Crisis de la migración

El Director General de la OIT pide soluciones duraderas para la crisis de refugiados y migrantes

“Las medidas provisionales para frenar el flujo de migrantes abordan sólo la superficie del problema. Es necesario profundizar en las causas que obligan a las personas a arriesgar sus vidas para encontrar trabajo y seguridad en otros países”, declaró Guy Ryder.

Noticia | 7 de agosto de 2015
GINEBRA (OIT Noticias) – La reciente pérdida de vidas en el Mar Mediterráneo nos recuerda una vez más el impacto humano de los conflictos que no han sido resueltos y de los fracasos en el desarrollo en todo el mundo. La aparente parálisis mundial frente a esta continua tragedia humana es muy alarmante.

“Las medidas provisionales para frenar el flujo de migrantes abordan sólo la superficie del problema. Es necesario profundizar en las causas que obligan a las personas a arriesgar sus vidas para encontrar trabajo y seguridad en otros países”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder. “No olvidemos que estas personas necesitan nuestra ayuda ahora”.

Una solución duradera a esta crisis debe incluir diversos elementos:
  • Una acción nacional y mundial para crear más y mejores empleos en los países de origen;
  • Una iniciativa a gran escala para establecer canales de migración regulares que respondan a las necesidades reales del mercado laboral y faciliten la reunificación familiar;
  • Una mayor vigilancia de la contratación de los migrantes a fin de prevenir la trata de seres humanos y el tráfico ilícito de migrantes; y
  • Un compromiso común para atender las necesidades humanitarias de los necesitados y de aquellos que están en peligro.
La formulación de respuestas eficaces precisa de la colaboración y la participación de los dirigentes sindicales y empresariales y de otras partes interesadas a fin de elaborar respuestas que estimulen el crecimiento y creen empleos y al mismo tiempo preserven la protección social y del trabajo. Este proceso también exige un diálogo equilibrado sobre cómo garantizar sistemas migratorios que sean justos y respetuosos de los derechos humanos, y esto sólo puede lograrse si hay cooperación entre las regiones afectadas.

En las zonas donde los conflictos son persistentes, debería ser posible extender la solidaridad con los refugiados y con los países que reciben flujos masivos de migrantes para que tengan la posibilidad de vivir con un mínimo de dignidad y participen en actividades productivas en la medida de lo posible.

La próxima Conferencia de Valletta (11-12 de noviembre 2015), que reunirá a líderes de la Unión Europea y de la Unión Africana, es una oportunidad para elaborar una respuesta conjunta que pueda garantizar que la migración entre estas regiones sea una elección y no una necesidad.

A más largo plazo, una de las pruebas de fuego de la Agenda de Desarrollo 2030 de las Naciones Unidas será constatar si los Estados miembros están dispuestos a tomar las decisiones políticas necesarias y adoptar las medidas para ponerlas en práctica que permitan que las mujeres, hombres y niños tengan vidas decentes en sus países de origen o en los de destino.