El trabajo infantil en Europa y Asia Central

Las estimaciones del Informe global sobre trabajo infantil de la OIT de 2006 indican una reducción del número de niños y niñas que trabajan en las economías emergentes de Europa y Asia Central. El crecimiento económico y la reducción de la pobreza ligados al compromiso político de luchar contra el trabajo infantil han permitido importantes avances. La tasa de ratificación de los dos Convenios referentes al trabajo infantil en Europa es muy alentadora. De 49 países, sólo tres no han ratificado el Convenio núm. 138 de la OIT sobre la edad mínima, y sólo tres no han ratificado el Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil. Con el apoyo de los interlocutores sociales de los países, el IPEC ha comenzado a elaborar e incorporar estrategias de salida en proyectos ejecutados en Europa central y oriental.

Pese al positivo panorama general, sigue habiendo zonas en las que el trabajo infantil es endémico. En Asia central y el Caucazo, muchos niños y niñas de la calle caen en las garras de alguna de las peores formas de trabajo infantil y muchos niños y niñas de zonas rurales realizan trabajos peligrosos en la agricultura. Además, éstos últimos suelen ser víctima de trata hacia centros urbanos o hacia países más ricos en donde trabajan en condiciones de explotación o incluso sometidos a la explotación sexual comercial.

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