A pesar de la creencia generalizada de que el trabajo forzoso es cosa del pasado, hoy en día este flagelo se manifiesta en diversas formas en todo el mundo. Según las estimaciones de la OIT, 24,9 millones de personas (de los cuales 4,3 millones son niños) son víctimas del trabajo forzoso. Las mujeres y las niñas se ven desproporcionadamente afectadas por este flagelo.

Pero ¿sabemos realmente qué es el trabajo forzoso y quién lo sufre? ¿Reconoceríamos a las víctimas si nuestros caminos se cruzaran? ¿Los parlamentarios son conscientes del papel clave que pueden y deben desempeñar en la lucha contra este flagelo?

Este manual responde a estas preguntas con hechos, cifras y ejemplos de casos. Destaca las medidas y acciones prácticas que los parlamentarios pueden tomar, tales como: legislar, adoptar presupuestos, ejercer su poder de control sobre las acciones del gobierno y, en particular, ratificar y aplicar el Protocolo de 2014 de la OIT sobre trabajo forzoso, cuyas disposiciones tienen por objeto prevenir el trabajo forzoso, proteger a las víctimas y garantizar su acceso a la justicia y la indemnización.