Día Mundial del Medio Ambiente

Economías y lugares de trabajo más ecológicos: las dificultades se vuelven oportunidades

Declaración del Director General sobre el Día Mundial del Medio Ambiente

Declaración | 5 de junio de 2015
El tema del Día Mundial del Medio Ambiente de este año —“Siete mil millones de sueños. Un planeta. Consume con moderación”— resulta más imperioso aun de cara al futuro, puesto que en el año 2050 habrá 9.600 millones de seres humanos en el mundo y, de continuar las actuales tendencias de producción y consumo, necesitaríamos los recursos naturales de tres planetas Tierra para sustentarnos. Si nuestro objetivo es satisfacer las necesidades y hacer realidad los sueños de todas estas personas con miras a lograr el futuro que queremos para nosotros y para las próximas generaciones, tendremos que transformar de forma masiva nuestras economías, lo cual, a su vez, exigirá una nueva configuración del mundo del trabajo.

La preservación del medio ambiente será un elemento fundamental para determinar de dónde procederán los empleos que con tanta urgencia necesita el mundo, la calidad de esos empleos y la función del trabajo en las sociedades y economías del futuro.

A corto o mediano plazo será esencial lograr un crecimiento económico que haga un uso aún más eficiente de los recursos y genere un menor nivel de emisiones. Los países industrializados deberán reducir de forma masiva sus niveles absolutos de uso de recursos y de emisiones, lo que permitirá generar inversiones y empleos que ayuden al mundo a abandonar el modelo de crecimiento del pasado, basado en el uso intensivo de los recursos. Por su parte, a los países en desarrollo se les presenta una oportunidad única de promover la inclusión social y la erradicación de la pobreza emprendiendo una senda de crecimiento más ecológica. Las energías renovables, por ejemplo, son sin duda alguna la forma más eficaz en función de los costos de transformar radicalmente la vida de los 1.300 millones de personas que no tienen acceso a la energía eléctrica en el mundo.

A largo plazo, debemos efectuar cambios más profundos a fin de alcanzar el objetivo convenido de limitar el calentamiento de la Tierra a 2°C, como máximo. Cuanto antes efectuemos los cambios, mayores serán las posibilidades de que la transición responda a lo que nosotros elegimos y diseñamos y no a factores que se nos impongan. Para que la transición sea eficiente y viable desde el punto de vista económico, también debe ser justa desde el punto de vista social.

El mundo del trabajo ha sido una fuente de innovación y de soluciones encaminadas al logro de la sostenibilidad ambiental con justicia e inclusión social. La cooperación entre la dirección y los trabajadores en las empresas ha hecho posible reducir más de dos terceras partes de las emisiones al tiempo que ha generado ahorros para dichas empresas. Los ministerios de trabajo y desarrollo social han creado empleos y han ampliado de forma masiva el acceso a las energías renovables por medio de programas de vivienda social y de formación basada en las competencias. Las prestaciones de desempleo y las transferencias de efectivo destinadas a los trabajadores están utilizándose como incentivo para proteger recursos naturales tales como peces y bosques, y para usar esos recursos de forma sostenible. En Alemania, gracias a los sindicatos y las organizaciones de empleadores se creó uno de los programas más importantes de renovación de edificios destinado a promover la eficiencia energética y reducir el nivel de emisiones, lo que movilizó inversiones por un monto que, hasta la fecha, ha superado los 120.000 millones de euros.

Al seguir embarcados en esta gran transformación que nos conducirá a un futuro sostenible para los seres humanos y para el planeta, nuestra atención seguirá centrada en el mundo del trabajo; es por ello que necesitaremos el pleno compromiso de todos sus actores. La OIT está lista para hacer lo que le corresponde.