunión de expertos sobre seguridad en el uso de fibras minerales y sintéticas, explicó que se complementaría una asignación del presupuesto ordinario por un valor de 110.000 dólares con fondos extrapresupuestarios, procedentes tanto de fuentes sindicales como de los empleadores, y con gusto daría detalles de las dos secretarías comerciales internacionales y las siete asociaciones industriales que habían hecho ofertas. El programa sobre la seguridad en la utilización de productos químicos proporcionaba la base y el marco para efectuar una labor continua, lo cual era de suma importancia, ya que cada año se fabricaban entre 500 y 1.000 nuevos productos químicos. Por último, en relación con el programa principal 90, explicó que el programa de acción propuesto sobre iniciativas sociales de las empresas se desarrollaría a partir de la labor actual y se aplicaría en estrecha colaboración con el programa principal 65.

253. Respecto del programa principal 110 (Seguridad social), aseguró a la Comisión que, si bien se había retirado el subsidio monetario, seguía existiendo una colaboración concreta con la AISS. El programa principal se centraría no sólo en la aplicación de las normas existentes, sino también en una revisión de las normas en el contexto de todos los puntos de trabajo del programa.

254. Refiriéndose al programa principal 120 (Estadísticas), explicó por qué la propuesta de una Reunión de expertos en estadísticas del trabajo: lesiones profesionales, era importante en el próximo bienio en comparación con la otra opción de una Reunión sobre los factores ambientales en el lugar de trabajo. En primer lugar, en opinión de la Oficina de Estadística de la OIT, era indispensable celebrar una Reunión de expertos como preparativo para la decimosexta Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo, en cuyo orden del día se incluiría dicho tema. Si no podía celebrarse una reunión, entonces ese punto del orden del día se retiraría y el examen de la cuestión se pospondría para el año 2003. Ello constituiría una gran decepción para los profesionales de la salud y la seguridad, quienes habían recalcado repetidas veces la necesidad de contar con mejores estadísticas. Siendo ésta una decisión muy difícil de tomar, el orador propondría que se dejara en manos del Director General y de la Comisión. En cuanto a la composición de la Conferencia de Estadísticos, un miembro de la Comisión comentó, correctamente, que en el pasado, el Grupo de los Empleadores del Consejo de Administración nombraba a seis expertos y el Grupo de los Trabajadores nombraba a otros seis expertos. La Comisión probablemente desearía continuar con esta práctica en el futuro.

255. Un representante del Director General (el Director de la Oficina de Programación y Gestión) proporcionó a la Comisión información detallada solicitada por varios miembros en el curso de las discusiones. Su respuesta se reproduce en el anexo II, adjunto al Addéndum I.

C. Programas regionales y política de asociación activa
(programas principales 245-280)

256. El Sr. Hoff (miembro empleador) dijo que, según el desglose de cifras facilitado en el anexo informativo 7, un total de 15 millones de dólares serían asignados directamente al terreno. Deseaba saber qué cuantía de esos 15 millones de dólares para todos los continentes en su conjunto irían a proyectos de trabajadores y de empleadores, y por qué no existía ninguna partida para proyectos de empleadores en las regiones de América y Africa. También preguntó si se estaban recibiendo con regularidad los informes sobre reuniones que, en virtud de las directrices aplicables, las regiones debían a presentar al Consejo de Administración y qué se estaba haciendo con ellos.

257. Respecto al programa principal 245 sobre asociación activa y cooperación técnica, dijo que la idea y la aplicación de estas propuestas habían recibido un apoyo considerable. No obstante, los empleadores quisieran saber por qué siguen vacantes varios puestos en los equipos multidisciplinarios, qué puestos han sido cubiertos y si hay planes para cubrir los demás en un futuro próximo. Los empleadores ya habían pedido en la última reunión de la Comisión de Cooperación Técnica una evaluación exhaustiva de la política de asociación activa y la labor de los equipos multidisciplinarios hasta la fecha y un plan y una estrategia para obtener recursos extrapresupuestarios. Era éste un aspecto sumamente importante de la cooperación técnica que los empleadores esperaban que se aclarara en la próxima reunión de la Comisión.

258. También indicó su preocupación por la coordinación de todas estas actividades dentro de la OIT. Se trataba de una tarea difícil y le gustaría saber mejor cómo se llevaba a cabo. Dijo que había estudiado todos los cuadros y desgloses de las propuestas de Programa y Presupuesto y había pedido a la Oficina que calculara cuánto se estaba gastando realmente en cooperación técnica. Aún no había obtenido ninguna respuesta clara, y aunque comprendía las dificultades que se planteaban, era fundamental saber qué significaba este sector para una organización que dedicaba más de la mitad de sus recursos financieros a estas actividades. Dijo que le gustaría preguntar a sus colegas del Consejo de Administración en conjunto si estimaban que su comprensión de los programas y proyectos y su relación con las prioridades fijadas era completa o limitada. Existía una evaluación modulada y sistemática de todos estos proyectos? Creía el Consejo de Administración en su conjunto, como los miembros empleadores, que se debería proceder a la evaluación no sólo de los programas principales sino también de los más pequeños y más comprensibles? Estaba obteniendo el Consejo de Administración la información que necesitaba para ejercer el debido control en lo que a cooperación técnica se refería? Era necesario reflexionar sobre la cuestión y examinar si la Comisión de Cooperación Técnica debería realizar la labor preparatoria para el Consejo de Administración o si habría que encontrar otro sistema. La discusión al respecto debería empezar en la próxima reunión de la Comisión.

259. El Sr. Gray, en nombre de los miembros trabajadores, dijo que los programas regionales estaban en primera línea de la aplicación de la política de asociación activa y en hacer de la OIT una organización verdaderamente orientada a la demanda, a través de su respuesta a las necesidades de los mandantes. No obstante, había algunas cuestiones generales que los miembros trabajadores quisieran abordar desde el principio. Por ejemplo, se proponía aumentar el volumen de los servicios regionales en un 1,2 por ciento en términos absolutos y entre un 25 y un 26,4 por ciento del presupuesto global en términos relativos. Los trabajadores creían que era importante que los órganos políticos de la OIT decidieran cómo debería gastarse tan enorme proporción de los fondos de la OIT y por consiguiente que recibieran los correspondientes informes sobre la utilización real que se había hecho de los fondos.

260. Las propuestas que tenía ante sí la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración estaban expuestas de manera muy descriptiva, con sólo indicaciones generales de prioridades en áreas de actividad. Era chocante observar que todos los programas regionales, excepto los relativos a Europa y Asia central, repetían las prioridades generales del Programa y Presupuesto. No existía una línea presupuestaria específica, como en el caso de otros programas principales técnicos, por lo que el Consejo de Administración no podía realmente controlar el gasto real. Era necesaria una innovación en estos ámbitos y los miembros trabajadores quisieran que la Oficina diera una respuesta concreta a este respecto. Aunque era importante que los sindicatos recibieran su parte justa de apoyo y atención, también era esencial que se les diera el tipo correcto de asistencia, y a tal fin era crucial que los directores de programas regionales consultaran sistemáticamente y por adelantado a la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV) sobre las actividades emprendidas por ellos con los sindicatos y en su nombre, lo que no siempre ocurría actualmente. En cuanto a los cambios en la estructura de campo, dijo que aunque en varios aspectos las propuestas eran importantes, eran más modestas que las planteadas en el documento de noviembre último. No obstante, entendía que era inevitable que el cambio perjudicara los intereses personales de alguno y, teniendo esto presente, apoyaba la práctica totalidad de las propuestas del Director General y en particular la creación de los nuevos equipos multidisciplinarios en Yaoundé y Moscú y la ampliación de El Cairo. Era fundamental que se incluyesen especialistas trabajadores en cada uno de estos equipos. Ahora no se hacía mención de la nueva función de las oficinas de correspondencia como se indicó en noviembre último cuando el Director General habló de una redefinición de sus funciones para ejecutar una nueva estrategia de relaciones y asociación con los mandantes e instituciones de los países en cuestión. Seguía siendo esa la intención? Y de ser así, cómo se llevaría a cabo? Puesto que ya se había abandonado la idea de convertir algunas oficinas de zona en oficinas de correspondencia, sería tal vez preferible evitar singularizar la excepción de la Oficina de Ankara y mantener el statu quo. Indicó que el programa de asociación activa y cooperación técnica era el resultado de la fusión de unidades anteriormente separadas y, desde luego, una manera más lógica de estructurar el manejo por la OIT de partes estratégicamente importantes de su funcionamiento global. De hecho, constituía la única, aunque pequeña, ventana por la que la Comisión se asomaba a la labor de la política de asociación activa. Consistía en un conjunto de propuestas de procedimiento que, juntas, tenían sentido y eran dignas de apoyo. La consulta entre los equipos multidisciplinarios y la sede, las orientaciones, la formación del personal, el seguimiento, la evaluación, las bases de datos, etc., todo eso estaba bien, pero lo que el Consejo de Administración necesitaba saber era cómo se estaba ejecutando realmente la política de asociación activa y cuáles eran sus repercusiones reales. Por ello, los miembros trabajadores atribuían gran importancia a la evaluación de la asociación activa que este año se realizaría en la Comisión de Cooperación Técnica. Este programa principal tendría que reaccionar a sus conclusiones llevándolas a la práctica. A modo de ejemplo, citó la cuestión específica de los exámenes de los objetivos por país. Se decía de éstos que eran elementos clave de la programación de la OIT en cada Estado Miembro, pero cuántos se habían completado? En qué medida se habían realizado? Cuál era su repercusión? Fortalecían la cooperación tripartita? Era esencial conocer las respuestas a estas preguntas. En el párrafo 245.6 se abordaba la esencial vinculación entre las normas y la cooperación técnica de una manera que reforzaba la opinión de los miembros trabajadores sobre la importancia del proceso de evaluación. La "incorporación" de la igualdad de oportunidades y de trato y del medio ambiente, siendo importante, no era la vía adecuada de asegurar un vínculo. Los miembros trabajadores también pedían aclaración sobre la responsabilidad de este programa principal en la gestión global de los recursos CTPO. Significaba que el programa tenía que aprobar todos los gastos CTPO? Observando que se iba a mantener bajo examen la composición de los equipos multidisciplinarios, los trabajadores reiteraron su postura bien reafirmada de que deberían destinarse a cada equipo especialistas en normas y cubrirse las vacantes lo antes posible. También querían saber si este programa principal tenía alguna responsabilidad destacada con respecto a las relaciones con donantes y a la estrategia de movilización de recursos. La referencia del párrafo 245.10 a la posibilidad de adaptar los procedimientos y reglamentos a un enfoque más dinámico era particularmente interesante, sobre todo si se leía de manera conjunta con la intención de explorar nuevas posibilidades con donantes multibilaterales. La pregunta que esto planteaba era si los reglamentos financieros seguían suponiendo o no un obstáculo a las relaciones con posibles donantes y, en caso afirmativo, qué se estaba haciendo al respecto.

261. El representante gubernamental de Mauricio hizo notar que del análisis de las propuestas de presupuesto se deducía que Africa era la única región no afectada por los recortes presupuestarios. Consideraba que ello era atinado, sobre todo en un momento en que se estaban tomando medidas para reforzar la capacidad técnica de la región. Con respecto a la distribución de recursos propuesta (48 por ciento al empleo, 35 por ciento a la promoción de la democracia y las normas internacionales del trabajo, y 17 por ciento a la protección de los trabajadores), deseaba saber si no procedía revisarla a la luz de las necesidades efectivas y prioritarias de Africa.

262. En cuanto al programa principal 245 (Asociación activa y cooperación técnica), le preocupaba la reducción propuesta de los recursos para este programa principal, de 570.000 dólares en valor real, habida cuenta de que la asociación activa era el principio rector de las relaciones entre la OIT y sus mandantes a nivel nacional. Podía parecer injusto que, en circunstancias en que las propuestas del Director General implicaban una reducción de 3,75 por ciento de las asignaciones a los programas con relación al Programa y Presupuesto para 1996-1997, los recursos destinados al programa de asociación activa y cooperación técnica se redujesen en una tasa muy superior. Resultaba difícil cuantificar el monto exacto, por cuanto se carecía de un común denominador, pero probablemente sería del orden del 10 por ciento. Había que potenciar cuantitativa y cualitativamente la movilización estratégica encaminada a conseguir recursos extrapresupuestarios suficientes como para garantizar que no corriese peligro la propia política de asociación activa, situación que, de darse, muy probablemente se agravaría al incrementar los costos durante el bienio.

263. El representante gubernamental del Canadá, hablando en nombre de los países PIEM, confirmó que éstos prestaban su pleno respaldo a la cooperación técnica y deseaban que se dedicase la mayor cantidad de recursos posible a las actividades de programa. Por tal motivo, querían asegurarse de que se hubiesen explorado todos los medios disponibles para hacer ahorros en estos programas y de que las eventuales economías se reasignaran adecuadamente para ayudar a los países beneficiarios.

264. La búsqueda de formas de ahorro se haría más fácil si se aplicara una mayor transparencia a la gestión de gastos de viaje y de personal, así como a los gastos generales de apoyo a las oficinas exteriores, inclusive en lo que atañe a los equipos multidisciplinarios y a la relación de éstos con otras estructuras en el exterior. Por otra parte, el logro de una visión general coherente de las actividades de cooperación técnica de los distintos programas principales de la sede pudiera servir para aunar esfuerzos y mejorar la coordinación entre varios de estos programas. Ello serviría, a su vez, para lograr una gestión más eficaz de la ejecución de los programas de cooperación técnica, lo que permitiría disponer de recursos adicionales para apoyar las actividades de cooperación técnica en el terreno.

265. El Sr. Prior, en nombre de los miembros empleadores, observó que las actividades descritas en el programa principal 280 tenían un campo de aplicación muy amplio. En dicho programa figuraban todas las actividades necesarias para Europa y Asia central. Por una parte, esto era muy positivo puesto que significaba que la OIT conocía bien los problemas de la región, pero, por otra, consideraba que no se disponía de recursos suficientes para poner en práctica todas las actividades propuestas. Hizo notar que, desde un punto de vista comparativo, los recursos asignados a los programas de actividades prácticas en Africa (programa 250) alcanzaban un monto aproximado de 43 millones de dólares, y que los asignados a las Américas (programa 260) totalizaban 38 millones de dólares. A Asia y el Pacífico (programa 270) se habían asignado unos 40 millones, mientras que las asignaciones para Europa y Asia central (programa 280) eran de sólo 14 millones de dólares. Las diferencias eran muy grandes. Las actividades directas en el terreno se financiaban con asignaciones comprendidas en la columna otros gastos, que, según se indicaba en el programa, incluían seminarios, formación, giras de estudio, etc. Los demás gastos correspondían a sólo 25 ó 26 por ciento de los recursos totales y representaban un monto de apenas 3,5 millones de dólares. De este total, sólo se habían asignado 694.000 dólares a proyectos de terreno, lo que era insuficiente para todos los planes de actividades en Europa y Asia central. Estas regiones estaban atravesando por un período crítico de transición y necesitaban una mayor atención de la OIT. En primer lugar, los países de Europa central y oriental se encontraban en pleno proceso de transición de economías planificadas a economías de mercado. En segundo lugar, varios de estos países habían emprendido el proceso de integración en la Unión Europea. Por último, Europa occidental y Europa oriental estaban aprendiendo a cohabitar en una futura Europa unida. Se trataba de tres procesos muy complejos en cuyo contexto había que poner en práctica muchas de las actividades descritas en los programas para la región: para lograr este objetivo no bastaba con 694.000 dólares. Deseaba saber qué criterios se habían aplicado para asignar los recursos a actividades destinadas a los empleadores y a los trabajadores. Algunos de los proyectos de actividades prácticas, entre ellos, por ejemplo, los seminarios y la formación sobre negociación colectiva o seguridad y salud en el trabajo, podían destinarse a trabajadores y empleadores, indistintamente. Tal enfoque permitiría obtener nuevos ahorros y mejorar las relaciones entre los empleadores y los trabajadores, los que, en vez de actuar por separado, podían reforzar su colaboración en el marco de tales actividades. Con respecto al programa Gestión regional, relaciones y apoyo (280.1) y el programa Red de oficinas (280.3) preguntó si no sería posible combinar y coordinar estas dos actividades bajo una sola administración, lo que arrojaría ahorros y aumentaría su eficacia.

266. El representante gubernamental de México, hablando en nombre del Grupo de las Américas, observó que revestía una importancia particular el que los incrementos y las reducciones en las partidas presupuestarias correspondientes a los programas principales se definiesen de conformidad con los principios de distribución geográfica equitativa. Por tal motivo, querían dejar constancia de su preocupación por el hecho de que, de todas las regiones, a las Américas (programa 260) se había otorgado el incremento más pequeño. Hicieron hincapié en la necesaria transparencia que debía regir la aplicación de los principios de distribución equitativa. Una de las facetas distintivas y más positivas de los equipos multidisciplinarios era su espíritu de flexibilidad, que había que alentar. Sin embargo, el Grupo de las Américas también tenía la convicción de que la utilidad de los equipos aumentaría cuando los gobiernos hubiesen comprendido mejor la relación entre los proyectos concretos y los programas de terreno, y cuando las autoridades pudiesen participar en la evaluación y la propia definición de los proyectos.

267. El representante gubernamental de Argelia, hablando en nombre del Grupo africano, felicitó a la Oficina por la pertinencia y la calidad de los documentos presentados al Consejo de Administración e indicó que los países africanos suscribían tanto los principios rectores en que reposaban las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999 así como los tres objetivos principales que había definido la Organización: la defensa de la democracia, la promoción del empleo y la erradicación de la pobreza, y la protección de los trabajadores. Aun cuando las asignaciones para la región en el presupuesto ordinario habían registrado un aumento de 508.000 dólares con respecto al ejercicio anterior, pasando a un total de 42,9 millones de dólares, se preguntaba si esto era suficiente habida cuenta de los enormes problemas a que se enfrentaba el continente. En Africa había un gran número de países en desarrollo, muchos de los cuales estaban aplicando valerosamente programas de ajuste estructural. Se habían asignado 2,6 millones de dólares en concepto de otros recursos destinados a Africa, y la Oficina debería redoblar esfuerzos para canalizar tantos recursos como fuese posible del presupuesto ordinario y de fuentes bilaterales y multilaterales a la región que más los necesita. Tomó nota con satisfacción de que se mantendrían las 12 oficinas de zona y que se habían establecido equipos multidisciplinarios en Yaoundé y El Cairo. En el EMD de El Cairo se necesitaba contar, en particular, con un especialista en migraciones, habida cuenta de las grandes y singulares corrientes migratorias que existen en los países del ámbito de acción de dicho equipo. Los países africanos se felicitaban de que se hiciera referencia a la Iniciativa Especial para Africa, adoptada por las Naciones Unidas, y al programa "Empleos para Africa", y deseaban conocer las medidas concretas que la OIT iba a tomar para poner en ejecución tales iniciativas.

268. Los países africanos respaldaban resueltamente la defensa de la democracia, la erradicación de la pobreza mediante la promoción del empleo, la protección de los trabajadores y de los derechos humanos y el respeto de las normas internacionales del trabajo en la medida en que se adaptasen a las características particulares de la región. Africa necesitaba la puesta en práctica de numerosas actividades específicas, en particular la creación de un "observatorio del empleo", el fortalecimiento de los equipos regionales de capacitación sobre seguridad y salud, y la formación de instructores en seguridad social y negociaciones tripartitas, que tomasen debidamente en consideración el proceso de ajuste estructural por que atraviesa el continente. Pidió que se suministrara información sobre el monto exacto de los recursos asignados por la OIT a la cooperación técnica en Africa y pidió que la ejecución de estos programas se encargara a expertos técnicos de los propios Estados Miembros.

269. El Sr. Sahbani, hablando en nombre de los miembros trabajadores, hizo hincapié en que en la preparación de normas internacionales del trabajo y del presupuesto de la OIT para la región debía tomarse en consideración la diversidad de los problemas socioeconómicos que se plantean a los países africanos, tales como el desempleo, la concentración del ingreso, el aumento de la pobreza y las violaciones tanto de los derechos humanos como de los derechos de los trabajadores. Sabido era que los trabajadores debían participar activamente en el proceso de integración regional, pero en los párrafos 250.6, 250.7 y 250.8 no se daba una importancia suficiente a las cuestiones sociales y, en particular, al desempleo y la pobreza. Consideraba que en el próximo ejercicio presupuestario la OIT debía abocarse a la tarea de promover el desarrollo de las competencias de los trabajadores, así como de políticas de mitigación de la pobreza y de aumento de las inversiones generadoras de empleo. El Grupo de los Trabajadores consideraba atinado que se hubiesen asignado recursos extrapresupuestarios a la promoción de la libertad sindical y los derechos humanos. Ello podía ayudar a los trabajadores a resolver muchos de los problemas a que hacen frente, puesto que la asignación destinada a las actividades de los trabajadores no era suficiente por sí misma. También había que dar prioridad a la formación en el terreno, y en particular a la formación profesional; a este respecto, las actividades aisladas del Centro de Turín eran insuficientes. Había que tomar otras medidas para potenciar las actividades de formación destinadas al continente africano, con el fin de que los interlocutores sociales pudiesen entablar negociaciones colectivas en igualdad de condiciones y con una mayor eficacia.

270. Con relación a los párrafos 250.17, 250.18, 250.19 y 250.20, la OIT debía intensificar su respaldo a los interlocutores sociales, sin distinción, sobre todo en lo relativo a los problemas de seguridad social, con el fin de garantizar una mejor protección para todos, habida cuenta de que los desequilibrios de los mercados de trabajo y la legislación laboral habían provocado una reducción de la oferta de empleo, la disminución de los salarios y el empobrecimiento de la protección social a los trabajadores. Los miembros trabajadores impugnaban el concepto de diálogo social basado en los desequilibrios del mercado, sobre todo en la medida en que los gobiernos africanos no vacilaban en promover al mismo tiempo el pluralismo sindical en nombre de la democracia y de la libertad sindical. Este comportamiento era contrario al espíritu de la OIT y de todos sus fundamentos y normas, y tenía por objeto dividir a los trabajadores.

271. El representante gubernamental de Sudáfrica, hablando en nombre del grupo de países de Africa meridional, suscribió las opiniones expresadas por el representante gubernamental de Argelia y señaló que el programa principal 250 era fragmentario, muy general y poco concreto. Un presupuesto era más que un simple estado financiero: era también la proclamación de un firme compromiso encaminado a garantizar la consolidación de los objetivos de la OIT con miras al logro de los objetivos generales de justicia social. Tal justicia social no podía alcanzarse sin esfuerzos, y ello suponía que se dispusiera de recursos consecuentes. Ahora bien, las restricciones presupuestarias no conducían necesariamente a una mayor eficiencia, puesto que los recortes solían traducirse en la reducción de actividades importantes. Dijo que la disminución de recursos era quizás inevitable, pero que él no estaba de acuerdo con los recortes propuestos y consideraba que era importante indicar algunos temas específicos en los cuales centrarse. Las estadísticas sobre el mercado de trabajo eran necesarias para formular políticas y era importante saber cómo y cuándo había que poner en práctica los programas de erradicación del trabajo infantil, creación de empleo, mitigación de la pobreza, actividades especiales para mujeres y jóvenes desempleados, erradicación de la pandemia VIH/SIDA y muchos otros programa afines. Se necesitaba más asistencia técnica para promover la protección de los derechos de los trabajadores y mejorar las condiciones de trabajo, así como la seguridad y la salud en el entorno laboral. Se necesitaban proyectos de cooperación técnica en materia de control de calidad, a fin de garantizar que la calidad de los servicios prestados por la Organización responda plenamente a las necesidades de los mandantes. Era, por ende, necesario examinar los medios para crear un mecanismo de evaluación de la ejecución de proyectos que tenga en consideración las necesidades regionales. A fin de potenciar la contribución de los mandantes a nivel nacional, era necesario reforzar a los EMD, ya que éstos eran el nexo de la OIT con dichos mandantes. Ello revestía una importancia especial en el campo de la investigación, pues contribuiría a elaborar una estrategia lo más amplia posible con relación a la mitigación de la pobreza y a los demás objetivos antes mencionados.

272. El representante gubernamental de Egipto apoyó la declaración del representante gubernamental de Argelia en nombre de los países africanos y manifestó su pleno apoyo a la creación de un EMD en Yaoundé, así como al refuerzo del equipo que se ocupa de los seis países de Africa septentrional y del Sudán. Dijo que el equipo establecido en El Cairo contaría con el pleno respaldo de su Gobierno y formuló un llamamiento especial en favor de la asignación de recursos suficientes al programa sobre el trabajo infantil. En el párrafo 250.21 se señalaba que la incorporación de las normas internacionales del trabajo y su aplicación seguían planteando problemas en Africa, puesto que sólo 3 de 53 países africanos habían ratificado los siete convenios básicos de la OIT, mientras que otros 15 habían ratificado seis de dichos convenios. Egipto se contaba entre estos últimos; consideraba que la OIT, conocidas las dificultades que los Estados Miembros tienen para ratificar estos convenios, debía prestar servicios consultivos o de asesoramiento que faciliten la promulgación de la legislación pertinente por los Estados Miembros. La OIT debía impartir formación sobre normas internacionales del trabajo y su aplicación, y fortalecer los programas relativos a la igualdad de las mujeres en el empleo. También debía seguir prestando apoyo financiero y administrativo a los centros africanos de administración del trabajo, pues los interlocutores sociales de Africa necesitaban de dichos centros para desarrollar sus capacidades en este campo. Había que promover las actividades destinadas a mejorar la situación económica de las mujeres africanas así como los esfuerzos encaminados a hacer conocer los derechos de las trabajadoras ocupadas tanto en los sectores estructurado como no estructurado y en especial en las cooperativas. Era inquietante la tendencia global de reducción de la ayuda al desarrollo, y en particular la disminución de la asistencia que la OIT prestaba a la puesta en ejecución de planes y programas de cooperación técnica en Africa. Habida cuenta del pequeño incremento de las asignaciones del presupuesto ordinario, por un total de 550.000 dólares, pidió que se aumentaran las asignaciones extrapresupuestarias destinadas a Africa, a fin de hacer frente a los problemas que se plantean a muchos países de la región, en particular a aquellos cuyos programas de ajuste estructural han tenido efectos negativos en el empleo, el trabajo infantil y el crecimiento del sector no estructurado.

273. El Sr. Khurshid Ahmed, hablando en nombre del Grupo de los Trabajadores, manifestó su reconocimiento por los recursos asignados al programa para Asia y el Pacífico. Más de la mitad de la población del mundo vive en este continente, entre ellos, más de 1.100 millones de personas de escasos recursos, es decir, casi dos tercios del total de pobres en el mundo. En consecuencia, deseaba saber si era posible aumentar las asignaciones a programas concretos, en lugar de dedicar tres cuartas partes de los recursos a gastos de personal. En el párrafo 270.4 se indicaba que en muchos países las presiones para lograr una mayor competitividad habían conducido a la explotación de los trabajadores y, particularmente, de las mujeres y de otros grupos vulnerables, como los niños. En tales circunstancias, revestía una importancia especial proteger los derechos de los trabajadores y promover las normas internacionales del trabajo. No obstante, el número de ratificaciones de normas sobre derechos humanos fundamentales era menor en Asia y el Pacífico que en las demás regiones, por lo que era necesario que los Estados Miembros de la región desplegaran mayores esfuerzos para ratificar las citadas normas. Dijo que apoyaba sin reservas las prioridades definidas en este programa principal y, en particular, las que tienen por objeto poner en práctica las conclusiones y los principios de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, así como los principios proclamados por la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing. Instó a los Gobiernos de los Estados Miembros a establecer órganos nacionales tripartitos encargados de dar seguimiento a la Declaración de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y de traducir en medidas concretas los principios de dicha Declaración. La OIT debía brindar asistencia en este campo. También respaldó plenamente las políticas de empleo y estrategias para el desarrollo de los recursos humanos, pues consideraba que el aumento de las inversiones en el capital humano redundaría en un mejor futuro para todos. Se debía dar asistencia a los Estados Miembros para que desarrollen las competencias polivalentes que se necesitan para armonizar la oferta y la demanda del mercado de trabajo, así como para promover la dignidad en el trabajo y la cultura de la fuerza laboral. Las actividades descritas en el párrafo 270.7 eran particularmente acertadas, habida cuenta de que el grueso de la población en muchos países de Asia se ocupaba en el sector rural, en el que aún perduraban sistemas de carácter feudal que negaban el acceso de los habitantes pobres del campo a la tierra, la infraestructura, la educación y la salud. También encomió el programa destinado a mejorar la condición, la educación, los niveles de calificación y la protección social de las trabajadoras en los sectores rural y no estructurado. Se necesitaban más actividades nacionales para sensibilizar a la población sobre la condición de las trabajadoras, ofrecerles capacitación adecuada, mejorar su acceso a actividades remuneradas, incrementar su participación en órganos decisorios e incluso prestarles asistencia jurídica contra la discriminación. El programa para los trabajadores migrantes era importante y debía servir para que la OIT promoviera el diálogo entre los países emisores y los países receptores de mano de obra, a fin de lograr que estos trabajadores queden comprendidos en el ámbito de la seguridad social. También merecían su pleno apoyo las actividades en el campo de la seguridad y la salud en el trabajo, tanto en el sector industrial como en la agricultura; en esta esfera debía preverse el establecimiento de consejos nacionales tripartitos sobre seguridad y salud en el trabajo y la designación de delegados de seguridad a nivel de las empresas. Debían publicarse programas de educación en materia de seguridad y salud en el trabajo, editados en las lenguas nacionales, y debían producirse vídeos destinados a un público lo más amplio posible.

274. Era sumamente recomendable adoptar un planteamiento tripartito en relación con el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, pero dijo que necesitaba disponer de más informaciones sobre los conceptos vertidos en los párrafos 270.15 y 270.16 acerca de la protección de los trabajadores en el sector no estructurado y las PYME. La participación en programas importantes como el IPEC debía ser absolutamente tripartita; con respecto al párrafo 270.25, señaló que la negociación colectiva se celebraba siempre entre los trabajadores y la dirección de las empresas. Por último, sugirió que en el párrafo 270.34 se hiciera referencia a la erradicación del trabajo infantil.

275. La representante del Gobierno de Croacia manifestó su preocupación por la introducción en el programa principal 280 de una categoría especial de países en período de transición que desean adherirse a la Unión Europea. Esta categoría no se había señalado en la quinta Conferencia Regional Europea celebrada en Varsovia, donde se analizaron los objetivos y las actividades de la OIT en la región, aunque sí se había mencionado en una reunión organizada por la Oficina Regional para Europa con donantes en noviembre de 1996 en Ginebra; en esta ocasión, se justificaba por la existencia de unos programas especiales para "países candidatos a la adhesión". La mayoría de los programas presentados en esa reunión se limitaban en realidad a ese grupo. En el caso de que, según se desprendía del párrafo 280.5, la asistencia prestada a los países en período de transición para adaptar su legislación a las normas de la OIT fuese diferente de la asistencia que estos países necesitan para cumplir con los criterios de la Unión Europea, cabía preguntarse si los programas especiales destinados a la adhesión a la Unión Europea realmente se inscribían en el mandato de la OIT. Las implicaciones de este planteamiento podían verse de forma más clara en la esfera de la formación en materia de administración del trabajo. En Chipre se ha celebrado con cierta regularidad un seminario sobre estas cuestiones en el que podían participar todos los países de Europa central y oriental hasta el año pasado pero que ahora se limitaba a los "países candidatos a la adhesión". Los programas que proponía la OIT no deberían seguir el mismo camino, y el Consejo de Administración no debería aprobar una política que, tras años de división política entre los países de la región, introdujese una diferencia artificial más entre países con un nivel de desarrollo prácticamente igual.

276. La oradora señaló también que en el documento se mencionaba un país cuya situación en el sistema de las Naciones Unidas no era la de uno de los países de los que se encargaba el EMD de Budapest, lo que significaba que los recursos del presupuesto de la OIT para este programa en el terreno se estaban gastando en ese país. Por último, pidió información más detallada sobre la relación existente entre las cantidades enumeradas en el programa principal 280 y los del anexo informativo núm. 7, así como sobre los recursos asignados a los dos equipos multidisciplinarios que se ocupan actualmente de los países en período de transición.

277. El representante del Gobierno de India felicitó a la Oficina por las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999 y estuvo de acuerdo con los anteriores oradores en que no deberían reducirse los recursos en áreas importantes como el empleo, la formación, las condiciones de trabajo o las políticas de desarrollo sostenible. El aumento nominal de los recursos del presupuesto ordinario para el programa principal 270 (Programas de actividades prácticas en Asia y el Pacífico) era insignificante y probablemente no representase ningún aumento en términos reales. Habida cuenta de que los indicadores regionales del crecimiento demográfico y económico, el desarrollo de los recursos humanos, la pobreza y la exclusión social y económica eran a menudo desfavorables, esta situación suscitaba mucha preocupación entre los países del sureste asiático y el Pacífico. Estos problemas debían recibir prioridad especial en la región ya que se veían agravados por las consecuencias negativas de la mundialización y por la aparición de una competencia agresiva y, por lo tanto, deberían ampliarse las actividades propuestas en la esfera del desarrollo de los recursos humanos para de esta forma rehabilitar a los trabajadores desplazados, excluidos o marginados.

278. El alto porcentaje de trabajadores afectados por los recortes en el sector estructurado debería recibir una nueva formación que se adaptase a las calificaciones que correspondían a las necesidades del mercado de trabajo local y para ello el Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín merecía que se aumentasen sus recursos para llevar a cabo dicha labor. La mundialización también había tenido como resultado el aumento a gran escala del número de contratos de trabajadores ocasionales, quienes a menudo no tenían estudios ni formación y, por lo tanto, no podían adaptarse bien a las condiciones de un mercado laboral en evolución y eran vulnerables a la explotación. Era preciso establecer programas especiales para el desarrollo de las capacidades profesionales de estos trabajadores y resultaba alentador ver cómo la cuestión del trabajo en régimen de subcontratación se iba a discutir expresamente en la reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo de 1997.

279. Asimismo, debían consolidarse los esfuerzos de los ministerios encargados del trabajo, la formación profesional y el empleo en favor del desarrollo de los recursos humanos en la región de Asia y el Pacífico. Era preciso también desarrollar sistemas de formación en el campo de la conciliación, el arbitraje y la solución judicial. Aunque el Gobierno de India había colaborado con los equipos multidisciplinarios de la OIT en esta cuestión, eran los equipos los que desempeñarían probablemente un papel más dinámico. La migración era una necesidad demográfica, pero las preocupaciones que con mayor frecuencia planteaban los casos de contratación inescrupulosa y de explotación debían analizarse mediante la celebración de negociaciones bilaterales globales y, en este sentido, la OIT podría desempeñar un papel importante en ese proceso. La explotación del trabajo infantil era completamente inaceptable y el programa IPEC era una magnífica iniciativa que merecía mayor financiación. Deberían adoptarse de forma simultánea medidas específicas de desarrollo de los recursos humanos destinados por una parte al personal que se ocupa de este programa y, por otra, al que se ocupa de los programas de rehabilitación física, económica, y psicológica de los niños afectados. La lucha contra la explotación de la mujer no consistía únicamente en aumentar las posibilidades de trabajo sino también, y lo que es más importante, en promover la dignidad, la igualdad y el respeto por la mano de obra femenina. Era necesario establecer un dispositivo institucionalizado que garantizase la ratificación del Convenio sobre igualdad de remuneración, 1951 (núm. 100), y la aplicación estricta de las correspondientes disposiciones jurídicas y administrativas.

280. Respecto a la cuestión de la seguridad social, los países desarrollados estaban preocupados por el costo que representaba mantener los actuales niveles de protección, mientras que los países en desarrollo estaban preocupados por mejorar el inadecuado nivel de protección de los sistemas actuales. En esta esfera, el mandato de la OIT consistía en asesorar a los países Miembros sobre la forma de: obtener una cobertura lo más amplia posible, un servicio de calidad y una gestión y una evaluación actuarial eficaces; integrar los regímenes de seguridad social en un único sistema; incorporar el sector no estructurado, y formar al personal encargado de la seguridad social. Por último, el crecimiento del sector no estructurado que se producía a medida que las perspectivas del empleo tradicional disminuían exigía que se tomasen medidas específicas. Se debían identificar las capacidades profesionales pertinentes al sector no estructurado, promover la creación de microempresas y crear un programa de formación para los trabajadores del sector. La movilización social y la organización de los trabajadores del sector, y la formación de grupos con capacidad para valerse de medios propios como por ejemplo las instituciones de ahorro y crédito contribuirían a hacerlo posible.

281. El Sr. Dahlan, miembro empleador, se felicitaba por la labor que estaba llevando a cabo la OIT en sus programas de actividades prácticas en los Estados árabes pero lamentaba la reducción en términos reales del presupuesto para esta región a pesar de ser un mercado importante de trabajo y exportación, además de una zona de producción y el depósito de petróleo del mundo. Era natural que los recursos se concentrasen en Palestina, habida cuenta de la necesidad que tenía esta región de recibir los servicios de la OIT. En efecto, los empleadores esperaban que la OIT nombrase a un representante permanente en Palestina y que se aumentase la ayuda prestada a la oficina regional. Asimismo, era de desear que se creasen más programas para formar a los trabajadores, los profesores y los empleadores, se aumentase la ayuda a las pequeñas y medianas empresas y se llevasen a cabo estudios de investigación y económicos en los que se tratasen las características específicas de la región.

282. Un representante de la Organización Arabe del Trabajo indicó que estaba plenamente de acuerdo con las declaraciones realizadas por el Director General y por los representantes de los Gobiernos de Túnez y Egipto en relación con los programas principales 250 y 265, y recibió con agrado la iniciativa de reforzar las competencias de las oficinas de Argel y El Cairo. Subrayó la importancia de no aislar a Mauritania, asociado de la región y miembro de la Organización de la Unidad Africana, la Liga Arabe y la Unión del Maghreb Arabe, en Africa. Asimismo, suscribía la declaración realizada por el representante del Gobierno de Argelia sobre los estudios en materia de migraciones realizados en la región y expresó su esperanza de que los países de Africa occidental pudieran beneficiarse aún más de las actividades que se realizan en la sede en materia de cooperación técnica, empleo y formación. Por último, señaló que el programa que se ocupa de Palestina era muy importante y por lo tanto debía recibir mayores recursos en vista de las actividades que debía llevar a cabo.

283. El Sr. Brett, refiriéndose al programa principal 280 y en nombre de los miembros trabajadores, señaló que aparte de todas las diferencias que separan a los países de Europa oriental y occidental y a los países de Asia central a todos les unía el deseo común de proseguir por la vía de la democracia, el desarrollo social y la estabilidad, y una preocupación por el respeto de los derechos humanos. Los miembros trabajadores acogían con beneplácito la nueva oficina en Moscú, aunque esperaban se confirmase la presencia de un especialista de los trabajadores en el equipo. Ello revestía gran importancia si se quería dar prioridad al desarrollo de las organizaciones de trabajadores como se proponía en el párrafo 280.19. El nuevo equipo multidisciplinario era en particular bien recibido dado el colapso del sistema de seguridad social en la antigua URSS, los graves problemas de empleo, los retrasos en el pago de los salarios y, en especial en Belarús, la represión de los sindicatos. Los miembros trabajadores acogían con agrado el establecimiento de servicios de corresponsales en Kazakstán y Uzbekistán, pero se preguntaban qué había sucedido con la representación existente en Kazakstán. Los trabajadores se negaban firmemente a que la oficina de zona de Ankara se transformase en una oficina de correspondencia. La OIT debería reconocer debidamente la importancia geopolítica de Turquía.

284. Los trabajadores estaban satisfechos de ver que se seguía haciendo hincapié en la importancia de las normas en la reforma de la legislación del trabajo, pero consideraban prematuro el decir que la legislación actual era en términos generales adecuada y que sólo subsistían problemas de aplicación. Quedaba mucho trabajo por realizar no sólo en Asia central sino también en Turquía, los Balcanes, y especialmente en Albania y Bulgaria. En relación con los párrafos 280.5 y 280.7 y con la ayuda a los países que desean adherirse a la Unión Europea, los trabajadores creían que la cuestión de los criterios de acceso era asunto exclusivo de la Unión Europea, aunque la OIT podría prestar su ayuda en las áreas en las que tiene experiencia siempre y cuando la Unión Europea se lo pidiese y sufragase los gastos de esta labor. En lo que respecta a la cuestión de la seguridad social, la OIT debería continuar luchando en pro de los principios básicos de la protección social y debería prevenir celosamente cualquier erosión de los derechos de los trabajadores a la seguridad social.

285. El representante del Gobierno de Chile señaló que en la región de las Américas se estaba operando un proceso de consolidación democrática y de integración regional y manifestó su apoyo a los objetivos del programa principal 260. Apoyaba las actividades propuestas para consolidar los derechos fundamentales y fomentar el diálogo social, para promover la igualdad entre hombres y mujeres y para eliminar el trabajo infantil. Se felicitaba especialmente del programa sobre actividades de formación, área a la que su país consagraba numerosos recursos. Se preguntaba por qué la financiación de los programas de actividades prácticas en las Américas había aumentado en menor grado que el de las otras regiones.

286. El Sr. Suzuki, miembro empleador, valoró positivamente el documento global que había preparado la Oficina para el programa principal 270 sobre Asia y el Pacífico. Las actividades a las que se referían los párrafos 270.7, 270.10 y 270.11 merecían un apoyo adecuado, pero las labores realizadas en materia de trabajo infantil en la región requerían una mayor coordinación con la oficina regional. Por desgracia, los equipos multidisciplinarios no contaban con el personal necesario, lo cual limitaba su eficacia y la calidad de sus servicios; habida cuenta del rápido ritmo de los cambios en la región sería necesario que se celebrasen consultas directas y continuas entre la sede, los equipos multidisciplinarios y las oficinas regionales y de zona. Las asociaciones de empleadores debían asimismo estar bien informadas del panorama completo de las actividades de la Oficina en la región si querían ayudar a la OIT en su labor.

287. La formulación de los objetivos por país seguía siendo sólo un proyecto y los empleadores consideraban que debería ser operativa tan pronto como fuese posible. La filosofía subyacente en el párrafo 270.4, en el que se indicaba que las presiones para conseguir una mayor competitividad habían dado lugar a la explotación de los trabajadores, no era una base adecuada para la acción de la OIT, habida cuenta de que la competitividad hoy en día no se conseguía mediante medidas como los recortes salariales sino más bien con medidas positivas que incluyesen a toda la empresa, como podían ser las mejoras del trabajo en equipo. La descripción de la situación de las mujeres en Asia y el Pacífico que se ofrecía en el párrafo 270.8 era una burda generalización que no podía constituir la base de la acción de la OIT. Deberían señalarse los importantes progresos obtenidos en este campo y promoverse las actividades llevadas a cabo en apoyo de este proceso. El tratamiento que se daba a los regímenes de pensiones en los párrafos 270.20 y 270.21 no hacían ninguna referencia a los necesarios intentos de buscar nuevos modelos que se adapten a las condiciones en Asia y el Pacífico. Parecía que la OIT quería introducir un modelo que en otras regiones no había tenido éxito, era inviable y discutible, y por lo tanto, este planteamiento debía reconsiderarse con urgencia. En función de lo que ocurriera con esta cuestión los empleadores apoyarían el programa principal 270.

288. El representante del Gobierno de Argentina manifestó su apoyo a la declaración realizada por el coordinador regional del grupo de las Américas y lamentó el pequeño aumento en los recursos asignados a esta región en comparación con los de otras regiones. Manifestó su apoyo a las prioridades que se definían en el párrafo 260.5, que reflejaban las preocupaciones de los partícipes sociales de la región. El fomento del diálogo social era particularmente importante en un período de cambios económicos y políticos, y la contribución de la OIT en este proceso era especialmente valiosa. Se acogía con beneplácito la importancia que se había concedido a las actividades de formación. Pensaba que sería conveniente aclarar algunas de las informaciones que se ofrecían en el anexo 2, donde parecía que los costos de personal absorbían el 80 por ciento de los recursos asignados a la región. Asimismo, también resultaría útil ofrecer más información sobre el volumen y nivel de cooperación técnica que ofrecían las oficinas de zona y los equipos multidisciplinarios.

289. La representante del Gobierno de Uganda manifestó su solidaridad con los anteriores oradores de la región de Africa y consideró positivas las prioridades que reflejaban las cuestiones principales de la región. El Africa oriental se había beneficiado en gran medida de la labor del equipo multidisciplinario y de las oficinas de zona, y por ello merecían que se aumentasen los recursos. El desarrollo de una estructura de administración laboral a nivel regional en Africa merecía atención especial habida cuenta de que el apoyo y la asistencia técnicos tendrían una repercusión real en el crecimiento y en el proceso de democratización de la región. Sin embargo, los servicios de análisis estadístico e información sobre el mercado de trabajo debían recibir más recursos para garantizar que las decisiones adoptadas se basasen en datos fiables. Además, existían razones de peso para que la OIT asignase recursos extrapresupuestarios a Africa en el contexto de las medidas de seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. El programa conjunto OIT/PNUD "Empleos para Africa" descrito en el párrafo 250.5 era una excelente iniciativa y los Estados Miembros de la región lo apoyarían plenamente.

290. El Sr. Durling, hablando en nombre de los miembros empleadores de América Latina y el Caribe, expresó su agradecimiento por la labor que la Organización Internacional del Trabajo estaba llevando a cabo en su región. Era necesario que la OIT estuviera en capacidad de responder de manera más eficaz a las iniciativas emprendidas por otras organizaciones en la región, en particular la Organización de Estados Americanos, si no deseaba que su reputación o su posición se vieran socavadas en modo alguno. Los empleadores estaban particularmente interesados en las actividades de CINTERFOR, aunque sus reuniones deberían tener un mayor componente tripartito del que habían tenido hasta el momento. Se hacía poca referencia a las organizaciones de empleadores en el programa principal 260, o a las actividades de los empleadores, lo cual contrastaba con la situación de otras regiones, y esto debía corregirse. También debería prestarse atención a la modernización de los sistemas de seguridad social de la región: en la mayoría de ellos la iniciativa privada estaba desempeñando un papel de protagonismo.

291. Algunas secciones de las propuestas de Programa y Presupuesto eran poco sustanciosas, por ejemplo los párrafos 260.10, 260.15 y 260.21. La crisis del desempleo y de los salarios bajos no era culpa del sector privado, sino más bien el resultado de políticas económicas que no se ajustaban a las necesidades reales de la población. También podía mencionarse el papel que desempeñaban los sistemas de educación en la dinámica del mercado laboral de su región, aun cuando los mismos se habían quedado rezagados ante la evolución tecnológica moderna. Era necesario que la OIT abordara con urgencia el estado deplorable de las cortes y tribunales de trabajo de la región de América Latina si deseaba contribuir al fortalecimiento de la democracia en una región que se encontraba ante circunstancias económicas y sociales cambiantes.

292. El representante del Gobierno de Arabia Saudita dio las gracias al Director General por las propuestas de Programa y Presupuesto para 1998-1999 y manifestó su agradecimiento por la nueva presentación. Se unió a otros oradores que lo precedieron para dar su apoyo a los programas principales 245 (Asociación activa y cooperación técnica) y 265 (Programas de actividades prácticas en los Estados árabes), e hizo suyos en particular los comentarios de los empleadores, así como los del representante de la Organización Arabe del Trabajo, acerca de los programas exteriores en el Asia occidental. Se congratuló de la prioridad otorgada a la asistencia prestada a los países y territorios directamente interesados en el proceso de paz de la región, en particular Gaza, la Orilla Occidental y Jordania. En relación con el párrafo 265.28, relativo a la prestación de apoyo a la Autoridad Palestina y a las organizaciones de empleadores y de trabajadores, elogió los logros alcanzados a ese respecto, sobre todo porque el programa de la OIT para prestar asistencia al pueblo palestino era uno de los programas más importantes que realizaban los organismos especializados en la Orilla Occidental y en Gaza, y recalcó la necesidad de que la OIT siguiera ampliando la asistencia técnica a los interlocutores sociales palestinos.

293. Era necesario que los programas aplicados en Gaza y en la Orilla Occidental fueran supervisados por un especialista competente a fin de mejorar su ejecución y por esta razón era sumamente importante financiar de manera adecuada al coordinador de la región. El Gobierno de Italia de hecho había financiado una parte importante de ese puesto. El programa especial para apoyar a la Autoridad Palestina y a las organizaciones de empleadores y de trabajadores de la región incumbía claramente a la oficina exterior de Beirut, aunque señaló que su presupuesto no se había incrementado. Por consiguiente, el apoyo administrativo proporcionado a este programa había corrido a cargo de los demás Estados árabes, y esta situación debía corregirse para que la oficina de Beirut estuviera en capacidad de hacer frente a sus obligaciones adicionales. El orador dio las gracias por el aumento en el presupuesto de los programas de actividades prácticas en los Estados árabes, sobre todo el aumento de los recursos CTPO. Tendría que haber sido más importante, ya que había 11 países en esa región además de la Autoridad Palestina, y esos países dependían en gran medida de los proyectos de cooperación técnica aplicados por la OIT.

294. El Sr. Sahbani, hablando en nombre de los trabajadores, dio su respaldo al programa principal 265 relativo a los Estados árabes. La Organización debería aplicar esas actividades dentro de los plazos especificados y debería darse más apoyo y asistencia a las organizaciones de trabajadores, sobre todo en vista de las condiciones que sufren actualmente. En el párrafo 265.1 se hacía referencia al hecho de que la transición hacia una economía de mercado tenía efectos adversos sobre los trabajadores y el mercado laboral y que, evidentemente, para combatirlos hacían falta recursos adicionales a fin de mejorar las oportunidades de empleo y proporcionar el entorno necesario para alentar el establecimiento de instituciones y crear, así, oportunidades de empleo. La tasa de desempleo en ciertos Estados árabes era superior al 20 por ciento y el orador recalcó la importancia de la formación y de la participación activa de todos los interlocutores sociales si se quería reducir este nivel aceptable.

295. Se congratuló de la importancia concedida a las cuestiones relacionadas con las diferencias entre los sexos y la mujer, sobre todo la de las mujeres en las zonas rurales, las cuales constituían una gran parte de la mano de obra, pero esta cuestión merecía ser tratada en un programa especial para la misma. En el programa tendría que haberse prestado especial atención al tema del trabajo infantil, fenómeno extremadamente peligroso en ciertos países árabes, que seguía extendiéndose debido principalmente a un aumento de la pobreza y a los desequilibrios en las economías de varios Estados árabes. Este problema seguía agravándose y la OIT debería elaborar un programa regional especial destinado a erradicar el trabajo infantil en los Estados árabes. Los problemas de los trabajadores inmigrantes que trabajaban en los Estados árabes no recibía la atención que merecía y el orador hizo un llamamiento a la Organización para que estableciera los mecanismos apropiados para obligar a los gobiernos a que respeten los derechos de esos trabajadores y les permitan afiliarse libremente a los sindicatos y ejercer sus derechos sindicales.

296. Los trabajadores atribuían especial importancia al contenido de los párrafos 265.18 y 265.19 de las propuestas de Programa y Presupuesto. Había que respetar los convenios internacionales, sobre todo los relativos a la libertad sindical, y el orador lamentó que en ciertos casos se habían impedido las actividades sindicales, lo que iba en contra de los principios de la OIT y de las aspiraciones de la comunidad internacional. Era menester que la OIT alentara a más Estados Miembros a que ratificaran el Convenio núm. 87 y a que respetaran el derecho individual a la libertad de asociación, cuestiones de suma importancia a medida que los países se introducían en el sistema de economía de mercado. El orador dio su respaldo en particular a los objetivos enunciados en los párrafos 265.24 y 265.25, a saber, reforzar la protección social de los trabajadores discapacitados, de los trabajadores migrantes y del sector agrícola y no estructurado, así como de los trabajadores a domicilio, e insistió en que se elaborara un programa separado para alcanzar estos objetivos.

297. El programa especial de apoyo a la Autoridad Palestina también constituía una actividad prioritaria y esperaba que la OIT estuviera en capacidad de proporcionar los programas de asistencia técnica necesarios para ayudar a reducir el desempleo y mejorar las capacidades de los trabajadores para crear sus propias organizaciones. Los trabajadores recalcaron la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo y de mejorar la situación de los factores ambientales en el lugar de trabajo, ya que esto contribuía a mejorar las condiciones económicas al igual que el empleo. Los recursos asignados a la formación en el ámbito de la administración del trabajo a través de RAPLA también deberían incrementarse ya que este programa hacía una contribución positiva a todos los interlocutores sociales de la región.

298. El representante del Gobierno de Bangladesh hizo suya por adelantado la declaración que haría ulteriormente el representante del Gobierno de la República Islámica del Irán en nombre de la región de Asia y el Pacífico. Respecto al programa principal 245 (Asociación activa y cooperación técnica), en la introducción de las propuestas de Programa y Presupuesto que presentó el Director General se había afirmado que las actividades de cooperación técnica continuarían siendo uno de los más importantes medios de acción para tratar los problemas de los países en desarrollo y de los países en transición. Esto no parecía concordar con el hecho de que la asignación para el programa principal 245 se había reducido de 4,46 millones de dólares en el bienio de 1996-1997 a 2,87 millones de dólares en el próximo bienio. El orador señaló con satisfacción que la estrategia de movilización de recursos continuaría aplicándose para garantizar recursos extrapresupuestarios suficientes para las futuras actividades de cooperación técnica de la OIT, pero recalcó que el presupuesto ordinario no debería comprometerse por la esperanza incierta de recibir recursos extrapresupuestarios.

299. En relación con los programas de actividades prácticas en Asia y el Pacífico, el orador apoyó el aumento propuesto de la asignación presupuestaria para el próximo bienio, pero añadió que, habida cuenta de la importante población que vivía en esa zona, ese aumento era, quizás, insuficiente. A pesar de los impresionantes resultados económicos de algunos países asiáticos, en Asia seguían viviendo casi dos terceras partes de los 1.100 millones de pobres que según las estimaciones poblaban el mundo, en su mayoría en el Asia meridional. Para Bangladesh, con una población de 120 millones de habitantes, la creación de empleo productivo y remunerativo y la necesidad de contar con una mano de obra bien capacitada era vital, y por esta razón lo que más falta hacía eran los servicios de cooperación técnica y de asesoramiento. Si bien la OIT no era en modo alguno una organización de financiación, podía elaborar y alentar programas de formación y de creación de empleos que a su vez podrían atraer a donantes multibilaterales, y, por lo tanto, pidió que la OIT tomara en cuenta las situaciones y las necesidades específicas de los países antes de elaborar programas de cooperación técnica para los mismos.

300. El Sr. Botha, hablando en nombre de los empleadores africanos, felicitó al Director General, al Subdirector General encargado de las actividades de la OIT en Africa, y a los miembros del personal de las oficinas y de los equipos multidisciplinarios por la dedicación y el entusiasmo que demostraron al intentar abordar la multiplicidad de problemas de Africa. La Oficina había celebrado consultas meticulosamente con los interlocutores tripartitos al definir los objetivos prioritarios en materia de prestación de asistencia de la OIT, y al menos en el caso de Sudáfrica, había intentado responder a las necesidades del país. La reducción de la pobreza, la promoción del empleo, la protección de los trabajadores y la promoción de la democracia eran claramente las prioridades principales para el continente. Sin embargo, los problemas eran muchos, difíciles y variados, se veían agravados por guerras, desastres naturales, la transformación de los sistemas políticos, graves problemas de pobreza, un rápido aumento de la población, el VIH-SIDA y el desempleo. Las necesidades de apoyo y asistencia técnicos eran casi infinitas y el programa principal 250 constituía un intento, quizás era demasiado un intento, por responder a todos esos problemas. La promoción del empleo, el sector privado, la formación, la protección social y la democracia y la eliminación del trabajo infantil no eran más que algunas de las importantes cuestiones a las que se brindaba atención. En el documento no resultaba claro cuánto respaldo se pensaba dar a los 15 países que actualmente estaban en guerra o que acababan de salir de una guerra, y sería interesante saber esas cifras. Los empleadores africanos reconocieron, por supuesto, que la solución de los problemas africanos estaba en Africa, y los representantes de la Confederación Panafricana de Empleadores se habían reunido recientemente y habían acordado cooperar de manera más estrecha para utilizar sus propios recursos y sus conocimientos técnicos a fin de obtener los mejores resultados en la solución de estos problemas. De hecho, los empleadores africanos ya habían gastado muchos millones de dólares para crear empleos en Africa.

301. Si bien Africa recibía la mayor de todas las asignaciones de fondos para los programas de actividades prácticas, cabía señalar que aproximadamente el 87 por ciento del presupuesto propuesto se asignaba a costos de personal y a costos de administración y relacionados con los viajes, con lo cual quedaban aproximadamente 5,5 millones de dólares para los proyectos sobre el terreno. Esta observación no se hacía con la intención de sugerir en modo alguno que los gastos de personal y de administración no eran importantes o no eran necesarios. De hecho, muchos oradores ya habían señalado que no todos los equipos multidisciplinarios de Africa estaban completos y el orador citó el caso del equipo consultivo multidisciplinario para Africa del Norte en El Cairo, que aún no contaba con un director nombrado y sólo contaba con dos de los seis asesores técnicos necesarios.

302. Estaba de acuerdo con las observaciones del Sr. Durling en el sentido de que la importancia dada a las actividades de los empleadores en los programas regionales era insuficiente e hizo un llamamiento a la OIT para que rectificara este desequilibrio. Estaba claro que con los limitados fondos de que se disponía, en el futuro era necesario controlar de manera aún más rigurosa la prioridad de establecer objetivos y que sin duda ésta debía centrarse más en los ámbitos que podrían garantizar los mejores resultados y los mayores beneficios.

303. El Sr. Gray, hablando en nombre de los miembros trabajadores, se refirió a la cuestión de los programas de actividades prácticas en las Américas (programa principal 260). Los miembros trabajadores apoyaban los cambios introducidos en la estructura exterior en las Américas, que no eran sustanciales. Por otra parte, se había descartado la propuesta hecha en noviembre por los miembros trabajadores de sacar a Belice del ámbito de actividad del EMD para el Caribe e incluirlo en el EMD centroamericano, así como la idea de convertir en oficinas de correspondencia las oficinas de zona de Buenos Aires, Brasilia y México. Se suponía que esta última decisión tenía el respaldo de los mandantes de los países interesados. Los miembros trabajadores habían tomado nota de que, de todas las propuestas de programas principales regionales, el programa 260 era probablemente el más completo desde el punto de vista analítico. En el mismo se sentaban las bases de un enfoque positivo para abordar los problemas sociales y laborales en las Américas. Los aspectos esenciales de dicho enfoque eran la importancia que se atribuía al diálogo social, el tripartismo, los derechos fundamentales de los trabajadores, la preocupación por el sector no estructurado y la integración regional. Con respecto al fomento de la democracia, se necesitaban algunas pruebas que confirmaran la aseveración contenida en el párrafo 260.8, de que la iniciativa de la OIT de promover sus convenios fundamentales había tenido mucho eco en la región, pero consideraba muy acertado que se previera impulsar extensas actividades en relación con dicha iniciativa.

304. La especial importancia atribuida al Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989 (núm. 169), en el epígrafe promoción de las normas fundamentales del trabajo pudiera parecer inhabitual, pero era comprensible, en particular teniendo en cuenta el contexto de Guatemala. Ahora bien, la referencia que figuraba en el párrafo 260.11 sobre la integración de los pueblos indígenas era improcedente, puesto que la intención del Convenio núm. 169 era completamente distinta. Consideraba atinado enfocar el incremento del empleo productivo en relación con la dimensión internacional del diálogo social en el marco de la mundialización y con la necesidad de promover la aplicación de las normas del trabajo fundamentales. También era correcto el planteamiento del programa en relación con el sector no estructurado, que podría servir de modelo para las actividades de otros programas principales en esta materia.

305. Era necesario explicar en qué consistía la iniciativa de organizar programas de formación profesional sobre la norma ISO 9000, establecida por la Organización Internacional de Normalización. En la región se llevaban a cabo actividades notables en materia de información sobre el mercado de trabajo, con resultados tales como el "índice laboral", el "marbete de calidad del mercado de trabajo" y el boletín Labour overview (Panorama laboral), que tal vez eran poco conocidos. Se trataba de ejemplos que otras regiones pudieran interesarse en imitar. Consideraba muy acertada la observación contenida en el párrafo 260.31, relativa a la mejora de las condiciones de trabajo y protección social, en el sentido de que no era posible aceptar la ventaja comparativa de los bajos precios si ella se obtenía a costa de la inobservancia de las normas internacionales del trabajo. Sería muy conveniente que en otros capítulos del Programa y Presupuesto se hiciesen declaraciones igualmente francas.

306. El representante gubernamental de la República Islámica del Irán, hablando en nombre del grupo de Asia y el Pacífico, dijo con respecto al programa principal 245 que lamentaba que no se hubieran preparado objetivos nacionales para algunos países que, en consecuencia, no habían podido sacar provecho de la política de asociación activa. Esto había tenido serias consecuencias en lo que atañe al volumen de cooperación técnica que habían recibido; los equipos multidisciplinarios deberían prestar una atención prioritaria uniforme a las necesidades de todos los países de que se ocupaban. Cualquier reducción que se hiciese en el presupuesto de este programa debía limitarse a economías en los costos de administración que resultasen de la fusión del programa 125.3 y el programa principal 245.

307. Hizo hincapié en que no se debería efectuar ningún recorte en el presupuesto ni el volumen de la cooperación técnica. En cambio, había que estudiar medios para asegurar una mayor eficacia y una prestación equitativa de la cooperación técnica, por cuanto ésta era el principal cauce de acción de la OIT. En cuanto a la relación con los donantes y a las fuentes extrapresupuestarias, dijo que la calidad y los resultados de las actividades de la OIT deberían ser satisfactorios para los donantes, pero que la Oficina debía cerciorarse de que tales proyectos de cooperación técnica obedeciesen a sus prioridades y su mandato. Los vínculos entre las normas internacionales del trabajo y la cooperación técnica, a que se refería el párrafo 245.6, debían ser firmes y positivos.

308. En lo que atañe a los programas de actividades prácticas 265 y 270, dijo que los programas de la OIT para Asia y el Pacífico debían ajustarse más a las necesidades de los mandantes de esta región. La mitigación de la pobreza mediante la creación de empleo productivo seguía siendo la prioridad más urgente, pero por sus características la región de Asia y el Pacífico necesitaba de un programa de actividades abundante y variado. En la región había países en desarrollo y países menos desarrollados con distintas circunstancias sociales, por lo que se requerían programas de actividades prácticas concebidas específicamente para cada grupo. La gran variedad de problemas en ámbitos como la pobreza y el desempleo, la transición económica y la formación de estructuras económicas y sociales habían puesto a las administraciones del trabajo y a los interlocutores sociales ante una gama igualmente variada de necesidades que había que atender. El pequeño incremento de las asignaciones presupuestarias destinadas a Asia y el Pacífico era insuficiente para pensar en proponer respuestas adecuadas a tal diversidad de necesidades.

309. Otro motivo que justificaba la revisión de las asignaciones presupuestarias para la región de Asia y el Pacífico era que, en términos absolutos, en ésta se encontraba la mayor concentración de pobreza, desempleo y trabajo infantil del mundo. Los efectos de la mundialización se dejaban sentir allí con mayor intensidad que en otras regiones, por lo que era necesario incrementar el presupuesto para Asia y el Pacífico a fin de disponer de medios para alcanzar los objetivos de la OIT en la región.

310. Uno de los problemas más urgentes era el de los eslabones que faltaban en la red de oficinas que, no obstante las reiteradas peticiones del grupo de países de Asia y el Pacífico, no se han establecido aún.

311. Por último, manifestó su reconocimiento a la dirección y el personal de los programas regionales para Asia y el Pacífico, que han llevado a cabo un excelente trabajo habida cuenta de las graves restricciones presupuestarias.

312. La representante gubernamental de los Estados Unidos manifestó que apoyaba plenamente la petición hecha por Canadá en nombre de los países PIEM, así como por los Grupos de los Empleadores y de los Trabajadores y otros oradores, en el sentido de aplicar una mayor claridad y criterios de rendición de cuentas más rigurosos en las actividades de cooperación técnica de la OIT. Tanto la política de asociación activa como los equipos multidisciplinarios se habían establecido con el fin de acercar a la OIT a sus mandantes y a las necesidades de éstos, y de hacer que la asistencia técnica brindada por la Oficina ganase en eficacia y rendimiento. Era poco probable que este objetivo se lograse en la actualidad, habida cuenta de que en el marco de la estructura exterior existente, la ubicación de por lo menos diez equipos multidisciplinarios en ciudades donde también existían oficinas de zona dejaba abierta la posibilidad de duplicación de funciones. Análogamente, no quedaba claro si las redes de oficinas regionales, oficinas de zona, oficinas de correspondencia y equipos multidisciplinarios existentes era el mejor mecanismo para organizar los programas de actividades prácticas. Cabía preguntarse si sería posible fusionar algunas de estas oficinas con el fin de lograr un sistema más eficiente de ejecución de los proyectos de cooperación técnica, en el que los recursos disponibles se destinasen allí donde pudiesen ser más provechosos para mejorar la vida de los trabajadores del mundo.

313. La representante del Director General (Sra. Chinery-Hesse) agradeció a los miembros de la Comisión por sus contribuciones a la riqueza del debate. Se habían planteado muchos problemas importantes, lo que se explicaba porque el programa de cooperación técnica de la OIT constituía una valiosa contribución a la vida de tantas personas y porque era sólo en ocasiones como la presente reunión en que se podía llevar a cabo un intercambio fructífero de opiniones sobre el cumplimiento del cometido de la OIT. Dijo que trataría de responder cuantas preguntas pudiese, y que dejaría las demás a la Comisión de Cooperación Técnica.

314. En primer lugar, se refirió al punto de carácter general planteado por el representante del Gobierno de Sudáfrica y los trabajadores, que se habían quejado de la falta de orientación precisa en la presentación de algunas de las actividades del programa. Cualquier mejora general que se haga en la presentación del Programa y Presupuesto redundaría en beneficio de la buena presentación tanto de los programas de cooperación técnica como de los distintos programas correspondientes a las regiones. La Comisión de Cooperación Técnica podía entregar información adicional sobre estos programas.

315. En relación con la estructura del Consejo de Administración, se habían previsto asignaciones suficientes para asegurar la participación de los miembros en la toma de decisiones sobre cuestiones de cooperación técnica, en el marco de la Comisión de Cooperación Técnica. Dicha Comisión tenía por cometido pasar revista a los programas de cooperación técnica de la OIT y evaluar algunos proyectos escogidos; recomendar prioridades y dar orientaciones en materia de cooperación técnica de la OIT; promover la participación activa de las organizaciones de empleadores y de trabajadores en la preparación, puesta en práctica y evaluación de programas y proyectos de cooperación técnica; examinar las medidas que había que tomar para dar curso a las decisiones de la Conferencia en lo relativo a cuestiones de cooperación técnica; supervisar las actividades de cooperación técnica de la OIT en las distintas regiones, inclusive la labor de los equipos regionales multidisciplinarios; considerar los acontecimientos en el sistema de las Naciones Unidas que tengan incidencia en las actividades de cooperación técnica de la OIT, y mantener relaciones generales con otras organizaciones internacionales que se ocupan de cooperación técnica. Este mandato brindaba un ámbito de aplicación adecuado para que los Miembros guiasen la labor de la Oficina en esta zona, si la Comisión funcionase adecuadamente.

316. En la próxima reunión se iba a someter a examen el funcionamiento de esta Comisión, a fin de determinar qué medios existían para ajustarlo de tal manera que pudiese encontrarse una solución a la cuestión de la participación de miembros del Consejo en las actividades de cooperación técnica de la Organización. Se había preparado un documento sobre este tema, que debería servir para iniciar un debate muy dinámico.

317. La cuestión planteada por Canadá en nombre de los países PIEM, relativa a la repartición de recursos entre tiempo de trabajo de personal y puesta en práctica de los programas nacionales, resultaba difícil de responder en razón de la índole de la cooperación técnica. Los costos de personal formaban parte del conjunto de asignaciones para la ejecución de la cooperación técnica. Era difícil cuantificar los servicios del personal que prestaban asesoramiento a los gobiernos, pero se sabía que constituían una parte sumamente importante de los servicios que la OIT debe brindar a los gobiernos en virtud de su mandato fundamental. Con respecto a la cuestión de los recursos para viajes, dijo que éstos eran inevitables si se quería que el personal prestase asesoramiento y se mantuviese en estrecho contacto con los mandantes. La pertinencia de este asesoramiento mejoraría mucho usando un personal que actuase en una determinada región y formulase recomendaciones prácticas; de otro modo las propuestas podrían ser demasiado académicas. Aunque haya habido mucha descentralización en favor de las estructuras exteriores, las actividades de investigación seguían realizándose en la sede, que es la que tenía acceso a los últimos acontecimientos. Aunque se usaban masivamente las comunicaciones electrónicas, los funcionarios tenían que viajar a las regiones para aportar contribuciones y apoyo práctico. A pesar de que resultaba muy difícil estimar con precisión el orden de magnitud de los aportes de cooperación técnica imputables al personal de la sede, se iba a hacer un esfuerzo por suministrar a la Comisión de Cooperación Técnica la información solicitada.

318. Otra de las cuestiones planteadas se refería a la asignación de recursos entre las regiones. Todas las regiones habían manifestado su descontento a este respecto. La Organización tenía por tarea definir prioridades y el debate había servido para determinar algunos de los temas que revestían un máximo interés para los mandantes. Estos habían expresado en general su deseo de someter a evaluación la política de asociación activa, y la Oficina había establecido el mecanismo necesario para tal fin. Se había previsto celebrar una reunión de trabajo en Turín, en la que se congregarían personal de la sede y personal de las oficinas exteriores con el fin de examinar en profundidad la cuestión de la evaluación tripartita, la operación de la política de asociación activa hasta la fecha. El informe de esa evaluación interna estaría disponible para la evaluación tripartita de la política de asociación activa, que ha sido solicitada por el Consejo de Administración. Las disposiciones que se usarían en esta evaluación se discutirían también con la Mesa de la Comisión de Cooperación Técnica.

319. Se habían planteado diversas cuestiones acerca de la política de asociación activa. Una de ellas era cuántos objetivos por país se habían emprendido hasta ahora. Africa había concluido los trabajos relativos a 22 objetivos, cinco se encontraban en una fase muy adelantada, se habían comenzado las actividades relativas a otros diez y se habían planificado, pero no habían comenzado, las actividades relativas a otros 16. Uno de los motivos por lo que no se habían alcanzado diez de los objetivos era que en principio se trataba de ejercicios tripartitos y que si faltaba una de las partes las actividades no podían llevarse a cabo. La guerra, los disturbios civiles e incluso los cambios de gobierno podían poner en entredicho la consecución de una revisión de los objetivo por país.

320. En Asia, ocho informes se habían completado, seis se encontraban en fase avanzada y ocho se estaban haciendo con dificultad, aunque ello era comprensible porque se daban unas limitaciones parecidas a las que se enumeraron en el caso de frica. Había sido difícil ir adelante en algunos países como Singapur, Malasia y la República de Corea, que tenían poca necesidad de la Oficina, pero las prioridades de la Oficina siempre habían sido ayudar primero a los países más débiles. En los Estados árabes se habían completado seis proyectos de informe, se había programado la preparación de otros seis y dos estaban interrumpidos por problemas internos de los países afectados. Volviendo a América Latina, la oradora indicó que 20 informes se habían completado, tres se encontraban en fase adelantada y nueve estaban en preparación, mientras que en Europa se habían ultimado cuatro. La experiencia había mostrado que el enfoque de objetivos por país era válido, y por consiguiente valorado por la Oficina, pues garantizaba que las intervenciones fueran tripartitas, adaptadas a la demanda y dirigidas por los mandantes. Subrayó, no obstante, que continuamente se estaban llevando a cabo misiones que cubrían todo el espectro de los problemas y de los proyectos con ellos relacionados en países que aún no habían completado sus objetivos, pues la Oficina no esperaba disponer de éstos para ampliar su asistencia. En la preparación de los objetivos por país, la Oficina también procuraba contar con una cierta flexibilidad que tuviera en cuenta los cambios imprevistos de situación en un país determinado, lo que significaba que podía hacerse frente a nuevos problemas conforme surgieran.

321. Con respecto a la CTPO, era comprensible que los miembros de la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración desearan cerciorarse de que los fondos asignados a la cooperación técnica se gastaran razonablemente. Por regla general, la mayor parte de los fondos se asignaban a programas que beneficiaban a los interlocutores sociales que pudieran tener dificultades para atraer fondos con cargo a otras fuentes de financiación. Así, se destinaba una suma considerable a las actividades de elaboración de normas, aspecto de poco interés para los donantes multibilaterales. La Comisión de Cooperación Técnica dispondría de las cifras de gastos CTPO, que indicarían que una gran parte se había utilizado para desarrollo de proyectos y programas. También se habían destinado fondos a contribuir a que surgieran grupos de proyectos cuya aplicación correría a cargo de donantes multibilaterales.

322. Sobre la cuestión de las vacantes en los equipos multidisciplinarios, la situación no era tan alarmante como parecía. De un total de 127 puestos, había 18 vacantes, tres de las cuales acababan de ser cubiertas, y se habían convocado concursos para otras ocho. Como uno de los aspectos importantes de la política de asociación activa era la rotación del personal entre la sede y las oficinas exteriores, era normal que de cuando en cuando se produjeran vacantes temporales, pero la Oficina tenía previsto cubrirlas en breve plazo.

323. Respondiendo a la pregunta del Sr. Hoff sobre la evaluación de los proyectos de cooperación técnica, subrayó su importancia en el contexto de la Comisión de Cooperación Técnica e indicó que la Oficina había propuesto dejar este componente para otra reunión del Consejo de Administración, para que así pudiera ser discutido de manera más adecuada. De las 93 evaluaciones de programas procedentes de todas las fuentes de financiación planificadas en 1996, la tercera parte se había completado y la mitad de éstas se había realizado independientemente. El objeto de tener estas evaluaciones era determinar la efectividad de los programas e identificar los elementos de los que pudieran extraerse lecciones de interés para el esfuerzo que se estaba realizando por mejorar el programa de actividades futuras de sus respectivas regiones.

324. En respuesta a las muchas preguntas relativas al vínculo entre las actividades de cooperación técnica y las normas de la OIT, reiteró que la Oficina seguía trabajando por cerciorarse de que se estaban forjando tales vínculos y generando una sinergia entre ellos. Como había pedido el representante del Gobierno de Egipto, la Oficina no sólo tenía en cuenta el aspecto de actuación política del control de las normas internacionales del trabajo sino que también trataba de utilizar la cooperación técnica en tanto que medio de actuación para ayudar a los gobiernos a cumplir sus responsabilidades con respecto a la Organización, creando de ese modo un entorno más propicio a la ratificación de los convenios. Más allá de eso, los programas de cooperación técnica apuntaban a fortalecer la capacidad de los gobiernos para emprender tales actividades por su cuenta. Otro acontecimiento que actualmente se está considerando es la posibilidad de proceder a un seguimiento de las recomendaciones de la Comisión de Expertos,por medio de un adecuado programa de cooperación técnica de manera que pudieran formarse vínculos aún más estrechos y mejorarse la actuación de la Oficina en este ámbito. En conclusión, y por falta de tiempo para responder a las muchas cuestiones que se planteaban, la oradora, a solicitud de los Miembros, indicó que, juntamente con los directores regionales, se pondría en contacto con cada uno de los Miembros para responder a las preguntas que se habían planteado en relación con los programas regionales.

325. El representante del Director General (el Tesorero y Contralor de Finanzas) respondió a la pregunta de si el Reglamento Financiero de la OIT afectaba a su capacidad de atraer fondos extrapresupuestarios. Este Reglamento había sido desarrollado y refinado durante muchos años y se basaba en prácticas financieras razonables. Los acuerdos de financiación extrapresupuestaria tenían que atenerse a él y era verdad que se planteaban algunas dificultades, no debidas a la OIT, cuando las prácticas y normas de los donantes eran diferentes. De vez en cuando se había informado a la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración de la existencia de los avances en la negociación de un acuerdo con la Unión Europea y la Oficina aún esperaba obtener un acuerdo parecido al firmado entre la Unión Europea y la UNESCO hacía aproximadamente un año. La demora no se debía a la OIT y las negociaciones seguían avanzando, aunque lentamente, y se esperaba que se concluiría un acuerdo en las próximas semanas. No obstante, el acuerdo no tendría por qué resolver todos los temas, porque a menudo surgían problemas con la interpretación de los acuerdos por parte de las distintas direcciones de la Comisión. Sin embargo, la OIT estaba haciendo todo lo posible por cooperar con la Unión Europea para que pudieran desarrollarse proyectos extrapresupuestarios.

326. Entre los donantes existía también la tendencia de pedir informes financieros cada vez más completos, que había que hacer manualmente, sin ayuda informática, porque los anticuados sistemas contables de la OIT no permitían que se hiciera por ordenador. Algunos estaban ahora pidiendo facturas por cada partida de un proyecto, lo que significaba pedirlas a las oficinas de zona y regionales, fotocopiarlas y luego enviarlas a los donantes. Esto tendría como consecuencia inevitable una elevación de los costos administrativos.

327. Un representante del Director General (el Subdirector General encargado de la política de la movilización de recursos) respondió a la pregunta que se había planteado acerca de la estrategia de movilización de recursos solicitada por la Comisión de Cooperación Técnica en noviembre de 1996 y confirmó que como se había previsto sería presentada a la Comisión, y a través de ésta al Consejo de Administración en noviembre de 1997. Durante la reunión de la Comisión de la semana siguiente, los miembros tendrían la ocasión de manifestar cualesquiera nuevas opiniones sobre cómo habría de elaborarse, opiniones que serían tomadas en consideración al preparar el informe.

328. El Sr. Marshall, hablando en nombre de los miembros empleadores, sugirió que se hiciera llegar a los miembros de la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración en la semana siguiente la información que se había preparado pero que no podía presentarse por falta de tiempo.

D. Servicios administrativos y de apoyo
(programas principales 160-220, 235 y 240)

329. El Sr. Marshall, hablando en nombre de los miembros empleadores, dijo que aunque estos programas principales no eran de un interés tan directo como los programas más visibles y las principales producciones de la Oficina, no por ello eran menos importantes para la ejecución oficial de los programas y para el nivel profesional de la Organización. El orador previno contra el error de minusvalorar tales servicios y verlos como zonas propicias para posibles recortes de gastos. Sin embargo, no podían ser exceptuados de la tendencia a obtener mejoras de productividad o de relación entre coste y eficiencia, y el programa principal 160 (Personal) se encontraba en el centro de estas consideraciones.

330. En línea con su larga tradición de respaldo a las inversiones en sistemas y apoyo administrativo para el desarrollo de los recursos humanos, los miembros empleadores estaban satisfechos con el énfasis puesto en la integración de la formación, el fomento de las perspectivas de carrera, la gestión del rendimiento y el desarrollo de los aspectos relativos a la organización. Aunque la Oficina había puesto y seguía poniendo en marcha una serie de útiles iniciativas administrativas sobre personal, a los empleadores les preocupaba que éstas no se inspiraran en una política selectiva de personal que abarcara una serie de ámbitos que comprendiera, entre otras cosas, una política de contratación abierta en la que hubiera un equilibrio entre los principios de selección del mejor y de calidad y los criterios geográficos y de otro tipo. No podía exagerarse la importancia de la participación de los jefes de departamento en la política de personal. Acogían favorablemente el aumento del presupuesto para formación, pero sería útil disponer de más información sobre cómo se gastaría.

331. Respecto al programa principal 170 (Servicios financieros) los empleadores comprendían la importancia de mejorar los sistemas informatizados presupuestario y contable y de contabilidad general a la luz de las necesidades de descentralización, y apreciaban contar con una estimación aproximada de este futuro gasto. Era necesario proceder a estudios preliminares y agradecerían se les informara sobre los recursos a asignar a éstos en el bienio 1998-1999.

332. En cuanto al programa principal 175 (Administración interna) a los empleadores les preocupaba observar que la Oficina aprovechaba plenamente las oportunidades de un mercado muy competitivo del transporte y sugirieron que podía haber otros medios de conseguir mejores precios que los que se estaban utilizando en la actualidad.

333. El programa principal 180 (Publicaciones) era una actividad importante, pero habría que clarificar sus objetivos. La opinión de los empleadores era que las publicaciones debían procurar facilitar información que respondiera a la demanda del cliente y el consumidor, y que el principal objetivo debería ser satisfacer esa demanda. La finalidad no debería ser la de labrarse una reputación, porque la reputación de la OIT mejoraría automáticamente si respondía a las necesidades de sus clientes. La reputación de la Revista Internacional del Trabajo, importante partida presupuestaria que durante años había sido una publicación muy útil y respetada, parecía haber declinado, probablemente por el deterioro de su legibilidad, elección de temas y presentación.

334. Sería útil iniciar una política fundamental de revisión de publicaciones, empezando con un análisis de mercado para detectar las necesidades de los clientes y continuando con una evaluación de cada publicación. Además, debería tener lugar un proceso adecuado de consultas para determinar los temas prioritarios y más pertinentes para las monografías presupuestadas (entre 40 y 60). Tendría poco sentido editar muchas publicaciones si no fuesen accesibles a una amplia masa de mandantes debido a problemas de traducción; podría ser preferible o editar publicaciones de calidad menos numerosas y con difusión más amplia o volver a negociar con los gobiernos ayuda para la traducción, lo que podría ser útil, especialmente para los países de lengua española y de lengua árabe. Se pensaba que los ingresos previstos por la venta de la Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo, unos dos millones de dólares, constituían una cifra realista, aunque no había pruebas que confirmaran esa cifra.

335. Pasando al programa principal 200 (Programación y gestión) expresó la satisfacción de los empleadores por la insistencia que se ha puesto en la evaluación y la auditoría interna pues, en una organización tan grande como la Oficina, estas actividades eran esenciales para asegurarse de que sus muchos servicios, diversos y separados, evolucionaran en la misma dirección. También dieron su apoyo a la actividad de los servicios consultivos de gestión. Los empleadores toman nota con satisfacción que la OIT junto con muchas organizaciones en todo el mundo, había reconocido que era provechoso subcontratar, cuando correspondiera, algunos de sus servicios en el exterior.

336. Como conclusión, con referencia al programa principal 235 (Información pública) los empleadores reconocían y apreciaban la labor realizada en el marco de este programa, pero había que conseguir un equilibrio entre el sensacionalismo y el conservadurismo al informar sobre las actividades de la OIT.

337. El Sr. Gray declaró que el objetivo de los trabajadores respecto a esta parte del Programa y Presupuesto era que la Oficina ofreciese servicios de administración y apoyo eficientes al menor costo posible. Reconocían que los gastos se habían reducido considerablemente, un 5 por ciento aproximadamente, pero esto se debía a dos procesos muy diferentes: los recortes de programa, como en el programa principal 180 (Publicaciones) y en el programa principal 220 (Relaciones y reuniones); y los ahorros realizados gracias a la racionalización y a una eficiencia más rigurosa. Los ahorros eran bienvenidos siempre que no afectaran a la calidad de los servicios. Había que llevar a cabo una labor especialmente importante en el programa principal 160 (Personal), labor tanto más compleja actualmente a causa de las necesidades de movilidad de la política de asociación activa y la falta de seguridad derivada de la incertidumbre financiera de estos últimos años. La eficacia de las actividades del personal determinaba en gran medida la moral y el rendimiento del personal, y era importante asegurar que el sistema de relaciones laborales funcionase en un buen clima. Uno de los motivos por el que había que lograr buenas relaciones entre la administración y el personal era la necesidad de hacer frente común ante las potenciales recomendaciones de la CAPI que podrían llegar a ser perjudiciales para la Oficina. Los trabajadores apoyaban firmemente las propuestas de reestructuración destinadas a afianzar la formación y el desarrollo del personal.

338. A los trabajadores les inquietaba que los empleadores creyesen que las calificaciones deberían ser el único criterio para emplear a nuevos trabajadores. En primer lugar, había que tener en cuenta el principio de distribución regional de los puestos y, en segundo lugar, el programa de acción positiva que suponía un incremento de los puestos de categoría superior para las mujeres. Esto era particularmente importante porque actualmente las mujeres estaban subrepresentadas en los puestos de la categoría de servicios orgánicos. Los trabajadores manifestaron su profundo desagrado con respecto a que el programa no hubiese incluido disposiciones en materia de guardería infantil, y preguntaron por qué se iba a seguir introduciendo el sistema PERSIS durante 1998 cuando se hubiera debido terminar en 1996. Respecto al programa principal 170, era preocupante ver cómo se volvían a plantear las mismas preocupaciones manifestadas hace dos años sobre el anticuado sistema de contabilidad, sin que se hicieran nuevas propuestas.

339. Los trabajadores se preguntaban cuáles eran los verdaderos efectos de la descentralización de las responsabilidades financieras. El proceso permitía realizar ahorros importantes para este programa principal pero era difícil darse cuenta de los correspondientes aumentos en los programas en el terreno. Por lo que se refiere al programa principal 175 sobre administración interna, también se estaba planeando hacer grandes ahorros gracias a la racionalización, lo que en sí era loable mientras no perjudicase a los servicios. En relación con los costos en concepto de viajes, convendría conocer los resultados del compromiso contraído hace dos años en el sentido de reducir el costo de los viajes aéreos. Con todo, la búsqueda de tarifas baratas no debería hacer olvidar que son necesarias relaciones personales. La compleja tecnología actualmente disponible hacía que fuese fácil recurrir al fax y al correo electrónico, pero éstos nunca podrían sustituir el trato personal. Las propuestas del programa principal 180 (Publicaciones) correspondían a las decisiones adoptadas en la reunión del Consejo de Administración celebrada en noviembre de 1996 pero, pese a los progresos de los medios de comunicación electrónicos, seguía existiendo demanda de material impreso. Las publicaciones de la OIT deberían prepararse en todos los idiomas posibles y la política de comercialización debería elaborarse de modo que fuesen asequibles a un gran número de mandantes y, además, permitiesen recaudar fondos. Las propuestas de subcontratación a terceros se deberían presentar junto con garantías adecuadas en materia de condiciones de empleo del personal de los contratistas. El programa principal 185 (Servicios informáticos) prometía un importante cambio de orientación en el que las responsabilidades recaerían más en los departamentos usuarios. La cuestión que se planteaba era saber si iban a poder hacerse cargo de la nueva situación o si ésta los apartaría de la aplicación de su propio programa.

340. Los trabajadores reconocieron los notables resultados logrados con los cambios técnicos introducidos en la OIT, pero agradecerían más información sobre las empresas en red. La Internet y la Intranet brindaban un gran potencial no solamente en lo que hacía al mejoramiento de la eficiencia y del servicio sino también con respecto a nuevas metodologías de educación y formación. Los trabajadores estaban de acuerdo con el programa principal 190 (Biblioteca y documentación) y agradecieron la excelente calidad de los servicios que proporcionaba. La función de formación de la biblioteca era importante pero no estaba claro si iba a poder mantenerse, con la supresión de su asignación de fondos CTPO. El programa principal 200 (Programación y gestión) revestía particular interés habida cuenta del papel que desempeñaba en el proceso de preparación del presupuesto pero preocupaba mucho saber si podía responder a los objetivos de mayor transparencia y mejor presentación de informes. Parecía que la Oficina debiera hacer particular hincapié en el Sistema de Seguimiento, Evaluación y Presentación de Informes (MERS), que le permitiría emprender una autoevaluación y medir el impacto de sus actividades. Sería interesante saber cómo esta información sería transmitida al Consejo de Administración, de modo que éste pudiese evaluar por sí mismo la eficacia de las actividades de la OIT y tener informaciones más detalladas respecto a la asignación de recursos. La preocupación de los trabajadores era agravada por el hecho de que se estaba gastando una parte cada vez más grande del presupuesto de la OIT en las oficinas externas y se le había pedido a esta Comisión que aprobara las prioridades basándose solamente en propuestas descriptivas. Los trabajadores no estaban tratando de entrar en minucias administrativas en relación con la Oficina, pero deseaban recibir más información respecto a estas cuestiones.

341. Los trabajadores pensaban que las consultas celebradas sobre el Programa y Presupuesto en noviembre de 1996 habían constituido una innovación acertada que habría que continuar, y aprobaron también la idea de preparar informes provisionales sobre la aplicación de los programas. Los ahorros en el marco del programa principal 220 eran en gran medida ahorros indirectos logrados con la reforma de la Conferencia, el Consejo de Administración y las reducciones del programa de reuniones. Los miembros de la Comisión deberían tomar nota de los costos extras que suponía celebrar con más frecuencia reuniones de las comisiones del Consejo de Administración porque actualmente se corría el riesgo de hacer falsos ahorros. Los resultados del programa principal 235 (Información pública) ya habían mejorado muchísimo, lo que indicaba cuán exitosamente se había ocupado la Oficina de cuestiones tan delicadas como la mundialización, la liberalización del comercio, y los derechos fundamentales de los trabajadores y el trabajo infantil. La estrategia que consiste en preparar instrumentos de información a medida, con el apoyo de una red de personal de información, era buena y al afianzar las actividades audiovisuales resultaba especialmente útil. La idea de aumentar los conocimientos en materia de medios informativos y las responsabilidades de las oficinas externas de la OIT permitían mejorar la presencia de la OIT en el plano mundial, lo que representaba un progreso dado sus especiales responsabilidades con respecto a proporcionar informaciones a sus mandantes y al público en general. Los trabajadores observaron que el programa principal 240 (Relaciones internacionales) no había cambiado. Sus actividades eran muy importantes y los trabajadores lo señalaban con regularidad en el Consejo de Administración, especialmente en la Comisión de Empleo y Política Social. El objetivo fundamental era proyectar el pensamiento, los principios y las prioridades de la OIT en todo el sistema de las Naciones Unidas, luchando al mismo tiempo contra cualquier medida que pudiese socavar la función especial de la OIT. Más que nunca, la OIT debía institucionalizar sus relaciones con el FMI, el Banco Mundial y la OMC. Estas organizaciones habían concluido recientemente acuerdos de cooperación, y la OIT no podía permitirse quedar al margen.

342. El representante del Gobierno de los Estados Unidos, en nombre del Grupo Gubernamental, agradeció los servicios proporcionados por el Departamento de Relaciones, Reuniones y Documentación. Sin embargo, los documentos solían recibirse demasiado tarde para estudiarlos, coordinar las posiciones políticas internas y consultar a los demás gobiernos, lo que afectaba a la capacidad de los Estados Miembros para prepararse para las reuniones y participar en las discusiones del Comité. Probablemente esto no era de responsabilidad exclusiva del Departamento de Relaciones y Reuniones pero los Estados Miembros agradecerían que la Oficina realizase un mayor esfuerzo en la preparación, aprobación, traducción y distribución de documentos. Asimismo, había habido retrasos en la distribución de documentos por Internet pero, sin duda, la Oficina se estaba ocupando de mejorar este servicio. El Consejo de Administración y los órdenes del día del Comité eran bastante complejos y era útil organizar de antemano, discusiones de grupo, para que la Oficina se asegurase de que se asignaban los recursos suficientes para estas reuniones.

343. El representante del Gobierno de Alemania coincidió con el orador precedente pero recalcó que la distribución de documentos por Internet no debería demorar el envío de documentos mediante los medios convencionales. Sería útil que la Oficina facilitara más información de por qué se habían incrementado en un 40 por ciento los viajes oficiales del programa principal 60, en un 42 por ciento los del programa principal 180, y en un 63 por ciento los del programa principal 235.

344. El representante del Gobierno del Reino Unido compartió muchas de las opiniones expresadas por los Empleadores y los Trabajadores sobre los programas que figuran en esta sección, pero estimó oportuno añadir algunas observaciones concretas. El programa principal 160 (Personal) era uno de los más importantes de la Organización. La importancia cada vez mayor que se estaba otorgando a la política de personal y a la asignación de recursos para la formación permitiría al personal contribuir de forma más eficiente a la labor de la Oficina y a los progresos que en ella se realizan. Los avances en la tecnología de la información se traducirían en una mayor concentración de las actividades en cuestiones normativas vinculadas con el perfeccionamiento y formación del personal en vez de en cuestiones técnicas relacionadas con la administración del personal. En comparación con el bienio precedente, los recursos asignados al programa principal 175 (Administración interna) se habían reducido y era de lamentar que este programa constituyese un blanco tan fácil para la obtención de ahorros. Se habían realizado grandes progresos en el programa principal 185 (Informática y comunicaciones) y la Oficina merecía ser felicitada por la forma en que había adoptado la tecnología moderna. El programa principal 200 (Programación y gestión) constituía un excelente ejemplo de utilización de la nueva tecnología. La Oficina había aprovechado las posibilidades que ofrecía Internet pero continuarían elaborándose documentos en papel hasta que se extendiera el uso de esta tecnología. Sin embargo, el correo electrónico era el medio de comunicación del futuro y, a la larga, los documentos oficiales se transmitirían en todos los idiomas mediante el uso de este medio. Ningún otro programa de la OIT tenía la visión global del programa principal 200, que desempeñó una función esencial a la hora de dar una mayor cohesión a las actividades de la OIT y de promover esta práctica. Había que atribuirle el mérito de la importante labor realizada en materia de evaluación y auditoría interna y los muchos logros obtenidos en los servicios consultivos de gestión. Una función esencial de este programa principal era obtener ahorros y lograr una mayor eficacia. La Junta de Eficiencia de las Naciones Unidas había alcanzado muchos logros últimamente y otras agencias especializadas estaban siguiendo su ejemplo. Sin embargo, dijo que era una satisfacción decir que la OIT no tenía nada que aprender de las Naciones Unidas a este respecto. Al mismo tiempo, sería útil saber si la OIT se había marcado el objetivo de ahorrar de forma eficaz para el próximo bienio. Tal objetivo constituiría un valioso incentivo interno para redistribuir los recursos destinándolos a usos más efectivos. Expresó su apoyo a las observaciones del portavoz del grupo PIEM, quien había expresado su agradecimiento a la Oficina por la respuesta constructiva y útil que había dado a las cuestiones planteadas durante las discusiones de los últimos días.

345. La representante del Gobierno de los Estados Unidos suscribió plenamente la opinión de los trabajadores según la cual la OIT debería estrechar los vínculos con las instituciones financieras internacionales. Esta constituía una importante actividad y, en el futuro, quizás sería conveniente incluirla en la discusión de los programas principales. En lo que respecta a los programas 160, 170 y 175 la Oficina debería examinar periódicamente las necesidades de recursos humanos habida cuenta de los avances tecnológicos, y las tareas de carácter repetitivo deberían transferirse a ordenadores lo antes posible; este proceso sería facilitado con la plena aplicación del sistema PERSIS. Se acogió con satisfacción los ahorros realizados en el programa principal 175 pero era difícil determinar, a partir de la información proporcionada, qué trabajos se habían subcontratado y cuáles se habían realizado en la Organización. Señaló que todos estos programas deberían ser objeto de reformas continuas en vez de ocasionales, y apoyó la propuesta de introducir, lo antes posible, un nuevo sistema de gestión financiera. Respecto del programa principal 180 (Publicaciones), expresó su apoyo a la política de publicaciones adoptada en la Reunión del Consejo de Administración celebrada en noviembre de 1996 y esperaba que se editarían publicaciones importantes y comercializables que contribuirían a aumentar el prestigio de la OIT. Suscribió los comentarios de los oradores precedentes según los cuales, si bien la necesidad de que el personal realizase viajes era una decisión de gestión, la Oficina debería adoptar las medidas adecuadas para garantizar que se efectuaban con el menor coste posible de forma que lo que se ahorrara podría ser utilizado para otra cosa. Asimismo, estuvo de acuerdo con anteriores observaciones formuladas respecto del programa principal 200 (Programación y gestión) y expresó su reconocimiento por las actividades de planificación estratégica y supervisión interna llevadas a cabo en el marco de este programa. Llegado el momento, sería útil examinar las evaluaciones del Sistema de Seguimiento, Evaluación y Presentación de Informes (MERS) y, en concreto, la forma en que se esperaba redistribuir los recursos para utilizarlos de forma más adecuada. Por último, señaló que sería útil saber por qué los gastos de utilización del sistema world wide web (www) se trataban en el marco del programa principal 200 en lugar de en el programa 185 y también por qué la contratación y formación de secretarias se trataba en el marco del programa 220 en lugar de en el programa 160.

346. El representante del Gobierno de China se refirió al programa principal 220 (Relaciones, reuniones y documentos) y señaló que, al parecer, se publicaban muy pocos documentos en chino. Esta circunstancia hacía extremadamente difícil que su país participara de manera efectiva en la labor de la Organización y también dificultaba la labor de los expertos chinos en la materia en su propio país. Al parecer, se daba un problema similar con los idiomas ruso y árabe e instó a la Oficina a que incrementara los recursos asignados al programa principal 220. Asimismo, encareció a la Oficina a que distribuyera los documentos más pronto para que los delegados estuvieran debidamente informados antes de su llegada a Ginebra.

347. El representante del Director General (el Tesorero y Contralor de Finanzas) respondió a las observaciones formuladas respecto de los programas principales 170 (Servicios financieros), 175 (Administración interna) y 185 (Informática y comunicaciones). Confirmó que el sistema de contabilidad de la OIT era un mosaico de antiguos programas que habían quedado obsoletos y que no podían adaptarse a las necesidades futuras. A nivel práctico, trabajar con un sistema tan anticuado representaba graves problemas. Por ejemplo, la Oficina tenía dificultades para cumplir con las prescripciones de notificación de algunos donantes, y los cálculos de los ajustes retroactivos de la nómina de sueldos requerían laboriosos cálculos manuales. La Oficina proponía utilizar su propio personal especializado y para el bienio 1998-1999, los recursos asignados para los consultantes encargados de formular recomendaciones sobre los nuevos sistemas de contabilidad ascenderían a unos 150.000 dólares. Esta actividad era de máxima importancia, y sus complejidades no debían de subestimarse. Resultaba difícil dar una cifra exacta del importe de la obra completa en este estadio pero el costo total sería del orden de 10 a 15 millones de dólares, si se utilizaba un enfoque modular y se realizaba la instalación gradualmente en un período de 5 a 6 años.

348. En respuesta a la pregunta planteada por el Sr. Gray sobre la descentralización, recordó las recomendaciones relativas a este tema que figuran en el informe del Auditor Externo sobre el bienio 1994-1995. Existían tres puntos importantes, a saber: en primer lugar, que debería haber recursos suficientes en la sede para controlar todas las actividades que se realizaban en las oficinas exteriores; en segundo lugar, que debería haber, sobre el terreno, el suficiente personal debidamente cualificado para llevar las cuentas adecuadamente como se estipula en el Reglamento Financiero; y en tercer lugar, que deberían celebrarse regularmente sesiones de formación en las oficinas exteriores para el personal de servicios financieros.

349. Varios oradores habían preguntado qué estaba haciendo la Oficina para reducir gastos en concepto de viajes. En Ginebra, todos los viajes se organizaban a través de la agencia de viajes que presta servicios en la Oficina. El contrato actual expiraba a finales de 1997 y la Oficina había elaborado una lista detallada de requisitos y había invitado a algunas agencias de viajes de Ginebra a licitar por el contrato. La Oficina, estaba poniendo todo su empeño en obtener los mejores precios y en reducir al máximo los gastos de viaje. En los últimos años, los gastos totales de la Oficina en concepto de viajes, sufragados por todas las fuentes de financiación, fueron los que se indican a continuación: 1988-1989 -- de 24,2 millones de francos suizos; 1990-1991 -- 28 millones de francos suizos; 1992-1993 -- 29 millones de francos suizos; 1994-1995 -- 22,7 millones de francos suizos; y, por último, en 1996 -- 8,4 millones de francos suizos. En 1996, la Oficina había ahorrado en torno a 967.000 francos suizos gracias a la compra de billetes rebajados en el llamado "mercado gris". La Oficina estaba estudiando las diversas posibilidades de ahorrar dinero, y se esperaba que se podrían alcanzar acuerdos especiales con la empresa pública de transporte suiza.

350. En respuesta a la pregunta sobre la red de empresa de la Oficina, el Tesorero respondió que consistía esencialmente en un conjunto de redes de aérea local concebidas para que todos los funcionarios de la OIT, a nivel mundial, dispongan de redes informatizadas con correo electrónico, así como para que puedan acceder a la Intranet de la OIT y a los archivos de datos, todo ello a un módico precio. En respuesta a una pregunta sobre si los departamentos usuarios podrían hacer frente al traspaso de competencias a los departamentos técnicos, correspondería a los propios departamentos decidir cuándo querían asumir las responsabilidad de sus propias aplicaciones. En ese momento, se les prestaría asesoramiento y se les asignarían recursos para garantizar la transición satisfactoria.

351. Un representante del Director General (el Director General Adjunto encargado de las relaciones con las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y con las instituciones de Bretton Woods), también respondió a algunas preguntas. Se había mostrado mucho interés en el programa de publicaciones, lo que obviamente reflejaba el interés de los Estados Miembros por llevar adelante la política de publicaciones que se debatió en la reunión del Consejo de Administración celebrada en noviembre de 1996. En respuesta a las preocupaciones expresadas por el Sr. Marshall sobre la necesidad de establecer una estrategia de comercialización más eficaz para la Oficina de Publicaciones, la representante del Director General respondió que ya se estaba poniendo en marcha y que se tenía la intención de que formase parte del programa en el bienio 1998-1999. Añadió que la Oficina contrataría a un gerente comercial que ayudaría a realizar un estudio de la demanda de publicaciones con la signatura de la OIT. Señaló que los departamentos técnicos decidirían sobre las cuestiones relacionadas con la investigación pero que se había establecido un comité consultivo que examinaría todos los proyectos de investigación y trabajaría con los departamentos técnicos con el fin de elaborar una estrategia global para las publicaciones. La principal función del Comité consistiría en garantizar la calidad de las publicaciones y los departamentos técnicos decidirían sobre las esferas específicas de investigación. La Oficina de Publicaciones tendría por objetivo mejorar la calidad de todas las publicaciones, incluida la Revista Internacional del Trabajo que disminuiría su periodicidad de seis a cuatro números por año. Varios oradores habían expresado la necesidad de que las publicaciones de la OIT estuvieran en el mayor número de lenguas posibles. Evidentemente, lo fundamental era que salieran en primer lugar en la lengua del autor para después traducirlas, en la medida de lo posible, a los demás idiomas. En algunos casos, los ingresos obtenidos con las ventas cubrían los costos de traducción y publicación en otra lengua, pero en otros casos era necesario recurrir a fondos complementarios. En 1996, 23 publicaciones de la OIT se publicaron en inglés, y a ellas se suman otras siete publicaciones externas realizadas por autores de la OIT. El idioma original de ocho de las publicaciones era el francés, y hubo ocho publicaciones de la OIT en español además de otras dos publicaciones externas. Tendía a haber más autores de lengua inglesa pero la Oficina estaba considerando detenidamente la posibilidad de traducir a otras lenguas cuando existía un amplio mercado para esas publicaciones. Una estrategia de comercialización eficaz suponía llegar a los consumidores y los gastos que ello entraña se reflejaban en el aumento del presupuesto en concepto de viajes asignado a la Oficina de Publicaciones. En respuesta a las observaciones formuladas sobre la labor de la Biblioteca, la representante del Director General explicó que la Biblioteca tenía una función de formación que había sido tradicionalmente financiada con fondos CTPO dentro del presupuesto de la Biblioteca. Estos fondos se habían transferido a las regiones y el personal de la Biblioteca confiaba en que podrían trabajar estrechamente con las oficinas regionales para poner en marcha, con estos recursos, programas de formación más eficaces específicamente regionales. En el marco del programa principal 240 (Relaciones internacionales), se había prestado, y continuaba prestándose, una especial atención a la institucionalización de las relaciones entre la OIT y las instituciones de Bretton Woods. Esta cuestión revestía una especial importancia este año, habida cuenta de la próxima visita del Presidente del Banco Mundial para asistir a la Conferencia de la OIT que se celebrará en junio.

352. El Director General recordó lo que había dicho al principio de su intervención, especialmente que el conjunto de los programas del grupo D son los que han tenido las reducciones más importantes estos últimos años.

353. Se declaraba sorprendido de ver como, en las intervenciones que se han manifestado, se llega al límite de la eficacia. Le parecía que había dos contradicciones. Por una parte, la Comisión acoge con beneplácito las economías que se han llevado a cabo, pero, por otra parte, no está necesariamente dispuesta a aceptar -- o manifiesta dudas -- sobre la conveniencia de los aumentos que la Oficina considera útiles para hacer funcionar el sistema.

354. Un primer ejemplo de estas contradicciones es la cuestión de saber por qué había un incremento de los gastos de viaje. Sin embargo, es evidente que si se descentraliza un máximo de actividades para hacer economías, es necesario asegurarnos, tanto en términos de gestión del personal como en términos de gestión financiera, que tengamos sobre el terreno un personal bien formado y bien equipado para evitar toda una serie de errores de gestión o de mala interpretación del Estatuto del Personal.

355. Por lo tanto, éstos son elementos indispensables para asegurar una gestión de conjunto eficaz.

356. Un segundo ejemplo de contradicción consiste en acoger con mucha satisfacción las economías que se han hecho en el programa 220: Relaciones, reuniones y documentación, pero luego se cae en la cuenta de que hay dificultades para celebrar las reuniones. Ya se ve, pues, que no habrá medio en los años que vienen de hacer más economías. Otra contradicción significativa es querer introducir innovaciones técnicas, pero sin querer que éstas reemplacen al sistema anterior. Los servicios que se brindan son mejores, pero también más caros.

357. Es muy importante tomar debidamente en cuenta estos elementos cuando se analizan las posibilidades de una mejor gestión del conjunto de estos programas.

358. A continuación, el Director General formuló observaciones sobre determinados sectores. Respecto al servicio de personal, se trata de pasar de un departamento básicamente centrado en la administración de personal a un proceso de gestión de los recursos humanos. No nos hagamos ilusiones, una organización internacional como la nuestra tiene que administrar el personal, tanto y más que cualquier otra empresa privada. Pero nosotros tratamos de hacer frente a estas actividades desde una perspectiva de gestión de los recursos humanos. Una contratación más abierta, como la que se nos ha pedido, implica unos costos complementarios en términos de programas. Esto lo discutiremos más ampliamente la próxima semana.

359. Es importante recordar que en el curso de estos últimos años hemos llegado a no aceptar compromisos sobre la calidad del personal y a velar por que éste sea representativo del conjunto de las partes del mundo. Podemos aducir estadísticas que muestran que en los últimos años una organización que era muy europeocéntrica en cuanto a la composición de su personal, se ha diversificado y ha llegado a ser hoy día mucho menos europea, puesto que todas las regiones del mundo han visto aumentar el número del personal de nivel superior en el curso de los últimos diez a quince años pasados. De la misma manera, estamos haciendo esfuerzos importantes para instaurar una mayor igualdad entre hombres y mujeres.

360. Respecto al sistema PERSIS, el retraso se debe en parte a problemas internos pero, en mayor medida, a las dificultades que tiene el sistema nodriza de las Naciones Unidas, en el que nos hemos inspirado.

361. Respecto al programa 200 (Programación y gestión), la Oficina ha puesto en marcha, a título experimental, un programa de evaluación que llamamos MERS. Este programa se ha puesto en marcha en toda una serie de departamentos y servicios. Hemos adoptado la decisión de pasar de una fase experimental a una fase de puesta en práctica completa, es decir que vamos a la vez a extender el MERS, este sistema de gestión y de evaluación, al conjunto de la Oficina y vamos también a velar por que se integre en un verdadero sistema de gestión por objetivos que comprometa a la totalidad de los responsables de la Dirección General.

362. Aunque hoy hayan podido ustedes escuchar a los miembros de la Dirección General respondiendo sector por sector a las cuestiones que se relacionan con sus responsabilidades, muestra también el cambio que se está produciendo.

363. En noviembre tendremos ocasión de proceder a la evaluación que nos pidió el Consejo de Administración sobre la puesta en práctica y ejecución del presupuesto. Este proceso de evaluación se hará a través del MERS, lo que les permitirá a ustedes apreciar la eficacia y utilidad de este instrumento, y entonces tendremos todos la ocasión de examinar en profundidad la eficacia que pueda tener el sistema para la Oficina, pero también en el marco de los procesos de control del Consejo de Administración.

364. Así, podremos mejorar a la vez la eficacia de la gestión y brindar mejores posibilidades de control al Consejo de Administración.

E. Otros programas (programas principales 290 a 296, inclusive)

365. El Sr. Marshall, que habló en nombre de los miembros empleadores, señaló que, en el programa principal 295 (Gastos imprevistos), se hacía alusión a la decisión adoptada por el Consejo de Administración en 1982 sobre la fijación del crédito de esta partida a un nivel más realista. Podría ser oportuno examinar ahora este nivel habida cuenta de las necesidades actuales.

366. El Sr. Gray, en nombre de los miembros trabajadores, observó que los ahorros obtenidos en el programa principal 290 (Otros créditos presupuestarios) se debían totalmente a la generosidad de las autoridades suizas al conceder una reducción de los reembolsos de los préstamos destinados al edificio de la OIT y añadió que este factor no debería ocultar el hecho de que habían aumentado los gastos de este programa por otros conceptos. En lo que respecta al programa principal 295 (Gastos imprevistos), los trabajadores no podían sino expresar su pesar por el hecho de que al Director General le hubiera resultado imposible incrementar el crédito presupuestario para fijarlo a un nivel más realista. El resultado era una mayor inflexibilidad en la aplicación del programa y suscitó las mismas preocupaciones que ya habían expresado los trabajadores respecto de la reserva de flexibilidad de los programas en el marco del programa principal 145. Para concluir, en lo que se refiere al programa principal 296 (Fondo de Operaciones), los trabajadores aprobaron el mantenimiento del actual nivel situado en 35 millones de dólares.

367. El representante del Gobierno del Canadá coincidió con las observaciones formuladas por los empleadores y por los trabajadores sobre el programa principal 295. Había una serie de importantes acontecimientos que tendrían lugar antes del comienzo del bienio 1998-1999 y la flexibilidad que se pedía en la declaración del grupo PIEM podría muy bien comenzar con el programa principal 295.

368. El Director General recordó en primer lugar que, durante todo el día, sus colegas han tratado de dar a la Comisión unas respuestas muy precisas a las cuestiones que se habían planteado, antes de indicar la conclusión mayor que guiará su respuesta a la discusión del próximo viernes, así como sus propuestas de ajuste.

369. El año pasado, el Director General se había comprometido a presentar un presupuesto de un monto equivalente al presupuesto para 1996-1997, ajustado tras los debates de 1995. El proyecto de presupuesto que se somete a la Comisión es rigurosamente idéntico al monto aprobado en esa época. Se había comprometido igualmente a compensar los efectos de la inflación. El presupuesto que se propone ahora no es de esta naturaleza. Prevé una asignación para la inflación, que implica unas propuestas superiores al monto general de los gastos ajustado para 1996-1997.

370. El Director General ha tomado nota de las observaciones formuladas por ciertos gobiernos sobre el monto global. Se propone preparar unos ajustes al presupuesto que tengan en cuenta al máximo las observaciones formuladas por unos y otros, de manera que se pueda presentar a la Comisión un presupuesto equivalente al presupuesto de gastos ajustados por el Consejo para 1996-1997, sin la inflación. El debate presupuestario del viernes se inscribirá entonces en el marco de unos ahorros complementarios de cerca de 11 millones de dólares.

371. El Director General se propone hacer esto de dos maneras distintas. La mitad de estas economías será cubierta por reducciones generalizadas en lo que nosotros llamamos costos distintos de personal, es decir por unas medidas de productividad general que se basan en una reducción de los viajes. Piensa que esto se relaciona con el conjunto del presupuesto y, por su parte, velará por hacer participar al conjunto de la casa en este esfuerzo. Podemos hacerlo sin menoscabar nuestros programas de actividades. La otra mitad será aproximadamente cubierta por unas reducciones específicas de los programas. El Director General prefiere advertir de ello a la Comisión desde hoy, de modo que puedan tener lugar unos contactos más o menos informales en los próximos días entre unos y otros, para evitar que el ejercicio del viernes no presente una dificultad insuperable. Igualmente recordó que un cierto número de departamentos ya han sido objeto de verdaderas sangrías en el curso de diversos ejercicios anteriores y que no tiene demasiado sentido buscar hacer ahorros en estos programas.

372. El Director General ha escuchado los cumplidos dirigidos al Sr. Kirszbaum y a su equipo. No va a pedirle que responda a todas las solicitudes formuladas sin poder aumentar un poco este presupuesto. Por lo tanto, convendrá cortar por lo sano en relación con un cierto número de millones. El Director General espera que se logre un acuerdo sobre un programa equilibrado. Cree que la Comisión tiene algunos días para concertarse sobre unas soluciones adecuadas, a fin de poder llegar a un consenso sobre el presupuesto.

373. En este momento, la Comisión concluyó su discusión de los programas por grupos principales e interrumpió su sesión para permitir al Director General que reconsiderase sus propuestas de Programa y Presupuesto a la luz de las diversas opiniones expresadas por sus miembros.

Ginebra, 26 de marzo de 1997.

(Firmado) C. Gray, Ponente.

1 Este informe se leerá conjuntamente con el documento GB.268/7/3 (Add. 1).

2 Documento GB.268/PFA/6/1.

3 Documento GB.268/PFA/6/S.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.