Herramienta de orientación sobre la manera de hacer negocios respetando el derecho de los niños a estar libres del trabajo infantil

En 2008, el Consejo de los Derechos Humanos acogió por unanimidad el marco de políticas “Proteger, respetar y remediar” para las empresas y los derechos humanos preparado por el Profesor John Ruggie, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas (RESG) sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales. Este marco indica que las empresas tienen el deber de respetar los derechos humanos, es decir, deben abstenerse de infringir los derechos humanos ajenos y hacer frente a las consecuencias negativas en las que tengan alguna participación. Señala que el Estado tiene que impedir que terceras partes – incluidas les empresas – vulneren los derechos humanos y que debe facilitar el acceso de las victimas a vías de reparación efectivas, sean o no judiciales. En 2011, el Consejo adoptó los Principios Rectores del Profesor Ruggie sobre las empresas y los derechos humanos que ponen en aplicación el marco de políticas.

Este proyecto proporcionará orientaciones sobre la manera en que las empresas pueden impedir el trabajo infantil y contribuir a su reparación, sea en el desarrollo de sus propias actividades o en la cadena de producción, mediante unas políticas adecuadas, la debida diligencia y unos mecanismos de reparación. Retomará las ideas del Marco de políticas y de los Principios Rectores de las Naciones Unidas para desarrollar una serie de orientaciones, en especial en cuanto a la responsabilidad de las empresas respecto a la erradicación del trabajo infantil. Las normas internacionales sobre trabajo infantil son el Convenio núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo y el Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil de la OIT. Ratificados por 161 y 174 Estados Miembros de la OIT respectivamente, estos Convenios y la legislación nacional pertinente representan la referencia para la responsabilidad empresarial en la lucha contra el trabajo infantil.

El proyecto se basará en la publicación de la OIT y la Organización Internacional de Empleadores (OIE) “Eliminación del trabajo infantil: Guías para empleadores” (2007) y en las herramientas y metodologías del IPEC tales como la “Carpeta de recursos para la vigilancia y seguimiento del trabajo infantil” (2005) y los documentos y las actas de la conferencia “Engaging Business: Addressing Child Labour” celebrada en 2009 y patrocinada por la OIE, el Consejo de los Estados Unidos para el comercio internacional y la Cámara de Comercio de los Estados Unidos. El proyecto propone trabajar estrechamente con algunas empresas para elaborar estas orientaciones.

En la primera fase del proyecto, los socios del proyecto trabajarán con SHIFT – un órgano independiente y sin fines de lucro centrado en las prácticas comerciales y los derechos humanos cuyos miembros ya han colaborado en la producción y redacción de los Principios Rectores bajo la supervisión del profesor Ruggie – con el fin de desarrollar un protocolo y llevar a cabo evaluaciones respecto a un grupo inicial de empresas. Se evaluarán individualmente las prácticas de cada empresa participante con el fin de determinar hasta qué punto ya se adecuan a los elementos de responsabilidad con respecto al trabajo infantil cuyo cumplimiento es esencial. Estos elementos se encuentran en el Marco de políticas y en los Principios Rectores de las Naciones Unidas e incluyen: un compromiso político, la debida diligencia (la valoración de impacto, la incorporación de las conclusiones, el seguimiento y la difusión de los resultados) y, si procede, los mecanismos de reparación. La evaluación tomará en cuenta las actividades y políticas pasadas así como el sector de actividad, y el país de origen de la empresa. Identificará aquellos elementos que necesitan ser consolidados, si procede. Se entrevistará al personal clave y se estudiarán los documentos de la empresa. Además de las evaluaciones individuales (y confidenciales) de las empresas, se presentará un informe global que recoja las tendencias comunes de estas empresas.

Posteriormente, el proyecto organizará ejercicios de aprendizaje mutuo y discusiones con expertos para facilitar la ejecución e integración de las cuestiones relativas al trabajo infantil en las políticas y prácticas de las empresas. El formato provisional incluye talleres para estudiar cada uno de los elementos esenciales de la responsabilidad. Las evaluaciones individuales y el informe formarán parte de la primera etapa del proyecto y servirán de contribución a los talleres. Luego, el proyecto presentará una serie de buenas prácticas, rigurosas y factuales. Tras la aprobación de las buenas prácticas por estas empresas, se compartirán con otras empresas a través de las redes y métodos de difusión de la OIT y la OIE.