Declaración de la OIT en la Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres.

Respuesta al desastre: Poniendo a los jóvenes en el centro de la prevención y la resiliencia

Noticia | 23 de mayo de 2017
El marco del Sendai significó un cambio en la gestión de desastres, hacia la gestión del riesgo de desastres, desde un enfoque en la recuperación hasta la prevención y la preparación.

La agenda de trabajo decente de la OIT, incluida una respuesta basada en los derechos y a los desastres centrada en el empleo, es una dimensión clave de los esfuerzos nacionales e internacionales para alcanzar los objetivos de Sendai.

El marco normativo para el Empleo y al Trabajo Decente como respuestas a los conflictos y desastres, que se adoptará en la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2017, proporcionará las orientaciones actualizadas necesarias para una acción tan amplia y adaptada a las circunstancias locales y nacionales.

Sabemos muy bien que los esfuerzos para erradicar la pobreza y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 seguirán siendo esquivos mientras los desastres, ya sean de inicio repentino o de desarrollo lento, erosionen las fuentes de sustento, los empleos y negocios de las personas, desencadenando inestabilidad y desplazamiento. Su impacto, especialmente en contextos frágiles, es significativo, y a menudo con consecuencias estructurales a largo plazo sobre la gobernabilidad y la capacidad institucional de resiliencia.

La experiencia de la OIT en materia de cooperación técnica con los países y los mandantes tripartitos (gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores) en los países propensos a los desastres demuestra claramente la importancia de una agenda centrada en el empleo en la prevención y preparación para fortalecer la resiliencia de las naciones y comunidades. También señala el papel que las mujeres y los hombres jóvenes pueden desempeñar como agentes proactivos del cambio para su recuperación, preparación y prevención, cuando se les empodera y apoya.

Sin embargo, este papel se ve obstaculizado a menudo por las crecientes dificultades con que tropiezan las mujeres y los hombres para acceder a oportunidades de trabajo decente y contribuir al desarrollo local y nacional. Más de 70 millones de jóvenes están desempleados en todo el mundo y alrededor del 40% de la población joven activa en el mundo está desempleada o vive en la pobreza a pesar de estar empleada. Seis de cada diez jóvenes que trabajan en entornos frágiles están en el empleo informal o no ganan lo suficiente para que ellos mismos, sus familias y su comunidad salgan de la pobreza.

Creemos que un cambio de paradigma que sitúa a los jóvenes en el centro de la prevención y la resiliencia, centrándose en su educación, habilidades y oportunidades de empleo y que permita su participación plena en la gestión de riesgos de desastres locales y nacionales es el camino más eficaz.

La Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres de Cancún, ofrece la oportunidad de identificar y promover acciones concretas en este sentido.

La recién lanzada Iniciativa Global sobre Empleos Decentes para los Jóvenes y su enfoque prioritario en la juventud en entornos frágiles, es la asociación de múltiples interesados que pueden realizar ese cambio de paradigma obteniendo la colaboración del gobierno, los interlocutores sociales, el sector privado, las organizaciones juveniles y 22 entidades de Naciones Unidas para aumentar el impacto y la acción.

Esta es una plataforma de acción que pone el foco en la juventud como centro de la acción humanitaria y de desarrollo, promoviendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 con acciones sobre el cambio climático y el seguimiento del marco Sendai.

Las acciones humanitarias y de desarrollo a escala mundial deberían abordar los riesgos naturales y los provocados por el hombre con una mayor eficacia. Paralelamente, se debe fomentar un enfoque centrado en las personas que ayude a la gobernanza local con iniciativas de abajo hacia arriba, apoyando las necesidades y aspiraciones de las poblaciones locales, especialmente de los jóvenes.

Dirigir la energía y la creatividad de mujeres y hombres jóvenes hacia una mayor resiliencia comunitaria requiere intervenciones inclusivas y sostenidas de empoderamiento social y económico. Los jóvenes deben ser consultados y sus voces deben ser escuchadas en todas las etapas.

La capacitación en destrezas, los servicios de empleo, el desarrollo de las PYME y la creación de oportunidades de empleo a través de inversiones locales, económicas, sociales y ambientales son elementos clave para la preparación y la respuesta ante desastres.

Recientes programas intensivos de inversión en empleo en Haití, Samoa y Filipinas introdujeron enfoques basados en los recursos locales y la contratación de jóvenes para promover el desarrollo de la infraestructura, y los trabajos comunitarios llevaron a impactos positivos en cuanto a preparación para desastres, recuperación y reconstrucción inmediata.

Ciertamente, es necesario un cambio de paradigma para apoyar a los jóvenes a nivel global y sus compromisos a nivel comunitario. La armonización de los compromisos de la Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres y de los que se derivan de la Iniciativa Global sobre Empleos Decentes para la Juventud es fundamental para fomentar sinergias por parte de todos los actores, tanto públicos como privados.