Cómo las Normas se utilizan

Modelos y objetivos de la legislación del trabajo

Las normas internacionales del trabajo son, ante todo, instrumentos para los gobiernos que, en consulta con los empleadores y los trabajadores, se proponen elaborar y aplicar una legislación laboral, al igual que políticas sociales que estén de conformidad con las normas aceptadas internacionalmente. Para un gran número de países, este proceso se inicia con la decisión de considerar la posibilidad de ratificación de un convenio de la OIT. A menudo algunos países proceden al examen y, si es necesario, a la revisión de su legislación y de sus políticas para adecuarlas instrumento que desean ratificar. Así pues, las normas internacionales del trabajo son la meta que permite armonizar la legislación y la práctica nacionales en un ámbito determinado; la ratificación puede producirse posteriormente, cuando se esté aplicando la norma. Otros países deciden no ratificar un determinado convenio, pero sin embargo, adecuan su legislación al convenio de que se trate. Esos países utilizan las normas de la OIT como modelos para elaborar su legislación y formular directrices de política. Incluso hay países que ratifican los convenios de la OIT muy rápidamente y luego tratan de adecuar su legislación y sus prácticas nacionales a ese instrumento. Los comentarios de los órganos de control y la asistencia técnica de la OIT (véase la sección “Aplicación y promoción de las normas”) pueden orientarles en ese proceso. Para tales países, la ratificación es el primer paso hacia la aplicación de una norma.

Fuentes del derecho internacional aplicadas a escala nacional

Son muchos los países en los que los tratados internacionales ratificados se aplican automáticamente en el ámbito nacional. Así, sus tribunales pueden valerse de las normas internacionales del trabajo para dirimir casos en los que la legislación nacional es inadecuada o no se pronuncia en esa materia, o recurrir a definiciones establecidas en las normas, como la de «trabajo forzoso» o la de «discriminación». Por otra parte, junto con las iniciativas voluntarias y las normas de carácter no jurídico, la difusión de las normas internacionales se realiza, entre otros medios, a través de la movilización del registro jurídico. De hecho, el recurso a estas normas por parte de las más altas autoridades judiciales de algunos países, que la OIT ha observado en el último decenio, demuestra el carácter cada vez más frecuente de su recepción y utilización a nivel nacional. Por consiguiente, los ordenamientos nacionales e internacionales de regulación del trabajo se apoyan mutuamente. Por lo tanto, las normas internacionales del trabajo parecen ser una referencia universal para un número cada vez mayor de actores internacionales que adoptan este registro jurídico. El derecho internacional del trabajo, mediante la multiplicidad de sus usos, se convierte así en un lenguaje esencial en la denuncia de las desigualdades en el mundo del trabajo y en la regulación de las relaciones, las condiciones y los conflictos en el ámbito laboral, lo que da lugar a una mayor observancia de los valores promovidos por la OIT.

Directrices para la política social

Las normas internacionales del trabajo, además de influir en la elaboración de la legislación, pueden servir de orientación para la formulación de políticas nacionales y locales, como, por ejemplo, las relativas al empleo o al trabajo y la familia. Pueden asimismo utilizarse para mejorar diversas estructuras administrativas, entre ellas, la administración y la inspección del trabajo, la administración de la seguridad social y de los servicios del empleo. También podrán ser fuentes de buenas relaciones profesionales que los organismos encargados de la resolución de conflictos laborales apliquen o podrán utilizarse como modelos para la elaboración de convenios colectivos.

Otras áreas de influencia

Si bien los que más se valen de las normas internacionales del trabajo son los mandantes de la OIT, otros actores también las consideran herramientas útiles. En efecto, nuevos actores utilizan las normas internacionales del trabajo y participan, de este modo, en su difusión en el ámbito internacional.

Responsabilidad social de las empresas (RSE)- promoción de prácticas inclusivas, responsables y sostenibles en el lugar de trabajo

La OIT define la RSE como la manera en que las empresas toman en consideración las repercusiones que tienen sus actividades sobre la sociedad y en la que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con los demás actores. El creciente interés de los consumidores por la dimensión ética de los productos y por las condiciones de trabajo en las que se elaboran ha llevado a las empresas multinacionales a adoptar códigos de conducta voluntarios para regir las condiciones de trabajo en sus plantas de producción y en sus cadenas de suministro. La mayor parte de las 500 principales empresas de los Estados Unidos y del Reino Unido han adoptado códigos de conducta, muchos de los cuales se remiten a las normas de la OIT. Si bien estos códigos no sustituyen a los instrumentos internacionales vinculantes, desempeñan un papel de relevancia en la divulgación de los principios que contienen las normas internacionales del trabajo.

La OIT puede desempeñar una función importante en la responsabilidad de las empresas de respetar los derechos humanos mediante dos puntos de referencia principales: La Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo (1998) y la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social, de la cual una versión revisada fue adoptada en 2017 por el Consejo de Administración en respuesta a las nuevas realidades económicas, entre ellas, el aumento de las inversiones internacionales y de los intercambios comerciales, y el crecimiento de las cadenas mundiales de suministro. Esta revisión fortaleció la Declaración sobre las Empresas Multinacionales al añadir principios que abordan cuestiones específicas de trabajo decente relacionadas con la seguridad social, el trabajo forzoso, la transición de la economía informal a la formal, los salarios, el acceso de las víctimas a recursos e indemnizaciones. También brinda orientación sobre los procesos de «debida diligencia» para la consecución del trabajo decente, la creación de empleos decentes, de empresas sostenibles, un crecimiento más inclusivo y una mejor distribución de los beneficios de la inversión directa en el extranjero, que son particularmente pertinentes para el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible núm. 8. Asimismo, en múltiples iniciativas que promueven prácticas empresariales inclusivas, responsables y sostenibles se remite a instrumentos de la OIT, como los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos: Puesta en Práctica del Marco de las Naciones Unidas para «Proteger, Respetar y Remediar», el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales.

En 2009, la OIT creó el servicio de asistencia - Helpdesk de la OIT - que proporciona a los mandantes y a las empresas fácil acceso a la información, asistencia, servicios de orientación y asesoramiento en relación con la RSE y la aplicación de las normas del trabajo para armonizar las actividades de las empresas con las normas internacionales del trabajo.6

Otras organizaciones internacionales

La Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa destaca que «otras organizaciones internacionales y regionales cuyos mandatos abarcan ámbitos conexos tienen un papel importante que desempeñar», en particular mediante los objetivos del Programa de Trabajo Decente. Otras instituciones internacionales recurren regularmente a las normas internacionales del trabajo en el marco de sus actividades. Periódicamente, se envían informes sobre la aplicación de tales normas a los órganos de la Organización de Naciones Unidas encargados de los derechos humanos y a otros organismos internacionales. Instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) integraron ciertos aspectos de las normas del trabajo en varias de sus actividades. Desde 2013, por ejemplo, el BAfD ha introducido en su política de salvaguardia medioambiental y social una salvaguardia operativa sobre las condiciones de trabajo y de seguridad y salud (salvaguardia operativa 5), en la que se definen las condiciones que establece el BAfD a sus prestatarios o clientes, y en la que se hace referencia explícita a las normas fundamentales del trabajo de la OIT. Al hacerlo, el BAfD está en consonancia con otros donantes internacionales que han adoptado criterios similares para sus políticas de salvaguardia u otros documentos de estrategia: tal es el caso del Banco Mundial en el marco de su proceso de Documentos de Estrategia de Lucha contra la Pobreza o de la Norma de Desempeño 2 de la Corporación Financiera Internacional (que forma parte del Grupo del Banco Mundial), la cual reconoce que el objetivo del crecimiento económico a través de la creación de empleos debe también respetar la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores. Además, las normas internacionales del trabajo tienen un impacto directo en sectores de alcance mundial como el transporte marítimo. Tales normas no se utilizan únicamente para elaborar la legislación marítima nacional de los Estados miembros, sino que sirven también como referencia para las inspecciones de los buques por parte del Estado rector del puerto y tienen una incidencia directa en los reglamentos y códigos de otros organismos internacionales, como la Organización Marítima Internacional.

Acuerdos de libre comercio

Un creciente número de acuerdos bilaterales y multilaterales de libre comercio, así como acuerdos regionales de integración económica, con- tienen disposiciones sociales relativas a los derechos de los trabajadores. En efecto, los acuerdos de libre comercio que contienen disposiciones relativas a los derechos de los trabajadores han aumentado significativamente en los dos últimos decenios: 70 acuerdos contenían dichas disposiciones en 2016, contra 58 en 2013, 21 en 2005 y 4 en 1995. (Nota 1) En las disposiciones relativas a los derechos de los trabajadores que figuran en los tratados de libre comercio se hace cada vez más referencia a los instrumentos de la OIT, en particular, a la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo de 1998 y, en el caso de los acuerdos recientes de la Unión Europea (UE), también a los convenios de la OIT. Desde 2013, el 80 por ciento de los acuerdos que han entrado en vigor contienen tales disposiciones, comenzando por los acuerdos en los que participan la Unión Europea, los Estados Unidos o el Canadá. Con todo, este tipo de instrumento tuvo una aparición temprana. Por ejemplo, en el marco de la UE, el régimen especial de estímulo del desarrollo sostenible y la buena gobernanza (Sistema Generalizado de Preferencias – SGP+) concede ventajas suplementarias a los países que aplican determinadas normas internacionales relativas a los derechos de los trabajadores y a los derechos humanos. Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1992, complementado en 1994 con el Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte (ACLAN) (cabe mencionar que este acuerdo fue completamente renegociado en octubre de 2018), los Estados Unidos han firmado varios acuerdos de libre comercio con diversos países, entre ellos, Chile, República de Corea, Marruecos, Jordania, Singapur y los países de América Central. En dichos acuerdos, los países signatarios reafirmaron su compromiso con la OIT y, en particular, en lo relativo al respeto y la promoción de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo de 1998. Más recientemente, en el Acuerdo de Libre Comercio entre el Japón y la Unión Europea, firmado en 2017 se hace referencia al Programa de Trabajo Decente y a la Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa de 2008 como normas vinculantes para las partes, las cuales han de hacer todo lo posible para ratificar los ocho convenios fundamentales de la OIT. El Acuerdo también contiene disposiciones sobre la responsabilidad social de las empresas que remiten a la Declaración tripartita de la OIT sobre las empresas y las multinacionales y la política social.

Sociedad civil

Varias asociaciones de defensa de intereses y organizaciones no gubernamentales se valen de las normas internacionales del trabajo para propugnar cambios en las políticas, la legislación o las prácticas.

La función de las organizaciones de empleadores y de trabajadores

Las organizaciones de empleadores y de trabajadores desempeñan una función esencial en el sistema de las normas internacionales del trabajo, no sólo como usuarias, sino también como mandantes de la Organización. Sus representantes participan en la elección de los temas que se abordarán en las nuevas normas de la OIT, así como en la redacción de los textos. Sus votos pueden ser decisivos para determinar si la Conferencia Internacional del Trabajo adopta un nuevo proyecto de norma. Si se adopta un convenio, los empleadores y los trabajadores pueden alentar a un gobierno a que lo ratifique. el gobierno tiene la obligación de enviar periódicamente una memoria sobre su aplicación en la legislación y en la práctica (esto es igualmente válido para los protocolos). Estas memorias también se transmiten a las organizaciones de empleadores y de trabajadores, que pueden formular comentarios al respecto. Asimismo, las organizaciones de trabajadores y de empleadores pueden comunicar directamente a la OIT la información pertinente sobre la aplicación de los convenios de conformidad con el párrafo 2) del Artículo 23 de la Constitución de la OIT. Tales organizaciones podrán iniciar reclamaciones por violaciones a los convenios de la OIT, en virtud del procedimiento establecido en el Artículo 24 de la Constitución. En su calidad de mandantes de la Organización, también participan en los comités tripartitos que se ocupan de estas reclamaciones. Los delegados de los empleadores y de los trabajadores ante la Conferencia Internacional del Trabajo pueden igualmente presentar quejas, de conformidad con el Artículo 26 de la Constitución. Si un Estado Miembro ratifica el Convenio sobre la consulta tripartita (normas internacionales del trabajo), 1976 (núm. 144) (más de 144 países lo han hecho hasta la fecha), tiene la obligación de realizar consultas tripartitas a nivel nacional sobre los proyectos de instrumentos que serán objeto de debate en la Conferencia, instrumentos que deben presentarse a las autoridades competentes, las memorias sobre los convenios ratificados, las medidas relacionadas con los convenios que no hayan sido ratificados y las recomendaciones, y las propuestas de denuncia de los convenios.

Otras informaciones

  • Función de las organizaciones de empleadores y de trabajadores en la aplicación de los convenios y recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo - pdf
  • Leer más sobre el papel de las organizaciones de empleadores y de trabajadores en el Manual sobre los procedimientos

Nota 1 - Instituto Internacional de Estudios Laborales, Social Dimensions of Free Trade Agreements, OIT, 2013; Véase también: C. Doumbia-Henry y E. Gravel: Acuerdos de libre comercio y derechos laborales: Evolución reciente, Revista Internacional del Trabajo, Vol. 145 (2006), núm. 3, págs. 207-231.