Día Internacional de la Juventud

Mensaje del Director General de la OIT con ocasión del Día Internacional de la Juventud

Declaración | Geneva | 12 de agosto de 2013
En este Día Internacional de la Juventud tenemos la mirada puesta en la migración de los jóvenes y el desarrollo.

Todos los años, muchas mujeres y hombres jóvenes emigran en busca de un trabajo decente y de mejores condiciones de vida. Es una de las realidades de la globalización de la economía. Las diversas tendencias demográficas y la disparidad de ingresos acentúan las dinámicas migratorias, y la presión será aún más fuerte si siguen el rumbo actual.

Los jóvenes migrantes representan 27 millones de los 214 millones de migrantes internacionales en todo el mundo. Al tratarse del grupo social con mayor movilidad, los jóvenes protagonizan la mayor parte de movimientos migratorios anuales. Por lo general, se trasladan de un país en desarrollo a otro, y las migraciones del Sur hacia el Norte sólo suman un tercio del total de las migraciones internacionales.

Hoy queremos reconocer el valor de la contribución que millones de jóvenes migrantes comprometidos, talentosos y enérgicos realizan al desarrollo y al bienestar de familias y comunidades enteras. Cuando se produce en condiciones de libertad, dignidad, igualdad y seguridad, la migración juvenil tiene potencial para impulsar el desarrollo económico y social de ambos países, el de origen y el de destino.

Desafortunadamente, muchos jóvenes migrantes se convierten en una presa fácil y con frecuencia se ven abocados a trabajar en condiciones de explotación y de abuso, e incluso son víctimas del trabajo forzoso. Muy a menudo, al igual que otros migrantes, se convierten en chivos expiatorios de las insuficiencias de los sistemas económicos y sociales.

Se pueden tomar medidas prácticas para aumentar la seguridad de todos los trabajadores migrantes y el respeto de sus derechos y su dignidad. Los países de origen pueden redoblar esfuerzos para proporcionar información y formación antes de la partida, regular y supervisar la aplicación de prácticas de contratación justas y asegurarse de que los jóvenes migrantes tengan acceso a una protección adecuada. En paralelo, los países de destino deberían velar por que los migrantes reciban un trato equitativo y disfruten de los mismos derechos que cualquier otro trabajador. Muchas normas internacionales del trabajo marcan el camino que se debe seguir, en particular las normas en materia de migración laboral, inspección del trabajo, protección salarial y seguridad y salud en el trabajo o las normas que protegen a categorías de trabajadores especialmente vulnerables, como los trabajadores domésticos.

Ahora bien, la migración sólo aporta una respuesta parcial a la crisis del empleo de los jóvenes. La otra cara de la moneda es la falta de oportunidades y la dificultad para sobrevivir en el lugar de origen. Según se establece en el llamado a la acción que la OIT lanzó en 2012, es fundamental adoptar un enfoque multidimensional para promover el empleo, con medidas que impulsen un entorno macroeconómico propicio, políticas de adquisición de competencias y de mercado de trabajo que faciliten la transición de la escuela al trabajo, los derechos en el trabajo, la iniciativa empresarial de los jóvenes y la protección social para los trabajadores jóvenes. El diseño de políticas eficaces para promover el trabajo decente entre los jóvenes – tanto en el lugar de origen como en el contexto migratorio – exige que los gobiernos, las organizaciones de empleadores y los sindicatos entablen un diálogo social.

Nuestra labor en el seno de la familia de las Naciones Unidas en materia de empleo y migración juvenil ha puesto de manifiesto que las alianzas de base amplia y una mayor coordinación en el sistema multilateral pueden facilitar el diálogo social, el intercambio de buenas prácticas y la formación para garantizar una mayor coherencia entre las políticas de empleo y las políticas en materia de migración laboral, así como maximizar el impacto de los programas para el fomento del trabajo decente entre los jóvenes.

El Diálogo de alto nivel sobre la migración internacional y el desarrollo de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebrará en octubre de 2013, ofrece una gran oportunidad para progresar hacia la adopción de un marco que defienda los derechos y los intereses de los jóvenes trabajadores migrantes.

No olvidemos nunca que las mujeres y los hombres jóvenes están en el núcleo del proceso migratorio. Debemos asumir la responsabilidad colectiva de garantizar su seguridad y su protección. Unamos nuestras fuerzas para maximizar los beneficios que la migración laboral de los jóvenes aporta al desarrollo, esforzándonos al mismo tiempo por establecer un desarrollo equilibrado que abra las puertas a todos.