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Un trabajo decente para todos en una economía globalizada: Una perspectiva de la OIT(1)

Presentado por el Sr. Juan Somavia
Director General de la OIT

A la Tercera Conferencia Ministerial de la OMC
(30 de noviembre - 3 de diciembre de 1999)

Globalización y desigualdad

La globalización lanza importantes desafíos al sistema multilateral

1. Se percibe un estado generalizado de ansiedad por los efectos que tendrá la globalización en las vidas de las personas. Las ventajas que ofrecen las economías y las sociedades abiertas son una realidad aceptada por la mayor parte de las personas. No obstante, cada vez es más evidente que esas ventajas no benefician a suficientes personas. La globalización ha brindado oportunidades extraordinariamente nuevas a las empresas y a los consumidores, que han sido la principal fuerza motora del reciente crecimiento de la economía mundial. No obstante, la desigualdad respecto de las oportunidades ha sido también extraordinaria, tanto dentro de un mismo país como entre distintos países. Poco a poco se ha ido constatando que si la comunidad mundial no aborda las cuestiones de la injusticia y la desigualdad, el propio proceso de integración internacional puede ser rechazado por un número creciente de países y personas. Será preciso utilizar la imaginación y la creatividad para hacer frente al principal desafío: los mercados deben beneficiar a todos. En el presente documento se explica de qué forma las actividades pasadas y presentes de la OIT pueden contribuir a alcanzar este objetivo.

Difundir y ampliar el desarrollo

2. A pesar de los indudables beneficios que la liberalización del comercio y otros aspectos de la globalización pueden generar en términos de una mejor asignación de los recursos, una mayor eficacia en la economía y un mayor desarrollo, el proceso no ha conseguido alcanzar plenamente el objetivo de «elevar los niveles de vida, lograr el pleno empleo y un volumen considerable y en constante aumento de ingresos reales y demanda efectiva(2). Cada vez hay más pruebas de que la globalización está incrementando la desigualdad entre los países industrializados y los países en desarrollo(3). En particular, gran parte de los países menos adelantados han quedado excluidos, en tanto que los beneficios que debía obtener el mundo en desarrollo tras la conclusión de la Ronda Uruguay han sido escasos y muy inferiores a lo previsto. Esta situación justifica los esfuerzos desplegados para que una futura Ronda del Milenio sea también una Ronda en favor del desarrollo. La mejora del acceso a los mercados, la concertación de acuerdos más amplios de transición, y el incremento de la asistencia técnica prestada a los países en desarrollo son todos ellos importantes requisitos previos para potenciar el desarrollo y, por consiguiente, reducir la pobreza.

Rápida evolución del mundo del trabajo

3. Con todo, el crecimiento no basta. Si bien en todos los casos no puede establecerse claramente la causa, la globalización ha ido acompañada por una serie de problemas sociales, muchos de los cuales están vinculados al mundo del trabajo. En muchos países, el incremento de la competencia mundial ha causado pérdidas de puestos de trabajo que, con frecuencia, se han concentrado en determinadas industrias y comunidades, lo que potenció su repercusión negativa en los medios de comunicación. Al mismo tiempo, los mecanismos de compensación prometidos a través de las fuerzas de mercado, a saber, la creación de nuevos empleos y la ordenada redistribución de los trabajadores desplazados a esos empleos, han funcionado de forma más lenta e ineficaz de lo previsto. En esas circunstancias, se ha deteriorado la situación del empleo en general. En muchos países en desarrollo, que no disponen de sistemas de seguros de desempleo o de asistencia para el reajuste para los trabajadores, el costo social de esa evolución del mercado laboral ha sido particularmente elevado. Además, cientos de millones de trabajadores con escasos ingresos y sus familias, que se hallan al margen de los mercados laborales de los países en desarrollo, resultan ser más bien marginados que participantes en el crecimiento de la economía mundial.

Repercusión del incremento de la competencia en los mercados laborales

Un sentimiento creciente de inseguridad

4. La aparición de la economía mundial ha acrecentado la incertidumbre y la inseguridad. Ello no solamente ha afectado a los grupos socialmente excluidos, sino que de más en más afecta profundamente las actitudes y reacciones de las clases medias. Muchos padres temen que sus hijos no puedan tener una vida mejor que la suya. Los empresarios en los sectores industriales y manufactureros tradicionales tienen dudas acerca el futuro de sus negocios. Muchos trabajadores, tanto en el Norte como en el Sur, consideran que la agudización de la competencia internacional ejerce una presión negativa en materia de condiciones de trabajo y de normas laborales.

Los trabajadores en una posición de negociación debilitada

5. Debido al incremento de la competencia económica internacional cada vez se recurre más a modalidades de empleo flexible, que a menudo resultan menos seguras y ofrecen menos beneficios sociales que los empleos tradicionales. Otra cuestión problemática ha sido el incremento de la desigualdad respecto de los ingresos que se ha observado en muchos países industrializados y en desarrollo. Todavía no se comprende bien la causa de este fenómeno, pero uno de los factores que ha contribuido al mismo es la pérdida de capacidad negociadora del sector laboral. Esta situación se ha producido debido a las mayores posibilidades de salida que tiene el capital en una economía global. En algunos casos, la situación ha empeorado porque algunos gobiernos, en su afán por atraer inversiones extranjeras, han infringido normas fundamentales del trabajo relativas en su afán por la libertad sindical y al derecho a la negociación colectiva. Debido a su menor fuerza negociadora los trabajadores ven negada su justa participación en los beneficios derivados de la apertura a la competencia internacional y del crecimiento económico.

Debido a la integración mundial de la producción, las pequeñas empresas, en particular en el mundo en desarrollo, luchan por la supervivencia

6. La liberalización de las inversiones extranjeras directas ha venido a sumarse a las presiones competitivas a las que se enfrentan las empresas locales, incluso las pequeñas y medianas, en particular en países en desarrollo y con economías en transición. Si bien los beneficios a largo plazo de este proceso podrían ser positivos, inicialmente causan la pérdida de puestos de trabajo debido a la reestructuración y la pérdida de participación en el mercado entre los productores locales. Asimismo, se han dado casos en que la creación de nuevos empleos por empresas extranjeras ha sido inferior a lo previsto, debido a la adopción de tecnologías que requerían una intensidad de capital y de conocimientos técnicos superior a la que permitía la relación entre los presentes factores en los países en desarrollo.

Repercusión de los mercados financieros mundiales

7. Sin duda el mayor impacto en el desarrollo social ha derivado de los efectos de la creciente liberalización financiera, en particular la liberalización de las cuentas de capital. Ello ha derivado en un incremento en la frecuencia y severidad de las crisis económicas y financieras de los años 1990. Como demuestra la reciente crisis de Asia, esas situaciones se han traducido en repentinas y graves contracciones de la economía que han entrañado un alto coste social. Aparte de poner de relieve las terribles consecuencias de no tomar en consideración la protección social, la crisis también ha subrayado la importancia de contar con sólidas instituciones en el mercado laboral, en particular sistemas de negociación colectiva, de prevención y de solución de diferencias, así como de diálogo social, tanto para prevenir como para enfrentar las consecuencias de las crisis económicas.(4)

La función de la OIT

Reforzar la contribución de la OIT

8. Ante estos graves problemas sociales y laborales, es mucho lo que la OIT puedo realizar, de hecho, ya los ha venido realizando. El nuevo objetivo básico del programa de la OIT, que ha recibido el pleno apoyo de sus tres mandantes -- organizaciones de empleadores y de trabajadores, y gobiernos -- es fomentar las oportunidades de lograr un trabajo decente para todas las mujeres y los hombres. Por trabajo decente se entiende el trabajo que se realiza en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.

Cuatro objetivos estratégicos

9. ¿Cómo puede alcanzarse el objetivo de fomentar un trabajo decente? En la OIT se considera la síntesis de cuatro objetivos estratégicos:

• lograr el respeto universal de los principios y derechos fundamentales en el trabajo;
• crear más oportunidades de empleo y de ingresos para mujeres y hombres;
• ampliar la protección social, y,
• promocionar el diálogo social.

Estos objetivos están estrechamente vinculados: el respeto de los principios y derechos fundamentales es una condición previa para la construcción de un mercado laboral socialmente legítimo; el diálogo social es el medio que permitirá a los trabajadores, a los empleadores y a sus representantes entablar un debate y realizar un intercambio de opiniones sobre la forma de conseguirlo. La creación de empleo es el instrumento esencial para aumentar el nivel de vida y ampliar el acceso a los ingresos; la protección social es el medio de prever la seguridad respecto de los ingresos y del entorno laboral. Además, la igualdad de género así como el desarrollo representan los temas comunes a los cuatro objetivos estratégicos.

Un entorno que facilite la inversión productiva

10. Naturalmente, el centrar la atención en el trabajo decente supone poner un mayor énfasis en el desarrollo de empresas y en la importancia que reviste la creación de un entorno favorable para la inversión productiva. La formación y la capacitación técnica, así como el apoyo a las empresas pequeñas y medianas emergentes, son fundamentales. No obstante, el desarrollo de las empresas en una economía mundial abierta exige enfrentarse a nuevos desafíos, entre los cuales uno de los más importantes es descartar el desfasado concepto de que los objetivos de los empresarios y de las organizaciones de trabajadores son opuestos. La incertidumbre en las empresas y las familias trabajadoras es un lastre para la adaptación del que sólo es posible librarse mediante una visión más amplia del valor productivo de las políticas que promueven tanto la justicia social como la innovación. Más y más, las empresas reconocen que una buena política social y relaciones industriales sanas son positivas para los negocios. Las empresas se dirigen de forma espontánea a organismos internacionales, como la OIT, para que les ayuden a elaborar respuestas a esos desafíos.

Plasmar una perspectiva global en políticas nacionales

11. Los cuatro objetivos estratégicos de la OIT pueden sentar las bases sociales de la economía global. La inter-dependencia entre progreso social y económico ha quedado ampliamente reflejada en la labor de la OIT. Un claro indicativo de la preocupación de la Organización fue la decisión adoptada por su Consejo de Administración de establecer un Grupo de Trabajo encargado de esas cuestiones, el que comenzó su labor en 1994. En este contexto se realizaron estudios sobre la repercusión social de la globalización en siete países, y los informes fueron debatidos en reuniones tripartitas celebradas en cada país(5). Los resultados de los estudios demuestran los potenciales beneficios de la liberalización del comercio y la globalización, pero también subrayan la necesidad de que existan políticas para abordar las repercusiones negativas en la distribución y en el mercado laboral. Varios países han iniciado actividades de seguimiento con la asistencia de la OIT y de otros organismos de las Naciones Unidas a fin de dar una respuesta política a esos desafíos.

Normas fundamentales del trabajo

Promoción de los derechos humanos fundamentales en el trabajo

12. El primer objetivo estratégico de la OIT se refiere a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. A ese respecto ha sido muy importante la contribución de la OIT a la promoción de las normas internacionales fundamentales del trabajo: la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho a participar en la negociación colectiva, así como la eliminación del trabajo forzoso u obligatorio, del trabajo infantil y de la discriminación en el empleo o la ocupación.

Objetivos globales que requieren un seguimiento a nivel de todo el sistema

13. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, celebrada en Copenhague en 1995, identificó los siete convenios fundamentales de la OIT como el piso social de la economía global emergente. De ese modo, identificó los principios y derechos previstos en esos instrumentos como objetivos globales a ser alcanzades por la comunidad internacional en su conjunto. La OMC fue una de las organizaciones que primero comprendió el significado que esto tiene, cuando los Ministros de Comercio reunidos en Singapur en 1996 renovaron el compromiso asumido por sus respectivos gobiernos de respetar las normas fundamentales del trabajo reconocidas internacionalmente, y confirmaron su apoyo a la labor de la OIT con miras a la promoción de las mismas. Los avances realizados por la OIT desde la celebración de las reuniones de Copenhague y Singapur llevaron en 1998 a la adopción de la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, que constituye una reafirmación de los valores fundamentales de la OIT por parte de los países de todo el mundo.

Un paso decisivo: la nueva Declaración de la OIT

14. Esta nueva Declaración de la OIT representa un paso decisivo hacia el respeto universal de esos derechos incluso en países que no han ratificado los convenios pertinentes(6). Para plasmar esto se recurre a dos vías:

• se reconoce en ella que todos los Miembros de la OIT (que son también en general miembros de otras organizaciones internacionales) asumen el compromiso derivado de su mera adhesión a la Constitución de la OIT, de respetar, promover y hacer realidad la libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva, así como la eliminación del trabajo forzoso u obligatorio, del trabajo infantil y de la discriminación en materia de empleo y ocupación; y

• se acompaña la Declaración con un seguimiento destinado a secundar los esfuerzos de los países con miras al logro de estos objetivos. El éxito de este enfoque promocional, que excluye expresamente la utilización de la Declaración con fines proteccionistas, dependerá por supuesto de que se logre movilizar para ello suficiente apoyo y asistencia tanto dentro de la OIT como en otras organizaciones.

Nuevo impulso con respecto al trabajo infantil

15. Otro hecho trascendental fue la adopción, por unanimidad en la reunión de 1999 de la Conferencia Internacional del Trabajo, del Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil (trabajo forzoso, explotación sexual, actividades ilícitas y trabajos peligrosos), que extiende y refuerza la capacidad de la OIT para abordar esas prácticas intolerables. El Programa para la Eliminación del Trabajo Infantil (IPEC) cubre en la actualidad a más de sesenta países.

Normas laborales fundamentales y globalización

16. El respeto de los principios y derechos fundamentales en el trabajo tiene gran importancia en el contexto de la globalización. En primer lugar, acelerará directamente la eliminación de las prácticas laborales más inhumanas, tales como las peores formas de trabajo infantil y el trabajo forzoso que son un oprobio para la conciencia de la comunidad internacional. En segundo lugar, al garantizar la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva se creará el poder de negociación necesario para eliminar el gran número de prácticas laborales inaceptables existente, ya sea en las industrias de exportación o en cualquier otro sector de la economía. En tercer lugar, este poder de compensación contribuirá de manera significativa a corregir el problema central de la distribución desigual de los beneficios del comercio y del crecimiento económico. Cuarto, será posible alcanzar beneficios adicionales tales como el aporte de un movimiento laboral libre, organizaciones independientes de empleadores y la ausencia de discriminación para garantizar un mayor grado de democracia, políticas públicas más transparentes (y por lo tanto más eficacia), y una mejor protección social.

Reducir las tensiones en mercados mundiales abiertos

17. El mejor cumplimiento de las normas fundamentales del trabajo por todos los medios antes mencionados puede contribuir de manera significativa a aliviar muchos de los problemas sociales que son la causa primordial del desencanto generalizado ante la globalización. Por otra parte, además de frenar una posible reacción contra la globalización, el lograr un consenso a favor del respeto de los principios y derechos fundamentales en el trabajo en todas partes del mundo, eliminará una importante causa de desavenencia que podría perturbar nuevos intentos de apertura de los mercados mundiales.

Promoción del empleo

Crear el entorno propicio para el crecimiento del empleo ...

18. El segundo objetivo estratégico es la promoción del empleo. El énfasis que la OIT ha puesto en este objetivo se debe a la importancia vital del empleo como medio de vida y fuente de integración social. Al mismo tiempo, sin el pleno empleo, o al menos sin un aumento constante en la creación de empleo, lo cual depende a su vez en gran medida de la existencia de un entorno económico global que promueva el crecimiento duradero, será extremadamente difícil poder mejorar las condiciones de trabajo y alcanzar otros objetivos sociales.

... en el contexto de una economía global integrada

19. La promoción del empleo está estrechamente relacionada con el proceso de integración en la economía global. Los flujos internacionales de capital, conocimiento y trabajo son factores que afectan muy seriamente las posibilidades de crecimiento del empleo, pero también dan lugar al incremento de presiones competitivas y a la necesidad generalizada de una reestructuración industrial. Por ende, la evolución del entorno comercial internacional es un elemento clave que debe tenerse en cuenta en la formulación de la estrategia de empleo.

Trabajar con gobiernos, empresas y sindicatos

20. La OIT ha reseñado su forma de enfocar el desafío del empleo y la inseguridad en los distintos informes sobre El empleo en el mundo, los que hacen hincapié en la necesidad de contar con estrategias globales de empleo. En su labor actual, la OIT se ha centrado en evaluar cuatro factores cruciales que determinan la situación en materia de empleo en una economía basada en el conocimiento: la globalización, la política macroeconómica, la transformación de los sistemas de producción y la estrategia empresarial, así como el desarrollo de los recursos humanos. Una de las grandes preocupaciones es la igualdad de acceso al empleo y los mercados de trabajo, en particular la igualdad de género. Con el fin de incorporar los objetivos relativos al empleo en las estrategias nacionales se están realizando evaluaciones de la política de empleo por países para analizar los problemas en materia de empleo, desempleo y pobreza con un enfoque integrado. Estas evaluaciones se llevan a cabo en forma conjunta con los gobiernos y las organizaciones de empleadores y de trabajadores de los países participantes para garantizar no sólo que la estrategia nacional en materia de empleo sea viable desde el punto de vista técnico y financiero, sino también que implique una participación activa de los diferentes actores sociales para poder alcanzar un consenso amplio.

Protección social

Reformulación de la protección social para responder a las preocupaciones en materia de seguridad

21. El tercer objetivo estratégico se refiere a la protección social. Para que la globalización funcione, es necesario que la gente se sienta segura y pueda aprovechar las nuevas oportunidades. Si existe un deseo universalmente compartido, es la demanda de seguridad, en el lugar de trabajo, en el mercado de trabajo, en los ingresos y el consumo, en la familia y en la integración en la sociedad. El trabajo decente prevé seguridad tanto en el lugar de trabajo como en la vida.

Nuevos enfoques vinculados a los cambios fundamentales en el mundo del trabajo

22. Sin embargo, la inseguridad socioeconómica va en aumento. Algunas de las nuevas preocupaciones se deben a las tendencias económicas, incluso a los cambios debidos a la globalización y a la creciente inestabilidad de los mercados financieros internacionales. Otras preocupaciones tienen sus raíces en ciertos cambios registrados en el mercado de trabajo, entre los que cabe citar la expansión de formas de trabajo más flexibles e informales. La mayoría de las preocupaciones derivan de la insuficiencia de los sistemas de protección social, incluido el hecho de que una parte cada vez mayor de la población mundial queda excluida de la cobertura de los planes legales de seguridad social, especialmente la mayor parte de quienes se enmarcan en la producción y el empleo del sector informal.

Construcción de una plataforma de seguridad social para el cambio económico

23. Estas tendencias y los fallos de las políticas instan a buscar con urgencia formas nuevas e innovadoras de promover la seguridad socioeconómica como base de la justicia social y del dinamismo económico. La seguridad básica para todos es imprescindible tanto para lograr el objetivo de un trabajo y una sociedad decentes como para el desarrollo sostenible. Crear un sistema de seguridad básica es ventajoso para los empleadores, que pueden garantizar mayor cooperación y eficacia, vital para los trabajadores, ya que se trata de una dimensión de la dignidad humana, e imprescindible para los gobiernos que, por consiguiente, pueden alcanzar un mejor equilibrio entre objetivos de política opuestos.

Cómo prever los peligros que amenazan a los grupos más vulnerables

24. Respecto de estas cuestiones el trabajo de la OIT en materia de protección social, incluidos la seguridad social y la seguridad en el trabajo, desempeña un papel fundamental. Por ejemplo, a raíz de la crisis financiera de Asia, la labor de la OIT ha puesto de manifiesto que las instituciones precisan medidas de seguridad, por ejemplo, seguros de desempleo, los que deben adoptarse antes de la crisis a fin de reducir sus repercusiones y garantizar que el coste no lo paguen los pobres y vulnerables(7). En los países en desarrollo la protección social puede reforzar la estabilidad, reducir los conflictos sociales y ayudar a dichos países a adaptarse con mayor facilidad a los cambios económicos, sociales y políticos. Los esfuerzos desplegados por la OIT con miras a potenciar la seguridad en los puestos de trabajo, defender las condiciones básicas de trabajo, y crear instituciones que garanticen la seguridad de los ingresos en casos de enfermedad o en la vejez, contribuyen asimismo al desarrollo económico, permiten que las industrias y las empresas se reestructuren y ganen en eficacia, y que los trabajadores acepten el cambio con mayor facilidad. De esta forma, la seguridad de las personas representa una importante aporte a la estabilidad de la economía global.

Diálogo social

Nuevas formas de diálogo social en la era de la globalización

25. El cuarto objetivo estratégico se refiere al diálogo social entre el trabajo, la gestión y el gobierno en las diversas formas en que se presentan en el mundo. A fin de alcanzar los objetivos de un trabajo decente para todos es preciso contar con interlocutores sociales sólidos y mantener un diálogo social efectivo. A pesar de los esfuerzos desplegados por la OIT en el pasado y de los esfuerzos de los mandantes tripartitos de la OIT, sigue sin reconocerse, comprenderse ni apoyarse la importante función del diálogo social, sobre todo de diálogo social en el que participan representantes de los trabajadores y de los empleadores así como de los gobiernos, sobre la concepción y la aplicación de políticas económicas y sociales fundamentales.

Participación de los grupos más afectados por la globalización en la formulación de políticas

26. Se adoptan demasiadas decisiones económicas y sociales importantes, que afectan el trabajo y la vida de las personas, sin consultar a quienes resultan más afectados. Las decisiones relativas a la economía global son un caso evidente. Esto debilita la credibilidad de los interlocutores sociales y tiene consecuencias negativas para el desarrollo económico y social que estas decisiones pretenden fomentar, pues no cuentan con la participación y el compromiso de las personas que, en última instancia, son afectadas por las mismas. A medida que las cuestiones que preocupan a los actores sociales guarden más relación con la evolución de la economía internacional, pasarán a ocupar un lugar cada vez más sustancial en el diálogo social a nivel nacional y local, y el diálogo sobre estas cuestiones adquirirá cada vez más importancia a nivel internacional, donde la OIT continúa siendo el foro principal. El trabajo de la OIT en este campo abarca el fortalecimiento de la capacidad, tanto de las organizaciones de empleadores y de trabajadores como de los gobiernos, para analizar estas cuestiones y promover el diálogo mediante el desarrollo de instituciones y mecanismos a nivel nacional e internacional. En estos esfuerzos, los constituyentes tripartitas de la OIT inter-actúan con otros actores de la sociedad civil.

Perspectiva histórica

Recordando las lecciones del pasado

27. Subyacentemente a los cuatro objetivos estratégicos que constituyen el eje de su labor actual, durante mucho tiempo la OIT ha reconocido que sus propios esfuerzos deberían ser respaldados mediante la cooperación multilateral y la adopción de políticas económicas y financieras adecuadas. Como se señala en el preámbulo de la Constitución de la OIT adoptada en 1919, «considerando que si cualquier nación no adoptare un régimen de trabajo realmente humano, esta omisión constituiría un obstáculo a los esfuerzos de otras naciones que deseen mejorar la suerte de los trabajadores en sus propios países». Las dos décadas que precedieron a la Primera Guerra Mundial constituyeron un período de muy rápida expansión del comercio mundial. Las condiciones de trabajo deplorables que prevalecían en ese momento, así como la interdependencia entre las normas del trabajo y la competencia internacional fueron motivo principal de los esfuerzos conducentes para instaurar un mecanismo internacional para promover la justicia social. Las actividades normativas de la OIT fueron el resultado. Las actividades normativas de la OIT se basan en un sistema de obligaciones voluntarias que, una vez aceptadas, quedan sujetas a una supervisión sistemática y democrática. La OIT siempre ha tenido una perspectiva a largo plazo, basada tanto en el consenso internacional como en el diálogo social.

La visión original de la función de la OIT en el escenario internacional después de 1945

28. Esta perspectiva fue reforzada por la experiencia de los decenios de 1920 y 1930 en los que el abuso de los derechos humanos y el aumento del proteccionismo prepararon el camino a la guerra mundial. Cuando la OIT adoptó la Declaración de Filadelfia en 1944, amplió su mandato más allá de las políticas de trabajo directas a fin de incluir el examen y el análisis de las políticas económicas y financieras. Dicha Declaración, que se incorporó a la Constitución de la OIT en 1944, incluye varios mandatos formales para que la OIT se ocupe de la inter-relación entre las políticas económicas y financieras, por una parte, y las políticas laborales y sociales por otra. Después de definir el objetivo fundamental de lograr condiciones acordes con el principio de que «todos los seres humanos sin distinción de raza, credo o sexo tienen derecho a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades», la Declaración continúa afirmando que «toda política y medida de índole nacional e internacional, particularmente de carácter económico y financiero, debe juzgarse desde este punto de vista y aceptarse solamente cuando favorezca, y no entorpezca, el cumplimiento de este objetivo fundamental». Asimismo añade que «incumbe a la Organización Internacional del Trabajo examinar y considerar, teniendo en cuenta este objetivo fundamental, cualquier programa o medida internacional de carácter económico y financiero». Además, la Declaración ofrece «la entera colaboración de la Organización Internacional del Trabajo» a los organismos internacionales a los que pudiera confiarse la responsabilidad de adoptar «medidas para aumentar la producción y el consumo ... y para fomentar un comercio internacional de considerable y constante volumen» (cursivas añadidas.)

Un sistema internacional más eficaz

Cómo modelar las fuerzas del mercado internacional en pro del desarrollo social

29. A pesar de la importancia de las contribuciones de la OIT mencionadas más arriba, su impacto hubiera podido ser mayor si las políticas aplicadas en el sistema internacional hubieran sido más coherentes. Una de las razones fundamentales que explican este hecho es la dependencia que existe entre las políticas económicas y sociales. El progreso social depende, en muchos aspectos, de que se alcance un nivel alto y estable de crecimiento económico en la economía mundial. Se trata de un requisito necesario para alcanzar el pleno empleo, objetivo que cumple una función estratégica en lo que respecta a dar a la población el sentimiento de que participa en la sociedad y le permite reclamar directamente los frutos del progreso económico.

Reconocer el valor del capital social en los sistemas de mercado

30. El valor que tiene el capital social en la eficacia de la economía es un factor menos reconocido, pero no por ello menos importante. El crecimiento económico que no genera un progreso social equivalente puede dar lugar a una situación de inestabilidad política y social que paralice el proceso. En particular, la liberalización económica necesaria para mantener un alto crecimiento económico no será viable si no se adoptan simultáneamente medidas que permitan contener sus efectos sociales negativos. Otro importante punto de contacto entre los ámbitos económico y social es el hecho de que la aplicación de políticas sociales juiciosas, como las inversiones en el desarrollo de los recursos humanos, redunda en altos beneficios, no sólo sociales, sino también económicos. Además, un gobierno democrático y transparente, con sólidas instituciones laborales que son un importante componente del mismo, constituye la base fundamental para el eficaz funcionamiento de los mercados, para la constante mejora de la productividad, y para el mantenimiento de la justicia y la estabilidad sociales.

La necesidad de soluciones integradas

31. Por lo tanto, los problemas integrados del crecimiento económico y del desarrollo no pueden abordarse con soluciones sectoriales. El desarrollo no está referido sólo al comercio, ni sólo a las inversiones, ni sólo a la producción. Abarca todos esos elementos, pero también consiste en construir instituciones sociales y económicas de gobierno y participación. El desarrollo es empleo e integración social, es dar incentivos económicos que promuevan objetivos sociales. Es invertir en capacidades, calificaciones, conocimientos, salud. El desarrollo consiste en buscar sinergias entre el progreso social y el económico. En el ámbito de la labor de la OIT, eso significa, por ejemplo, demostrar que los empleos más seguros son los más productivos; que el trabajo infantil socava la capacidad económica a largo plazo; que la aplicación de políticas eficaces de igualdad de género da lugar a economías más dinámicas; que una población más segura también está más dispuesta a ajustarse a las necesidades económicas. En esta respuesta integrada, el objetivo del trabajo decente es el medio de incorporar las normas sociales en el desarrollo y en una participación efectiva en la economía internacional.

Reconocer y desarrollar sinergias entre las políticas sociales y económicas

32. Como parte de su programa, la comunidad internacional tiene que desarrollar medios más eficaces para abarcar, por un lado, la dependencia de los objetivos sociales y laborales y, por otro, la dinámica de la economía globalizada. Los mecanismos que gobiernan y regulan la economía globalizada, tanto los relativos al comercio, a las corrientes internacionales de capitales, la migración internacional o las comunicaciones, como los relativos a la propiedad intelectual no pueden interpretarse únicamente en términos económicos. Su impacto social es parte integrante de su legitimidad, y un elemento fundamental de su evaluación. Al mismo tiempo, en el diseño de la política social y laboral deben tenerse en cuenta sus efectos directos e indirectos en la economía. Una buena política social es parte integral de la eficiencia conómica.

Cómo empezar

33. Se trata pues de un programa destinado a la comunidad internacional como a sus equivalentes nacionales. Las distintas organizaciones y organismos del sistema internacional aportan perspectivas diferentes para abordar estas cuestiones. Trabajando juntos podemos demostrar mejor de qué manera las distintas dimensiones del progreso económico y social se respaldan mutuamente y contribuyen a un proceso de desarrollo en el cual todos participen y del cual todos se beneficien. Durante muchos años, la OIT ha venido participando activamente en el análisis y la discusión de las dimensiones sociales de la globalización. A causa de su estructura tripartita, la OIT está particularmente bien situada para contribuir a una evaluación objetiva de la situación. La próxima fase consistiría en promover la sinergia de las políticas entre las organizaciones que se ocupan de los aspectos internacionales de la política económica y social para abordar de manera más eficaz el impacto social de la globalización.

La próxima etapa: Una iniciativa multilateral

34. Una iniciativa multilateral permitiría elaborar enfoques integrados en distintos niveles, tales como:

- la coordinación inter-institucional para mancomunar los conocimientos e iniciar investigaciones conjuntas;

- la elaboración de marcos analíticos para el desarrollo de una política internacional;

- el desarrollo de paquetes de política en el plano nacional que comprendan las cuestiones internacionales y macroeconómicas, así como el desarrollo, la erradicación de la pobreza y el trabajo decente y la reducción de la pobreza.

Es necesario que el futuro programa de investigaciones y de asistencia técnica apoye esta nueva evolución de las políticas. Este es el reto al que ha de enfrentarse la comunidad internacional durante los primeros años del nuevo milenio, un reto frente al cual la OIT está preparada para desempeñar el papel que le corresponde

Notas

1. Si desea más información sobre la OIT y su programa sobre el trabajo decente, consulte el sitio www.ilo.org. (Back)
2. Cita del preámbulo a la OMC. En las cartas de constitución de otras organizaciones económicas internacionales figuran objetivos similares. (Back)
3. Véase PNUD, Informe sobre el desarrollo humano, 1999. (Back)
4. Véase el Coloquio del Consejo de Administración de la OIT sobre las repercusiones sociales de la crisis financiera asiática, marzo de 1999, Documento G.B.274/4/4. (Back)
5. OIT: Estudios por países sobre las repercusiones sociales de la mundialización: Informe final, GB.276/WP/SDL/1, noviembre de 1999. (Back)
6. Véase la nota informativa de la OIT sobre las normas internacionales del trabajo. (Back)
7. Véase La crisis financiera asiatica: El reto para la política social, E. Lee, OIT, 1998. (Back)



Puesto al día por SG. Aprobada por CMC. Ultima actualización: 27 marzo 2000.